Jimin inhaló a la vez que restregaba su nariz en el pálido cuello para luego soltar el aire por la boca. Yoongi no pudo evitar soltar una risita ante el cosquilleo que le provocaba dicha acción.

El omega, que antes había estado recostado sobre el alfa para tener mejor acceso a la aromática cavidad, se incorporó quedando ahora sentado sobre el estómago del mayor.

--¿Cuál es tu aroma, Yoongi? -cuestionó curioso el rubio. Él en verdad quería saberlo pero había confirmado que Yoongi nunca dejaba emanar su olor natural. Siempre lo ocultaba con neutralizador por lo que solo podía detectar el olor de su perfume y de la crema para después del afeitado.

--¿Por qué quieres saberlo? -cuestionó con una pequeña sonrisa el alfa. Sin embargo, el menor notó cómo su cuerpo se había tensado ligeramente ante la pregunta que le hizo.

--Simple curiosidad. -dijo, encogiéndose de hombros en su lugar --Nunca he sentido tu olor a pesar de que hemos convivido juntos por meses.

--No deberías ser tan curioso, Jiminie. -a pesar de que el comentario había sido hecho de manera jocosa, la ráfaga de incomodidad presente en el cuerpo del alfa le hizo saber al omega, que ese tema de conversación no era de su agrado.

Sabía que lo mejor era dejarlo por la paz, pero su curiosidad incrementó y él no era de quedarse con la curiosidad de nada.

Ni con las ganas. Pero ese no era el tema.

--Vamos, dime cuál es tu olor natural o al menos déjame sentirlo. -suplicó, recurriendo a su mejor arma; los pucheros.

Yoongi lo tomó de la cintura y con cuidado lo dejó sobre la cama; se dispuso a levantarse pero el omega fué más ágil y lo atrapó entre sus piernas y brazos por la espalda.

--Vamos~. -pidió abrazándolo como un koala. --Sabes que soy curioso y que te niegues a decirme solo hará que mi curiosidad aumente.

Yoongi se incorporó sobre el piso con el menor aún aferrado a su espalda.

--Jimin, tengo que ducharme para ir a trabajar. -explicó --Bájate, estás pesado.

--¡Oye! ¡¿Me estás llamando gordo?¡ -exclamó mientras golpeaba con su mano abierta la cabeza del alfa.

--¡Jimin! -dijo exaltado, llevando una mano al área golpeada. --Baja tu enorme trasero de mi espalda. -exigió luego.

--Bien que disfrutas de él, alfa estúpido. -masculló indignado.

Una risa nasal se escuchó provenir del pelinegro, provocando que el omega intentara bajarse pero Yoongi lo sujetó de las piernas para evitarlo.

--Bájame, idiota. -decía el rubio mientras intentaba que el mayor le soltara las piernas. --¡QUE ME BAJES! -chilló al notar como el alfa se encaminaba hacia el baño --¡Eres un maldito! -gritó cuando el agua fría de la ducha golpeó sin piedad su piel.

Jimin luchaba por separarse pero el pelinegro había sujetado también sus manos. El menor maldijo mil veces lo grandes que estas eran.

--Ya, solo es para que se te pase la rabieta. -informó el pálido mientras bajaba por fin al menor.

--Mma-mal-dit-to. -articuló tiritando debido al frío.

¿A quién se le ocurría ducharse con agua fría a esa hora? Claro, a Yoongi.

El alfa contempló la escena que tenía en frente. Jimin se veía adorable abrazándose así mismo mientras temblaba del frío y le dedicaba su mirada más asesina.

Cambió el agua fría por agua tibia y acunó una de las mejillas del omega.

--No está bien maldecir a tu alfa. -sentenció, mirando con cariño el rostro del rubio --Debo darte un castigo por eso. -terminó de decir a la par que sujetaba ambos brazos del menor por sobre la cabeza del mismo y se dedicaba a comerle el cuello.

Jimin suspiró rendido y echó la cabeza hacia un lado para darle mayor acceso.

Yoongi había creado un delicioso juego en el cual lo "castigaba" por algunas insolencias. Cabe decir que Jimin era constantemente castigado por su rebeldía.

Yoongi llevó una de sus manos a la cintura adversa, dejando en libertad así la mano izquierda del menor quien sujetó fuertemente con esta el cabello del alfa, provocándole un gruñido debido a la manera tan brusca como lo hizo.

El omega masajeó luego el cuero cabelludo cuando el azabache entendió la muda protesta y decidió abandonar su cuello y comerle la boca.

Jimin suspiró tras haber finalizado la tarea de agendar los pendientes de Yoongi. Realmente era una tarea un tanto aburrida -razón por lo que era parte de los deberes de Taehyung- pero el rubio la hizo con todo gusto solo porque de esa manera no tendría que soportar al chico ni a Yuri.

Y es que, en honor a la verdad, se le estaba haciendo cada vez más complicado mantener su genio bajo control ante las provocaciones de ambos omegas. Yuri ya parecía ser una empleada en la empresa debido a la regularidad con la que iba por allá. Por supuesto, esto lo hacía únicamente por dos motivos: ver a Yoongi y molestar a Jimin.

--Hola, Hoseok. -saludó al alfa de gran sonrisa que se encontraba sentado en el sofá de su oficina tomando un trago. Yoongi estaba a su lado.

--Hola, Jimin. -respondió este amenamente. Con su habitual buena vibra y entusiasmo.

--¿Pasa algo, Jimin? -cuestionó el pálido.

--Vine a avisarte que tu agenda está lista. Organicé todo como querías. La dejé en tu oficina.

--Está bien ¿Ya vas a ir a comer?

--Sí..

--Entonces vamos juntos. -dictaminó a la vez que se levantaba del cómodo sofá.

Jimin negó moviendo la cabeza de un lado a otro --Lo siento, pero ya quedé de comer con alguien.

--¿Con quién? -demandó saber el alfa con el ceño fruncido.

--Seokjin me invitó. -respondió con calma.

--Tú y Seokjin se llevan muy bien. -pronunció complacido de que así fuera.

--Así es. Ahora será mejor que me vaya o se me hará tarde.

Hoseok observó como Yoongi no despegó su vista del rubio hasta que la puerta de su oficina fue cerrada.

--Pensé que era trabajo de Tae organizar tu agenda.

--Lo es, pero Taehyung está enojado conmigo, aunque no lo admite. Jimin se ofreció a hacer la agenda y él decidió irse por el resto del día.

A Hoseok no le extrañó el comportamiento de su omega. Tenía conocimiento de que su novio prácticamente odiaba al rubio, lo que le extrañaba era que Jimin parecía no darle importancia. Tomó una nota mental de hablar con el castaño omega sobre el asunto.

--Jimin lo está haciendo mejor de lo que esperábamos ¿cierto?

--Sí, creo que le gusta este trabajo. -concordó el pelinegro.

--Yoongi... -llamó Hoseok --¿A ti te gusta Jimin?

La pregunta tomó por sorpresa al alfa, quien no encontró las palabras para responder.

Hoseok suspiró ante su silencio --Te gusta. -concluyó.

--No...es decir...es agradable estar con él y, contrario a lo que pensé, no me resulta un dolor en el culo. A mi lobo le encanta tenerlo cerca.

--Y también a ti, Yoongi, no te engañes. He visto como te comportas con él. Sus coqueteos, sus miradas. Incluso casi le haces una escena de celos cuando te dijo que tenía con quien comer.

--No exageres, Hoseok.

--Hermano, no me mal interpretes, créeme que yo sería el más feliz de que por fin te enamores de nuevo. Pero me preocupas. Ambos me preocupan.

--Pues no te preocupes tanto, estoy bien. Tengo todo bajo control. -aseguró Yoongi.

--Quizás deberías contarle a Jimin.

--Hoseok. -llamó con tono de advertencia --Dejemos el tema.

Hoseok suspiró resignado y es que su mejor amigo era tan obstinado.

El muy terco se negaba a ver lo que estaba bajo sus narices y tampoco escuchaba la opinión de nadie.

Justo como en el pasado.

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Porque lo prometido es deuda y sus deseos, mis órdenes. Aquí está el capítulo prometido y la dedicación de este capítulo es para Nabikook

Espero que hayan disfrutado la calma de los últimos capítulos ^.^ porque lo que viene es drama.

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》