SÁBADO 02.09
—¿Qué significa ésto? me dijiste que sería una fiesta pequeña.
—¡Lo es! podría ser incluso más grande. —Hoseok formó una de esas sonrisas que le marcaban los pómulos y lo hacían ver más irresistible de lo que ya era, la inocencia y puchero habrían funcionado de no ser porque Taehyung esperaba una explicación real.
Se encontraban bajo el marco espacioso de una gran entrada, no pasaba de las nueve de la noche y el punto de encuentro les recibió con luces tenues y música proveniente de algún punto al fondo, probablemente a manos de un DJ que armonizaba con beats simples que constituían un ambiente agradable.
—No es eso, sabes a lo que me refiero —Taehyung titubeó de pie en la entrada, no había letrero que le indicara nada, no lo necesitaba para hacerse a la idea de dónde se encontraba.
—Ya, culpable, pero es que de otra manera no me querrías acompañar, te conozco.
—Hoseok... —dejó escapar el disgusto con un suspiro y habría vuelto sobre sus pasos de no ser porque el otro le sujetó por el brazo.
—Anda, no seas así, acompáñame por un par de tragos nada más, si quieres irte más tarde, no te lo impediré.
A falta de respuesta y el semblante serio de Taehyung, tiró de él y ambos entraron al lugar. Docenas de personas se concentraban en sus mesas, todas con tragos en mano o sobre la superficie frente a ellos; otros más de pie danzaban lento al ritmo de la música, y pese a que Hoseok se detuvo un par de veces a saludar, Taehyung se mantuvo con el rostro y mirada hacia el suelo hasta que finalmente alcanzaron la barra y ordenaron un par de whiskys dobles.
—¿Lo prometes?
Hoseok tardó en comprender y finalmente sonrió.
—Lo prometo, anda, brinda conmigo, te ves muy tenso.
El primer trago ayudó, sentado en el banco junto a la barra, Taehyung se mantuvo con la vista en los meseros y bartender, así como en Hoseok que con su incesante plática, logró que su cuerpo se relajara pese a que la inquietud no desapareciera.
Ordenó un segundo trago, quizá solo estaba exagerando y nadie ahí podría reconocerlo después del tiempo alejado de la empresa. Nadie, a excepción de unos cuantos que, con un poco de suerte, podría evitar por un par de horas hasta que la hora de huida le fuera conveniente.
—¿Tae? —El tono de voz conocido lo puso en tensión, y bastaron un par de segundos para que un rostro a la mar de familiar irrumpiera en su campo de visión. Maldición...
—Ah, Jimin, hola —sonrió apenado, nervioso en realidad.
—¿Qué haces aquí? —el locutor sonrió con sorpresa genuina, llevaba una copa de champagne en su mano y vestía tan impecable y fashionista como siempre, su cabello peinado hacia atrás le despejaba la frente y le brindaba un aspecto sumamente elegante, tan apuesto que dolía.
Pero no era su aspecto lo que le había dejado sin aliento, sino la falta de una respuesta coherente que inevitablemente le llevaría a dar más explicaciones.
—Yo... vine acompañando a alguien —bebió y su boca de inmediato lo agradeció.
—Lo siento, me entretuvieron al salir del sanitario —Hoseok se detuvo a su lado después de haberse marchado minutos atrás, y el gesto de sorpresa en el rostro de Jimin habría sido gracioso de presenciar de no ser por la situación.
Abrió y cerró la boca sin sonido alguno, como si buscara la expresión correcta mientras miraba al productor, Taehyung intuyó lo que venía a continuación.
—¿JHope? ¿El mismísimo JHope? —el aludido sonrió abiertamente sin entender nada, así que decidió formar una reverencia hacia el tercero en la ecuación —¿Se conocían? ¡Es el productor del que tanto te he hablado!
Taehyung creyó detectar un ligero sonrojo y pizca de excitación en la voz del otro. Si rebuscaba un poco más en su interior, probablemente también habría reparado en sus celos.
—Ah, sí...
—Mucho gusto, soy Jimin, Park Jimin. —Correspondió a la reverencia y ambos se sonrieron abiertamente.
—Te conozco, te he visto en la empresa, el placer es mío.
—¿Es atrevido de mi parte decir que soy un gran fanatico de tu trabajo? —Jimin fingió acomodarse un mechón de su cabello, Taehyung quería que la tierra se lo tragara. —¿Cómo es que ambos se conocen?
—Ah, bueno, Taehyung y yo nos conocimos años atrás, cuando éramos unos simples trainees.
La mirada que Jimin le dirigió al pelinegro le caló, se sintió expuesto y vulnerable.
—Espera, ¿Fuiste un trainee y no me lo dijiste? —Si bien el reclamo no le pasó por desapercibido, Taehyung creyó estar alucinando, es decir, ¿Jimin molesto? ¿interesado en lo que pudiera pasarle? Él era más bien del tipo despreocupado, ese que únicamente le llamaba para pasarla bien, jamás había mostrado interés en averiguar por su cuenta sobre su pasado, y no es que fuera una queja, él estaba bien con ello.
—¡Fue hace tiempo ya! y ya sabes, Tae no suele ser muy platicador —Hoseok salió al rescate, si notó o no la tensión, Taehyung prefirió no saberlo.
—Vaya que lo conoces bien —el locutor sonrió y llamó al mesero para que llenara la copa que terminó de un sorbo, Taehyung maldecía el momento en que se dejó convencer de quedarse, quería huir de ahí.
—¿Me disculpan un momento? ya vuelvo —el productor se excusó con una de sus radiantes sonrisas y sin esperar una respuesta se dió la media vuelta.
—¿Has venido solo?
Fue lo último que Hoseok logró escuchar de boca de Taehyung, se abrió paso entre las personas inmiscuidas en su propio mundo. Y es que si las miradas tuvieran el poder de atravesarle la carne y los huesos, una en particular le habría dejado un enorme hoyo en la cabeza minutos atrás.
—¿Disfrutando la velada? —Hoseok se detuvo finalmente en el espacio de pequeñas mesas recluidas al final del gran salón, una en particular con su mejor amigo que ignoraba al resto de los presentes en la mesa, pero no a él, que llegó y le habló directamente al oído.
—Eso debería preguntarte yo a ti, ¿Qué significa ésto?
—¿El qué? también fui invitado a la fiesta, no eres el único importante aquí.
—No te hagas el tonto que no te queda, ¿Por qué estás con él? llegaron juntos, los vi.
Hoseok dejó escapar el aire, había algo juguetón en sus gestos y andar, se sentó junto a su amigo y le palmeó el hombro tan pronto su brazo le rodeó por detrás del cuello.
—No tiene nada de malo que invite a mi amigo a la fiesta, por cierto, de nada, quizá ahora sí te animes a hablarle en público, tomar una copa con él, y quién sabe, quizá ser el que vuelva hoy con él a su departamento. —Seokjin se removió incómodo bajo el abrazo, a cambio su amigo apretó su hombro —tranquilízate, puede que solo esté jugando contigo pero sabes que es verdad. ¿Es que no lo ves?
—¿El qué? —respondió cortante, incómodo, su mirada fija en el chico protagonista de la plática, ese que sonreía como un niño pequeño a lo que su otro alto acompañante le decía al oído. Odiaba la escena, ojala desapareciera y ya.
—Taehyung, él pertenece a éste ambiente, está hecho para brillar tanto como tú.
—Bien por él.
Hoseok soltó una risa con la respuesta y giró su cabeza lo suficiente para alcanzar la oreja del otro y acunar con su mano libre lo que sea que tuviera para decir.
—¿Cuánto tiempo más seguiras jugando al tonto? Sé que lo amas, que lo quieres tanto que sufres por no poder tenerlo a tu lado todos los días y conformarte con encuentros cortos. Puede que tengas miedo de que te vean con él, que el medio vaya a querer lastimarlo, a los dos por no revelar que no les importan las normativas de la sociedad ¿Pero no ves que el tiempo pasa? ¿Prefieres no ser más que una aventura?
Cada palabra se inyectó en su interior como si fuera su propia sangre; era fría, pues él tenía razón; era caliente, pues hervía de coraje e impotencia.
—¿Y qué si es así? no te metas en mis asuntos, yo sabré lo que hago.
—Es verdad —Hoseok asintió con ese aire desenfadado y puchero a forma de reclamo, pero había algo en su mirada que no cuadraba con el resto de su semblante, era como un jugador experto jugando sus cartas, Seokjin no entendía nada de lo que estaba sucediendo —en ese caso... no te importará si soy yo, ¿Cierto?
Seokjin volteó a mirarlo sin entender, no había más Taehyung a lo lejos, solo la mirada seria del otro, una que no estaba acostumbrada a presenciar.
—Si tú no planeas decirle a Taehyung lo que sientes por él, decirle que quieres estar con él... ¿Está bien si lo hago yo? —el modelo frunció el ceño, nada de lo que el otro le decía le caía en gracia, y Hoseok no estaba bromeando —Él también me gusta, Jin. Estás tan encerrado en tu mundo y en creer que eres peligroso para el resto, para tu carrera, que has sido demasiado ciego para darte cuenta de lo que pasa a tu alrededor. Pero si traje a Taehyung aquí esta noche es para que te des cuenta, que él no necesita que lo protejas si estás a su lado, así como lo haré yo si tú no te decides a confesarte pronto.
Hoseok se puso de pie ante su perplejo amigo que abría y cerraba la boca sin encontrar las palabras correctas. ¿Estaba hablando en serio? ¿Por qué bromearía con algo así?
—Hoseok, no...
—Disfruta la fiesta, tengo que volver con Tae. —palmeó su hombro y se puso de pie antes de que el modelo pudiera protestar. Consciente estaba de que había lanzado la llama al fuego. No tenía idea del alcance del fuego que estaba desatando, pero lo había hecho a fin de cuentas, y no se arrepentía ni un poco de ello.
.
✉️ 21:13
Amo: ¿Me quieres explicar qué estás haciendo aquí?
Amo: Creí haberte escuchado decir que no querrías venir.
21:14 ✉️
Amo, yo... Por favor disculpeme.
Sé que le dije que lo pensaría, y es justo lo que planeaba hacer, pero...
¿Puedo ir hasta donde está? por favor...
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La casilla de "leído" se marcó en el chat, pero la respuesta no llegó, ni siquiera el signo de que su amo tuviera intenciones de responder.
Se sintió asustado con la vista de uno de sus mayores temores. ¿Se sentiría decepcionado de él? ¿Habría castigo suficiente para compensar el engaño?
Maldijo a Hoseok, se maldijo a sí mismo con más ímpetu que nada, pues de haberse resistido nada de esto estaría sucediendo.
Su mirada paseó con prisa en los rostros de los cercanos, ni uno era el de Yoongi. Y no dispuesto a rendirse, abandonó la barra y se abrió paso apresurado entre el mar de gente que no hacía más que estorbar y ponerle ansioso. Tres, seis, diez mesas más, no había ni rastro de su amo. ¿Se habría ido? ¿No querría verlo jamás?
Jadeo con desespero, las manos habían comenzado a sudar junto a la piel de su frente. Se preguntó si sería demasiado atrevido llamarlo a su teléfono. Pero entonces lo vió, no era el rostro que había estado buscando, pero sí uno muy conocido.
Era su apuesto oficinista, llevaba un traje negro de dos piezas y camisa color vino. La sencillez de su atuendo le sentaba a la perfección, pues él era atractivo sin siquiera esforzarse. A su lado, una mujer de cabellera larga y lacia, le susurraba algo al oído antes de desatar la risa de ambos. Taehyung sonrió, era su esposa, no tenía que ser un adivino para saberlo, la había visto en una foto que el hombre cargaba en su billetera y le mostró meses atrás.
Sonrió sin saber por qué, a pesar de que la imagen era como un recorte de revista donde las parejas famosas desfilan con su porte y hermosura, él conocía la realidad de ese matrimonio arreglado. Sin embargo, y a pesar de sentir celos por el cuadro, le reconfortó saber que Namjoon tenía a alguien esperandole en casa, con la cena caliente sobre la mesa y la sonrisa de dos pequeños más que no habían sido invitados a la fiesta.
—Aquí estás, creí que te habrías ido sin avisar —una mano cálida se deslizó entre su palma hasta que los dedos de la mano ajena se entrelazaron con los suyos. Taehyung se sobresaltó y giró enseguida para encontrarse con la sonrisa pronunciada en Hoseok.
—Ah, no, yo iba al sanitario... —mintió, tan tenso por la situación que no le dió demasiada importancia a que el otro tomara su mano en público. —Pero ahora que lo mencionas...
—¡Ah! ¡Taetae!
Taehyung tensó la mandíbula, quería lagarse de ahí, pero se giró a tiempo para ver el rostro ya también conocido.
—Jungkook
—¡No sabía que vendrías! ¿Por qué no me lo dijiste? —la mirada de Jungkook se posó en las manos unidas, después sonrió y miró a su acompañante, en silencio esperando por una respuesta.
—Mucho gusto, soy JHope —su mano fue liberada para estrechar la del otro que la tomó sin premura.
—Ah, un gusto, he escuchado mucho de ti, soy Jungkook, coreógrafo de la empresa.
Las bocas de ambos hombres se movían, sin embargo, Taehyung no era capaz de escuchar más que un zumbido ensordecedor en su cabeza. ¿Realmente estaba pasando? El calor de la mano de Hoseok seguía presente en la suya; la sonrisa de Namjoon; el reproche de Jimin; el silencio de su amo a quien añoraba encontrar para arrodillarse frente a él y suplicarle que no le torturara más.
—Taehyung...
El llamado lo obligó a despertar, Hoseok y Jungkook lo miraban confundidos, y él, a cambio de una respuesta, se excusó y escapó hasta la terraza, donde el aire helado de la ciudad le arañó el rostro. Había sido una terrible idea dejarse engañar por Hoseok y asistir, aún si en el fondo presentía de lo que se trataba.
.
✉️ 22:19
Seokkie: ¿Dónde estás? salí a la terraza y no te encontré, ¿te has ido ya?
Seokkie: Al menos podrías habérmelo dicho para irme contigo.
Seokkie: Tae...
.
✉️ 23:22
Kookie: Así que tú y JHope.
Kookie: Wow, no tenía ni la menor idea.
Kookie: ¿Llevan mucho saliendo?
.
✉️ 02:25
Radio: Voy a pretender que no me siento herido de que no me hayas contado sobre JHope.
Radio: Pero gracias a que nos has presentado, conversé más con él y ahora tengo su número.
Radio: Eres el mejor.
¡Al fin la fiesta! ¿Qué tal? Las cosas se salieron un poquito de control. Pero no voy a negar que lo disfruté mucho.
¿Qué creen que pasará a partir de ahora? ¡Nos leemos pronto! 💜✨
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