Propuesta de matrimonio: Aceptada
Decir que estaba furioso era poco.
¿Cómo se atrevía ese alfa de pacotilla a hacerlo esperar más de tres horas para devolver una estúpida llamada?
Luego de prácticamente tener que suplicarle a su secretaria por más de una hora para que le pasara su llamada aunque sea por diez segundos, este se había dignado a contestar para simplemente musitar un "luego le devuelvo la llamada, joven Park".
Maldito.
¿Quién se creía que era?
Bufó molesto y maldiciendo en varios idiomas al estúpido Min Yoongi.
Y, como si de una invocación se tratara, el teléfono del enojado omega timbró. No se apresuró en contestar. Contó hasta cinco y luego desplazó su dedo índice por la pantalla para aceptar la llamada.
--Señor Min. -masculló.
--Joven Park. -lo escuchó pronunciar
--¿A qué debo su insistente llamada?
Jimin inhaló y exhaló dos veces antes de responder. Estaba seriamente tentado a mandar al alfa a la mismísima mierda tan solo por el tonito con el que había dicho aquello. Si no estuviera en apuros le permitiría conocer el filo de su lengua.
--Me preguntaba si querría tomar un café conmigo, claro, si no está muy ocupado.
--De hecho lo estoy, mi agenda en este momento no me permite ningún tipo de ocio. -mintió Yoongi. Aunque no era del todo mentira, tenía mil cosas que resolver, pero no a tal grado.
--Pues me alegra informarle que no será una reunión de amigos. Más bien se trata de negocios. -le hizo saber con un muy fingido tono de cordialidad que no engañó al pelinegro.
--Vaya al grano, Jimin. -espetó dejando atrás el odioso joven Park.
--¿Sigue en pie su propuesta? -preguntó de manera directa. Sinceramente tampoco le gustaba andarse por las ramas. Él prefería ser directo en todo momento.
La mudez del contrario al otro lado de la línea telefónica hizo al omega fruncir su ceño. Debía dejar de hacer eso, no era bueno para su rostro -se dijo a sí mismo e hizo una nota mental de ello.
Jimin tamborileó sus dedos sobre sus rodillas en espera de que Yoongi hablara por fin.
¿Qué tanto pensaba ese tonto?
--Será mejor que hablemos esto en persona. -respondió el alfa al fin
--Veámonos en media hora en la cafetería que está a dos cuadras de mi empresa. Se llama Akina's Coffee.
Y, sin decir más, colgó. El pelirrojo ni siquiera tuvo tiempo de responder.
--¿No que muy ocupado? Imbécil. -masculló, mirando con enojo la pantalla de su teléfono.
Se apresuró a salir de su casa, solo tenía media hora para llegar a su reunión y el trayecto no era tan cercano; y, teniendo en cuenta que le tocaba caminar, prácticamente tendría que poner ruedas en sus pies para llegar a tiempo.
Veinticinco minutos más tarde, el pelirrojo omega bajaba de un hermoso Lamborgini color rojo. Esbozando una sonrisa en sus labios y batiendo sus pestañas, agradeció al beta que, de manera gentil, se había acercado a él para preguntarle si necesitaba ayuda tras ver como -ya harto de caminar- se había detenido a golpear un bote de basura a la par que volvía a maldecía su suerte y al pálido alfa.
Se adentró a la cafetería en la que se vería con Yoongi y tomó asiento en una de las mesas del rincón. Inmediatamente una joven camarera se acercó hasta él para anotar su orden, se vió tentado a pedir algún batido o cualquier bebida fría pero, como no tenía ni un centavo, se limitó a informarle a la chica que estaba a la espera de alguien más.
Se entretuvo varios minutos viendo la decoración del lugar pero cuando la campana de la puerta sonó, no pudo evitar mirar en esa dirección.
Ahí estaba el arrogante y sexi alfa Min. Paró su respiración cuando sus ojos conectaron en el momento en que el alfa deslizaba la vista por todo el lugar en lo que -supuso- trataba de dar con él.
Lo vió acercarse de manera decidida hasta su mesa y no pudo evitar quedar un poco embobado por la elegancia de sus movimientos.
--Jimin. -saludó el azabache. A lo que el omega respondió con un asentimiento de cabeza. --Deberíamos pedir algo. -sugirió tras tomar asiento y ver que él no estaba consumiendo nada.
--Está bien, pero no tengo mucho tiempo, por lo que está reunión será breve. -sentenció.
Yoongi levantó una ceja --Oh, veo que está muy ocupado, joven Park. Lamento quitarle su valioso tiempo. -pronunció de manera sarcástica.
Jimin bufó pero no respondió. Ya tendría la oportunidad de decirle unas cuantas verdades al arrogante alfa que tenía en frente. Por el momento debía morderse la lengua.
Yoongi llamó con un gesto de la mano a la camarera y, tras pedir lo que querían comer, esta se marchó.
--¿Y bien? -interrogó el impaciente omega --¿La propuesta sigue en pie? -volvió a preguntar.
Yoongi hizo un gesto pensativo ¿Sería muy infantil de su parte decirle que no?
Jimin rodó los ojos --¿Está o no lo está? -demandó saber, ya harto de que el pálido le tomara el pelo.
¿Qué tan difícil era responder una estúpida pregunta?
--¿Por qué pregunta?
--¿Usted por qué cree?
Jimin hizo sus labios una línea ante la expresión divertida del alfa ¿Se estaba burlando de él?
--Si respondo que sí ¿qué pasaría? -interrogó, a lo que el omega volvió a rodar los ojos con exasperación.
--Escu....-la llegada de la camarera con lo que habían pedido interrumpió la respuesta maleducada que estaba por dar. Observó a la fémina colocar todo en la mesa y aprovechó para calmarse. No debía perder la compostura -se recordó. --Estoy dispuesto a aceptar su acuerdo. -respondió una vez a solas de nuevo.
--¿Puedo saber qué lo hizo cambiar de opinión?
--Digamos que, al igual que a usted,
casarme es una buena opción en este momento.
--Muy bien. -Aceptó la respuesta dada con una sonrisa.
--Pero... -agregó --...Tengo dos condiciones.
--¿Cuáles? -preguntó con interés pero sin estar realmente sorprendido. La verdad era que esperaba algo como eso.
--El matrimonio no excederá un año y quiero un millón de dólares en mi cuenta bancaria.
Yoongi silbó --¿No cree que exige mucho teniendo en cuenta que usted necesita este acuerdo tanto como yo?
--Usted fué quien hizo la propuesta primero ¿no? -refutó con simpleza, encogiéndose de hombros.
--Medio millón de dólares. Ni más ni menos. -ofreció, extendiendo su mano hacia el contrario con una sonrisa de lado.
El menor aceptó con otra sonrisa, orgulloso de su logro. Después de todo, medio millón de dólares era más que suficiente por el momento.
Ambos salieron de la cafetería y se despidieron.
Jimin iba sumergido en sus pensamientos cuando se percató de que un auto negro estaba muy cerca suyo. Miró en dirección al piloto y pestañó varias veces cuando reconoció al conductor.
--¿Necesita que lo acerque hasta su casa? -cuestionó Yoongi. En verdad le había extrañado ver al omega alejarse caminando, tanto como su repentino cambio de parecer respecto a casarse. Supuse que este al fin había colmado la paciencia del señor Park.
Jimin asintió en respuesta, subió al asiento del copiloto y acto seguido se colocó el cinturón de seguridad. No pudo evitar hacer la comparación con el Lamborgini. El auto de Yoongi era más espacioso y cómodo y olía a limpio, lo cual lo extrañó.
Olía a algún ambientador caro. Pero no había rastro de otro olor. No había ningún aroma característico del dueño.
Ahora que lo notaba, ¿Cuál sería el aroma de Yoongi?
--Te llamaré cuando tenga listo el contrato de matrimonio. -informó el alfa pelinegro cuando aparcó su auto. Jimin musitó un "de acuerdo" y luego se bajó para adentrarse en su casa.
Yoongi no pudo evitar clavar la vista en la nuca del pelirrojo omega hasta que esté desapareció tras la puerta. bufó molesto con su lobo por la manera en la que se estaba comportando.
Mientras tanto, Jimin sujetaba su pecho a la par que respiraba pesado con su cuerpo recostado contra la puerta de su casa.
¿Qué demonios le pasaba?
----☆☆☆----
2/5
Feliz cumpleaños a la reina del drama y Diosa de los fanfics: AnikaNunaBantang
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《Akina》
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