The other men/TaijuTake
Takemichi suspira como por novena vez y a penas es medio día, se siente muy enamorado, no tiene mucho que su novio se fue a trabajar. Pasaron la noche juntos, algo que no es tan común, porque su amado trabaja muy duro para su familia. Todo en él es perfecto, no importa que tengan que ocultar su relación, todo es lindo.
Suena mal decir que la ocultan, pero Taiju no está fuera del clóset, el mayor tiene miedo de decir que es gay y tiene un novio. Toda la vida del mayor estuvo rodeada de religión, de gente que le dijo que la mujer es para el hombre y que lo contrario es una aberración que merece castigo, es por eso que Takemichi lo entiende, no lo presiona, acepta ir al paso que marcha el otro. Incluso si siente que tres años en la sombras es mucho, sabe que no es quién para obligarlo a admitir que tiene un novio.
Decide que va a hacer comida que pueda comerse fría, porque su novio le dijo que tenía mucho trabajo, que no lo esperara despierto, por eso quiere cocinarle algo que pueda comer a la hora que llegue. Trabaja tanto que merece que cuiden de él. Sale en búsqueda de sus ingredientes, el día parece tan contento como él.
Cuando dan las seis de la tarde, decide tomar un café para disfrutar de lo que queda del día y presenciar el atardecer. Toma su frappé de rosas con calma, disfrutando su bebida y comiendo algo del pay de fresa, le envía un mensaje a su novio para decirle que le quiere y sonríe cuando recibe un sticker de gatito enamorado.
—Hanagaki—levanta su cabeza para ver a Inupi, amigo suyo y empleado de Taiju—Hola—se sienta frente a él.
—Hola, ¿dónde está Koko?
—No siempre vamos juntos a todos lados—Takemichi enarca una ceja—Uhg, está en la barra pidiendo su café, ya sabes que es muy específico con eso.
—¿Este descanso es una señal de que van a terminar tarde?—Inupi frunce las cejas con confusión—Porque si es así, deberían pedir un café cargado.
—No entiendo a lo que te refieres—dice ladeando la cabeza.
—Take—Koko llega con dos vasos de café en la mano—Es agradable verte—empuja a Inupi con su cadera para poder sentarse—¿No se te hace tarde?
—¿Para?—los dos amigos se miran entre ellos.
—Tu cena con el jefe—Inupi susurra, porque puede que Takemichi sólo esté siendo discreto—Recuerda que es a las ocho.
—¿Cómo sabes eso?—siente que sus manos tiemblan.
—No te preocupes—Koko toma una de sus manos—Nadie sabe que la cita es contigo, él sólo le dijo a la secretaria que reservara una mesa para dos en el restaurante francés, ese que está cerca del parque botánico—eso no calma a Takemichi, él sólo quiere llorar.
—Sí, nadie sabe, juramos que guardaremos tu secreto y eso haremos hasta que ustedes estén listos—Inupi eleva sus pulgares.
—Yo creo que debo irme ahora—empuja su pay hacia la dupla—Comanlo—deja un billete sobre la mesa—Fue agradable verlos.
Camina a prisa, trata de fingir que está bien. Una vez lejos de la cafetería, llama a Chifuyu.
—Compañero—se escucha feliz—¿Cambiaste de opinión sobre la noche de películas?
—Chifuyu—solloza—¿Puedo ir a tu casa?
—¡Claro!—se escucha como si algo se cayera del otro lado—¿Qué pasa?
—Te cuento cuando llegue a tu casa.
—Bien.
Takemichi toma un taxi, podría caminar, pero está seguro que si lo hace, terminará desmoronándose en la calle. Fuera de la casa de su amigo hay un auto negro, no lo reconoce, pero no lo analiza mucho, simplemente se apresura para timbrar.
—Michi—Chifuyu abre rápido y lo abraza con fuerza—¿Qué pasa?—Caminan abrazados hasta la sala, ahí en el sillón de dos plazas se encuentra Baji—No te dije que estaba aquí, porque a lo mejor no ibas a querer venir.
—Está bien, no tengo problema.
Termina sentado entre los dos, explicando lo sucedido con la voz quebrada y lágrimas resbalando por sus mejillas.
—No sé con quién va, pero es seguro que no es conmigo—dice finalmente para poder llorar.
—Michi, tal vez es una sorpresa—Chifuyu trata de animarlo—Todavía no son las ocho ¿y si lo llamas?
—O a lo mejor sí la está remojando con otra—murmura Baji.
Eso hace que Takemichi llore con más fuerza, abrazándose a Chifuyu. Los ojos azules del otro lo miran con enojo y articula "Cierra la boca si no vas a decir nada útil". Baji sólo se encoge de hombros.
—Hay que llamarle, Michi—insiste con la voz más dulce que puede—A lo mejor sí es una sorpresa.
—Ni siquiera me gusta la comida francesa, Fuyu— dice constipado.
—Michi...
—Bien—sorbe sus mocos, tienes razón.
—Si no contesta tendrás una respuesta—vuelve a comentar Baji.
—Oye—Chifuyu le pellizca el brazo.
Takemichi llama a Taiju, espera a que conteste y no tarda mucho, pone la llamada en altavoz y se prepara.
—¿Pasa algo, amor?—pregunta el mayor.
—Sólo quería saber cómo estabas—trata de componer su voz.
—Bien, algo ocupado, recuerda que hoy me quedo hasta tarde trabajando.
—Sí—suena desilusionado—Lo sé, uhm suerte.
—Gracias amor.
La llamada termina, los tres permanecen en silencio, observando el teléfono.
—Lo siento, la verdad es que no esperaba que sí fuera infiel—Baji es quien rompe el silencio—Disculpa por las cosas que dije antes.
Pero no recibe una respuesta, porque Takemichi continúa pasmado con la mirada fija en su teléfono, sus lágrimas corrían como cascadas, pero no emitía ningún sonido.
—¿Michi?—Chifuyu lo atrae hacia él, lo abraza con cuidado—Michi, reacciona.
—¿Con quién?—es lo que dice.
—¿Qué?
—¿Con quién me está engañando?
—¿Quieres que vayamos?—Baji propone.
—No
—Sí—dice pese a la negación de Chifuyu.
—No te hagas eso—trata de convencerlo.
—Ya me rompió el corazón, creo que tengo el derecho de saber con quién.
—Iremos contigo—eso no está a discusión, Takemichi lo sabe, por lo que asiente.
Esperan a que Takemichi se lave la cara, se arregle un poco y los tres salen rumbo al restaurante en cuestión. Se quedan estacionados fuera del restaurante, esperan pacientemente a que la camioneta blanca de Taiju aparezca, cuando finalmente lo hace, se ponen atentos, esperando a ver a la persona, pero su visión se cubre por culpa del valet parking, quien mueve el auto para poder estacionarlo.
—Vamos a tener que ir—Takemichi abre la puerta del auto—No voy a quedarme sin saber
—No tenemos una reservación—Chifuyu corre trás de él—No nos van a dejar entrar así como así.
—Sólo hay que improvisar—Baji los toma del brazo y los jala hasta la señorita de la recepción.
—¿Tienen reservación?—pregunta mirándolos de arriba hacia abajo, porque no iban vestidos para la ocasión.
—No—Baji se recarga del mueble de madera—Pero estoy seguro de que tendrán una mesa libre—desliza su tarjeta de crédito negra, la mujer la observa y sonríe como si estuviera atendiendo a la reina de inglaterra.
—Claro, voy a darles una gran mesa.
Escanean la planta baja mientras siguen a la mujer, parece ser que la planta baja está llena, no hay rastros de Taiju. Suben hasta la terraza, donde Takemichi se esconde entre sus amigos.
—Espero que no les moleste estar en la terraza—la mujer sonríe mientras corre una de las sillas—En seguida les traen las cartas.
Takemichi pasea su mirada por el lugar—Ahí están—señala una de las mesas del frente—No puedo ver con quién está.
Taiju les daba la espalda, seguro que frente a él estaba la otra persona.
—Me levantaré al baño—susurra Baji—Veré con quién está y luego regreso a describir a la persona.
—Bien, me gustaría ser yo, pero no sé si tendré la fuerza.
—No te preocupes, nosotros te apoyamos.
—Gracias.
Baji se levanta casualmente, caminando hasta los baños de la terraza, disimula lo más que puede y se asoma para ver al acompañante. Se queda ahí parado, observando fijamente a la pareja.
—¿Qué pasa?—Takemichi se pone nervioso—¿Por qué no viene?
Chifuyu ve cómo Baji comienza a caminar hacia ellos, por lo que se levanta rápido para detenerlo, lo toma del brazo y luego gira su cabeza para ver con quién engañan a Michi, él se queda paralizado también. Takemichi no puede más con su ansiedad, por lo que termina levantándose , se prepara mentalmente para lo que sea que vaya a ver.
—¿Qué pasa?—pregunta cuando llega a ellos, sus amigos se espabilan y se giran para bloquear su vista—¿Quién es?— pregunta extrañado por el comportamiento de sus amigos.
—Vámonos—Chifuyu trata de empujarlo.
—¿Qué pasa?—frunce su entrecejo—¿Quién es?
—Te decimos en casa, hay que irse de aquí.
Takemichi pone resistencia, por lo que Baji termina cargándolo por las axilas.
—No me hagan esto— patalea en el aire—¿Quién es?
La gente del piso de abajo se gira a verlos, porque son demasiado ruidosos, murmuran entre ellos, pero ninguno se atreve a decir nada, tal vez porque Baji es un hombre intimidante. Lo suelta cuando están fuera del restaurante.
—Takemichi, esto hay que hablarlo en casa—Chifuyu lo toma por los hombros—Así que hay que irnos.
—Quiero saber ahora—se cruza de brazos, espera una respuesta—Bien, entonces yo mismo iré.
—No, no debes—Baji trata de detenerlo, pero Takemichi lo rodea y corre hacia el restaurante.
Nuevamente es elevado entre los brazos de Baji, patalea tan duro como puede, al ver que eso no funciona, forcejea hasta mover uno de los brazos de su amigo hacia su boca, lo muerde con fuerza, lo escucha gritar de dolor, pero no tiene tiempo para pedir perdón, corre hacia dentro del edificio, la recepcionista grita que no puede entrar así, pero el pequeño pelinegro es rápido.
Se detiene a unos pasos de la mesa, respirando agitado por la carrera y la subida de escaleras, escucha un pitido agudo cuando ve a la persona que comparte mesa con su novio, se queda totalmente paralizado, ahora lo entiende, comprende la reacción de sus amigos. Casi frente a él está un amigo, uno por el que ha hecho muchas cosas, desde niñero, chofer y modelo ocasional.
—Michi—escucha que le llaman de lejos—Michi—alguien le toma la mano—Oye—parpadea cuando una mano se atraviesa en su campo de visión—Michi—llaman de nuevo.
—Takashi—susurra
—Ya lo sabes, Michi—Chifuyu toma su rostro y lo gira para que lo mire—Hay que irnos.
—Necesito que me agarres—le dice con los ojos llenos de lágrimas—Porque siento que si trato de caminar, me voy a caer.
—No te preocupes, te tenemos—Baji frota su espalda—Vamos a casa.
Takemichi se gira a verlos una vez más, porque siente que es observado. Sus ojos chocan con los de su amigo de cabello lila, retira su mirada porque su visión se empaña con sus lágrimas. Camina lento porque sus piernas le tiemblan mucho.
—Takemichi—es detenido por la mano de Takashi, su mirada parece preocupada—Así no es como...—no se calla porque quiera, Chifuyu le soltó una cachetada que resonó por toda la terraza.
—No lo toques— retira la mano que detiene a su amigo—Eres despreciable.
Pretende que sigan avanzado, pero Takemichi se queda observando los ojos lavanda—No sé qué te hice— dice con voz temblorosa—Tú sabías que él y yo éramos novios, así que esto realmente me confunde—suspira temblorosamente—Perdóname si algún día te hice algo tan feo, porque de otra forma no encuentro un motivo para que me hagas esto—Mira por sobre su hombro a Taiju, él tiene la mirada clavada en el suelo—No quiere volver a ver a ninguno de los dos.
Se para derecho, camina firme sin agarrarse de ninguno de sus amigos, baja las escaleras como si nada hubiera pasado, pero en cuanto sabe que ya no pueden verlo, se desploma en el suelo, llora tan ruidoso como puede.
Baji codea a Chifuyu y le da las llaves del auto para que vaya a abrirlo. Una vez solo con su amigo, lo carga con cuidado, deja que el otro se abrace a él y restriegue su rostro contra su pecho, siente que su camisa se humedece por las lágrimas, pero elige el silencio, Takemichi necesita llorar.
(...)
Abre los ojos que se sienten hinchados, parpadea para adaptarse a la luz que entra de lleno por la ventana. A sus costados están Baji y Chifuyu, están enroscados abrazados de su brazo, parecen gatitos. Sonríe ante la comparación. No sabría qué hacer sin ellos.
El primero en despertar es Baji, parecía estar recordando lo ocurrido porque entrecierra sus ojos somnolientos—Buenos días—dice después de un minuto.
—Buenos días—su voz suena ronca.
—¿Cómo te sientes?
—Mal—sonríe de lado—Pero me siento mejor al saber que no estoy solo.
—Nunca te dejaríamos solo—ambos se asustan ante la voz de Chifuyu—Te queremos mucho—restriega su rostro contra el brazo que sostiene—Keisuke y yo nunca dejaríamos que pases tu solo por algo tan duro.
—Gracias, ustedes son mis mejores amigos.
Los aludidos se miran entre ellos, es una conversación silenciosa, pero al final Baji suspira como resignado.
(...)
Siente que sus ramos se marchitan rápido, como si estas supieran sobre su estado de ánimo, tuerce la boca viendo como las rosas pierden pétalos lentamente. Al menos las macetas siguen frescas y retoñando.
—Michi, trajimos algo para comer—Chifuyu sacude una bolsa con contenedores de unicel.
Los invita a pasar a su pequeña sala donde come. Baji le pasa un vaso de café, los tres conversan mientras comen, ninguno menciona el tema, porque quieren darle tiempo a Michi, él mejor que nadie debe saber cuando esté listo. Su convivencia se interrumpe cuando escuchan la campana de la tienda.
—Esperen, no cerré—se levanta y los deja solos en la pequeña habitación.
Se acomoda su delantal, sopla en su mano para checar que su aliento no huela a su comida y sale con la mejor sonrisa del servicio al cliente, aunque esta cae rápidamente ante la presencia de Taiju.
—¿Qué flores dicen lo siento?— dice mientras frota su cuello. Takemichi tuerce la boca, se gira para regresar—Espera, necesito hablar.
—Pues habla, rápido—Pone sus manos en sus caderas.
—No quería que te enteraras así, planeaba decirte—sus ojos se desvían hacia los ramos marchitos—Las cosas se dieron por sí solas, no planeaba enamorarme de alguien más.
—Todo el tiempo me dijiste que necesitabas tiempo para anunciar lo nuestro, dijiste que era por la forma en la que te habían criado, que me amabas, mierda, esa mañana me dijiste que me amabas—siente que va a llorar—Para ti está bien ser infiel, pero no gay o es que yo nunca fui suficiente, porque a mí nunca me llevaste a comer a un restaurante así.
—No es eso, yo sólo creo que estoy confundido.
—¿Estás confundido?— suelta una risa—No me digas esas estupideces, simplemente dime que eres un asqueroso infiel, que disfrutaste burlarte de mí mientras te cogias a otro, eres hombre para unas cosas y un cobarde para otras—su tono de voz se eleva—Te di cuatro años de mi vida, mi apoyo incondicional, convencí a Kokonoi de regresar a tu empresa porque el otro contador te había estafado, cancelé tantas salidas con mis amigos porque no querías que nos vieran en público, me abstuve de hacer cambios en el cabello porque te gustaba natural, ni siquiera me dejaste hacerme una perforación, porque cuando anunciaramos nuestra relación querías mostrar un hombre sin modificaciones—toma aire—Ustedes dos se estuvieron burlando de mí todo el tiempo, pero ya no más, lo nuestro se acabó desde ese día donde no tuviste los huevos de mirarme a los ojos.
Se gira sin esperar una respuesta, entra a su salita y se sienta en la silla para seguir comiendo. Baji y Chifuyu lo miran en silencio, habían escuchado todo y estaban preparados para limpiar lágrimas, pero eso no parecía necesario.
—¿Tengo algo en la cara?—pregunta cuando se percata de las miradas.
—No, sólo estábamos contemplando tu belleza—Chifuyu patea a Baji—¿Qué? ¿Muy pronto?
—¿Muy pronto para qué?
—Nada, Michi—Chifuyu le mete una papa en la boca a Baji—Kei está loco, no le hagas caso.
Takemichi los mira como si los dos estuvieran locos, continúa comiendo, pero la duda permanece, sus amigos se veían muy sospechosos.
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igual va a tener pt 2uwu
Paso a recordar que pueden pedirme la shipp de Takemichi que quieras uwu
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