Biolgane comía sin parar como si fuese un bestia la cual está sedienta, pero con una sed tan peculiar pareciendo que solo los ríos de magma serían capaces de saciar su deseo de consumir platillos cada vez más picantes provocando que varios comensales tralleran sus mejores recetas por mera curiosidad de ver cuando ese hombre tomaría una jarra de cualquier líquido con tal de sofocar a las violentas llamas de los diversos picantes que ingeria a la vez él describiendo ese sabor como "tan dulce, casi como los caramelos de canela", Carlos solo observaba la escena con una sonrisa queriendo ver que pasaría mientras daba ahora pequeños sorbos a su trago pareciendo más concentrado en su amigo pero sin quitar su rostro alegre pero dejo de golpe su tarro en la mesa oyendose a las cercanías el ruido viéndome mientras se limpiaba con su maga pudiendo ver su rostro y esos largos cabellos rubios que le llegaban hasta punta de la columna

Era curioso, era un rostro de alegría pura pero a pesar de ser un licor fuerte el que bebía eso no parecía influir porque lo he visto terminar provisiones enteras de casi cualquier tipo de trago en los restaurantes o tabernas que visitamos siguiendo totalmente sobrio aún mantenimiento su estado emocional como lo tenía antes, pero desde que llegó ese hombre pelirrojo de una larga melena la cual caí hasta su tobillos estaba alegre a lo que en realidad me hacía preguntarme que clase de experiencias tuvieron para ser tan cercanos si el Carlos que conozco es alguien muy cerrado a veces o acaso el fue muy diferente a lo que conocí. Al final tras verme aún con esa alegría que el emanaba me dió un monedero de color azul junto a un cinturón y cuando ví su contenido note que era suficiente para comprarme casi cualquier cosa así una sonrisa formándose en mi rostro pensando que tal ves podría comprarme ropa nueva, algún bonito collar o pulsera, tal vez tan solo caminar por ella viendo cualquier cosa o hasta incluso podrían tener el último volumen de la doncella de los vientos del este así pudiendo saber el final de una vez por todas o alguna máscara divertida como esas de oni o de un baila fuegos

- Tienes en ese saco ocho docenas de monedas de Temita. Con ello podrías comprarte un galeón y mantener el salario de la tripulación por un año entero sumado a ello la comida junto a bebida, consejo cómprate una mochila más grande a ese saco para llevar cosas. El resto espero que lo gastes sabiamente, yo ya me aburrí de esta bebida, mierda es que en ningún lugar hay un vaso de leche fría que pueda acompañar con galletas. Por cierto toma está campana, una vez la toques sabré dónde estás. hace un sonido muy especial que me llamara te lo aseguro -

- Gra...gra....gracias por la confianza de darme este saco de monedas señor Carlos, prometo usarlo sabiamente y invertirlas bien. Aunque eso sí, me compraré una máscara, siempre quise una -

- No hay de que, además te aburrirías solo oyendo las historias de este viejo y su casi aún más viejo amigo de la infancia. Puede que seamos razas diferentes pero compartimos un ciclo de edad similar y Biolgane ya tendría  cuarenta o un poco más, vamos ve y ya. Yo le avisaré a él si en alguna parte hay una nevera -

Tras tener ese saco en mis manos junto a la campana le di un brazo un fuerte abrazo el dando leves quejidos de dolor a lo que me disculpé pero el tan solo dió unas risas para después dirigirse a dónde estaba su amigo, una ves salí de la carpa aún no podía dejar de marabillarme por tantas cosas como esos frascos coloridos de los alquimistas, criaturas exóticas llenas de extravagancia sin igual como un gato con alas de murciélago o un león del cual su boca salía un fuego azulado, varias piezas de distintos aspectos pudiendo contemplar hasta el motor de una de las primeras camionetas sin ningún daño y también llantas de distintas épocas, gente controlando marionetas gigantes de bestias de las tierras del sol creciente pero di un ondo respiró dejando de ver todo a mi alrededor para encontrar un lugar donde pudiese encontrar una mochila para así portar todo lo que compraría y además pobrecito del señor Carlos, siempre está llevando mis cosas en mochila y creo que es hora de que no cargue tanto.

En ese momento sonreí sabiendo que la había visto mientras me acercaba pero siempre siguiendo la primera regla del espía mantén distancia, esos ojos, esa piel, su tamaño, no importaba dónde viera físicamente ella era casi una copia mía exceptuando por una cosa esa alegría cómo emoción tan exorbitante a lo que cada minuto donde estaba más cerca de ella note que estaba tan absorbida en su misión que no era capaz de notarme en lo absoluto, al final tras estar tan solo ocho metros de distancia era seguro que ella era idéntica a mí. Entonces ella podría renplazarme

- Deendme, sígueme. La quiero a ella, aslo o perderás tu empleo, aslo ahora por favor la impaciencia me empieza a consumir -

- sabe que aunque lo haga su padre n.... -

- ¡es un idiota!. Ahora mismo ni sabe que me huí para estar con toda esta gente divirtiéndome, quiere una niña bonita que se case con un noble pues le daré una pero esa no seré yo y punto. !¡TRAELA AHORA! -

- entendido mi ama -