Viernes 12 de enero del 2024

Querido diario III:

Antes que nada, te doy una gran bienvenida a mi vida, eres el precioso regalo que me hizo mi amado esposo y prometo cuidarte tal cual tus antecesores. Llegaste justo a tiempo para guardar mis pensamientos más profundos, en esta nueva y hermosa etapa que jamás creí vivir.

Te daré un pequeño resumen de lo vivido hasta hoy, todo lo que te contaré está detallado en tu antecesor. Incluso, hubo un diario antes que ustedes, pero aquel fue escrito por una Diana inmadura que se prometió cambiar y que ha seguido sus propios juramentos e ideales hasta ahora.

En resumen, todo comienza en 2018 cuando ingresé a mi nueva universidad y poco después conocí a alguien increíble. A diferencia de un amor anterior, dejé que este se diera con más naturalidad y fuimos conociéndonos. El amor es paciente dicen algunos y este chico tuvo una paciencia fenomenal conmigo. Él es un año mayor y culminamos juntos nuestra carrera. En algún momento en medio nos hicimos novios. En su declaración no hubo fuegos artificiales ni un cielo iluminado por la luna. De hecho, era de día, estaba lloviendo y estábamos viendo el patio de la universidad desde un balcón. Un simple "te quiero" nervioso y un collar de regalo, uno que llevo hasta el día de hoy, fue todo lo que necesitó este chico maravilla para atrapar mi corazón lastimado y devolverlo a las filas del amor. ¿No te dije su nombre? Jonás Ulloa.

Cuando formalizamos nuestra relación no pasó mucho para conocer a su familia y él a la mía. Fue gracioso ver cómo mi mamá intentaba discretamente ver si llevaba una peluca o alguna prótesis. Nos hicimos de un gran ahorro desde entonces, trabajamos mucho, ejercimos nuestra carrera en empresas diferentes y aunque suena demasiado pronto la idea del matrimonio surgió. Una noche cualquiera llegó a mi casa con una gran serenata y me lo propuso frente al vecindario.

Me casé en el año 2021, a mediados de año. Algo que no mencioné es que solía ser evangélica, pero tras un destape del lugar que solía frecuentar quedé muy decepcionada y casi pierdo mi fe. Mi mamá siempre fue una mujer muy sabia y me aconsejó mucho, me devolvió la fe en Dios y confieso que me ha ido bien desde entonces. Tras el matrimonio civil, la idea de uno religioso se me hizo un bonito ideal por lo que lo llevamos a cabo un mes después. Asistieron muchos familiares tanto del lado de Jonás como del mío. Familia que por ambos lados no veíamos hace mucho tiempo, incluso me contaron que la boda fue tan hermosa que no faltaron los transeúntes curiosos, puesto que vimos las fotos y hubo muchos desconocidos.

Sobre mi familia no hay mucho que decir, mis padres se quieren muchísimo a pesar de la distancia y yo los amo como nunca. Cuando me casé, me mudé con mi esposo a un espacio propio, lloraron a mares.

Tengo un hermano, su nombre es Miguel, está casado con una mexicana de nombre Ariana que radica en Estados Unidos, con la que tiene un hijo llamado Dante. Adoro a mi sobrinito con locura y más aún cuando viene a visitarnos con papá en las navidades. Es un niño adorable, este año cumple 5 añitos y es todo un caballerito. Supe que tendrá un hermanito o hermanita pronto. Al parecer, obligar a mi hermano a sentar cabeza luego de todo lo que pasó le hizo bien, sé que ha sido un trabajador leal y ha aprendido el valor del dinero al tener que cuidar a su propia familia.

Nuestra familia va creciendo a un ritmo inimaginable y hace dos días hice mi gran aporte. Así es querido diario, el motivo por el que hoy eres mi regalo especial es que ha comenzado una nueva etapa en mi vida, mi etapa como madre.

Hoy es mi última noche en el hospital, estaremos volviendo mañana por la tarde. A diferencia de tus antecesores, tú guardarás tanto mis pensamientos como los hechos más relevantes en la vida de mis hijos. Así es, segunda sorpresa de la noche para ti amigo nuevo, tuve gemelos. Un niño y una niña. Ruego al cielo que crezcan sanos y fuertes, que me quieran más que a su papá (jeje que también lo quieran a él por supuesto, sólo estoy bromeando) y que nada ni nadie los lastime. Prometo cuidar de ellos, protegerlos de todo mal y ser una madre amorosa, tanto o más como lo fue la mía con nosotros.

No tengo más que decir querido diario, solo darte la bienvenida de nuevo. Y si alguno de mis pequeños alcanza a leer tus páginas o las de tus antecesores, que sepan que siempre estaré a su lado, que los amo muchísimo y que no me juzguen, también fui joven y espero puedan aprender algo de mis experiencias.

A partir de mañana, te contaré muchas más cosas con lujo de detalles.

Diana Londoño

Orgullosa madre de Olivia y Ramsés Ulloa