Esto Sí Pasó - Capítulo 6
—¿En qué locura te estás metiendo Tomás? —preguntó ella muy sorprendida.
—Pues es solo para un comercial de prueba en el que estamos trabajando en la agencia y en serio me ayudaría mucho tu ayuda en esta ocasión. Aprendo rápido, lo prometo. —respondió Tom.
—Bueno, una cosa es que yo te enseñe a caracterizar a alguien más, pero de ahí a que tú mismo lo hagas es más complicado. ¿Seguro que será necesario más de una vez? Porque si con una basta, yo podría...
—Si, lo necesitaré más de una vez y sé lo ocupada que estás, por lo que no quisiera molestarte y preferiría aprender solo lo necesario.
—Pues si es así, necesitaríamos un lugar y mucho tiempo libre.
—Justo en unos días me mudaré a un mini departamento y...
Roxana golpeó la mesa del café donde se encontraba con Tom, devolviéndole a la realidad e interrumpiendo la anécdota que le estaba contando de su conversación con la caracterizadora. Quedó sorprendida al saber que su ex pareja pensaba mudarse, más aún teniendo en cuenta que fue precisamente ese tipo de decisión el que hizo que su relación terminara en primer lugar.
—¿Cómo que te mudas a un mini departamento? —Acotó evitando gritar— ¿Tú solo?
—Claro —respondió Tom tranquilo— te dije en su momento que esperaba ahorrar lo suficiente para vivir más o menos tranquilos, vengo ahorrando desde mucho antes de estar contigo. Simplemente ya lo logré.
—¿Donde?
—¿Por qué piensas que te lo diré?
—Para nuestro plan y quizás... —comenzó a decir mientras se sonrojaba.
—Quizás ¿Qué?
—Nada, solamente el plan.
—No te lo diré. Y si piensas que podrás disponer de mi espacio para lo que tú quieras, olvídalo.
—De acuerdo... de acuerdo...
A Roxana esa situación le molestó. Fuera de lo ocurrido con Miguel, esperaba sinceramente mudarse con Tom en el momento que se lo propuso, sin embargo, la influencia de Miguel fue más fuerte y fue el detonante de todo lo que ahora estaban viviendo. Decidió entonces no insistir en el tema y supuso que en algún momento retomarían esa discusión y podría saber dónde encontrarlo. Para ese momento, ella ya le había dado indicios de dónde encontrarla ante cualquier emergencia, sentía injusta toda esa situación.
—El punto es que ya conseguí a quien nos ayude con mi caracterización en otra persona —retomó Tom— ¿Cómo te fue a ti?
—Ah sí... ese lugar en verdad es increíble. No piden tanta cosa para entrar, solo que seas mayor de edad y que puedas dar un "diezmo" mensual. Dicen que es voluntario, pero piden un mínimo si quieres permanecer como un miembro. Son unos ladrones de saco y corbata.
—¿En serio su hermana está en un lugar así?
—Ajá, y no me sorprende, Miguel también tomaba el poco dinero que tenía y lo gastaba en estupideces.
—Menuda familia, entonces necesitaría un documento falso ¿No crees que podrían descubrirme, aunque consiga uno de esos?
—Tranquilo, fingí que iba a unirme y solo me hicieron preguntas tontas sobre si tenía fe y cuántos ingresos. Me disculpé al final diciendo que me lo pensaría y me fui. No vi que pidieran documento alguno y al parecer para ingresar no te hacen firmar nada.
—Imagino que es para no pagar beneficios a nuevos empleados, que gracioso.
—Igual veré donde consigo un DNI por si acaso, solo no lo uses para trámites, abortamos la misión si lo piden, ¿De acuerdo?
—De acuerdo.
—Entonces... ¿Cuándo comienzas a ver lo de tu caracterización?
—Pues Naiara y yo quedamos en vernos el próximo fin de semana ya que...
—Espera —interrumpió Roxana sorprendida, casi como queriendo gritar— ¿Cómo que Naiara? ¿Tu ex es la caracterizadora de la que estábamos hablando?
—Es la única que conozco —respondió Tom tranquilo— su gusto por el anime la llevó a los cosplays y posteriormente a la caracterización.
—Pe... pero... ella... te trató mal cuando terminaron ¿No?
—A eso iba a llegar cuando me cortaste, tonta.
Volvieron entonces al relato de Tom, en el cual le mencionaba a Naiara que se iba a mudar a un mini departamento y le proponía que se juntaran ahí para las lecciones. Roxana le escuchaba atentamente, muy incómoda con lo que estaba oyendo, pero a la vez muy consciente de que no tenía derecho a reclamar. Ya no estaban juntos como pareja, eran solo compañeros en pos de una venganza no muy clara.
—¿Puedo preguntarte algo Tomás? —dijo Naiara tras acordar los días de práctica.
—Claro.
—¿Por qué cuentas conmigo ahora? No soy tonta, sé que en ese entonces fui muy inmadura e injusta contigo, pensé que me guardabas rencor. Te soy sincera, me sorprendió tu llamada.
—Bueno, ya que somos sinceros, eres la única profesional que conozco de esto, eso es uno. Y dos, no te guardo rencor. Si me cambié de turno en la universidad fue porque no quería seguir ahí, tuve temor de que empezaran las habladurías tras terminar y en verdad te agradezco que ni antes ni después de mi partida hayas generado alguna especie de rumor.
—Es lo menos que podía hacer. Al día siguiente... —comenzó a decir mientras se sonrojaba— me arrepentí de todo. Te veía meditabundo todo el tiempo, apenado, me sentí culpable y pensé que lo mejor sería no acercarme. Tuve miedo también. No de ti, de mí misma, no quería volver a lastimarte. Tomás... perdóname.
—Estás perdonada desde hace mucho Naiara.
—Si no te molesta, dime Naia, por favor. Si vamos a trabajar juntos desde ahora, me gustaría que sea con algo de confianza, ya que el procedimiento no es sencillo.
—Está bien Naia, dime Tom de nuevo si gustas. ¿Nos vemos el próximo fin de semana entonces?
Roxana comprendió en ese momento del relato que los pecados de Naiara eran una travesura infantil en comparación a lo que ella había hecho. Vio en Tom un ápice de tranquilidad cuando hablaba de su ex, lo que le dio a su vez paz a ella misma ya que no vislumbraba en él una intención de regresar con ella. No podía asegurar lo mismo de Naiara, lo cual le generó una ligera preocupación que buscaba negar a toda costa.
—Preguntó por ti ¿Sabes? —habló Tom.
—¿Ah? ¿Qué? —respondió Roxana volviendo de sus pensamientos.
—Naiara, preguntó por ti.
—¡¿Qué le dijiste?!
—Tranquila, le dije que terminamos, pero no le di los detalles. Insistió, pero no dije nada.
—Más te vale.
—¿O si no qué? —preguntó Tom con una sonrisa pícara desafiante.
—Si no... nada —respondió ella sonrojada sin saber qué decir.
—Eso creí.
Acordaron unos detalles adicionales y un calendario de actividades para los próximos días. Roxana tenía muy claro que la venganza que estaban planeando tenía muchas falencias y requería de muchos recursos. Se preguntaba constantemente si en algún momento Tom la mandaría por un caño, si se cansaría de todo y decidiera dejar todo como está y cada quien volviera a su vida, sintió un ligero temor que no lograba reconocer. Se preguntó además qué tanto impactarían realmente en Miguel al meterse con su hermana. Por primera vez, en ese momento, en la oscuridad de su habitación, presa de un terrible insomnio, se preguntó si Tom, el serio y aparentemente amable Tom, sería capaz de ser una copia del mismo Miguel y lastimar emocionalmente a una chica que apenas conoce y que quizás no tiene ni un poco de la personalidad del hermano que le tocó.
—Si todo sale mal... ¿Me perdonarías como a ella, al menos esto? —se preguntó varias veces mientras su reloj marcaba casi las 5 de la mañana y sus ojos se empezaban a cerrar.
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