La pata aún recuerda
El veneno de sus mentiras,
Las mordidas agresivas
Y el dolor en su cuerpo.

Sin embargo no supera
La pérdida de su verdugo,
Extraña las sensaciones
Que alguna vez ella tuvo.

Recordando los rituales
Y las creencias populares,
Cada día iba en busca
De diversos minerales.

Esperaba que aquellos
Tuvieran aluminio
Y los llevaba a la tumba
De la cobra de anteojos.

Dormía junto al lecho
Durante el frío
Desabrigada
En aquel invierno.

Los frutos al fin dieron,
El tercer día de su reto
Las piedras se juntaron
Formando un cuerpo.

Cuerpo alargado,
Elegante y erguido,
De colores brillantes...
Blancos y plateados.

La pata estaba feliz
Y la cobra la tomó
Entre su fauces
Con su vida acabó.

La pata murió
En la boca de su amor,
Un amor tóxico
Qué ella eligió.