Capítulo 36 (parte dos)
Una fiesta, parejas y romance.
Dareth
Muchas veces las malas circunstancias son aquellas que traen a tus verdaderos amigos. Pero ¿qué pasa si pierdes a tus verdaderos amigos por las malas circunstancias?
Durante muchos años estuve perdido dentro de mi propio cerebro divagando si lo que había hecho podía tener reparación. Quizá aferrarme a la idea de que podía enmendar mis errores me mantenía de pie, aunque al final sabía que hay errores que no se pueden reparar, al menos no en una sola vida.
La había cagado siendo un crío cuando accedí a ayudarle a mi abuela a matarse a sí misma. Pero en fin, ya no tenía reparo y la mancha de oscuridad ya se había plasmado en una parte de mi alma. Era una mala persona, y los regaños de mi padre y miradas acusadoras de mi primo, tío y madre, no ayudaban demasiado.
Cuando tienes un pasado que te esfuerzas por esconder lo menos que quieres es que vuelva a salir de nuevo. Como un objeto que arrojas al mar esperando no volverlo a encontrar.
Al menos eso creía.
Cuando Destiny lo descubrió me imaginé de repente mil escenarios en mi cabeza pero ninguno donde ella me apoyara. ¿Debía sorprenderme? No. Porque ahora sabía que de alguna manera, ambos estábamos unidos por algo mucho más fuerte que un simple romance de jóvenes. Y quería saberlo todo, pero no podía, porque al parecer era peligroso.
—¿Hipnosis? —inquirí deliberadamente luego de que Clarigan alardeara sobre si eso podría ayudar.
¿Había visto una película de mentes maestras o qué carajo?
—Quizá funcione —contestó con tono autoritario apoyando su cabeza sobre el respaldo del sofá.
—¿Para qué lo harías? —fruncí el ceño.
Había varias cosas que se me habían venido a la mente, quizá para detener los sueños o hacer que no le diga nada a Destiny como una especie de marioneta controlada por una clase de hechizo mágico que resultaba ser real.
Aunque siendo sincero, en el fondo sabía que yo no quería olvidar.
—Luego lo verás —dijo como si nada y luego miró hacia los lados una y otra vez, asustado, como siempre cada que hablábamos del tema.
—¿Hay algo más que deba saber?
—No irás a su fiesta hoy, ¿verdad? —me preguntó de repente desviando el tema por completo.
Él no apoyaba demasiado que me acercara a ella por una razón que ni siquiera podía explicarme, lo cual no tenía sentido.
Había estado todo el día con él ayudándolo en la rehabilitación de su pierna, debido a que una arteria se había dañado debido a la gran ingesta de sustancias tóxicas que lo habían mandado al hospital.
Pude haberle dado los libros en persona, me habría gustado ver su reacción, probablemente sus mejillas estarían rojas y comenzaría a mirarse las manos al sentirse atrapada. Sonreí al imaginarlo «te tengo pequeña pervertida» Sin embargo, fui cobarde y me refugié con la única persona que parecía saberlo todo pero no podía decirme nada.
Tenía demasiadas preguntas como «¿Quién era la persona que nos seguía en una vida pasada?« «¿Por qué lo hacía exactamente?» «¿Esa persona también podía recordar?» «¿Cómo sucedió nuestra muerte» «¿Por qué recordamos ahora?»«¿Las personas que conocía podían haber vivido conmigo en otra vida?» «¿Quiénes»
—Me duele que saque el tema y no pueda decírselo —le recalqué y le dio un sorbo a su vaso para luego chasquear la lengua.
Claro que quería ir a su fiesta, no por la fiesta en sí, sino por ella; pero el hecho de no poder decirle la verdad me estaba consumiendo.
Cuando Jared le contó una versión de lo que había pasado pudo haberse quedado con esa; pero decidió escucharme, y de cierta forma lo entendió todo de una manera que ni yo hubiera podido entender.
Me habría gustado que se enterara primero por mí, pero al mismo tiempo agradecía que lo hubiera descubierto, porque de otra forma, no se lo habría dicho.
—Ya pasará, es momentáneo, al final te olvidarás de eso.
—¿Olvidarme de que ella es mi alma gemela y compartimos una vida pasada? —inquirí de manera irónica y él permaneció tranquilo mirando a su vaso.
—Voy a ayudarte con eso, pero necesito tiempo, y necesito que aguantes y actúes como si no lo supieras ¿sí? —soltó en medio de un suspiro, cansado—. Recuerda que nadie debe saberlo —me recordó con tono acusador.
—Bien —respondí no muy convencido.
—Quizá no deberías ir, si tanto te cuesta no ser sincero con ella —comentó de repente y sentí un pinchazo en el pecho.
«Quizá tenga razón»
————-
Puede que no fuera la mejor opción, pero ahí estaba, afuera de la casa de su amiga, donde estaría ella dentro, probablemente viéndose más irresistiblemente atractiva de lo que ya era.
Las ganas de salir corriendo se aparecieron de repente.
Me di un golpe interno, ¿cuándo me había pasado eso?
«Vamos, no es tan malo, ya la has visto, ya has hablado con ella luego de saber que es la chica de los sueños» me repetía mi subconsciente una y otra vez.
Y tenía razón, ya había hablado con ella, incluso la había besado, aunque me había apartado y no sabía exactamente cómo tomar eso, pero aún así, intentaba comprenderla, a pesar de que no lo hacía muy bien.
«¿Me quiere? ¿No me quiere? ¿Me quiere?» Pareces princesa en medio de un dilema amoroso.
Me acerqué a la puerta, la cual fue abierta por unos chicos borrachos derrochando champagne sobre todo a su paso. Rodé los ojos de manera inconsciente, hacía bastante que no iba a una fiesta.
«¿No se suponía que era algo pequeño?»
Daba igual, ya estaba ahí, con un disfraz no muy cool, un pequeño obsequio en la mano, y mi corazón acelerándose más de lo normal.
Entonces la vi ahí, en la cocina intentando mantener las ganas de tragarse su pastel. Sonreí de repente de manera genuina, se veía tan hermosa, incluso más de lo habitual, tal como lo supuse. Su sonrisa era tan amplía que se le formaban hoyuelos en ella, sus ojos brillaban, sus manos no temblaban como solían hacerlo cada que tenía miedo, y me alegró verla feliz, de cierta forma sabía que poco a poco volvía la Destiny calmada y feliz, antes de que Ronan la hubiera tocado.
Agh carajo, ojalá la cárcel sea suficiente castigo porque esa lacra se merece más.
Mi autocontrol se esfumó por completo y sin importar quien se diera cuenta, mantuve mi mirada en ella, sabiendo que mis pupilas se habían dilatado más de lo normal y mi rostro se veía como un niño con la baba de fuera luego de ver su helado favorito.
Lo mejor de todo, es que sabía que siempre era así, solo que apenas me había dado cuenta de que era demasiado fuerte como para no poder aceptarlo.
Estoy enamorado de ti, Destiny Shallow.
—Es una maravilla ¿no crees? —dijo de repente una chica que estaba situada a mi lado. Su piel negra resplandecía bajo la luz de la luna haciendo contraste con su atuendo rojizo.
Algo en ella me resultó familiar, tal vez la había visto en la escuela.
O en otra vida.
—¿Qué es una maravilla? —le respondí con interés.
Ella me brindó una sonrisa cálida, sus ojos cargados de una melancolía que desconocía. Se acomodó el cabello y se apresuró a entrar a la casa no sin antes susurrar por lo bajo mientras miraba a Destiny quien se encontraba recibiendo un regalo de Jared.
—El estar enamorado.
Me quedé pasmado y sentí que alguien tocó mi hombro después.
Destiny
Cuando leía en los libros que la reunión "pequeña" de la protagonista se convertía en una mega fiesta con personas que no conocía me parecía cliché y no pensé que pasara literalmente. Sabía que Leca invitaría a más personas, pero me imaginaba unas treinta a lo mucho, y vaya que se me hacía mucho, hasta que vi la cantidad de gente que estaba en todas partes. Cuando me refiero a una fiesta en grande, lo digo enserio, aproximadamente cuatroscientas personas que no conocía estaban esparcidos por todas partes. «¿De dónde salieron tantos?» La casa era muy grande, y el jardín también, pero aún así me parecía poco espacio para tanta gente.
—¿La has visto? —le pregunté casi gritando mientras le quitaba una almohada a un chico borracho que intentaba usar la funda como cubeta.
—Oh por Dios ve al baño o no sé —respondió ella refiriéndose al chico mientras lo miraba asqueada—. ¿A quién? —se dirigió a mí esta vez.
—La chica de rojo.
—Ah, la que te quedaste mirando como si hubieras visto a la mismísima Angelina Jolie. No la he visto, pero si la veo, te aviso.
Bueno, tal vez no tan intensa pero si que la había mirado mucho y de un momento a otro, la había perdido de vista, la casa se había llenado, el alcohol estaba por todas partes y la gente estaba demasiado ocupada bailando o besuqueándose en algún rincón de la casa.
—Vale.
—Diviértete Des, es tu fiesta, no sé por qué quieres buscarla pero estoy segura de que puede ser luego ¡ánimo! —me guiñó un ojo y me acercó una botella de wisky a mi boca. Negué con la cabeza y me hizo un puchero.
No tomaba desde lo que había pasado con Ronan, temía que la historia se repitiera de nuevo, ahora quería estar consciente, pero no era algo que quisiera contarle. De igual manera, acerqué mi vaso y ella sonrió vaciando en líquido.
—Iré al baño, en un rato vuelvo —le dije nuevamente gritando. No crying in the club sonaba a todo volumen.
Dejé el vaso en la barra de la cocina y subí por las escaleras, necesitaba un respiro. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero creo que había estado bastante ocupada en organizar la casa, luego bailando un poco con Ellie, Abby, Leca y Jared, para luego terminar bailando con desconocidos, perdí por completo la noción del tiempo. Ellie y Abby habían desaparecido, no tenía idea de dónde estaban. Tampoco había rastro de Jared. Y Dareth tal vez no había llegado aún.
Una punzada de tristeza me recorrió el pecho «¿Y si no llegaba?» No lo necesitaba, o tal vez si, pero el punto es que quería que fuera, y no verlo me decepcionaría demasiado.
—¡Eres un témpano de hielo! ¡Carajo! Yo soy mejor que él —gritó la voz que reconocí de inmediato, escuchándose desde el cuarto del fondo del pasillo—. ¿¡No puedes ablandarte un poquito!? ¿Es que acaso no tienes corazón o qué? ¡Frívola!
—¡Al menos no soy una niñata! ¡Por Dios Ellie, madura! —exclamó Abby bastante molesta.
Me apresuré al cuarto de inmediato preguntándome qué carajo había pasado. Ellie y Abby se llevaban muy bien siempre, no encontraba una buena razón por la que podrían haber estado peleando.
—Oh, soy más madura que tú, créeme.
—Pues estás actuando como una niñata ¡Maldita celosa de mierda!
—¡Celosa tu abuela!
—¡Ni siquiera tengo abuela!
—Pues... ¡Celosa tu difunta abuela!
—Ni siquiera sabes si mi abuela era celosa ¡mentirosa!
Entré a la habitación donde me esperaba solo encontrar a ambas, pero me lleve una gran sorpresa al ver a James vestido de Eros, intentando separarlas con cada brazo manteniéndolas de extremo a extremo.
—Bueno ya, cálmense, las dos necesitan una buena plática, o quizá una buena terapia —se calló en cuanto me vio ahí parada viéndolo todo, al igual que Ellie y Abby, quienes dejaron de forcejear al instante; se miraron como niñas pequeñas asustadas cuando su madre las atrapaba en medio de una travesura—. Hey Destiny, ¿qué tal tu cumple? Felicidades por cierto —actuó como si nada estuviera pasando, apoyándose en su pierna izquierda, aún sujetando sus cabezas.
—¿Qué rayos está pasando aquí? —pregunté y James soltó el agarre de ambas, lucían bastante despeinadas.
Abby lucía impecable en cuanto a su maquillaje, pero el maquillaje de Ellie estaba chorreado.
«ha estado llorando»
Y de solo pensarlo me partió el corazón.
Cuando estás muy acostumbrada a ver a una persona que quieres feliz, al verla triste por primera vez te da justo en el alma, porque no te lo esperas, y las cosas que más te sorprenden son las que más te llegan.
—No pasa nada, solo me molesté con Ellie porque me ha ganado en un juego —mintió de manera descarada.
La miré con ojos de «¿Enserio Abby? Conozco hasta cómo huele tu orina»
—Es verdad, con ella siempre es así, nunca pasa nada —contestó Ellie en un hilo de voz mirándola con ojos llorosos y corrió hacia la puerta.
Abby la miró con ojos de horror y salió tras ella.
—Si les hiciste algo, lo que sea, olvídate de esos rizos porque te quedarás pelón —intenté amenazar a James quien me dio una mirada de sorpresa, aunque divertido.
—Eso es una muy buena amenaza —se burló y preparé mi mano izquierda para soltar una bofetada, pero antes de que pudiera hacerlo, sujetó mi mano impidiendo el golpe. Fruncí el ceño y sentí como la descarga de molestia aparecía de repente. Si James había jugado con Ellie o con Abby, o incluso con ambas, lo pagaría caro, pero antes de estallar me soltó y se dirigió a la puerta—. Yo no tengo nada que ver, quizá no las conoces como deberías —insinuó tranquilo—. Deberías hablar con ellas Destiny, creo que tienen mucho de qué hablar —suspiró cansadop para luego darme una sonrisa ladina, su mirada reflejaba Eder sincero—. Felices diecinueve, disfruta tu fiesta —sonrió y salió de la habitación.
Me quedé inmóvil pensando en todo lo que acababa de suceder «Pues estás actuando como una niñata ¡maldita celosa de mierda!» «Celosa tu abuela»
Oh... oh...
¿Y sí...
Oh, bueno, creo que ahora tiene sentido.
Salí de la habitación casi como flash, abriendo cada puerta. Me sentía como una persona con una gran venda en los ojos, una emocionada cupido, una Abbellie shipper «¿Era bueno ese nombre para el shipp?» También como una muy mala amiga.
Abby era mi amiga desde hace años ¿cómo era posible que no me haya dado cuenta? Aunque tampoco es que ella sea muy obvia, ni siquiera Ellie, o a lo mejor no había puesto suficiente atención en ellas. De hecho, creo que no había puesto atención en muchas cosas respecto a lo que pasaba a mi alrededor.
Unas risitas detuvieron mi trote. Supe de dónde provenían, y sobre todo de quiénes eran.
Mi corazón se arrugó y una muy mala cara se me formó de inmediato. Estaba molesta, y para qué negarlo, estaba muy celosa.
Ver a Dareth y Koriane riendo juntos en el balcón, la mano de ella recargada en su pecho, él manteniendo una amplia sonrisa y mirándola con aprecio.
Me hizo volver a ver la imagen de él y ella juntos entrando a la habitación de Dareth cuando apenas había llegado a la mansión de los Callon.
Me pregunté qué carajo estaba pasando, ¿por qué no se había acercado primero a felicitarme? ¿Por qué había venido realmente? ¿Por ella? ¿Por qué no se había acercado a mí? Era mi cumpleaños, mínimo esperaba una felicitación y un abrazo en persona más allá de un regalo y un mensaje de texto.
¿Y qué puedo decir? Sólo sé que a nadie le gusta ver a la persona que quiere con alguien más, sobre todo si es la clase de ¿ex? Sexy y muy bonita con la que se metía en su habitación. Había ido a terapia, estaba aprendiendo a sanar ¿no? Mi autoestima estaba mejorando y el sentimiento de comparación no tenía que aparecer, sobre todo cuando mi psicóloga decía... ¿Qué cosa decía? Mmmh...
Entonces me di cuenta de que no recordaba ninguna sesión que había tenido con ella, es decir, sí, creo que recordaba entrar a consulta, llenar los formatos, pero de ahí todo estaba nublado. ¿Por qué no lo había pensado antes?
Eres un hijo de puta, pero me las vas a pagar carísimo, ven aquí.
¿qué? Me pregunté de inmediato en cuanto sentí que mi consciencia apareció.
De la nada mi cuerpo comenzó a dar pasos rápidos hacia su dirección y me paré al instante en que me di cuenta.
Eso no sonaba como mi consciencia.
Mi consciencia hubiera dicho algo tipo: Vámonos, no nos quieren aquí, quizá hallemos un rinconcito y estemos solas con nuestra soledad, solas sin su compañía.
No hubiera elegido quedarme.
¡Agh genial! Viene a mi fiesta y anda coqueteando con otra ¡que encima es su ex!
Oh, bueno eso sonaba como una mezcla de ambas consciencias.
Y si...
—Ya habían tardado en regresar —me interrumpió Jared quien sostenía una jarra (seguramente con sustancias no muy buenas para su salud).
—¿Crees que hayan regresado? —mi voz sonó más triste de lo que creí. Jared me miró con una mezcla de obviedad y preocupación.
—Qué va, no es importante, igual ya sabes que de buena persona no tiene nada —insinuó la conversación que habíamos tenido días atrás— No merece a alguien como tú.
Claramente no le había comentado sobre lo que había hablado con Dareth y la muy quebrada promesa que le había hecho a Jared sobre no decirle nada.
Pero así era siempre con Dareth, cada vez era más difícil ocultarle un secreto.
—Sobre eso...
Antes de que pudiera responder, comenzó a sonar runnaway de galantis. Sus ojos se iluminaron en cuanto reconoció la canción.
—Es mi favorita —dio un suspiro y me apretó un chuche te—. Quítate esa carita triste, esta es tu noche, tienes que gozarla —tomó mi mano y lo seguí.
Me esmeré por sacar a Dareth de mi cabeza, era mi noche y él estaba coqueteando con su ex amiga con derechos.
¿Y qué tal si ya no es su ex? Diste muchas vueltas al asunto Destiny, quizá se haya cansado.
Oh cállate, es un imbécil nada más, si no me supo esperar es su problema, no mío.
De nuevo esa consciencia, ¿qué coño pasaba en mi cerebro?
Ya ni siquiera sabía cuál era cuál.
¿Eran efectos de la pastillas para la ansiedad?
El ambiente en la sala era todo menos real, parecía sacado de una serie. Aunque había estado bailando anteriormente, aún no estaban puestas las luces moradas y azules, además de que la luz del sol se había desvanecido por completo convirtiendo el espacio en un lugar oscuro. La gente brincaba y bailaba al ritmo de la música, cantando como si estuviera en un concierto realmente, todos conocían la letra a la perfección.
De repente sentí como si estuviera en un antro e inconscientemente me puse a pensar en la noche en la que me metí con Ronan en un antro estando borracha.
No te preocupes él ya no está, además, no has ingerido alcohol, estás consciente, estás a salvo, no te harán daño otra vez.
—I WANNA RUNNAWAY!!! —Los gritos de Jared me devolvieron a la realidad. Él sí que estaba borracho en el punto donde no hay retorno, pero estaba feliz que era lo que importaba.
Aparté mi consciencia nuevamente y me concentré en seguir el ritmo de la música. En bailar, en brincar, en cantar y olvidarme de que en ese momento era una chica con muchos pensamientos negativos. Reemplacé el dolor mental por el dolor de tanto brincar y gritar con todo lo que tenía.
La gente estaba concentrada en sí misma, en su propia diversión, en sus propios pasos, en analizar la letra de la canción electrónica.
Jared sujetó mi cintura y comenzamos a movernos a la par, nuestros pasos se convirtieron en uno solo, la música nos había invadido por completo. Lo miré entusiasmada, me gustaba mucho la vibra alegre y despreocupada que transmitía, de cierta forma me la había contagiado en ese momento. Él me miró aún sonriente, sus ojos brillantes bajo las luces oscuras.
Y entonces pasó algo que no me hubiera esperado ni en un millón de años.
Sujetó mi mentón y me besó.
Nota de autora
Epaaaa, he vuelto, no morí.
Lo siento de verdad, sé que muchos lectores ya se me fueron con justa razón, pero si te quedaste, te lo agradezco de forma infinita.
Estos últimos meses no habían sido los mejores para mí, en cuanto sentí que escribir se estaba volviendo una obligación y no un hobbie, decidí parar.
La escuela me tenía muy agobiada, elegir una carrera y universidad está muy cañón. Más aparte los deberes estudiantiles y tareas y trabajos no me ayudaron mucho.
Decidí priorizar mi salud mental y por eso dejé de escribir antes de cagarla.
Ahora estoy devuelta, con más tareas, trabajos y responsabilidades, pero con una salud mental más estabilizada y muchas ganas de escribir simplemente por gusto.
Espero te haya gustado mucho el capítulo, estaré actualizando más seguido.
Este es la parte dos, por lo que la parte 3 con +18 estará disponible en el transcurso de la semana.
Te quiero, gracias por seguir aquí,
Besitos,
Katylove 🤍✨
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