Un apuesto alfa
El pelirrojo omega había regresado a su casa luego de rechazar al alfa.
Se sentía extrañamente de buen humor, pero un poco acalorado por lo que decidió que era buena idea darse un chapuzón.
Con una toalla sobre sus hombros, sus shorts y unas sandalias llegó hasta el área de la piscina en donde, sin perder tiempo, se lanzó al agua.
Luego de un par de minutos nadando, prefirió salir y acostarse en una tumbona convenientemente colocada donde no alcanzaba a llegar el sol.
Llebaba una media hora ya cuando su tranquilidad fue interrumpida por su progenitor.
--Hijo, aquí estás. -dijo el viejo alfa
--Por fin te encuentro. ¿Cómo te fue con Min? -preguntó.
--Me fué bien. -contestó de manera insípida. Aunque haya tenido la oportunidad de rechazar al alfa pelinegro, estaba enojado con su padre por insistir en buscarle esposo.
--¿Y de qué hablaron? -volvió a preguntar tras la escasa información que su hijo le brindó.
--Pues de nada importante en realidad. -dijo encogiéndose de hombros y dando por terminada la conversación.
--¿Qué quería Yoongi? -cuestionó esta vez con un tono de voz que le hizo saber a Jimin que no tenía más opción que responder.
--Me pidió matrimonio. -articuló de manera serena.
--¿Y tú qué le dijiste?
--"No, gracias".
Su padre lo observó detenidamente procesando lo que acababa de salir de sus labios y decidiendo cuales serían sus siguientes palabras. Ganas no le faltaban de gritarle un par de cosas o incluso darle un par de nalgadas al obstinado y rebelde omega que había engendrado. Pero no debía exasperarse, eso no serviría de nada más que para provocarle un verdadero infarto esta vez --¿Por qué no aceptaste? -cuestionó con voz plana y serena.
Esa pregunta hizo al omega levantar la cabeza por primera vez para mirar a su padre a los ojos.
--Porque no me interesa casarme.
--No te interesa casarte ¿eh? -dijo con voz baja y sospechosamente tranquila
--No te interesa. Al indomable Park Jimin no le interesa tener un alfa, no le interesa formar una familia ni tener hijos. No, a él no le interesan ninguna de esas cosas. -pronunció cada palabra con indignación mientras su rostro se tornaba rojo del enojo.
--Tú me pediste que fuera a escuchar lo que tenía que decirme y eso hice. -se defendió el pelirrojo al ver como su padre lo miraba. --No entiendo por qué te enojas.
--Tienes veinticuatro años y actúas como si tuvieras doce. No estudias, no trabajas, no haces algo fructífero para tu futuro y encima te das el lujo de decidir no tener un alfa a tu lado. -espetó cada vez más alterado --¿Qué demonios es lo que quieres hacer con tu vida?
--Es mi vida, por lo tanto puedo manejarla como me plazca. -contestó de forma retadora.
El señor Park soltó una amarga carcajada --Estás a nada de colmar mi paciencia, Jimin. -le informó mientras se daba la vuelta para abandonar el lugar.
Jimin bufó. ¿Con qué derecho se atrevía a intentar casarlo sin su consentimiento? El que debería estar enojado es él y no al contrario.
Esa es otra de las razones por las que prefería estar alejado de su padre. Ya que, a su parecer, este no entendía que era un adulto y, por lo tanto, podía decidir que hacer y qué no.
Enojado, se dirigió hacia su recámara y, una vez allí, fué hasta su closet para elegir un atuendo para esa noche. Ya que su padre lo había obligado a regresar, aprovecharía para ir a su discoteca favorita.
--Entonces, ¿fuiste rechazado? Debo admitir que es osado el chico. -comentó divertido Hoseok mientras tomaba otro trago de Whiscky.
Yoongi y él decidieron ir a tomar un par de copas a su bar favorito después de un extenuante día de trabajo. En realidad, Hoseok prefería ir a ver a su hermoso omega pero, por obvias razones, su mejor amigo prefería retardar un poco más el momento de regresar a su propio hogar y él, como buen amigo, aceptó acompañarlo.
--Hubieras visto la cara de satisfacción que puso. -comentó el mayor de los dos --Juro que parecía que había esperado toda su vida solo para rechazarme. -aseguró con una mueca de desagrado en su rostro.
--Y ¿que harás? -quiso saber el alfa de brillante sonrisa.
--Nada, no le voy a rogar al muy insolente.
--Entonces vas a tener que buscar a otra persona para casarte. -Advirtió.
--La verdad no lo sé. Sinceramente no estoy completamente seguro de que casarme sea la mejor opción. -tomó otro trago de su vaso y arrugó el ceño cuando a su mente volvieron las palabras que había dicho el rebelde omega --¿Sabes? Hay algo que ese chico dijo que me tiene intrigado.
--¿Sí? -preguntó interesado --¿Y qué fué eso que dijo?
--Que a mi no me gustan los omegas hombres. -contestó extrañado --No puedo evitar cuestionarme de dónde sacó eso.
--Pues tus amantes de los últimos siete años han sido todas mujeres, quizás por eso lo piensa. ¿Crees que ese es el motivo por el que te rechazó?
--No lo sé... pero había algo en su mirada cuando lo dijo... -sacudió la cabeza para espantar los pensamientos que lo hostigaban --No me hagas caso. Mejor ya vámonos. -sugirió mientras pagaba la cuenta de lo consumido y se levantaba de su asiento, siento seguido por el otro alfa.
Una vez salieron del bar, cada uno se encaminó a su auto para irse a su respectivo hogar.
La música estaba a todo volumen, el olor a alcohol y sudor era lo que predominaba en el lugar.
Jimin, tras haber consumido tres bebidas dulces, coloridas y, sobre todo, con una alta dosis de alcohol; miró alrededor, buscando dar con algún alfa que llamara su atención.
Y no tuvo que buscar mucho. A su derecha se encontraba un sexy chico que, a juzgar por la manera en la que le devolvía la mirada, dejaba más que claro que tenían el mismo objetivo.
Sonriendo de manera pícara y relamiéndo su labio inferior en un acto puramente lascivo, observó como el apuesto joven se acercaba hasta él.
--¿Puedo invitarte un trago, precioso?
--Todo depende.
--¿De qué?
--De cuáles planes tienes para mí después. -pronunció de manera sugerente, provocando una sonrisa perversa en el desconocido.
Dos tragos más tarde, ambos jóvenes se dirigían hacia el auto del omega entre risas y caricias subidas de tono.
Jimin se sentó en el asiento de copiloto, siendo el otro chico quien conduciría el auto.
Jimin maldijo su suerte ante el impacto provocado cuando el alfa a su lado estrelló su convertible contra un hidrante.
Solo pudo imaginar la horrenda abolladura que seguramente estaba adornando la parte delantera de su preciado bebé.
Estaba a punto de bajarse para comprobarla, cuando un oficial de policía se acercó hasta ellos con una cara para nada amistosa.
--Buenas noches oficial. -saludó Jimin con su mejor sonrisa.
--Necesito ver su identificación y su licencia de conducir. -informó el fornido hombre en dirección al nervioso alfa e ignorando por completo al sonriente pelirrojo.
--Y-yo...lo siento pero...soy menor de edad... -contestó el chico a su lado, provocando que el oficial frunciera el ceño y que Jimin se atragantara con su propia saliva.
--¿¡Disculpa!?
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Capítulo tarde porque no había tenido el tiempo de terminarlo. He estado trabajando en el siguiente, pero lamentablemente no está listo aún.
♡♡Gracias por su hermoso apoyo♡♡
《Akina》
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