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Parte 05➟ Irresponsabilidad

—Bueno, ¡al parecer alguien tiene buenos días hoy! —Seokjin hizo una graciosa mueca cuando Yoongi se sentaba en su escritorio. Y no era para menos, si era este quien había entrado con una gran sonrisa por tercer día consecutivo con café en la mano para sus dos compañeros y un humor bastante furtivo.

—Ya quisiera yo estar tan alegre como tú, Yoongi. El pequeño Mingi no me deja dormir hace casi diez meses, aún no he encontrado la receta para venir a trabajar con tu sonrisa.

El menor rió mientras encendía el ordenador, pudo notar que había trabajo que ayer había dejado pendiente y si bien no era de esas personas que enloquecía por tener trabajo de más era bastante eficiente a la hora de hacerlo. Si hace una semana atrás le dijesen que todo esto se trataba a causa de su jefe... Sin duda les escupiría en la cara.

—Ya, dejen el drama.

—Jeon, espero que no me toques las bolas, hoy hay reunión con Park. —el estómago de Yoongi se contrajo. ¡Era todo un paranoico! Pareciera que con la sola mención de su nombre su secreto estuviese siendo ventilado. Es impresionante la capacidad que tiene el humano de sentirse perseguido cuando las cosas cambian y lo cotidiano puede ser una amenaza para la mente.

—¡Cierto! Yoongi-

—¿Qué? —bueno, el tono que había utilizado realmente denotaba un pequeño "¡Yo no hice nada!". Si no se controlaba pronto entonces comenzaría a dar sospechas de que lo que pensaba de Jimin hace una semana no era para nada lo que pensaba ahora.

—Tranquilo. —le hizo un gesto de calma con la mano— ¿Hiciste las recepciones para Japón? Tenemos que presentarlas en la junta de hoy, si tenemos suerte no va a darnos más que la campaña en Tokio.

¡Por un carajo! ¡La recepción de la campaña para Japón! ¿Cómo es posible que en tan solo tres días se haya atrasado?

Pareciera que dio solo un pestañeo y el haberse besuqueado con el jefe durante estos días en su oficina no traería consecuencias... Bueno, ahora las veía. Le estaba atrasando la presentación a sus compañeros por su poca eficiencia y unos labios gruesos que lo habían tenido bastante distraído.

Su rostro fue todo un monumento, y no pudo ni abrir la boca cuando una prominente figura se apoyó en la puerta de la oficina que compartía con sus colegas.

—Me gustaría oírlo también, señor Min. ¿Terminó las recepciones para la campaña de Japón?

—Señor Park —pronunció Jungkook de manera firme. Era cierto que dentro de la oficina era un hombre realmente respetado, siendo jefe de uno de los tantos sectores que le correspondían dentro del área de logística y marketing en la empresa. Seokjin negó lentamente cuando una mirada de arrepentimiento se notó en Yoongi.

—L-Lo siento, no he terminado aún. Tuve algunas... Algunas complicaciones...

Jimin juntó sus labios de manera desinteresada, casi como si le sonara a excusa barata. Lo cierto era que dentro de sí mismo estallaba entre algo parecido a la diversión y algo de incertidumbre.

—Complicaciones... —repitió Park. —Señor Min, ¿Usted tiene algún conocimiento acerca de cuánto factura esta empresa anualmente? Contemos el promedio 67%, por favor.

—Y-Yo...

—Treinta millones. En dólares, obvio —se rió dirigiendo su mirada a los otros dos con la intención de encontrar algo de apoyo. No lo necesitaba, claro está. —Entonces, imaginese una empresa tan exigente dentro del mercado intentando comprender sus "complicaciones". O mis complicaciones. O atendiendo a las complicaciones de todo el mundo. Una verdadera falta de ubicación, al menos a mi parecer.

El ambiente se había vuelto algo bizarro teniendo en cuenta que Jimin estaba jugando un poco con los nervios del más chico, pero es que, vamos, también quería darle una lección. No importa que tu propio jefe sea la razón de tus "complicaciones" a la hora de trabajar, uno JAMÁS tiene que perder la eficiencia. Si había algo que Jimin sabía hacer a la perfección era saber separar su vida personal de la laboral. Una no interfería con la otra, y no tenía planeado hacer que Yoongi cambiase eso. Y mucho menos darle la ventaja de que creyese que por estar con el jefe estaría excento de la estructura que ya estaba formada.

—Lo siento —volvió a repetir, su cabeza estaba completamente gacha.

—No lo sienta, señor Min. Arreglelo. —Jimin acomodó su saco y volvió la mirada a los otros dos. —Jeon, Kim, dejaré la reunión para lo último. Encarguense de ayudar a Min y poner también en equilibrio lo último de la recesión que vino de París. Los estaré esperando a los tres. Con permiso —se despidió cuando estos habían asentido.

Yoongi negó cuando su presencia desapareció. Sin duda había sido de los momentos más intensos que había tenido jamás.

......

—Lo único que faltaría pulir es el desfile que va a presentarse en Osaka a mediados de marzo, pero hay tiempo para verlo. Ahora me interesa más la publicidad de la campaña. Buen trabajo, señores. Esta vez me sorprendieron, puedo notar que hay una eficiencia mayor. Veo que la integración de Min al equipo fue buena idea, ¿Verdad?

—Sin duda, señor —respondió Jungkook seguro cuando Jimin preguntó.

—Me alegra que estén mejorando. La clave del éxito está en el trabajo en equipo. Es todo por hoy —se reverenció frente a sus colegas y estos le devolvieron el gesto. Eran pequeñas acciones que demostraban el carácter de liderazgo que cargaba Park. Aún cuando a veces era muy duro y estricto, sabía reconocer cuando las cosas buenas venían con esfuerzo. —Hasta mañana.

Hasta mañana —respondieron los tres al unísono.

—Señor Min, ¿Tiene un momento? Necesito hablar con usted a solas.

Jungkook y Seokjin compartieron claras miradas de preocupación cuando su jefe estaba yendo a la puerta para acompañarlos a salir de la sala de reunión luego de que Yoongi asintiera a su petición. No había que ser muy inteligente para deducir que se trataba de un regaño que Yoongi se tenía bien merecido. O eso era lo que parecía a simple vista.

Jimin cerró la puerta quedando de espaldas al menor. Este, al sentirse incapaz de dar alguna otra explicación a su mente acerca de lo que estaba sintiendo decidió respirar calmado. Segundos de hielo transcurrieron cuando Jimin seguía sosteniendo la manija de la puerta sin darse vuelta.

—S-Señor Park... Lamento mucho lo de hoy. Yo... Prometo mejorar en el futuro...

—¿Lo lamentas? —Jimin fue acercándose lentamente al rubio, quien se notaba a kilómetros que tenía la respiración agitada. Sus nervios eran notables por el simple hecho de que nada de lo que había sucedido hoy era favorable. —¿Sabes las cosas que tuve que postergar para poder tener esta reunión a lo último del día, Yoongi? ¿El tiempo que perdí? Y tú solo... ¿Lo lamentas? —el mayor llegó hasta él y abrazó su cuello dejando su rostro a escasos centímetros del suyo. Jimin dejó sus labios poco más de milímetros cuando comenzó a rozarlos pero sin llegar a tocarlos, como si lo torturara despacio por anhelar el contacto que carecía de probabilidad.

Yoongi ahora soltó una pesada queja cuando Park utilizó sus labios en su cuello, comenzando a bajar por la longitud que la camisa del cuello no le impedía dejarlos. Fue entonces que Yoongi llevó sus manos para colocarlas en la cintura del otro y atraerlo más cerca a su cuerpo. El contacto que comenzaba a ceder poco a poco estaba tiñendo sus sentidos y no tardaría mucho en perder los estribos.

Su toque en el cuerpo del mayor era lento, comenzando por su espalda baja y acariciando hacia arriba cuando Jimin comenzó a mordisquear su blanquecino cuello mientras sus dos manos estaban coladas en la nuca de este.

—Señor Park... —la voz de Yoongi salió en un pequeño gruñido cuando sintió la succión de los labios del otro. Estaba casi seguro de que dejaría una marca. —Mnhgg, J-Jimin... —no se jactó de tomar el trasero del mayor en sus manos y darle un fuerte apretujón cuando comenzaba a sentir su boca pasar por el lóbulo de su oreja, sumado a la pesada respiración de este. Las cosas comenzaban a parecerle bastantes difíciles.

—No vuelvas a hacerme enojar... —le susurró en el oído. Se supone que eso debería ser una advertencia que le pusiera en una situación de desventaja, pero sonó tan sensual que tampoco evitó soltar otro jadeo por lo intenso que fue.

—N-No lo haré de nuevo...

Jimin literalmente lo estampó contra una de las mesas de la sala de reunión y metió sus labios en él como si comenzara a comer un manjar. Era parecido en términos relativos que se compararan. Sus labios encontraron el calor que tanto buscaban a la vez que sus emociones eran un subibaja de peticiones; querían tener algo más que sólo besos, pero allí dentro no era nada seguro.

—Me aseguraré de que no lo hagas.

—¿D-De que está hablando?

—Oh... Yoongi... —dejó un pequeño beso en sus labios— ¿Crees que dejaré pasar una irresponsabilidad como la de hoy?

—Yo creí que...

Harás lo que te diga, recuerda quién tiene el mando aquí dentro. No me gusta que no se tomen en serio el trabajo.

—Señor Park, yo... —Jimin volvió a callarlo de un beso. El juego lo tenía tan sumido que si jodidamente alguien entraba ahora estaba dispuesto a correr el riesgo.

—Luego de esto, no querrás jamás volver a cometer un error. —su voz era demandante, juguetona. A Yoongi le dolía tanto la polla en pensar las mil y un maneras en las que cumpliría su palabra.

Yoongi volvió a besarlo con más desesperación, su voz peligrosa, demandaba, aquel infierno que se alojaba entre los labios de Jimin, y estaba seguro de nunca querer dejar de probar ese fuego que recorría cada fibra de él.

—Me oyes, ¿Yoongi? —repitió. —Nunca más.

......

En teoría este iba a ser un fic "corto" que no duraría más de cuatro caps pero cada día encuentro más trama para ponerle y quiero alargarlo más. F por mí.

Comenten qué tal les parece hasta ahora el fic, ¡Voy a estar respondiendo sus comentarios! (As always)

Que tengan buenas noches ♡

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