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De Lyra Para Bonbon

Lyra permanecía de brazos y piernas cruzadas en un banco frente a la tienda musical del pueblo en el que trabaja a medio tiempo Vinyl. Faltaba menos de quince minutos para que abrieran y que Vinyl llegara para su turno. Pero la verdadera razón de su espera era para que la DJ pueda darle el disco que le había pedido especialmente para ese día, ya que mañana era el cumpleaños de su mejor amiga, Bonbon. Lyra estimaba mucho a Bonbon pero no entendía cómo podría gustarle esa música de éxitos remotos que conseguir un disco de vinil original de ellos era casi imposible.

Enhorabuena Vinyl conocía tantas casas disqueras y antiguos dueños que logró conseguir el disco de vinil de The Carpenters. Lyra sonrió, entusiasmada al imaginarse la cara de felicidad de Bonbon al tener por fin un disco original de uno de sus grupos del año de la pera favorito...pero su sonrisa se cortó cuando el sonido de un golpe le interrumpió su imaginación.

-¡Derpy!- exclamó, poniéndose de pie para ayudar a su amiga que había caído de boca al piso al salir del autobús.

-No vi el último escalón- se explicó y Lyra le sonrió amistosa mientras la levantaba. -. ¿Qué haces aquí tan temprano?

-Espero a Vinyl, ¿y tú?

-Pues yo siempre desayuno muffin y no hay muffin en casa, así que iba a Sugarcube Corner a comprar unos pero entonces recordé que no tenía dinero y como una ocasión le presté dinero a Vinyl para la cafetería, vine a ver si me invita un muffin.

-Ok, Derpy, no tenías que contarme la historia de tu vida...

-¿Y tú, para qué buscas a Vinyl?

-Bueno, como mañana es el cumpleaños de Bonbon...

-¡¿Mañana es el cumpleaños de Bonbon?! No lo sabía, ¡También debo comprarle algo!

-¿No que no tenías dinero?

-¡Rayos! ¿Me prestas dinero para comprarle un regalo?

-Tengo el necesario para el disco que ordené, Derpy, lo siento.

-Ouh...sobre el disco...

Lyra y Derpy voltearon, viendo a Vinyl de pie mientras el dueño de la tienda de música abría las puertas. Aunque Vinyl tenía las grandes gafas puestas como de costumbre, podían saber que tenía las cejas encorvadas de preocupación. Lyra se preocupó ante el comentario que vendría y se acercó a la DJ.

-Lo siento, Lyra, pero no tengo el vinil... el comprador me traicionó dándole el disco a alguien más.

-¿Qué...?- jadeó, completamente desilusionada. La cara entristecida de una Bonbon sin obsequio le apagó el buen ánimo.

-Sé cuán importante era para ti, pero hice todo lo posible- miró tras su hombro y sonrió-. Hola, Derpy.

-¡Vinyl!- gritó, sujetándola de los hombros y sacudiéndola -. Necesito dinero. Para muffin. Derpy no ha desayunado sus muffins y Derpy necesita sus muffins. Te presté dinero hace un par de semanas. ¿Me compras muffins?

Vinyl se apartó de Derpy para que dejara de sacudirla, hasta las gafas se le habían caído en la punta de la nariz.

-Aun no me pagan, Derpy- se excusó, señalando al dueño y colocándose las gafas sobre su cabeza -. No hasta pasado mañana. Pásate ese día y te invito los muffins que quieras.

-¡Pero quiero muffins hoy!- agonizó Derpy.

-¡Y yo el regalo de Bonbon!- lamentó Lyra.

-Cómprale otra cosa, Lyra- la animó la Dj -. Piensa.

Lyra se colocó una mano en la barbilla, pensativa.

-¿Qué más hace feliz a Bonbon a parte de música de abuelitos?- chasqueó los dedos, motivada de nuevo -. ¡Claro! Ella ama los vestidos- hizo un gesto de asco -. Aunque a mí no tanto...

-Sí, son tan diferentes. Es increíble que se lleven bien...bueno, me voy a trabajar chicas, suerte Lyra y te espero pasado mañana Derpy.

-¡Mis muffins!- lamentó Derpy y Lyra la abrazó de lado.

-Mira, si dejas de quejarte y me haces compañía, después de comprar el regalo de Bonbon te compraré uno, ¿está bien?

Derpy abrazó a Lyra hasta levantarla, riendo de emoción que al soltarla con fuerza, Lyra casi se tropieza con sus propios pies.

Este día sería interesante...

Derpy y Lyra tomaron un bus hasta la boutique Carrusel, donde trabaja Rarity. Sin duda, la aspirante a modista podría ayudarla a escoger el vestido que le vendría bien a Bonbon. Tenía que ser un regalo perfecto, ya que Lyra nunca había tenido una amiga tan cercana como Bonbon y sentía que merecía lo mejor de lo mejor, aunque no sabía si Bonbon pensaba lo mismo de ella, ya que no lo demostraba como ella que le decía lo afortunada de haber encontrado al fin una amiga a quien llamar "mejor amiga" y con otros detalles. Pero Bonbon...era Bonbon y no respondía como ella quisiese sus buenas demostraciones de amistad.

Borró el pensamiento en cuanto el bus se detuvo en su parada. Lyra tomó a Derpy de la mano ya que se había entretenido leyendo los corazones con nombres de parejas que habían dibujado en el asiento de adelante.

-Creo que tengo que poner el nombre de Whooves en un corazón en el asiento de un autobús- comentó Derpy, levemente sonrojada.

-¿Por qué no le dijiste a él que te invite un muffin?- preguntó Lyra, cruzando la calle hacia la tienda de ropa.

-Está en unos de sus viajes... lo extraño, ¡pero prometió que me traería algo! Espero y sea un muffin...

Llegaron a la boutique y el aire acondicionado calmó su acalorado viaje en autobús. Una hermosa chica de cabello perfectamente peinado a un lado las recibió con una enorme sonrisa.

-¡Lyra, Derpy! Qué gusto verla, chicas, y en un domingo por la mañana.

-Hola Rarity, vinimos a...

-¡Mañana es el cumpleaños de Bonbon!- recordó Derpy, alarmada de nuevo. -¡También debo comprarle algo!- y salió corriendo de la boutique.

Lyra y Rarity se quedaron perplejas ante tan random escena.

-Me recuerda a Pinkie Pie...- comentó Rarity para sacudir la cabeza y volver a mirar a Lyra -. Decías, querida.

-¡Oh, sí! Bueno, ya dijo Derpy, mañana es el cumpleaños de Bonbon y tenía pensado comprarle un disco pero Vinyl no pudo conseguírmelo. Así que pensé...

-En un vestido- adivinó -. Claro, Bonbon tiene un fetiche con los vestidos

-Sí, sólo usa vestidos...los adora.

-Aunque tú no tanto, ¿verdad?- rió y Lyra sacó la lengua con mal gusto -. Ahora me recuerdas a Rainbow Dash pero bueno, es una lástima...- se acercó a una percha y señaló un vestido blanco, sencillo y strapless -. El otro día estuvo Bonbon viendo la mercancía y me comentó que este vestido se vería tan bien en ti pero sintió lástima ya que no te gusta usar vestidos y nunca podría verte con uno sin que hicieras muecas...

Lyra se quedó viendo el vestido, imaginando a Bonbon días atrás, pensando en ella, hablando de ella y que se haya acordado de ella al menos. ¿Eso era una demostración de amistad, a su estilo, decirlo sin que ella estuviera presente? ¿Por qué Bonbon era tan inexpresiva? Empezaba a preguntarse por qué la consideraba su mejor amiga cuando no sabía a ciencia cierta si ella era la suya. ¿Era posible eso? Pero entonces cierta vergüenza nubló su mente, "¿Yo, con vestido? Ni pagada", pensó. Entonces Rarity la regresó a la realidad chasqueando los dedos.

-Entonces... ¿Quieres mi ayuda para encontrar un vestido? ¡Claro que sí! Es decir, tengo un exquisito gusto por la moda y sé la ropa ideal para cada estilo y personalidad de personas- caminó hacia las demás perchas, hablando para sí misma –aunque claro, la personalidad de Bonbon puede ser seria y algo malhumorada, pero es una chica clásica...me recuerda a Twilight, a quien ya extrañamos muchos, especialmente Sunset. Bonbon también es sencilla...me recuerda a Fluttershy...

-Mencionas mucho a tus amigas...- comentó Lyra, viendo a Rarity danzar de percha en percha, conociendo el lugar de los vestidos de memoria.

-Bueno, cuando encuentras a un amigo de verdad, es difícil no pensar en ellos o desear lo mejor para ellos. Es una sensación hermosa para una persona que estima tanto a alguien...

Lyra se quedó reflexionando su comentario cuando de la nada, Rarity sacó un vestido azul oscuro, color de la mitad del cabello de Bonbon y estaba decorado con un cinturón cyan. Lyra tomó el vestido y se imaginó a Bonbon con él puesto, feliz y sonriente con su nueva opción de regalo. Lyra sonrió, entusiasmada.

-¡Nunca me fallas, Rarity! Me la llevo.

-¡¿Quién quiere muffin?!- exclamó Derpy, con una caja rosa típica de Sugarcube Corner y con un muffin a medio comer en una mano.

-¡Derpy! ¿Cómo compraste toda una caja de muffin?- dudó Lyra mientras Rarity llevaba el vestido a Caja.

-¡Pues con dinero!- y mostró un monedero con una lira dibujada en él.

Lyra palideció, se tocó los bolsillos. Vacíos.

-¡Ese es MI monedero!- enloqueció, le arranchó el monedero y al abrirlo, la sangre se le bajó de la cabeza que se mareó por un momento. -. ¡Ocho dólares!- miró a Derpy con ganas de hacerla atragantar con el muffin -. ¡ME DEJASTE SOLO OCHO DOLARES PARA COMPRAR EL VESTIDO A BONBON!

Todos en la boutique voltearon a ver a la extraña ida de la ira. Derpy dejó de comer el muffin, descomponiendo el rostro de tristeza.

-Perdón...yo quería muffin...y vi el monedero en la acera frente a la tienda de Vinyl...no sabía...no sabía...- un par de lágrimas se desbordaron de sus tiernos ojos -...no sabía que era tuyo...fue un error tomar dinero perdido pero...perdón...

La furia de Lyra se desvaneció al ver la inocencia de Derpy. "¿Qué te pasa, Lyra?" se reprendió ella misma "¡Es Derpy! Una de tus buenas amigas y sabes que ella no lo haría apropósito".

-Está bien, Derpy...- la consoló con un abrazo -. Debió habérseme caído. No sabías...Perdón por gritarte, ¿sí? La frustración me cegó de ira. No volveré a hacerlo- se apartó y secó las lágrimas de Derpy, quien dibujó una sonrisa aliviada. -. Anda, come tu muffin.

-¿Y...el vestido?- preguntó, aun con voz baja pero masticando su muffin.

-Bueno, tendré que pensar en otra cosa...y de menor precio- sacudió la cabeza -. Un momento, tenía como treinta dólares...una caja de muffins no cuesta tanto... ¿Por qué sólo tengo ocho dólares?

-¿Lyra?- interrumpió Rarity desde la Caja. Lyra y Derpy caminaron hacia ella con desilusión.

-Lo lamento, Rarity, no tengo suficiente dinero para pagar el vestido.

-¡Oh, querida, qué lástima! Confío en ti y si pudiera fiarte lo haría pero no se me permite.

-No te preocupes, entiendo. Ahora tengo que pensar de nuevo otra opción de regalo, que haga feliz a Bonbon...y que no cueste mucho.

-A ver, pensemos... ¿Qué más haría feliz a Bonbon?- se preguntó Rarity.

-¡Pues bombones!- exclamó Derpy, sacando otro muffin de la caja y devorar un buen trozo de un solo bocado. -. ¡ñomi, este es el de mora!

-Es buena idea- apoyó Rarity, sonriente -. Bonbon se deja llevar cuando ve bombones o dulces con chocolate. Ya ves cuando Pinkie Pie llevó brownies la semana pasada.

-¡Sí! Bonbon enloqueció y comía una tras otra- se entusiasmó Lyra - ¡Hasta tuve que darle del mío! Se la veía tan feliz...- sonrió, imaginando a su amiga sonriente con una caja de bombones de Sugarcube Corner.

Lyra agradeció a Rarity por la atención y con Derpy caminó hasta la dulcería ya que sólo estaba a un par de cuadras de distancia. Derpy ya había recuperado su sonrisa e iba contenta comiendo de sus docenas de muffins. Le ofreció a Lyra pero ella no estaría relajada hasta tener el regalo de Bonbon para darle mañana en el colegio.

Apenas llegaron, Lyra abrió la puerta y la campanilla sonó. Varios compañeros de clases estaban ahí, pasando el rato. Derpy iba saludando con la mano con un muffin en su boca, lo que hizo enternecer a Lyra y olvidarse por completo de su enojo. Llegaron al mostrador y por debajo apareció Pinkie Pie, de la nada.

-¡Hola, Lyra, Hola Derpy, de nuevo por aquí, chica muffin!- saludó con su particular energía.

-¿De dónde saliste?- dudó Lyra.

-Cuarta pared- balbuceó Derpy masticando el muffin.

-¿La cuarta qué?

-¿Qué se te ofrece, Lyra?- preguntó Pinkie Pie, apoyando los codos a la barra y endemoniadamente sonriente.

-Bueno, mañana es el cumpleaños de Bonbon y...

-¡Lo sé! Me lo dices a mí- estalló Pinkie Pie, levantando los brazos haciendo que aparezcan globos y serpentinas.

-¿Pero cómo haces eso?- se sorprendió Lyra, al ver que sacaba cosas de la nada.

-Cuarta pared- volvió a balbucear Derpy.

-¿Qué?

-¿Ah? ¿Qué dije? Me perdí en mi muffin- y devoró el tercero -. ¡Este es de manzana!

-¡Le tengo preparado una súper duper fiesta mañana!- interrumpió Pinkie Pie, entusiasmada. -. Por supuesto, le llevaré el mejor pastel de chocolate que haya probado en su vida.

-¡No! Quiero decir, a eso venía, a comprarle bombones como regalo.

-Pero el pastel se está preparando en el horno- lamentó Pinkie -. ¿No puedes darle otra cosa?

-¿Qué crees que he estado haciendo toda la mañana? Esperé a que la tienda de música abriera para que Vinyl me diga que no me consiguió el vinil que prometió...

-Vinyl...vinil...juego de palabras...- rió Pinkie Pie pero Lyra siguió hablando.

-Después se me ocurre comprarle un vestido pero se me cayó el monedero y cierta señorita no sabía que era mío y lo gastó para comprarse una docena de muffins- miró a Derpy y la joven se sonrojó, avergonzada. -. Y ahora, que tengo menos dinero y menos probabilidades de darle un buen regalo, tú le vas a dar una torta de chocolate y mis bombones quedaran como... ¡como basura!

-¡Vaya! ¿Pasaste por todo eso? Que buena amiga eres, Lyra, ¿sabes? Le haré otro pastel y venderé el que estoy preparando. Sólo por ti, nena.

Lyra extendió una sonrisa de alivio.

-¿En serio? ¡Gracias Pinkie! Una caja de bombones, por favor.

-¡QUE NADIE SE MUEVA! ESTO ES UN ASALTO.

Todos los jóvenes retuvieron gritos y chillidos en cuanto un hombre encapuchado entró a la tienda.

-¡Oh, por favor!- se quejó Lyra -. Esto era justo lo que me faltaba...

El ladrón pasó por mesas al azar para robar billeteras, carteras y celulares. Cuando se dirigió al mostrador, Pinkie Pie se agachó y desapareció. Lyra no tenía tiempo para pensar cómo hacía eso porque el ladrón estaba frente a ella, amenazándola con un destornillador.

-¡Dame tu dinero!- y le arranchó el monedero que cargaba en la mano.

-¡Toma esto, ladrón!- gritó Derpy, arrojándole la caja con nueve muffins sobre su cabeza. Aquello tomó por sorpresa al ladrón y soltó algunas de las pertenencias hurtadas.

-¡Allí está, oficiales!- gritó Pinkie Pie, abriendo la puerta del Sugarcube Corner con dos uniformados armados.

-¡¿Cómo rayos hace eso?! ¿En qué momento salió?- jadeó Lyra.

-¡Cuarta pared!- retó Derpy, tocándole la cabeza como si fuese puerta. -. Es Pinkie Pie. Esas cosas ya ni se preguntan...

El ladrón huyó por la cocina, pero aún cargaba el monedero de Lyra. Entonces ella fue tras el ladrón y los oficiales también. El malhechor salió por la puerta que daba al callejón y continuó corriendo, pero los oficiales fueron más rápidos que Lyra y uno de ellos se lanzó sobre el ladrón, haciéndolo caer al suelo. Las pertenencias hurtadas salieron volando y el monedero de Lyra resbaló al final de la calle hasta caer y desaparecer en la alcantarilla.

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- gritó Lyra agonizante, con las manos hechos puños al cielo y de rodillas a la cera.

Se dejó en el suelo, completamente entristecida. Derpy se acuclilló a su lado y le cubrió un hombro.

-Pensemos en otra cosa...que sea gratis- la animó.

-¿En qué, Derpy? No conseguí el disco, ni el vestido, ni los bombones teniendo dinero... ¿Qué conseguiré que sea bueno y sin gastar nada?

-Te has pasado el día preguntando qué hace feliz a Bonbon cuando la respuesta es obvia- Derpy le levantó el rostro y sonrió -. Tú.

-¿Qué?

-Tú, Lyra. Tú haces feliz a Bonbon. Como me contaste lo que comentó Rarity mientras caminábamos a la dulcería, a veces Bonbon es malhumorada o muy seria, hasta es la que te frena cuando estás mucho tiempo en las nubes. Pero cuando está contigo, ella siempre está de buen humor, sonriente...feliz. ¿Recuerdas la batalla de las bandas? Sí, estábamos con el hechizo de esas sirenas o algo así, pero su presentación en el piano me hizo ver los felices que estaban, de tocar y componer juntas. Parecían que ignoraban que había público porque estaban concentradas en esa felicidad que sentían al estar juntas tocando música. Contigo.

-¿Te sientes bien, Derpy?- preguntó Lyra, parpadeando. -. Nunca pensé que tales cosas saldrían de tu boca.

Derpy se rió y aplaudió.

-¿Crees que Whooves me traiga muffins de donde venga? Ya que eché a perder los nueve que aun sobraban por golpear al ladrón...

-Y regresaste...- se rió Lyra. -. Tienes razón en todo lo que dijiste, Derpy...pero...- calló de pronto, abriendo los ojos de más e iluminándose el rostro -. ¡Eso es! Derpy, eres un genio.

-Es lo que Whooves siempre me dice- se sonrojó.

-Debo correr- exclamó, levantándose del suelo -. Tengo mucho qué hacer así que nos vemos mañana.

Sin esperar contestación, Lyra corrió calle arriba.

A la mañana siguiente, en la escuela, Bonbon caminó por los pasillos y algunos compañeros se acercaron a felicitarla por su cumpleaños. Las Crusaders le habían hecho una vincha con listón rosa en el taller de manualidades y Bonbon se recogió medio cabello para lucirlo. Cuando se acercó a su casillero, le pareció raro que Lyra no estuviera ahí, aguardándola como todos los días. Se desconcentró cuando el casillero de al lado se cerró de golpe, llamando su atención.

-¡La Gran y Poderosa Trixie te desea un feliz cumpleaños, Bonbon!- exclamó con aires de gloria la ilusionista del curso.

-Gracias, Trixie.

-Sí, debes agradecer que la más talentosa de Canterlot High se haya acordado del cumpleaños de una simple estudiante como tú- movió su cabello hacia atrás y caminó hacia su salón.

Bonbon puso su cara amargada y se desinfló. Mientras caminaba a su clase, miraba a sus lados para encontrar a Lyra. Todos los años ella era la primera en desearle feliz cumpleaños y este ha sido la excepción, cosa que la desanimó un poco. En cuanto abrió la puerta del salón, serpentinas y globos saltaron sobre ella.

-¡SORPRESA!- gritaron sus compañeros.

Bonbon se llevó la mano a la altura del corazón pues más que sorprenderla casi la matan del susto.

-¡Feliz día, Bonbon!- la felicitó Rainbow Dash -. Que tu día sea 20% más genial.

-¡Viva!- exclamó Fluttershy con su vocecita que derretiría hasta el corazón más frío.

-Felicidades, querida- la abrazó Rarity.

-Te deseo un año más de felicidad- deseó Sunset Shimmer.

-¡Happy birthday to you...!- cantó Pinkie Pie y todos los compañeros se unieron al canto mientras Bonbon era llevada hacia al salón decorado maravillosamente y en el escritorio del maestro habían puesto una torta de chocolate con una vela encendida que hizo a Bonbon salivar desde ya.

-¡Pide un deseo, caramelo!- exclamó Applejack.

Bonbon miró a su alrededor. Estaban todos. Todos menos Lyra. Un cumpleaños sin ella no sería lo mismo. En ese momento se lamentó por no ser tan expresiva con Lyra. Nunca le había dicho lo importante que era. Bonbon traslució cierta tristeza, cerró los ojos y pensó: "Deseo que estuvieras aquí". Sopló las velas y un mar de aplausos la animaron.

-Chicas, ¿por si acaso saben algo de Lyra?- preguntó Bonbon a las human6.

-¡No está en el salón de música!- exclamó Pinkie Pie de prisa.

-¿Ah?

-Que busques en cualquier lugar, menos en el salón de música, ¿entiendes? Ahí no está.

-Eh, está...bien.

-¿Pastel?- preguntó sonriente, estirando un trozo grande para ella.

-Ahora no, iré...tengo que ir...al baño primero.

-Oki Doki Loki ¡Pero ya sabes! No está en el salón de música.

-¡Pinkie!- retaron sus amigas pero su esponjosa amiga guiñó un ojo.

-Es lo que Lyra me dijo que haga- susurró y sus amigas se intercambiaron miradas.

Bonbon aprovechó la oportunidad y salió del curso directo al salón de música. Esa Pinkie Pie era tan inocente. ¿De verdad creyó que le haría caso? Ni bien Bonbon abrió la puerta del salón de música, una melodía de piano la recibió. Bonbon se quedó quita, reconociendo aquellas notas que la grabadora hacía sonar. Era la tocada que compuso con Lyra para la batalla de las bandas. Pero más que eso, se quedó quieta al ver a Lyra con el vestido con que había añorada verlo puesto y fue tal como la imaginó. Su color de piel lucía el color blanco del vestido que su diseño moldeaba su figura. Lyra no llevaba su pelo rebelde y despeinado de siempre. Estaba completamente lacio y brillante. Entre sus manos cargaba una lira y sin decirle nada, Lyra se sentó en un banco, se cruzó de piernas, estiró los brazos y empezó a tocar. Sus dedos acariciaban las cuerdas con tal delicadeza y le daba una nueva armonía a la tocada de piano que ambas habían compuesto. El aire se llenó de la hermosa melodía y paralizó el tiempo, paralizó a Bonbon que del marco de la puerta no se había movido. Lyra mantenía los ojos cerrados y su rostro iluminado expresaba inspiración en cada nota angelical, porque con ese vestido, tocada y expresión del rostro, eso parecía, un ángel. En cuanto la grabadora dejó de tocar la tocada de piano, Lyra paró también, no sin antes terminar con unas delicadas notas, abrió los ojos y le sonrió a Bonbon.

-Feliz cumpleaños, Bonbon.

Bonbon aún no podía reaccionar y dejarla de mirar. Lyra se levantó y juntó las manos, con cierta vergüenza.

-Si te preguntas por el vestido...Rarity me comentó lo que dijiste de él y cómo deseabas vérmelo puesto pues, pedí prestado el vestido- se volteó y enseñó la etiqueta -. Debo devolverlo cuanto antes o sino Rarity se meterá en líos- se dio vuelta, tomó unos papeles y caminó hacia ella, estirándoselo. Bonbon lo tomó y miró que eran partituras de la tocada de la lira.

-"La Melodía de Bonbon"- leyó -. Me compusiste y pusiste mi nombre a una canción- murmuró y miró el disco que había sobre él.

-Vinyl grabó mi tocada, la mezcló con la del piano y quemó el disco, para cuando quieras escucharla, bueno, si te gustó ya que no has dicho nada- miró hacia a un lado -. Aunque ya estoy acostumbrada...

Bonbon volvió a mirar la partitura, el disco y luego a Lyra. Sus ojos se suavizaron y su rostro se iluminó por completo.

-Lyra...- musitó y sin resistirse se abalanzó sobre ella, abrazándola como nunca antes lo había hecho en todo su tiempo como amigas, ya que obviamente, a Bonbon no le agradaba mostrar afecto.

Aquello cortó la respiración de Lyra, sorprendida del abrazo, pero no perdió la oportunidad y la envolvió a ella también.

-Es el mejor regalo que recibiré alguna vez- murmuró Bonbon -. A parte por el hecho de que odias los vestidos y usaste uno... ¡Por mí!

-Bueno...pues no te odio a ti...sólo quería hacerte feliz.

-Lyra...siempre me haces feliz. No porque no lo diga seguido, significa que no lo sienta.

Lyra la abrazó más fuerte y cerró los ojos.

-También me haces feliz, Bonbon...

- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!- gritó Derpy, interrumpiendo el momento y se unió al abrazo.

Tanto Lyra y Bonbon se separaron y Derpy le sonrió ilusionada.

-Feliz día, Bonbon- exclamó y le estiró un pastel....¡en forma de muffin! -. ¡Lo mandé hacer especialmente para ti!

-¡Vaya! Gracias Derpy, tiene tu...personalidad por todos lados- sonrió Bonbon.

-¿Lo mandaste hacer? ¿Con qué dinero?- Lyra agrandó los ojos -. ¿Por eso sólo tenía ocho dólares? ¿Compraste el regalo de Bonbon con mi dinero?

-No sabía que era tu dinero, ¿recuerdas?- se defendió Derpy.

Lyra se llevó la mano a la frente, aguantando la frustración pero entonces suspiró, relajada.

-No importa, si no fuera por ti, no se me hubiera ocurrido esta mejor opción de regalo.

Bonbon la miró y sostuvo la mirada, sonriéndose.

"...cuando encuentras a un amigo de verdad" había dicho Rarity "es difícil no pensar en ellos o desear lo mejor para ellos. Es una sensación hermosa para una persona que estima tanto a alguien..." recordó Lyra y le devolvió la sonrisa.

-Eres mi mejor amiga, Bonbon. Por siempre.

Bonbon se llevó las partituras y el disco contra su pecho.

-Y tú la mía, que no se te olvide- y le guiñó un ojo.

...

Y esto sólo el principio de una gran aventura y...¿Drama? xD

Gracias por leer, ya saben, voten, si quieren decir algo...¡Grítanlo! xD y compartan la historia.


Próximo capítulo: Era Cuestión de Tiempo. Parte Uno.

¡Sunny Honey, fuera!


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