—... Señor Park, ¿Me está escuchando?

Jimin se dio la vuelta donde su secretario, la noche anterior no había podido dormir bien tampoco. ¿Había que decir la razón verdadera? Le daba miedo admitirla. "Yoongi."

—Sí, Hoseok. Perdón. Estaba descansando mis ojos —bostezó con pereza intentando ser lo más disimulado posible.

—Le decía que tenemos que revisar la actualización de los nuevos modelos en Hong Kong. Pronto será temporada y sabe lo exigentes que se ponen.

Jimin alzó sus ojos con sarcasmo. Lo sabía de sobra.

—Haz una cosa, primero concreta esa reunión con el gerente de Samsung lo más rápido posible. Luego de eso, veremos lo de Hong Kong. Suficiente con la campaña de Osaka, ya quedé estresado.

Su asistente asintió para anotarlo en su tableta electrónica.

—Por cierto, llegó lo que me había pedido que encargara. Lo despachan mañana y estará llegando la semana que viene a la dirección que me dijo.

Jimin sonrió de soslayo. Su corazón ahora estaba un poco acelerado mencionando eso.

—Bien, Jung. Buen trabajo. —Jimin desanudó su corbata. El reloj en la pared daba las tres pasadas y faltaba todavía un tramo pero no quería saber nada más, solo dormir. Con suerte hoy dormiría más tiempo, Yoongi tenía otras cosas de las que ocuparse, como su tesis para al fin recibirse y no podía distraerlo. Digamos que anoche había sido la "última" noche de ellos, dado que todo lo que quedaba de esta semana y la otra había sacado una licencia por estudio y ya no podrían verse tanto, pero nada le alegraba más que el menor por fin iba a graduarse. —Ve a comer algo —le hizo un ademán al joven. Cuando este asintió y se fue, Jimin se tomó la libertad de cruzar los brazos en su escritorio y apoyar su cabeza en ellos.

Solo era cuestión de esperar este corto lapso de tiempo en el que él estaría muy ocupado con las últimas reuniones de la campaña, ergo Yoongi con la universidad y podrían finalmente pasar más tiempo juntos.

Sonrió de nuevo. Su vida había cambiado tan rápidamente.

.......

Yoongi hizo una larga reverencia cuando sus compañeros le aplaudían mientras recibía su diploma. El decano y el profesor de su cátedra se encargaron de darle el tan anhelado título y su rostro era una verdadera pintura; ¡Ahora se podría llamar a sí mismo un profesional!

Estos últimos meses se había concentrado en trabajar muy duro para poder demostrar muchísima más eficiencia en la empresa, y es que a pesar de que su propio Jefe era la persona que también compartía su misma cama no cambiaba el hecho de que él mismo se conseguía las cosas para progresar. Así era como funcionaban siempre las cosas.

Taehyung era quien lo esperaba al final de la gran sala de ceremonias con una sonrisa. Se tomó la oportunidad de saludar a algunos de sus ex-compañeros -ahora colegas- con una reverencia y también se sacaron algunas fotos.

—¡Ejecutivo Marketing! Es un título raro, lo sé. Y largo, pero lo lograste. Estoy muy feliz por ti, hyung —su amigo lo saludó con un abrazo y aunque hubiese intentado negarse de todas formas no le saldría bien. Así que correspondió el abrazo a duras penas pero con una gran sonrisa.

—Tú, niñato. Ya basta —lo hizo alejarse pero con una sonrisa. Tenía que agradecerle también a Tae, quien había mágicamente tomado la postura "adulta" -según él- de cambiar y decidió quedarse en Seúl para conseguir trabajo. Aunque quisiera evadirlo, Yoongi fue quien más le ayudó a cumplir su meta. Principalmente porque él sabía lo que era comenzar de cero y no tener a nadie, así que le daría su apoyo a Taehyung. Era menor que él, pero aún así lo veía entusiasmado. Así fue como Tae consiguió dos empleos de medio tiempo que le ayudaban de gran manera a costear el vivir y juntar dinero para el futuro. Tenía hasta el año entrante para ahorrar y empezar su carrera de Enfermería. Así que, como en los viejos días de Daegu, ambos la pasaban en el mismo apartamento, compartiendo los gastos y apoyándose mutuamente. —Gracias por venir... —susurró con la esperanza de que no oyera pero fue imposible para este no hacerlo, a lo que solo sonrió de manera cálida.

Emprendieron su viaje al departamento. De todas formas hoy Tae trabajaba hasta tarde por lo que Jimin vendría y se quedaría en el departamento a cenar y celebrar que al fin conseguiría su título. Le hubiese gustado que esté presente mientras lo recibía pero sabía que el mayor estaba cerrando algunos negocios en importantes reuniones, pero de todas maneras vendría. Digamos que su amigo estaba acostumbrado a la "insual" pero a la vez divertida relación que tenían. Obviando el hecho de que era el único que en términos "morales" -lo sé, son demasiadas comillas- lo sabía. Cuando llegaron Tae tomó una ducha y salió disparado para no llegar tarde.

Yoongi cambió su atuendo por uno más casual, en un rato vendría Jimin y al fin estarían juntos. La realidad era que esta semana y media se había pasado algo extraña, pero era lo que les tocaba. Sentía que su lazo era muchísimo más fuerte y que sólo un tonto no se daría cuenta de lo mucho que le gustaba estar con el otro. No sólo eso, sino que quería ir en serio ahora. Quería arriesgarse. El solo pensamiento le revolvió el estómago pero de felicidad. Si hace dos meses alguien le diría que estaría pensándolo sinceramente lo mandaría a tomar por culo, no se sentía suficiente ni por lejos a estar con alguien como Jimin. Pero ahora... Ahora no solo lo pensaba, sino que realmente le gustaba la idea de cómo eso sonaba.

Incluso en el ámbito laboral lograba sentirse realmente cómodo con sus dos compañeros que ya hasta se habían convertido en amigos. Habían tenido la oportunidad de irse a tomar una cerveza los tres juntos, y hasta pudo conocer al novio de Jin y a la familia de Jungkook. No encontraba explicación a que su vida se haya acomodado tan bien.

Pero se lo merecía, ¿No? Sentía que había pasado por demasiado. Ya era hora de que todo le sonriera. Y comenzaría esta noche, con ese hombre que le traía loco y al cual tenía pensado decirle todas y cada una de las cosas que le hacía sentir.

No tenía dudas de ello.

Había bajado al living de su departamento cuando oyó el timbre. Miró por el agujerillo de la puerta y vio un hombre con una gorra celeste y una caja en las manos.

—¿Sí? —preguntó cuando abrió la puerta.

—Buenas noches, entrega para Min Yoongi —le entregó la caja de cartón que estaba completamente envuelta—, ¿Puede firmarme aquí, por favor?

Yoongi así lo hizo y saludó cortésmente al señor cuando se despidió. Se fijó en el gran tamaño de la envoltura, pero aún así la caja era realmente liviana. Su sonrisa se ensanchó cuando vio el remitente en una tarjetita de color caoba junto al presente una vez abrió la caja.

"Yoongi:

Bueno, de nuevo estoy haciéndolo. ¿Recuerdas la primera charla que tuvimos aquél día en mi oficina?
Dijiste que elegirías Anna Matuozzo, pero no vestías esa marca.

Conseguí una pequeña colección de trajes Anna Matuozzo hechos a tu medida y con un estilo que estoy seguro te quedaría a ti.

Fue difícil conseguirlo puesto que la temporada ya había finalizado pero por un contacto se me hicieron accesibles. Son traídos especialmente de Italia, donde fueron confeccionados y despachados.

Ahora no tienes excusa porque, joder, todo te queda bien. Y estoy seguramente que esto no será la excepción.

Mi punto es que pretendo ser el primero en ver cómo te quedan puestos y quitartelos, obviamente.

Solo una muestra de mi cariño. Atentamente, Jimin."

Yoongi tomó los tres trajes confeccionados especialmente. Por la etiqueta podía jurar que eran malditamente originales. El material en sus manos se sentía jodidamente suave. No podía esperar menos de Jimin, su corazón estaba explotando de lo que parecía ser un aparente paro cardíaco de alegría.

Se sentó en el pequeño escritorio que tenía al lado de la parte de su living donde notó que todavía tenía abierta su laptop. Tomó la camisa gris que traía el primer traje color granada, sin duda uno de los más bonitos que había visto en su vida. Lograba estar muy bien combinado, y captar una verdadera impresión sexy. ¿Sería capaz de usar un traje así?

Su mirada se desvió de este con una sonrisa mientras se mordía el labio, pero la sensación desapareció cuando vio un pequeño popap abierto en la pantalla del escritorio. Esa computadora era la que también tenía sincronizada con la del trabajo, ¿Cómo había podido olvidar cerrar la sesión? Tomó el pequeño mousse de esta para cerrar la ventanilla y abrirla mañana en la oficina, pero su mirada se extrañó cuando notó que era un mail de un remitente que no conocía antes. La fecha en la que se lo habían enviado era hoy en la tarde, y todo tuvo sentido; no lo había visto porque estaba en la Universidad recibiendo el diploma.

Decidió que lo abriría pero que todas formas lo respondería mañana. Su mente literalmente se detuvo por dos segundos cuando lo leyó;

De: [email protected]
Para: [email protected]

"Estimado señor Min:

Nos alegra tener la oportunidad de dirigirnos a usted con el mayor de los respetos y también admiración.

Su trabajo ha quedado plasmado en las últimas campañas publicitarias realizadas a favor de la nueva colección "Verano-Otoño" en Osaka, Tokio. Sabemos que usted actualmente se encuentra como cadete en la importante y renombrada empresa de Moda "Made in Seoul", en Corea del Sur.

Hemos recibido asombrosas reseñas acerca de su trabajo como cadete en el área de Logística y Marketing, sin mencionar el eficiente trabajo de producción que junto a sus colegas ha logrado.

Vogue Japón se especializa en instruir y ayudar a que nuevos y exitosos empresarios logren una formación profesional que les acompañe el resto de su vida, dando como opción el trabajar en puestos de jerarquía mayor que solo los talentosos y profesionales como usted, señor Min, logran alcanzar.

Por ello en el día de hoy estamos interesados en concretar un entrevista para acordar un puesto de trabajo como Gerente Mayor en el área de Publicidad y Enseñanza en la sede más importante de Japón, situada en Kōbe. Su potencial y su carácter es lo que buscamos en nuestros empleados, y confiamos en su capacidad para tomar este importante puesto con gran eficacia.

No deseamos que tome una decisión ahora, más bien acordar una cita previa para explicarle acerca de lo que esto conllevaría. Esperamos ansiosos y expectantes su respuesta a esto, a través de este medio o llamando al número que le dejaremos abajo.

Que tenga un buen día y esperemos pronto estar en contacto.

Saluda atentamente,

Área de Recursos Humanos, Vogue Japón".

La sorpresa surcó en todo su rostro, puesto que se sentía terriblemente eufórico. ¡Él! Con casi veintitrés años, como gerente mayor en una de las empresas más importantes de la industria. ¿Cómo era eso posible? ¡Era su oportunidad para crecer de manera increíble y poder, por fin, mostrar su potencial!

Pero a su mente llegó la imagen de Jimin, los trajes que tenía en la mano, y la idea de confesarse hoy mismo. Sí, era una gran posibilidad laboral. Era una muy, muy buena oportunidad para crecer y lograr muchísimo reconocimiento. Pero eso implicaba el tener que dejar Corea. Dejar la empresa. Dejar a sus compañeros.

Y dejar a Jimin.

Era una gran oportunidad, pero también ponía en juego lo que estos meses había logrado construir. Porque Jimin tenía su vida armada, y él creyó inocentemente que la suya estaba junto a este. Pero ahora... Ahora se daba cuenta que también era su vida. Y si decidía progresar para él tendría que dejar algunas cosas. Porque era jodidamente idílico pensar que Jimin dejaría de ser Jefe en su empresa para irse con él a Japón.

Pero también sería jodidamente necio no pensar en la propuesta que le estaban realizando.

Entonces toda la película que tenía en su mente se desarmó; ahora tendría que escoger si rechazar la propuesta y seguir viviendo bajo el ala de la empresa pero con Jimin. O arriesgarlo todo y llegar alto haciendo lo que realmente le apasionaba.

Estaba en una jodida, y una muy jodida. Pero el timbre lo sacó de sus pensamientos.

Jimin había llegado.

......

NO ME MATEN LES JURO QUE ESTO SE ME SALIÓ DE LAS MANOS.

MAÑANA SALE STAY GOLD Y ME QUIERO MORIIIR, USTEDES CÓMO ANDAN?

CUIDENSE Y NOS LEEMOS MAÑANA........... ♡♡♡♡

Pd; espero que se entienda que entre la primera parte y la segunda hay un lapso de una semana casi y media.