Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🕯️1-Calle 43-Kookmin🕯️

Jimin y yo íbamos caminando juntos, tomados de las manos, en una noche que parecía envolvernos en una sombra oscura y silenciosa. Mi novio salió tarde de sus prácticas escolares y, para que no caminara solo en las calles, decidí pasar por él. Ambos éramos jóvenes, de veinte y veintiún años, y ninguno teníamos automóvil, así que caminábamos lado a lado, disfrutando del fresco aire nocturno.

Nos detuvimos antes de cruzar la calle porque pasaron diversos automóviles frente a nosotros, sus luces brillantes iluminando por un momento la oscuridad. En ese momento, se nos acercó un hombre alto y delgado, su aliento era bastante desagradable, parecía desorientado y perdido cuando me dirigió la palabra.

—Disculpen —dijo con una voz ronca y grave—. ¿Me pueden decir dónde está la calle 43?

Jimin y yo nos miramos desconcertados, nunca había escuchado el nombre de dicha calle. La ciudad era muy grande y caótica, y no teníamos la menor idea de dónde podría estar esa calle.

—Oh, no. Lo siento señor —contesté, intentando ser amable pero por su reacción corporal parecía que no le gustó mi respuesta.

Me percaté de que tenía unos ojos demasiado oscuros y brillantes, como si estuvieran absorbiendo la luz a su alrededor. Me causó escalofríos en la espalda. Su mirada parecía perforarme, como si estuviera buscando algo dentro de mí.

—¿Están seguros? —insistió el hombre, su voz ahora más baja.

Jimin se acercó a mí, su mano apretó la mía, pude notar que él, al igual que yo también tenía miedo.

—No sabemos, señor —dije con firmeza—. Lo siento.

El hombre nos miró durante un momento, luego sin decir una palabra, se dio la vuelta y se alejó en la oscuridad, desapareciendo en la noche como un fantasma.

Jimin y yo nos miramos, luego seguimos caminando tomados de las manos.

—Me duelen los pies, es cansado estar en prácticas, los médicos me hacen correr por todo el hospital y mis esfuerzos parecen inútiles porque nada de lo que hago les parece bien —susurró medio triste.

—¿Te llevo en mi espalda? —pregunté con dulzura al detenerme y acariciar su mejilla.

—No quiero que te canses por mi culpa.

Solté su mano y me incliné frente a él.

—Sube, mi amor.

Esbozó una hermosa sonrisa, después se tomó de mis hombros para subir en mi espalda, su cuerpo ligero sobre mí. Caminé despacio mientras se terminaba de acomodar, pero sentía que alguien nos observaba, una sensación que me erizaba la piel y me hacía activar todos mis sentidos.

Miré de reojo hacia atrás, y mi corazón se detuvo cuando vi al hombre que se nos acercó previamente parado en una esquina, él nos estaba observando con una mirada intensa. Su rostro estaba iluminado solo por la luz de una farola lejana, lo que hacía que su sombra pareciera aún más oscura.

Tragué saliva, intentando mantener la calma. No le dije nada a Jimin para no asustarlo, pero apresuré mis pasos, intentando alejarnos de ese hombre. El silencio era opresivo, solo roto por el sonido de nuestros pasos en la acera vacía.

Jimin se ajustó en mi espalda.

—¿Estás bien? —preguntó, refiriéndose al peso sobre mi espalda por cargarlo .

—Eres ligero como una pluma —dije, intentando sonreír. Pero mi mirada se desviaba de vez en cuando hacia el hombre, que no se movía, solo nos observaba.

Seguí caminando, intentando mantener la calma, pero mi corazón latía con una velocidad que me hacía sentir mareado. ¿Quién era ese hombre? ¿Qué quería? Y, lo más importante, ¿por qué nos estaba siguiendo?

—Jungkook —susurró Jimin, sobre el sonido de nuestros pasos en la acera vacía.

—¿Ajá? —respondí, intentando mantener la calma, pero mi corazón ya estaba latiendo con una velocidad que me hacía sentir mareado.

—El sujeto de hace rato nos está siguiendo.

Cuando dijo eso, sentí que mi sangre se heló dentro de mi cuerpo. Así que comencé a caminar más rápido, intentando alejarnos de ese hombre.

Pero no importaba cuánto rápido caminara, porque en ese momento podía escuchar los pasos del sujeto atrás de nosotros. Estaba intentando acercarse, estaba intentando arrebatarme a Jimin de mi espalda. Sentí un escalofrío en la espalda al pensar en lo que podría hacer ese hombre si nos alcanzaba.

En un momento de desesperación, apreté a mi novio de los muslos y comencé a correr, dejando atrás al terrorífico hombre. Jimin se aferró a mi cuello, arañándome a causa del momento eufórico.

—¿Po-por qué nos sigue,? —preguntó, invadido de miedo, su voz le temblaba.

—No mires atrás —dije intentando mantener la calma—. Solo aférrate a mí, ya casi llegamos al departamento.

Pero yo no podía evitar mirar atrás. Cuando lo hice, vi al hombre a solo unos pasos de distancia. ¿Cómo era posible que haya podido acercarse tan rápido? Yo lo había visto muy lejos, cuando lo miré de reojo, pero ahora parecía que estaba a punto de alcanzarnos.

Sentí un grito de terror en mi garganta, pero logré contenerlo. Seguí corriendo, con Jimin aferrado a mi espalda, hasta que finalmente logramos llegar a nuestro departamento. Cuando ingresamos al edificio puse a Jimin en el suelo y ambos sonreímos con ligereza porque nos sentíamos a salvo. Pero no estábamos a salvo.

Subimos al elevador, Jimin recargó su cabeza en mi hombro y acaricié su cabello.

—Eso fue espantoso, Jungkook. Seguramente padece de sus facultades mentales —susurró.

—O era un fantasma.

—¿Fantasma? —Soltó una risita, me aliviaba escucharlo relajado—. Podría ser.

Las puertas del elevador se abrieron con un sonido metálico que chilló en mi cerebro. Jimin salió del elevador antes que yo, caminando hacia atrás con una mirada de pánico en sus ojos. Y cuando me miró en el interior del elevador, su rostro fue más espeluznante que los ojos del tipo que acabábamos de perder en la calle.

—¡Corre! —gritó jalándome de la camisa hacia el exterior del elevador. Su voz era desesperada y llena de miedo que perdí la confianza en mí mismo. Soltó mi agarre para rebuscar entre su bolso la copia de sus llaves del departamento, sus manos temblaban mientras buscaba.

Yo giré el rostro y el mismo sujeto que nos perseguía en la calle se encontraba al final del pasillo, saliendo del elevador. ¿Cómo había entrado al elevador? ¿Cómo había llegado hasta aquí tan rápido? Mi mente estaba llena de preguntas, pero no había tiempo para respuestas.

—¡Es un fantasma! —chillé.

—¡Lo es! —confirmó Jimin.

Logró sacar la llave de su bolso y abrió la puerta, ambos entramos a la seguridad de nuestra casa y al cerrar la puerta escuchamos un grito desgarrador en el pasillo. Era aquel hombre. Su voz perturbó mi alma, haciendo que mi piel se erizara.

Nuestros corazones estaban bastante agitados, Jimin lucía más pálido de lo normal y yo tenía que hacerme cargo de esta situación. Por eso me asomé por el picaporte, intentando ver si el hombre aún estaba ahí.

Frente a mí estaba ese hombre desvaneciéndose como niebla, desapareciendo ante mi vista. Sus ojos aún fijos en mí. Me sentí helado, incapaz de moverme o hablar.

—¿Jungkook? —llamó Jimin con voz temblorosa.

Me volví hacia él, intentando encontrar palabras para explicar lo que había visto. Pero no las había. Solo podía sacudir la cabeza, intentando deshacerme de la sensación de terror que me invadía.

—¿Qué pasa? —preguntó, acercándose a mí.

—No sé —respondí asustado—. Pero ya se fue.

—¡¿Qué era eso, Jungkook?! —preguntó llorando al abrazarme.

—Revisemos en internet, busquemos información acerca de la calle cuarenta y tres...

Él asintió.

En la ciudad no había tal cosa como una calle cuarenta y tres, pero, distintas personas habían informado que un hombre los perseguía a casa luego de preguntarles por esa calle inexistente. La coincidencia era inquietante, y decidimos investigar más a fondo.

Rebuscando en noticias viejas, dimos con una nota acerca de un hombre que fue apuñalado cuarenta y tres veces en el pecho justo en la calle donde nos dirigió la palabra. La nota era antigua, pero la imagen del hombre nos hizo sentir un escalofrío.

—Aquí hay una fotografía —dijo Jimin, ampliando la imagen en la pantalla del ordenador. Sin lugar a dudas, se trataba del mismo hombre. Su rostro era idéntico al del hombre que nos había perseguido.

—Es un ente maligno —susurré, sintiendo un escalofrío en la espalda. La idea de que un espíritu maligno estaba persiguiendo a personas en la ciudad era aterradora.

—No quiero volver a pasar por esa calle —dijo Jimin, cerrando las pestañas de la nota y alejándose del ordenador.

—Creo que es hora de comprar un automóvil —dije, intentando cambiar de tema y calmar su ansiedad.

Pero sabía que no era suficiente, por eso acaricié su mano y asintió con la cabeza.

—Mañana iremos con mi amigo Taehyung, su padre es pastor. Quiero que nos bendiga... —dijo Jimin, intentando encontrar una solución para protegernos de ese ente maligno.

—Bien, mañana iremos —dije, ambos teníamos la voz aún llena de miedo.

Decidimos pasar el resto de la noche en silencio, intentando descansar y prepararnos para el día siguiente. Jimin tuvo unas cuantas pesadillas que lo despertaron a varias veces a mitad de la noche, por eso no dormí, no me gustaba verlo asustado, mucho menos por cosas que no podía controlar como entes malignos.

Mi impotencia crecía porque sabía que ese hombre podría encontrarnos de nuevo. Y  si no utilizábamos alguna protección, la próxima vez, no seríamos tan afortunados.

Recuerden que estas historias son todas relatos reales, añeñeeeeeeee😳👻

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro