Jeongyeon había empezado confundirse sobre lo que sentía por Nayeon, llevaba días así y seguía sin comprender bien todo.

Ambas estaban viendo una película sentadas en la cama de Nayeon, Jeongyeon se había quedado a dormir. Pero por una extraña razón empezó a sentirse nerviosa por tener que dormir en la misma cama que Nayeon.

No entendía bien porque se empezó a sentir así, ya habían dormido juntas muchas veces.

—Jeong, ¿estás bien? — preguntó Nayeon al notar a la menor distraída.

Jeongyeon salió de sus pensamientos y asintió.

—Sí, perdón me quedé pensando en cosas sin importancia. — respondió.

Nayeon rio suavemente y se acercó para así apoyar su cabeza en el hombro de Jeongyeon, esa acción se había convertido en un hábito hace poco y a Jeongyeon no le molestaba para nada.

Pero de nuevo empezó a sentir aquella sensación de mariposas en el estómago.

—Amo pasar tiempo contigo — dijo Nayeon en voz baja mientras seguía mirando la película —. Eres lo mejor que tengo en mi vida, quisiera pasar toda mi vida contigo.

—Yo también Nay, te quiero mucho — respondió mientras intentaba calmarse y disimular el hecho de que se sentía nerviosa gracias a las palabras de Nayeon.

La castaña levantó la cabeza del hombro de Jeongyeon para mirarla a los ojos.

—Yo te quiero muchísimo más — dijo con una sonrisa en su rostro.

Jeongyeon sonrió de vuelta, amaba ver la sonrisa de Nayeon.

Pero había un pequeño problema.

Tal vez Jeongyeon quería besar a Nayeon y tal vez sí sentía algo por Nayeon.