Epílogo
-¿Cuando aprendiste a nadar? -Le preguntó Jungkook mientras mantenía su vista en el camino- Yo aprendí a los doce -Misoo suspiró-
-No aprendí a nadar -Dice entre dientes, la verdad es que la avergüenza, aunque no puede creer que él aún no lo sepa, no teniendo a alguien tan informativa como hermana-
-¿No aprendiste a nadar? -Dice el escandalizado y ella frunce el ceño por su reacción exagerada, no debería sorprenderle-
-No iba mucho al mar -Dice encogiéndose de hombros- Aprendí a hacer otras cosas como hablar inglés, pero no a nadar.
-Hablar inglés no va a salvarte en medio de un tsunami -Misoo se encogió de hombros-
-Mi novio lo hará, después de todo él si sabe nadar -Y eso fue suficiente para hacerlo sonreír-
La verdad era que Misoo sabía jugar muy bien sus cartas, era divertido ser novia de un chico que sonreía tan fácilmente, que la más mínima muestra de atención y cariño le hacían feliz.
-Yuhi me llamó esta mañana -Anunció cambiando de tema- Dijo algo de una cita doble, que ya te había dicho a ti, pero que algo le decía que no me ibas a avisar ¿Planeabas ir con tu otro novio?
Misoo resopló, desde que Jungkook y Misoo eran pareja, hace apenas tres semanas, Yuhi había planeado todo tipo de actividades románticas para cuatro, como si fueran una relación poliamorosa y no simplemente dos parejas, no quería romperle la ilusión a su mejor amiga, pero tampoco quería agobiar a Jungkook, tal vez él quería tomarse esto con calma, tal vez no tenía que sonar tan serio.
-No tenemos que ir -Dijo, aún estaba pensando en cómo decírselo antes de que Yuhi interviniera- Es solo una cita.
-¿Solo una cita? ¿Lo dices porque no quieres ir o no quieres que vaya?
Sintió la inseguridad en su voz, Jungkook aún pensaba que ella se avergonzaba de él por su edad, lo que era totalmente ridículo, la edad ni siquiera se notaba, Jungkook seguía siendo más alto que ella, más intimidante a lo lejos y ya ni siquiera le hablaba con honoríficos, lo que hacía el tema de la edad totalmente invisible a ojos ajenos.
-Jamás me avergonzaría de ti, estoy tan orgullosa de ser tu novia como lo estoy de mis tres premios de deletreo.
Jungkook se rió, ya le había presumido los premios seis veces, así que podía hacerse una idea.
-Bien ¿Entonces? Si no quieres ir puedo inventar una excusa.
Misoo suspiró, ya había aprendido por las malas que no debía guardarse lo que sentía, así que esto debería habérselo dicho antes.
-Eso solo que las citas son algo... importante -Dijo asintiendo ante la palabra que había escogido- Hacen que la pareja sea más oficial, y no sé cómo te sientas al respecto, una cita entre nosotros está bien, pero una cita doble es más para demostrarle a resto tu pareja que para otra cosa.
-Entonces ¿Crees que yo no quiero hacerlo? -Preguntó incrédulo y Misoo hizo una mueca-
-Es algo que no podría asegurar, pero tampoco negar ¿Quieres ir a esa cita conmigo?
Jungkook suspiró, quiso mirarla a los ojos, pero sabía que la ponía nerviosa si el conductor no estaba completamente centrado en el camino, así que hizo un esfuerzo por hablar sin mirarla.
-Creo que primero debo dejarte algo claro -Misoo contuvo el aliento, esperando que no estuviera molesto- Esto es serio -Dijo refiriéndose a su relación- Nunca ha habido algo más serio en mi vida que nuestro noviazgo, estoy aferrado a ti y tienes que lidiar con eso, tendrás que llevarme a todas las citas dobles a las que te inviten y decir que te casaras conmigo en un futuro lejano.
Misoo se ríe y él se siente satisfecho, mira el navegador, están a punto de llegar a su destino.
-¿Crees que tus padres habrían aprobado nuestra relación? -Misoo sonríe, pero se toma un momento para decidir-
-Probablemente no al principio, pero no se trata de ti, tenían una única hija y eran muy sobre protectores, probablemente a mi padre no le habría hecho gracia que tuviera novio, aunque mi madre habría estado encantada contigo.
A Jungkook se le aprieta el corazón en el pecho escucha a Misoo hablar sobre sus padres, por el amor con que lo hace y desearía haberlos conocido, solo sabe lo que Yuhi le ha contado.
-Ya estamos aquí -Dice ella antes de que él se detenga-
Se estira hasta los asientos traseros y toma el soju y la caja de galletas de avena, sale antes de que él lo haga y lo espera para cruzar la calle juntos.
Una vez en el mismo punto de todos los años Misoo se agacha, es un poco difícil hacer una reverencia en ese lugar, pero de igual manera las hace y Jungkook la imita.
-Mamá, papá, él es Jungkook -Dice con una pequeña sonrisa- Es mi novio, así que por favor acéptenlo -Dice y ladea la cabeza- Aunque sea un poco tonto es buena persona.
Jungkook se ríe, a penas y ofendido.
-Suegro, suegra es un placer venir aquí hoy, seguro estaban desesperados porque su hija encontrara un buen compañero de vida, no se preocupen prometo cuidarla bien.
Misoo sonríe, entonces deja la caja de galletas en el suelo y abre la botella de soju para vaciarla sobre el asfalto.
No llora, hace mucho tiempo que dejo de llorar, y aunque hay ocasiones en la que los extraña más que otras sabe que tiene que dejarlos ir, para que descansen en paz.
De vuelta a Seúl Jungkook la invita a comer en su casa, prepara el mismo la comida y mientras comen ven un programa en la televisión.
-Ya le confirme nuestra asistencia a la cita a Yuhi, parecía muy emocionada -Dice Misoo y Jungkook sonríe-
-¿Crees que algún día supere nuestro noviazgo? -Misoo arruga la nariz-
-Dice que quiere ser la madrina de nuestros hijos, si llegáramos a romper ella sería quien más sufriría -Jungkook se ríe-
-Entonces más vale que no rompamos, por el bien de mi hermana -Misoo sonríe y asiente-
Se queda inmersa en la televisión, viendo uno de esos programas de variedades en donde los idols van a promocionar sus canciones y a menudo a hacer el ridículo.
Jungkook la observa, otra de sus fantasías cumplidas, más allá de lo sexual muchas de sus fantasías estaban compuestas por momentos románticos, ellos acurrucándose en su cama, ellos viendo películas de comedia, ellos comiendo en un restaurante solos, ellos caminando tomados de la mano, y esto:
-Misoo, te amo.
Y aunque es la primera vez que se lo dice Misoo no parece escandalizada, le da una brillante sonrisa, como si sus palabras solo confirmaran algo que ya sabía, ella asiente y le responde.
-También te amo, Jungkook.
Vuelve su vista al televisor, como si no hubiera hecho que el corazón de Jungkook se detuviera en su pecho, agradeció cada pequeña cosa que lo llevaron a ese momento, incluso esas tres semanas de reclusión en las que lo quiso saber nada más del mundo.
Agradeció estar con la mujer de sus sueños.
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