Viernes, 14 de Agosto del 2015

Querido diario:

¡Todo salió perfecto! Desde que conocimos a Leo supimos que su cumpleaños era este día y por supuesto teníamos que prepararnos. Este era el evento del que te había platicado hace dos semanas querido diario y quería ver los resultados antes de escribir sobre ello.

Y vaya que lo valió, dos semanas de planeamiento con las chicas, colectas y una larga selección de pequeñas sorpresas hicieron del culto de hoy una experiencia inolvidable. Vi a Leo muy emocionado por todo esto y estoy segura que aprecia todo lo que hicimos, para buena suerte el pastor en persona vino a visitarnos y formó parte de la celebración.

Lo curioso fue cuando dejamos que Leo diera unas palabras, no sé quién fue la chismosa que le dijo que yo lideré la organización. ¡Me dio las gracias exclusivamente y frente a todos! ¡Dios! ¿Quién pudo haber sido?

Obvio me puse toda roja, no sabía dónde poner la cara, los chicos comenzaron a molestarnos pero a él no le vi ni el más mínimo sonrojo. Dado que en verdad ayudé a organizar todo (ok, de acuerdo, yo hice todo) fui la encargada de darle su regalo en ese momento, justo después del discurso. Es más que evidente que me molestarán con él de ahora en adelante.

No sé si lo escribí en algún lado antes, pero Leo es mayor que yo por unos tres años, de la misma edad de mi hermano. Al ser líder, dudo mucho que me vea con otros ojos. Fue un momento muy extraño y embarazoso. Solo después de la festividad pudo acercarse y disculparse por hacerme sentir avergonzada. Es una persona muy agradable y considerada en ese sentido.

Lo raro es que dijo querer compensar lo que hizo, no supe qué responderle. Tuvimos un silencio incómodo y solo dijo que ya se le ocurriría algo. Briggitte y las chicas aparecieron de pronto queriendo saber de qué hablamos, ellas tampoco lo entendieron. Insisto en que no creo que me vea con otros ojos, pero si así fuera, no sabría cómo reaccionar. 

Solo Dios sabe la respuesta.

Diana.