
MIÉRCOLES 23.08
✉️ 11:32
Amo: Tae, ¿Por qué no he recibido la foto de tu desayuno hoy?
11:33 ✉️
Lo siento, amo, no tenía hambre así que lo olvidé.
✉️ 11:33
Amo: Tendrás que esforzarte más con tu respuesta si es que quieres que te perdone.
11:34 ✉️
Lo siento, no sé qué más decir.
✉️ 11:34
Amo: Es por la fecha ¿cierto?
11: 34 ✉️
Usted nunca se equivoca.
✉️ 11:35
Amo: Espera por mí, te acompañaré al cementerio.
11:35 ✉️
No, por favor, amo, no quiero robarle más tiempo.
✉️ 11:36
Amo: ¿Quieres que te acompañe? Solo tienes que decirlo.
11:36 ✉️
Por favor...
✉️ 11:37
Amo: Date un baño. Quiero que te tomes tu tiempo. Buscarás ropa cómoda y preparás el desayuno. Llegaré por ti a la 1:00 p. m
11:37 ✉️
Gracias, Amo.
.
Fue una visita breve. Observar a través del vidrio la foto de sus padres y la urna con sus cenizas no los traería de vuelta, eso lo tenía muy claro.
Min Yoongi, el CEO de Montana Entertainment, sujetó su mano durante todo el camino en los asientos traseros mientras viajaban hasta el cementerio. Lo hizo incluso durante el tiempo que estuvieron ahí, y solo la soltó una vez que estuvieron dentro del departamento del menor, donde por elección de éste, bebieron unos tragos de soju mientras el incienso se consumía frente a un arreglo floral y la foto de sus ausentes progenitores. Lo prefería así, en la privacidad de su espacio, fuera de los ojos de la gente que jamás los había conocido y caminaban por los mismos pasillos donde ellos se encontraban.
No eran ni las cinco de la tarde cuando Taehyung le preguntó si podía meterse a la tina con él, su amo no tardó en asentir y preparar todo lo necesario.
Se dejó desvestir, no ocultaría que estaba triste, no frente al único hombre en el planeta al cual le confiaría su vida entera. Él a cambio lo desvistió cual ceremonía, el cuarto de baño olía a miel y manzanilla.
—¿Podría contarme sobre su día, amo? —se habían metido a la tina, Min Yoongi acariciaba su espalda con la esponja y dejaba un par de besos sobre sus hombros desnudos.
—Se supone que tendría una reunión en punto de las diez con el encargado de los equipos de sonido, pero mi asistente me informó que al parecer alguien lo había chocado de camino a la oficina. No hay mucho que contar después ya que cancelé mis citas, pero después de mi reunión fallida estuve aprobando presupuestos.
—¿Él encargado de los equipos de sonido está bien? —Taehyung abrazó sus piernas, el toque reconfortante en su espalda no se detuvo —¿Presupuestos de qué?
—Hmmm, no lo sé, quiero pensar que sí. —dejó otro beso justo en el centro de su espalda, ahí donde su columna vertebral se asomaba sobre la piel —habrá una fiesta pronto, se trata del aniversario de la empresa y la renovación de varios contratos. Todo lo que se espera de un magno evento.
Taehyung se sintió presa de un deja vú que pronto dejó pasar cuando las manos del otro tiraron de él hasta chocar su espalda contra el pecho ajeno. Se permitió descansar su cabeza y cerrar los ojos.
—Suena a que estará muy ocupado.
—Siempre es así —lo sintió reír con las vibraciones debajo de su espalda —a propósito de ello, lo he estado pensando. —Tae esperó, entrelazando los dedos de ambas manos ahora libres, dejó un beso en cada una de estas antes de unirlas sobre su pecho —esta fiesta, habrá gente importante y más de alguno buscando oportunidades jugosas. Creo que es una buena oportunidad para que te introduzcas de nuevo en el medio, hacer contactos, quizá anunciar tu regreso.
Taehyung mordió su labio inferior, de pronto la idea sonó aterradora no solo por volver a su antigua vida, sino porque tenía una noción de quién estaría ahí.
—Usted siempre tan sabio. Pero si me permite decirlo... me siento inseguro al respecto. —cerró los ojos, temía hacerlo enfadar, un beso en su cabello le dijo que todo estaría bien, al menos por ahora.
—No tienes que presionarte, sin embargo, ten en cuenta que no puedes seguir escondiéndote para siempre. —Yoongi le sujetó la quijada y lo hizo voltear hacia él. Se veía tremendamente apuesto con el cabello húmedo, sin una corbata ceñida a su cuello. Taehyung se sintió afortunado de poder verlo así, de tenerlo para él aunque sea por unas horas en su más puro estado natural.
—Lo siento, no quiero decepcionarlo.
—No lo haces, pero quiero que me prometas que lo pensarás en serio.
—Lo haré, amo. Gracias.
Su recompensa llegó en forma de un beso y de otro más. Las horas siguientes las invirtió sirviendo a su amo, agasajado de sus palabras y cumplidos, de la forma en que todo el mundo parecía estable bajo sus caricias, de la energía que le inyectaba su boca en la piel, en el espíritu quebrantado y débil.
Supo que su amo había notado el rastro de otro sobre su cuerpo sensible, y a pesar de que no dijo más, aceptó con gusto el castigo de las caricias y besos contados, pues su amo no lo tomó esa noche, no había sido necesario, ya tenía todo lo que quería, todo lo que necesitaba para terminar ese horrible día a salvo. Así, hasta que se durmió y Yoongi se fue en silencio de su departamento.
Bonito ombligo de semana 💜✨
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