Cap XXXVI: Rock This Town
Es hora del pastel. Decir que bailamos un rato es poco, estuvimos como tres horas. Clint, como siempre, fue mi compañero de baile; Nat se consiguió un compañero en menos de dos segundos. Maldita. Con esa belleza natural que se carga tiene a todo el maldito club a sus pies, y más al chico de la barra.
-Clint, es hora del pastel -medio susurro y grito para que me oiga entre la música.
Levanta el pulgar y se va por Steve. Hago la seña para que pongan la canción de feliz cumpleaños.
-Feliz cumpleaños a ti. Feliz cumpleaños a ti. Feliz cumpleaños, querida Nat -Steve trae el pastel, rezo por que no se resbale o tropiece-. Feliz cumpleaños a ti.
Mi amiga apaga las velitas. Aplaudimos. Comienza a inclinar para darle una pequeña mordida a petición de los presentes, Tony se acerca de una forma sospechosa y una sonrisa traviesa en el rostro.
-¡Stark, no lo hagas!
Mierda.
Natasha dio vuelta, agarra a Tony del brazo haciéndole una perfecta llave y lo clava contra el pastel. El karma. Su cara es una combinación de blanco y rojo, gracias a la gran capa de betún que tiene en el rostro se le pegó una de las velitas en la frente.
-¡Pareces... pareces un unicornio! -exclamo entre carcajadas.
Abro la cámara de mi celular, preciono tantas veces el botoncito blanco que creo ya llene la memoria. Tengo un millón de fotos. Pepper tiene que pasarme el vídeo.
-Tony -reprocha Steve-, arruinaste el pastel.
-¡YO! -exclama indignado. Su novia le ayuda a quitarse el betún del rostro-. ¡Ella fue la que me puso la cara sobre el pastel!
No puedo dejar de reír.
-No tarde una hora en arreglar mi cabello y mi maquillaje para que vinieras y lo arruinaras en un segundo, Stark -objeta Nat, riendo de igual forma.
-Una sonrisa, Stark -pide Barton. El flash de su cámara deja ver a la perfección, el aún lleno de betún, rostro de Tony.
-Tengo betún en el cerebro -dice. Hace gestos como de que quiere estornudar.
Esto será bueno. El estornudo sale, al igual que otro montón de betún.
-Oye, Tony, creo que ése es tu cerebro -señalo el betún.
-Muy graciosa, Dianne -sonríe falsamente.
Para ya no ser víctima de nuestras burlas, se va al baño a terminar de limpiar su cara supongo. O quizás a llorar de la vergüenza.
-Es el mejor cumpleaños -confiesa Nat, abrazandome por sorpresa-. Hay hombres guapos, alcohol, mis amigos están conmigo y ridiculice a Tony -enumera cada uno de los puntos con los dedos.
-faltan los regalos -éste es Clint, sostiene en sus manos una caja de tamaño mediano.
¿Dónde deje el mío? ¿dónde deje la bolsa? Mejor dicho. Duh, Steve se quedó con ella y él está en la mesa con la cerveza en la mano y una chica a su lado.
¡¡Una chica a su lado!!
¿Ella que hace allí? ¿quien la invito?
Tranquila, manten la calma, solamente están conversando y ya. ¡Qué diablos están conversando!. Agudizó el oído.
-... es sólo un baila -protesta ella-. Te vas a divertir, ven conmigo.
-En verdad, aquí estoy bien. Apuesto a que hay más hombres dispuestos a bailar contigo, eres muy hermosa.
¡Rogers!
-¿Crees que soy hermosa? -pregunta en un tono coqueto.
No, imbécil, él tiene miopía así que no distingue bien las cosas. Alguien por favor que le diga a esa castaña con complejos de Kyler Jenner que Steve ya tiene dueña. Aún no somos novios ni nada pero ¡esta en MI radar! Y con éso basta para que aprecie su vida y se aleje de todo ese Dios griego.
-Si. Todas las mujeres son hermosas -generaliza.
¡En tu cara de ardilla con diarrea!
-Muy cierto. Pero ya en serio, baila conmigo -su falso tono de suplica me causa náuseas. Regla número uno: Steve no baila-. Prometo que no muerdo.
-Soy un pésimo bailarín -confiesa.
¿Por qué le sonríe? ¡Rogers, no sonrias puta madre!
-Bien. Entonces, ¿me aceptaría una cerveza, Capitán? -sonríe de lado, y su voz es ronca como si ronroneara. ¡Él no bebe!
-No así estoy bien. Ya tengo una -levanta para que vea la cerveza que YO le di.
-Algo me dice que tienes novia. Nadie es así de seco, ¿ella está aquí? -la manera con la que juega con su cabello me hace querer cortarlo tipo dora la explotadora.
Steve abre la boca y antes de escuchar lo que va a responderle, la voz de Stark resuena en todo el club.
-Atención -mueve los brazos en señal de que dejen de hacer ruido-. Como ya todos se habrán dado cuenta: es el cumpleaños de mi amiga Natasha.
Su pausa dramática es señal de que debemos aplaudir, cosa que hacemos y yo hasta comienzo a silbar.
-Y como en todo cumpleaños debe haber una canción. -levanta las cejas-. Dianne...
¿Qué?
-Por que no subes aquí y cantas algo.
Los presentes buscan a dicha mujer. Obviamente le hice señas de que no y me negué, no voy a cantar frente a todas estas personas. Literalmente todas las canciones que me sé se borraron de mo cerebro y las tres neuronas que tengo dejaron de funcionar.
-Que pena. ¿Saben? Su otro talento es bailar. Todos digan conmigo: Maravilla -hace un gesto con las manos para que los otros lo sigan.
¡Ay no! Tony está me la pagas. Todos están tratando de alentarme para que haga lo que el bastardo de Stark dijo. Veo en la dirección en la que está Steve con aquella lagartija.
-¿A dónde vas? -pregunta indignada la castaña. Al parecer le contaba algo a Steve.
-Nos vemos luego -le dijo.
Jaja. La ignoro. Viene hacia acá, ven con mami chiquito. Hay una canción; una la cual se la estado mostrando a Steve desde hace días. Y sé que él será el único hombre aquí presente que vendrá a bailar conmigo.
-¿Algún presente sabe bailar Rock This Town? -hablo fuerte. Lo veo y él me ve.
Con la mirada le suplico que venga. Es tímido, más que yo y posiblemente más que cualquier persona en el mundo.
-¡Yo! -grita alguien del fondo.
Yo quería bailar con Rogers. ¡No es justo!.
Ése alguien se aproxima. Un chico alto de frondosa cabellera y sonrisa burlona. Veo por el rabillo del ojo como Steve sigue cada movimiento del susodicho, su mandíbula se tensa, cruza los brazos y cada cierto tiempo bufa en señal de fastidio. Nada más tenías que levantar la mano, Rogers. ¡Sólo éso!.
Tony ríe de una forma maquiavélica, hasta me atrevo a decir que triunfante. Como si todo fuera planeado por su malvado cerebro que vale millones. Si descubro que tiene algo que ver en esto, juro que le voy a meter sus millones por donde no le da la luz del sol.
La cancion comienza a sonar. Él guia el baile, sus pies nos ágiles y veloces. Me sorprende con la gracia que baila, un compañero digno.
Es como si al igual que yo practicará esta canción. Si que sabe moverse. Un por segundo me cuesta seguirlo, a pesar de que puedo moverme con mucha rapidez, su estúpida sonrisa socarrona me distrae. Me hace dar vueltas y luego paso por sobre su hombro, para cuando reaccionó ya estoy girando de nuevo.
-Bailas bien.
-Lo sé -responde con su sonrisa más grande que antes.
Estoy comenzando a dudar ¿éste no es un hijo perdido de Tony?. Entrelazo nuestros brazos, pegó nuestras espaldas, él se inclina hacia adelante dándome más facilidad para dar la vuelta.
A la vez que me hace dar vueltas, enrolla su brazo con el mío sobre mis hombros, su cara me queda a escasos centímetros, tanto que puedo apreciar el color cafés claro de sus ojos y observo que tiene mejores pestañas que las mías.
¡¿Por qué diablos tiene que sonreír de ésa manera?! Es estresante.
Gracias a Díos la canción está por terminar. Le voy a dar un zoquete a Steve por no levantar la mano y dejarme bailar con el hijo adoptivo de Stark, porque es lo que es: ya nada más le falta el apellido.
Al concluir la canción suelto sus manos y le alejo recuperando mi espacio personal que violó en más de una ocasión.
-Soy Jack -extiende su mano. Esta vez tiene una sonrisa torcida, muy diferente a la de hace unos segundos.
-Dianne -estrecho su mano.
-¿Esta bien si te invito un trago, Dianne? -abre los brazos.
-Ok -acepto-. Así compensaras el haberme pisado un pie.
Ríe ante mi broma. En realidad no es una broma, si me piso un pie. Lo bueno que no soy gallina o ya estaría poniendo un huevo.
Vamos hasta la barra y ocupamos dos de los taburetes. El barman se acerca limpiando la barra.
-Dos margaritas, por favor.
-No. A mi deme una cuba libre y a él su margarita -corrijo su pedido.
En el tiempo que le lleva al Barman preparar nuestros tragos, Jack no deja de mirarme, su mirada es curiosa, divertida y tiene una pizca de malicia. Con que no vaya a salir con las idioteces que decía Matt porque juro por Dios que lo tumbó de su silla.
Odio que los hombres vengan con prepotencia y se crean los machos pechos peludos que no son. Y saquen esas tonterías de que las mujeres nada más sirven para un rato de diversión y ya. Pero odio más cuando las mujeres se dejan tratar como objetos, ¡por favor valorence!
Veo el amor a la antigua. No seré muy joven pero así lo veo. Con flores, cartas, que te alce mientras te besa, mirarse a los ojos y que te dé pena. Lindo y romántico.
Lástima que soy un jodido imán de patanes. Primero Matt, luego Francisco, y algo me dice que Jack no será la excepción. Aunque ya no soy más esa niña ilusa, ya no más. En mi radar está un hombre de esos que ya no hay hoy en día, literal y metafóricamente. Así mismo es más tímido que una tortuga, por eso seguimos siendo amigos... sin contar el hecho de que le pedí tiempo.
-¿Alguna vez alguien te dijo ha extraordinaria belleza que posees?
-Sí, muchas veces como para contarlas -si el puede hacerse el importante y la diva, ¡yo igual!-. Mi NOVIO me lo dice seguido. Es un amor de persona.
-Debí suponerlo -da un trago a su bebida-, una mujer tan hermosa debe tener muchos pretendientes. Ese detalle no impedirá que seamos amigos, ¿o sí?
-Depende... -me acomodo mejor. Quiere ser mi amigo, genial pero sólo hasta allí- si nada más buscas ser mi amigo y nada más que éso, ¡bienvenido a mi lista de contactos!, por el contrario... Si esas no soy tus intenciones y piensas que conseguirás algún día el que caiga en tus garras se "macho", de una vez te informo que puedo insultar en muchos idiomas y hacerte llorar en un chasquido.
Replantea su respuesta. Debe elegir las palabras correctas sino quiere terminar con mi puño en su boca.
-Nada más amistad -responde después de unos largos segundos.
-Entonces... -saco mi celular del bolsillo de mi chaqueta. Se lo entregó y espero pacientemente a que anote su número de teléfono-. Bien, oficialmente ya somos amigos.
Por primera vez sonríe no de una forma maquiavélica o con aires de grandeza, su sonrisa es sincera y linda. Tiene una linda sonrisa.
Hablo un rato con él, descubrió que no tengo novio.
-¿Cómo es que conoces a Tony Stark? - la intriga baila en sus ojos. Sé que ésa pregunta ronda por su cabeza desde hace rato.
-Soy algo así como la asistente en la Torre Vengadores.
Tampoco es como que vaya ir por la calle gritando: ¡oigan, soy Wonder Woman!
Por algo se le llama identidad secreta.
-Si hay alguna misión mueva o un robo yo soy la que me encargo de pasarles el dato -continuo con mi explicación-. El cerebro detrás de la operación.
-Entonces, eres amiga básicamente de todos allí.
-Sí.
-Tengo otra pregunta, y es la más importante, quiero que respondas con toda la sinceridad -se inclina hacia mi-. ¿Cómo es Wonder Woman? De todos los Vengadores ella es la que más me intriga. Jamás la han visto salir ni entrar. Su verdadero no nombre nadie lo sabe.
Vaya, vaya. Le gustó al niño, ¿quien lo diría? Claramente voy hablar bien de mi misma. Veo que nadie nos observe, dándole un toque de misterio a la situación.
-Ella es agradable y toda una loca -doy un último trago a mi vaso-. Sí la conocieras te caería de maravilla.
Ya me siento como Miley Cyrus en Hannah Montana. Llevo una doble vida maldición.
-¿Crees que puedas presentarmela algún día? -inquiere, con sus ojos cafés llenos de ilusión.
La tienes frente a ti.
-No lo sé, quiere mantener su identidad secreta en secreto.
-Soy su más grande fan. Quiero saber dónde obtuvo sus poderes, qué edad tiene, de dónde proviene. Muchas cosas, Dianne. ¡Muchas cosas!
¿No querrá también mi tipo de sangre? Tan sólo puedo responder unas cuantas de sus dudas.
Una figura musculosa aparece en mi campo visual, acompañada de ése distintivo olor tan familiar que me encanta. Una de mis debilidades es el perfume de hombre, ¡huelen tan bien malditasea!
-¡Steve! -exclamo alegre. Muerdo mi labio para disimular la estúpida sonrisa que amenaza con formarse en mi cara-. ¿Le invito otra cerveza, Capitán?
-No, gracias -sonríe. Por un momento nos quedamos mirando a los ojos el uno del otro. Pero claro el garraspeo de Jack interrumpió el bello momento-. Venía a decirte que tu celular no dejaba de sonar, hay algunos mensajes y llamadas perdidas.
Extiende mi bolso.
-Muchas gracias -agarro mi bolso y busco mi celular entre el desastre que tengo. Veinte llamadas perdidas de Marie, diez mensajes y un correo de voz, ¿qué rayos es tan importante?
-¿Todo bien? -preguntan al mismo tiempo los dos hombre frente a mí. Se miran desafiantes un segundo antes de volver a mirarme a mí.
¿Acaso estos dos individuos están teniendo una mini guerra? Quizás no soy igual de rápida que Rogers para entender las referencias; sin embargo, mi instinto de mujer me dice que estos dos homo sapiens ya se odian a muerte.
-Sí -rompo el incómodo momento. Ambos sonríen complacidos, rara vez se echan una mirada furtiva-. Mañana le regreso la llamada. ¿En verdad no quieres que te invite otro trago?
-Dianne, no me gusta el alcohol. No necesariamente tengo que emborracharme para pasarla bien.
-Bien, hombre libre de alcohol, déjame darte algo que sé al cien por cien que si te va a gustar -me doy vuelta para hacerle una seña al barman-. Una botella de agua, por favor.
-En seguida, señorita -dice. Desaparece por un segundo y cuando regresa trae en sus manos lo que pido-. Aquí tiene.
-Muchas gracias -le sonrío. Regreso mi atención a los dos hombres que se ignoran el uno del otro. Son peor que las mujeres-. Capitán, espero sea de su agrado.
-Gracias. -acepta mi "regalo". Pasa la botella de una mano a otra en lo que duda si decir lo que sea que este pensando-. Ya estamos dándole a Nat lsus regalos, ¿vienes? Digo, ¿quieres venir?
¿Cómo diablos puede caber tanta ternura en un hombre como él?
De la misma forma en la que cabe tanta perversión detrás de ésa cara de niña buena que tienes.
Touché.
Veo a Jack, el cual presiente lo que diré. Antes de dejarme hablar se despide primero, una linda morocha pasa casualmente captando la atención de Jack. Sin perder un momento va a su acecho.
Quiero ver lo que Rogers hará. Lo observo mirar un segundo a la chica y regresa su vista a mí sonriendo y ofreciendome su brazo. Apenas y la miro, osea la chica está que se cae de hermosa, y este imbécil ni se inmutó.
¡¡¡MI CIELOOO!!!
Entrelazo mi brazo con el suyo dispuesta a irme. Olvidando por completo que debo la botella de Steve y mi trago. Éste parece ver mi intención de sacar dinero mucho antes de que la realice, pone sobre la barra un billete y retoma nuestro camino. Infeliz.
Mi amiga abre un regalo de parte de Thor: una caja de donuts. Abre otro, éste de parte de Brue: una botella de Vodka.
Steve hace una seña para que me siente primero. Despacio me deslizo por el asiento de cuero.
-El mío es el mejor de todos -Tony pone sobre la mesa la mesa una cajita con un listón rojo-. De parte de Pepper y mía.
-Habla por ti. Yo traje minprooio regalo -pone una caja más grande sobre la mesa-. Feliz cumoleaños Natasha.
-Gracias. A los dos -sonríe. Abre primero el de Potts: un hermoso vestido negro que estoy segurísima va a resaltar ése cuerpo de ensueño que tiene-. Es hermoso, muchas gracias.
En lo que se abrazan aprovecho para sacar la pequeña cajita de ni bolso. Esto fue hecho especialmente para ella, espero le guste.
-¡Abre ya el mío! -bocifera Tony, eufórico.
Ruedo los ojos. Puede ser tan exasperante aveces. Natasha destapa la caja, extrae la llave de un auto, mejor dicho del auto en el que venimos.
-Tony... -observa atónita las llaves.
-Lo sé, soy genial -dice con aires de grandeza-. El auto en el que tú y Maravilla vinieron es tu regalo. ¡Sorpresa!
Mi regalo es insignificante comparado con el de Stark. El rico siempre humillando al pobre.
-El mío no es tan guau como un auto, pero lo hice de todo corazón -le entregó la pequeña caja color roja.
Ansiosa abre la caja, sostiene entre sus manos la cajita muestras observa detenidamente el contenido.
-Dianne, es precioso. Muchas gracias -sonríe ampliamente. Deja sobre la mesa la caja y Clint no tarda en tomarla para ver qué es. Me pongo de pie para recibir justos su abrazo-. ¿Qué fue lo que hice para merecer una amiga como tú?
-Patearle el trasero a Tony en los entrenamientos -confieso.
Reímos, bueno excepto Tony.
Fui a una joyería para que hicieran u collar de tres dijes: el primero son dos armas cursadas; el segundo un círculo con la letra N tallado y por detrás dice: para la mejor amiga; el tercero es una pequeña piedrita color roja. Símbolo de su cabello.
-Los quiero -dice. Su sonrisa no puede ser más grande.
Tony agarra su vaso y dice:
-Por Natasha.
La cerveza intacta de Steve es la que yo uso para brindar.
-¡Por Natasha! -repetimos todos juntando las bebidas en el centro.
_______________________
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro