Capítulo 8
Dedicado a mi amiga Diana Galván, quien ama a Dareth tanto como yo, y me da su gran apoyo.❤️❤️❤️
El baile.
Destiny
Si la mansión Callon ya era hermosa y parecía sacada de revista, el día del baile era otra cosa mucho más asombrosa. Habían subido unas cosas al piso de arriba, específicamente a la habitación de Dareth. La mesa principal no estaba y en cambio fue reemplazada por varias mesas que llegaban hasta el pasillo. El sofá tampoco estaba por lo que la mansión se veía mucho más amplia, supuse que esa parte sería para bailar. Lo más interesante era el gran candelabro que había justo en el centro de la casa, donde estaba despejado. Era grande y con diversos tipos de diamantes.
—Aquí estarán los invitados, y aquí pondremos una mesa de dulces —le explicó la señora Callon a los trabajadores.
Yo bajé las escaleras con cuidado de no hacer ruido para luego llegar a la cocina. Tomé un cuernito y un vaso de leche y me senté en la barra para luego abrir mi teléfono.
¿Un mensaje de un número desconocido?
Desconocido
Hace un largo tiempo que no sabía de ti Destiny.
Destiny
¿Quién eres?
Me mantuve inquieta esperando una respuesta que no llegaba. ¿Quién podría ser?
Hace un largo tiempo que no sabía de ti.
No había una persona concreta a la que pudiera imaginarme, a menos que fuera... no, no era posible, ese asunto ya había quedado olvidado, no lo había visto hace años. Sacudí la cabeza intentando calmarme, tal vez sólo estaba exagerando.
—¿Todo bien Destiny? —preguntó el abuelo Callon sacándome de mis pensamientos. Estaba vestido con una pijama completamente azul y puso su café en la barra junto con un pan tostado con mermelada, se sentó enfrente de mí y me miró preocupado.
—Oh hola, y sí, sólo estaba... pensando.
—¿Es el baile? ¿Acaso te tiene abrumada? —lo dijo con cierto tono de tristeza. Quizá creía que me estaba forzando de alguna forma.
—No... no es eso, es sólo que estaba pensando en unas cosas del pasado —arrugué la nariz y le di un sorbo a mi vaso de leche.
El asintió —¿Y qué tal te sientes por esta noche? ¿Emocionada? —sonrió dándole una mordida a su pan tostado.
—Sí, he comprado un vestido, creo que en la tienda de tu hija —le conté recordando a Lucy.
—Genial, ¿sabes si vendrá? No ha venido mucho luego de la muerte de mi esposa —miró hacia el suelo, su semblante feliz cambió por uno más melancólico y triste. La abuela de Dareth me causaba bastante intriga, había escuchado de ella muy pocas veces, pero parecía una persona que fue de bastante vitalidad para los Callon.
—Creo que si, mencionó algo de que Ellie no la dejaría faltar por nada del mundo —me encogí de hombros y miré hacia la ventana.
Me di cuenta de que había un cuadro de una mujer un poco mayor, de cabello café y ojos muy verdes, parecidos a los de Dareth, pero un poco más claros.
—Es mi esposa, la foto fue tomada dos años —fue como si el abuelo me leyera la mente, yo aparté mi vista un poco nerviosa, no quería parecer muy chismosa.
—Era muy bonita —me limité a decir.
—Exacto, pero no fue su belleza la que me cautivó —se llevó una mano a la sien, pensando—. Era muy inteligente, todo el mundo deseaba tener una plática con ella, porque hablar con ella era como hablar con el mismísimo Einstein.
—Wow, eso es increíble, me habría gustado haberla conocido.
—Creo que le habrías agradado —me guiñó un ojo.
—¿La extraña mucho? —pregunté sin pensar.
—Cada día mi mayor anhelo es encontrarme con ella de nuevo —suspiró— No en todas las vidas encuentras a tu alma gemela ¿sabes?
—Espero encontrar a la mía entonces.
—Yo estoy seguro de que lo harás —tomó su taza para llevarla al fregadero— nos vemos en la noche Destiny, siempre es un placer hablar contigo.
—¡Dios cómo aprieta! —se quejó Ellie mientras intentaba meter su vestido.
—No pudiste haber engordado en dos días Ellie —le dijo Abby intentando subir el vestido.
—Oh créeme, cuando estás todo el día en un McDonalds con tus amigos claro que se puede.
Yo me acerqué intentando averiguar por qué no entraba el vestido si Ellie era bastante delgada.
¡Bingo! Dijo mi consciencia cuando ví el cierre el costado del vestido. Me acerqué para luego bajarlo.
—¡Genial! ¿Cómo lo hiciste Des? —dijo Abby asombrada.
—Sólo bajé un cierre —fruncí el ceño.
—Debes tener vista de águila, porque yo no lo vi —contestó Abby.
—¡Ni yo!
—Tal vez fue porque tú lo tienes puesto Ellie, y Abby es miope y no se quiere poner sus lentes —rodeé los ojos y Abby me miró entrecerrando los ojos. Yo intenté que contener la risa.
—¿Abby usa lentes? —preguntó Ellie asombrada— ¿Cómo manejas?
—No uso taaanto aumento —mentirosa—.
—Sólo 6.5 —dije soltando una risita.
—Shhh, si lo saben más personas me van a quitar mi licencia.
—Sigo sin saber por qué no te pones de contacto si no te gusta que te vean con los de armazón.
—Los de contacto son súper incómodos Des —hizo un puchero— Los de armazón me hacen ver los ojos súper pequeños.
—¿Has intentado con los lentes permeables a gas?
Abby y yo la miramos confundidas.
—¿No los han escuchado? Te los pones en la noche y te corrigen la forma de tu córnea, cuando despiertas te los quitas y ves bien todo el día —explicó felizmente mientras subía el otro cierre de su vestido.
—Vale, esos son una buena opción —respondió Abby asintiendo con la cabeza.
—Claro, la mayoría de mis amigos los usan.
—Luego me pasas el contacto.
El peinado fue un caos total ya que Ellie era todo menos delicada cuando de peinar se trataba, así que Abby tuvo que intervenir para ayudarme a hacer un moño bajo trenzado con dos mechones rizados que caían al frente, me puse unas piedritas pequeñas verde esmeralda que estaban sólo en la parte superior de mi nuca.
Ellie se había hecho una trenza de lado con flores pequeñas del color de su vertido, su maquillaje era muy simple, con colores tenues. Abby sólo se había alaciado el pelo para luego hacerse una media cola atándola con horquillas plateadas.
Me puse el vestido junto con unos tacones bajitos negros. Me miré en el espejo mi cicatriz y por un momento pensé en soltarme el cabello para cubrirla, pero luego recordé la plática de la vez que fuimos por los vestidos, además de que Abby y Ellie me matarían si arruinara a lo que denominaban «Mi gran creación de peinado»
Bajamos las escaleras y vimos al abuelo quien lucía espléndido en su traje blanco con botones plateados, como si fuera un príncipe. Él nos miró ampliando su sonrisa y se acercó a nosotras.
—¿Pero qué he hecho para merecer a tres hermosas princesas? —abrió los brazos para luego darnos un abrazo, incluso a Abby, quien lucía un poco extrañada pero feliz.
—¡Tú luces como todo un principe abuelo! De no ser porque todo el mundo sabe tu edad, pensarían que tienes cuarenta —alardeó Ellie apoyando el brazo sobre su abuelo.
—Yo no sé su edad, pero vaya que luce joven —admití.
El abuelo Callon era muy apuesto, y no sólo por el físico, sino por su carisma y forma de ser con las personas, era la clase de persona que querías conservar y no alejar.
—Es que si tengo cuarenta años —me guiñó un ojo y yo reí.
—Abuelo no es verdad, ya vas a cumplir sesenta y ...
—Shhh —le puso el dedo índice a su nieta para que no pudiese articular palabra alguna, para mí sorpresa, Ellie se quedó quieta y rodó los ojos.— déjame ser un príncipe cuarentón por esta noche.
—Está bien abuelo, ya no diré tú edad, pero no tomes mucho —advirtió Ellie.
—Pfff esa deberías ser tú —le dio una palmadita en el hombro a su nieta—. Bueno, ahora debo atender a los invitados —nos dijo mientras se servía una copa de vino y se dirigía a la puerta.
Poco a poco la casa se fue llenando de personas que nunca había visto, había de todas las edades, incluso de la edad de Lucas. Ellie se fue con sus amigos de la preparatoria y yo me quedé con Abby agarrando unas cuantas cosas del buffet, fresas con chocolate, cupcakes y matcha. Las personas empezaron a bailar, algunas canciones eran lentas, provenientes de otra época, pero también había canciones modernas hechas perfectas para un vals.
Un chico rubio y delgado se acercó a mí pidiéndome que lo concediera un baile, pero rechacé la oferta ya que nunca había bailado un vals y no quería hacer el ridículo.
Escuché unos murmullos de varias personas provenientes de la entrada, así que me giré y lo vi. Dareth estaba en la entrada, contuve un suspiro al verlo vestido con un traje negro con toques plateados y el cabello peinado hacia atrás, y no estaba solo, venía con la chica pelirroja que había visto la vez pasada. Estaba vestida con un vestido negro que hacía juego con el traje de Dareth y tenía el cabello suelto rizado, era muy hermosa. Ella lo tomó de la mano y no pude evitar sentirme incómoda y nerviosa, incluso ¿triste?
«¿Por qué me sentía así?»
—Iré a la cocina —le dije a Abby y ella asintió.
Me dirigí rápidamente a la cocina y cerré la puerta, soltando un largo suspiro.
«¿Acaso esa chica era su novia?»
No pude evitar sentirme un poco decepcionada, ¿Pero decepcionada de qué? Si ni siquiera éramos nada, es decir, sólo habíamos hablado muy pocas veces y yo ya estaba sintiendo de todo.
Esperaba que sólo fuera por mera confusión mía, ya que tal vez estaba siendo demasiado ilusa. Después de todo él era Dareth Callon, y yo... pues era yo.
Eres Destiny y eres maravillosa tal y como eres
Gracias, consciencia.
Mi ánimo mejoró un poco al ver una caja de donas como las que había visto el primer día que llegué a esa casa. Tomé una y no pude evitar recordar cuando Dareth tiró mi Dona.
«maldito Dareth»
—Creo que tienes una muy rara obsesión con las Donas —dijo él, detrás de mí.
Me quedé paralizada pero me giré para mirarlo.
—No puedo evitarlo, son las mejores doñas que he probado —admití. Esas donas eran sensacionales.
—Al menos recuperaste la dona que tiraste —enarcó una ceja.
—Vale, pero me sigues debiendo una.
—Tomaré nota mental de eso —sonrió.
Okay Destiny, ahora es el momento
¿De qué?
Pregúntale quién era la chica.
No lo haré
¿Por qué no?
Porque...
—¿Y tu novia? —pregunté sin querer y de inmediato me tapé la boca para no decir otra palabra.
Jodete, consciencia.
Dareth pareció un poco asombrado por el comentario tan directo. Me miró entrecerrando los ojos y luego negó con la cabeza soltando una leve carcajada.
—¿Celosa, Destiny? —sonrió de lado.
—No.
—¿Entonces por qué la curiosidad?
—Es que soy muy curiosa —agaché la cabeza jugando con mis manos, nerviosa.
—No es mi novia —dijo al fin y sin querer di un suspiro de alivio.
Mis sentimientos eran un completo revoltijo, pero si de algo podía estar segura, era que Dareth ya estaba causando muchas cosas.
—Ajá, no sabía que fueras un mentiroso Dareth —fruncí el ceño recordando la vez que lo vi con ella afuera de su habitación.
—No lo soy, yo no tengo novias —rodó los ojos y se apoyó en la barra.
—Mmm, déjame adivinar ¿acaso eres el típico chico que ilusiona chicas sólo para llevárselas a la cama? —lo miré de mala gana y él intentó decir algo pero proseguí—. Ah, y luego de ilusionarlas les dices que no quieres nada con la excusa perfecta de «es que no tengo novias»
—Vaya percepción que tienes —se incorporó para acercarse a mí dándome una sonrisa traviesa «carajo, ¿cómo hace para verse guapísimo con cada gesto que hace?»—. Pero te equivocas, yo sí dejo las cosas claras desde un inicio.
—Vale, supongamos que lo creo —miré hacia los lados—. Pero dime Dareth ¿dónde está tu amiga entonces?
Él retrocedió y su mirada juguetona cambió a una más seria y apartó su cara de mi rostro.
—Se enojó conmigo.
—Ya veo... ¿Por qué?
—Porque quería que le dijera cumplidos delante de todos, y si no se los digo ni estando solos, me parece aún más innecesario —bufó— además no soy de decir cumplidos.
—¡Los cumplidos son esenciales! —exclamé.
—No lo son cuando no te nace decirlos, es como mentir.
—Pero es tu pareja.
—No es mi pareja, ya te lo he dicho.
Ah, sí
Jiji
—Bueno... si no es tu pareja entonces ¿qué es?
Él dudó un momento, pero luego me miró y vaciló un poco.
—Era mi amiga con beneficios —contestó en un tono bajo.
Era
—¿Qué? —quedé atónita.
—Sí Des, amigos con derechos —masculló pasando una mano por su cabello.
—Vale... interesante.
—Pero ya no lo es.
¡Estamos salvadas!
—¿Por qué ya no? —inquirí mirándolo fijamente para asegurarme de que dijera la verdad.
—Pues... es que ya no me gustó la idea...
—¡Eres un fuckboy!
—No lo soy, fue un acuerdo mutuo—aseguró.
—Uh-huh —dije sin despegar los labios pero luego él se acercó volviendo a mantener su mirada fija en la mía— entonces ¿por qué la trajiste contigo? Y ¿por qué estuviste con ella toda la semana?
Me di un golpe mental por decir eso ya que en realidad Dareth no me debía explicaciones, pero es que las sensaciones que él causaba en mí hacían que hiciera las cosas más por impulso que otra cosa. Pensé que no respondería, que simplemente rodaría los ojos y se iría, porque después de todo, yo era una desconocida con la que sólo había hablado unas cuantas veces.
—No la traje conmigo, me la topé en la entrada, y no estuve con ella toda la semana, estuve trabajando en los laboratorios.
—Bien —fue lo único que logré decir. Me recargué en la barra y fije mi vista hacia el techo sin decir una Palabra. Dareth hizo lo mismo, quedando al lado de mí.
—Si te gusta bailar ¿Por qué no has bailado con nadie en toda la noche? —fue el quien rompió el silencio.
—No lo sé... creo que no soy buena bailando música clásica.
Dareth me miró incrédulo, pero era verdad, si acaso hacía ballet, pero la música clásica y vals nunca lo había practicado, no lo consideraba necesario ya que era de otra época.
—Yo puedo guiar tus pasos —sonrió y me extendió una mano— ¿bailarías conmigo esta noche, Destiny?
No me esperaba que me preguntara eso, de hecho, asumí que era una broma así que lo miré en busca de hallar alguna risilla o sonrisa sarcástica en su rostro, pero al contrario, era sólo una sonrisa genuina. Y la verdad, es que sí me daban muchas ganas de bailar con él.
—Acepto.
Nota de autora
Epaaa, ¿qué creen que trame Dareth?
¿Será que quiere averiguar más sobre Destiny? ¿O sólo le atrae mucho? Quizá ambas cosas.😳
No olvides comentar qué te pareció el capítulo, y dejar tu voto.
Gracias por leer!!😘
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