Esa noche Tom llegó a su casa súper cansado, si bien tenía claro que una venganza no sería fácil, más difícil le resultaba tener que reunirse con Roxana. Para ello, optaron por verse una o dos veces por semana y ya estaban en la segunda sin mucho progreso. Investigaron los entornos de las ex que Miguel había tenido, las historias detrás de ellas y determinar el tipo de amor que él les había profesado. Una de ellas les llamó mucho la atención, puesto que era con quien más había durado y hasta él le había prometido que algún día vivirían juntos, sin embargo, ella le terminó al darse cuenta lo holgazán que era y ya contaba con su propia familia por lo que tuvieron que descartarla de inmediato.

Esto lo desanimó de tal forma que optó por entregarse al alcohol nuevamente en la soledad de su habitación, se mareó pronto puesto que aún no había comido nada y trató de dormir. Sin embargo, la ansiedad lo tenía moviéndose de un lado a otro sin poder conciliar el sueño. Miraba el techo desconsolado mientras una idea rondaba su mente:

"¿Y si ella hace todo esto solo para verme?"

***

Roxana por su parte, ya al día siguiente, comenzaba a tener la misma impresión, de que una venganza sería en vano ya que el sinvergüenza efectivamente no parecía amar a nadie, por lo que tomó la decisión de dejar de molestar a Tomás y decirle la próxima vez que se vieran que dejarían atrás sus planes y que cada quien debía volver a su vida. Durante días pensó en la forma correcta de decírselo sin herir nuevamente sus sentimientos y tratando de restablecer de alguna manera la amistad que solían tener mucho antes de enamorarse para no perder el contacto con él. Era un sentimiento muy complicado el que tenía, pero ella buscaba un poco de redención dentro de toda esa situación.

Estaba divagando en esos pensamientos cuando su jefa la llamó a su oficina. Era un viernes y no faltaba mucho para su hora de salida.

—¿Todo bien señora? —preguntó Roxana mientras tomaba asiento.

—Si Roxanita descuida, solo quería pedirte un enorme favor, sé que ya casi es hora de salir, pero necesito urgentemente que lleves unos documentos a la sucursal norte, tengo entendido que queda casi de camino a tu casa.

—Me desvía un poco pero sí, ¿Qué pasó con Kevin, el mensajero?

—Lo mandé a otra sucursal y hasta que vuelva tomará tiempo, no te lo pediría si no fuera urgente. Te lo compensaré el lunes dejándote salir una hora antes ¿Qué dices?

—Está bien señora —respondió Roxana casi de inmediato— no tengo problema.

—Mil gracias hija, están en ese sobre, no hace falta que vuelvas una vez los dejes, ya puedes ir a casa.

—Gracias.

Para llegar más pronto, Roxana tomó un taxi y logró dejar los documentos mucho antes de lo esperado. Estaba en un edificio de más de 20 pisos y la sucursal de su empresa estaba casi en los últimos, una vez dejó todo tomó el ascensor y salió a la calle ya más tranquila. Sus zapatos, como siempre, le hacían doler demasiado los pies por lo que optó por ir al "Parque Del Centro" a relajarse antes de poder ir a casa. Fue precisamente en este lugar donde se llevó una grata sorpresa al ver que se llevaban a cabo varios eventos en simultáneo, había guitarristas acústicos en vivo, poetas declamando, todo al aire libre y muchísima gente en pequeños redondeles solo para verlos. Ella no supo decidir cual ver primero por lo que solo buscó una banca vacía y ver de todo un poco.

A lo lejos, vio un grupo de jóvenes vestidos iguales de polera celeste y jeans azules, todos llevaban un logotipo de lo que parecía ser una escuela de liderazgo o algo parecido, con una paloma blanca que guiaba a otras pequeñas, lo que ellos hacían era ensayar un baile que presentarían en unos momentos después. Había un equipo de sonido listo y solo practicaban a lo lejos de toda la gente para evitar arruinar la sorpresa. Pese a ello, ella pudo ver el espectáculo completo y quedó muy complacida, pensó en que esos chicos tenían mucho talento. Una vez acabado el ensayo, los bailarines se dispersaron para comprar bebidas y botanas. Ella, por su parte, seguía en su banca masajeando discretamente sus pies para que bajara el dolor que sentía.

En eso estaba cuando dos chicas de ese grupo pasaron por su lado, ocasionando un pequeño susto en la propia Roxana al creerse descubierta tocando sus pies en pleno parque. Lejos de ello, las señoritas en cuestión se sentaron en un árbol cercano al no encontrar bancas vacías en los alrededores. Abrieron unas botellas de agua y conversaban de temas triviales.

Es ahí cuando Roxana discretamente se pudo percatar mejor del logotipo y de lo que decía la polera en realidad. En la espalda decía "Equipo M", al parecer así se hacían llamar los chicos y el logotipo en sí era de un grupo religioso.

En eso, las chicas sacaron sus celulares y se pusieron a revisar sus redes sociales y ver videos mientras reían y seguían hablando, Roxana hizo lo mismo por unos momentos hasta que decidió ordenar sus cosas ya para retirarse.

Una tercera chica apareció de pronto para unirse al grupo, estaba emocionada por algún motivo.

—¡Chicas! ¡Chicas! —comenzó a decir— luego del show, Micaela dice que nos puede llevar a una pollería ficha para comer y celebrar por la buena labor, ¡Nos está invitando!

—¿En serio? Genial. —respondió una de ellas.

—¡Qué rico! Me encanta el pollito a la brasa —respondió la segunda.

—Me pidió que por favor les avise a todos para que vayan con ella de nuevo y se anoten, tengan su DNI a la mano ya que hará una reservación. ¡Vamos!

La última en llegar echó a correr y las otras le siguieron.

—¡Espera! ¡Que me anoten primero! ¡Briggitte Ibarra!

—¡Diana Londoño también!

Roxana quedó en shock al escuchar ese apellido que tan malos recuerdos le traía. Fue entonces donde pensó mejor las cosas y se dio cuenta que quizás habría una mínima posibilidad de encontrar alguien a quien Miguel quiera entre sus familiares. Una prima, una hermana, lo que fuere. Pensó mucho en esa posibilidad y llamó varias veces a Tom. No obtuvo respuesta sino hasta su tercer intento puesto que el joven se encontraba en su trabajo donde no le permitían contestar llamadas a menos que se tratara de una urgencia.

—Creí haberte dado mis horarios, salgo en una hora más —le contestó Tom un tanto ofuscado.

—Lo sé, lo sé, solo que acabo de darme cuenta de algo, ¿Crees posible que ese hijo de puta tenga una hermana o prima como de nuestra edad? —le dijo ella.

—Tú deberías saberlo, ¿Me llamaste por una suposición?

—Ese desgraciado nunca me habló de su familia y si lo hizo lo olvidé. Mira, estoy en un parque, escuché a una chica con su apellido. Se me ocurrió que quizás tuvimos un mal enfoque en buscar entre sus ex y que tal vez podría haber un familiar que nos sirva al propósito. Pienso que no estaría de más averiguar.

—Dudo que ese sujeto quiera a alguien, por muy familiar que sea. —suspiró Tom en señal de resignación— pero si tenemos esa mínima probabilidad ¿Qué sugieres?

—Vamos al Arena Shopping, ahí hay cabinas amplias donde podremos estar los dos y de paso tomar un café. Crearemos una cuenta falsa si hace falta y buscaremos dentro de su entorno familiar todo lo que podamos averiguar y definimos juntos el plan de una vez ¿Qué dices?

—Ahhh, de acuerdo ¿mañana a las 3pm?

—Sí, me parece perfecto, nos vemos entonces.

Dicho esto, ambos colgaron, Roxana se quedó un rato más en aquel parque emocionada por la posibilidad y pensando en qué nombre poner a una posible cuenta falsa, por si hubiera necesidad de agregar al tipo ese para acceder a su información. Tom, por su parte, tras colgar apagó su celular y volvió a su puesto de trabajo. Una persona se encontraba a su lado y al sentir su presencia no pudo evitar preguntar.

—¿Ella de nuevo?

—Si  —respondió Tom desganado.

—¿Quedaron en verse otra vez?

—Si.

—Eres un huevón.

—Tal vez más que eso, pero... —respondió él con una ligera sonrisa.

***

Una vez llegado el sábado, después de la hora del almuerzo, Tom y Roxana se alistaron para su encuentro en el centro comercial que habían acordado. Pese a ser un lugar medianamente concurrido y de ser reconocido más bien como un templo para todo fanático de películas y anime, ambos terminaron vistiendo más formal de lo común para ese lugar, como quien va a una cena o a una fiesta. Ella llevaba una falda que le llegaba hasta las rodillas de color negro, suelta como de verano, con una blusa blanca de mangas con diseño que hacían juego, en suma, se había maquillado y había intensificado las ondas de su cabello, además de llevar unos tacones medianos y una cartera pequeña donde llevaba su celular entre otros pequeños accesorios de retoque. Ella había llegado temprano, por lo que se sentó en una banca cerca al local de cabinas donde estarían.

Unos minutos después llegó Tom, al igual que su acompañante llevaba una vestimenta poco acorde al lugar que visitaba. Pantalones drill y zapatos negros, en conjunto con una camisa roja manga corta. Sumado a ello, se había cortado el cabello y llevaba unos lentes que solo usaba para trabajar. Cuando se juntaron no pudieron evitar atraer la atención de mucha gente.

—Llegas tarde —le dijo ella apuntándole con el dedo.

—Aún no son las 3, mongola —le respondió Tom secamente.

—Por lo visto tenías ganas de verme. Nunca te había visto esa ropa. —dijo Roxana señalando de arriba a abajo.

—Puedo decir lo mismo ¿sabes?

—¿Esto? —respondió ella sonrojándose— Mas tardecito tengo una reu con unas amigas, nada que te importe, ¿Vamos a la cabina? - dijo comenzando a caminar.

—Como gustes.

Ambos pasearon por todo el lugar y comprobaron que todos los locales que ofrecían cabinas de internet se encontraban a tope precisamente por ser fin de semana y por ser verano, muchos estudiantes de escuelas e institutos se encontraban de vacaciones en esos lugares. Su búsqueda los llevó hasta el sótano, donde funcionaban los locales menos populares y de equipos más bien básicos de uso casero. Los más populares tenían máquinas repotenciadas que servían tanto para ver videos como para diversos juegos modernos.

Aquel local del sótano era atendido por una abuelita que, además de cuidar, ofrecía diversas golosinas y bebidas al público. Cuando ellos llegaron quedaba solo una cabina disponible, muy pegada a una esquina, pero con espacio suficiente para dos personas delgadas. Solicitaron libertad de tiempo para permanecer ahí, una vez que se pusieron cómodos finalmente ingresaron a las redes sociales para comenzar su investigación.

—Ayer en la noche traté de buscar y resulta que el imbécil me tiene bloqueada, tuve que crear una cuenta falsa —le dijo ingresando— para sorpresa mía, no hará falta agregarlo. —concluyó mostrando el perfil de Miguel.

—Qué enfermo es ese tipo, más de tres mil contactos.

—Veremos una por una si es necesario.

Pasaron la primera media hora buscando entre varios perfiles, descartando de antemano las cuentas evidentemente falsas y las que ya tenían foto de perfil de hombre. Si ponían Londoño en el buscador, encontraban a chicas de otros países y chicos que parecían ser parientes, pero no cercanos. Roxana estaba tan concentrada en lo suyo que no se percató que Tom miraba pensativo hacia un punto fijo en la pantalla, cuando ella se dio cuenta, vio que él estaba mirando la sección de chat de dicha red.

—Tom... —le dijo Roxana apenada— ¿Estas bien?

—Solo pensaba, hablabas con él por esta red social ¿No?

—Te prometí que no habría más sorpresas Tom, no deberías pensar en esas cosas, si gustas puedo abrir mi perfil y demostrarte que ya borré todo lo que tenía con ese sujeto.

—Lo suponía, no importa, no me hagas caso, soy un tonto.

—No lo eres, es normal tener ese tipo de curiosidad.

—Igual no podría creer absolutamente nada de lo que digas si preguntara, así que mejor dejemos el tema ahí y sigamos con esto ¿quieres?

—Está bien.

Ambos quedaron en silencio por otros diez minutos hasta que finalmente llegaron a los perfiles que no tenían nombres como tal, si no íconos y sobrenombres. Uno de estos tenía de foto de perfil un gatito que miraba al cielo con nombre "Blessed DL" se veía muy femenino por lo que entraron a curiosear. Entraron y vieron que tenía casi todo su contenido en privado, incluso estuvieron a punto de descartarla como cuenta falsa hasta que Roxana reconoció a una jovencita en una foto.

—¡Ah! ¡No puede ser! ¡Es ella! ¡Estoy segura que es ella! ¡La chica del parque! ¡What the fuck?! —gritó Roxana llamando la atención de todos los presentes.

Todos en el lugar le llamaron la atención por la bulla, incluso la dueña tuvo que acercarse para preguntar si había algún problema, por lo que ambos jóvenes tuvieron que disculparse.

—¿Por qué no eres una niña normal Roxana? —le preguntó Tom en son de burla.

—Perdón, me emocioné, es que si es ella. Si no me equivoco... Se llamaba... Denisse... no... Diana, si, Diana.

—¿Será algo de ese miserable?

En dicha cuenta se encontraban muchísimas imágenes y pocas fotos de la señorita en cuestión, entre las imágenes muchas de ellas eran pasajes bíblicos con un dibujo al lado y entre las fotos se encontraba ella generalmente con un grupo de amigas durante su etapa escolar. Volviendo a revisar notaron que se saltaron una de las fotos, la cual les llamó la atención. Databa de tres años antes, se veía a una Diana muy sonriente en su ingreso a la universidad. A cada lado de ella estaban sus padres y, de fondo como ocultándose, un joven que no podía disimular su orgullo. Roxana lo reconoció de inmediato.

—Definitivamente son hermanos. Ese es Miguel.

—¿Segura que es él? —preguntó Tom incrédulo.

—Tiene el pelo pintado y se ve más joven, pero definitivamente es él, esa pose es de un anime llamado Mojo's y ese siempre la hacía. Mira bien sus facciones.

—Es cierto... desde entonces ya era un ridículo ¿verdad?

—Eso parece.

—Entonces, ¿Qué procede?

—Bueno —dijo Roxana mientras veía las otras fotos— según mis cálculos, teniendo en cuenta que esa foto es de hace tres años y suponiendo que ingresó a su universidad entre los dieciséis y los diecisiete años, esa chiquilla ahora debe tener entre diecinueve y veinte. Eso es uno.

—¿Ya?

—Dos, ese lugar que frecuenta, esa iglesia es más o menos conocida. Debemos encontrar la forma de ingresar sin levantar sospechas, saber de ella y más que nada confirmar si estamos ante el único ser viviente que ese imbécil quiere. Mira su cara de embobado.

—Suponiendo que lo fuera, ya te digo, la chica parece simpática pese a los lentes y frenillos —dijo Tom mirándola con curiosidad— pero no creo que yo sea su tipo. Más aún si termina pareciéndose a él en personalidad. Además, pensando bien las cosas, todo se arruinaría si Miguel me reconoce y le cuenta todo.

—¡Oh! - respondió sorprendida Roxana - cierto, no pensé en eso.

—¿Entonces?

—Nos las arreglaremos, pero de que nos vengaremos, nos vengaremos —dijo esbozando una sonrisa— ¡No puedo creer que tengamos algo al fin!

Roxana tuvo una segunda explosión de emoción que de nuevo llamó la atención de los clientes. Este estallido culminó en un impulsivo abrazo por parte de ella hacia él. Tom se quedó impactado, pero no le correspondió, lo que provocó en ella una gran pena y que solo hablaran lo necesario el resto de la tarde. Una vez cubiertos los detalles básicos del plan y de un improvisado cronograma de investigación, cada uno tomó un camino distinto en dirección a sus respectivas casas. Se sintieron apenados por la casi formalidad de sus vestiduras y se prometieron no volver a encontrarse así a menos que la situación lo requiera.

—¿Qué tan imbécil puedo llegar a ser? ¿Qué esperaba que pasara? —pensaron ambos al llegar a sus habitaciones.