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Capitulo 28

Tn Scamander 

La victoria siempre se relaciona con el éxito, y el éxito al reconocimiento. Desde que estaba en la academia lo único que pensé fue en tener a mi papá orgulloso de mi, pero jamás el reconocimiento de la gente que no era mi familia. Nunca pensé en hacerme famosa o ser apreciada por la gente de este lugar, de alguna extraña forma siempre terminaba siendo el centro de atención.

Solo intentaba comprender este evento como otra mala jugada del destino lo que provocaba que no tuviera un día lleno de paz. Creo que las únicas veces que pude sentirlo fue estando al lado de Draco, en su mansión. Aun podía recordar las flores que rodeaban a la mansión y el camino al pueblo por la puerta de madera, las aves cantando y la brisa tan refrescante. El baile antes de irnos, y la última vez que de verdad sentí la calidez de aquel chico.

Me dolía el alma estar caminado hacía en frente con las miradas puestas en mí, los murmullos e insultos no se hicieron esperar. No les di la satisfacción de verme derrotada. Mantuve mi barbilla en alto y con suaves pasos pero decididos, me encaminé hacia los profesores, los cuales ahora discutían, sin prestar atención a mi entrada. Me distraje un instante cuando un plato de comida fue lanzado con fuerza, que mi oído derecho zumbo debido al impacto, me desestabilice e intente no caer, pero fue inútil, caí al suelo.

Los gritos de los profesores y los insultos de otras personas hicieron que de la nada mi cerebro se desconectara y solo escuchará un simple zumbido, como si de repente todo se callaran. Claro que no fui la única en recibir este trato, el primero en ser mencionado era Blaise, lo cual no fue sorpresa. Sus padres lo habían obligado a participar porque sabían de las pruebas, la gente aplaudió. Al seleccionar a la segunda persona, los murmullos aumentaron. La hija menor de los Diggory fue seleccionada, su grito de horror y el de sus compañeros de casa me culparon a mí de inmediato:

"¡Ella es una niña!" alguien gritó.

"¡Scamander vas a pagar muy caro lo que hiciste!" Otra voz me culpó.

"¡Ella no puede subir! ¡No tiene la edad!" Cedric Diggory alcanzó a su hermana menor, la tomó del brazo y la puso justo detrás de él.

"¡Dumbledore! ¡Se razonable!" Intentó persuadirlo la profesora Minerva.

"¡Ella es una niña!" Cedric intervino.

"Esperemos a que termine la ceremonia y hablaremos con tranquilidad" Albus dijo con su tono de voz tranquilo.

A Delores no le dio tiempo de procesar lo que sucedida y con manos temblorosas camino hacia los profesores alejándose del brazo protector de su hermano, con los ojos llorosos y las mejillas estaban con un ligero color rosado. Se colocó al lado de Blaise, él susurró algo en su oído y ella negó con la cabeza.

Nunca en mi vida había tenido tanto miedo hasta que escuché mi nombre.

—¿Cómo lo hiciste? —Minerva me tomó de los hombros ya estado en la oficina del director—, escúchame, si usaste un hechizo es importante que lo digas...

—No hice nada por séptima vez, créame que si quisiera suicidarme lo haría sin este estúpido torneo...

—¿Tú me hiciste esto? —Delores me miró con rabia y enojo—pensé que habíamos hecho las paces...

—Delores, por favor, entiende que no hice nada —suspiré cansada—, no soy tan poderosa para pasar el escudo de la edad, solo quiero estar tranquila. Cinco está enfermó y no sé si sobreviva, créeme que mi última preocupación es pensar en desaparecerte.

—¡Yo sé que mientes rata! —Mi padre, Reginald, me tomó de los hombros y me sacudió con rabia—, sé que hiciste algo. ¡Tienes que decir la verdad! ¡Habla ahora!

—¡Que no fui yo! —Le grité e intenté zafarme, pero él me sostuvo con más fuerza.D

Intente ver que es lo que, sucedida a mi alrededor, pero simplemente todos discutían entre sí. El caos ya estaba desatado, ya no había vuelta atrás. Mi padre me seguía sosteniendo y me acerco a él para susurrarme algo al oído.

—¿Qué vas a hacer para escaparte Tn?

Mi estómago dio un vuelco al escuchar mi nombre, las inmensas ganar salir corriendo me rodearon. Nadie me miraba o hacia algo, cada uno estaba en sus asuntos.

—¿Así que al final si lograste hacer un portal universal? No debí de subestimarlos, lo lograron una vez. No me importa quien seas, solo que se necesitó una hija y tú necesitas a tu padre.

—Creo que esta equivocado, ya me contaron de la desaparición de su hija...

—¿Tn estas segura que quieres poner esas cartas en la mesa? —Reginald se acomoda su lente—. No creo que necesites una catedra de lo que sucederá si te rehúsas a cooperar conmigo. Mira a tu alrededor, y date cuenta de lo que soy capaz, solo necesite manipular unos cuantos hilos.

—Sus hilos aquí no me importan, porque lo único que me importa no está en esta habitación o en Hogwarts —No baje la mirada a pesar de que el miedo me estaba rodeando mis brazos—. No sé qué clase de ser humano despreciable sea usted, si es igual a mi padre entonces me temo que lo único que me provoca es asco, su manipulación no va a funcionar conmigo, señor Reginald.

Intento disimular la sorpresa en su mirada, pero fue muy tarde, había encontrado su secreto.

—Querida, eres demasiado joven y estúpida para pensar que me refería a Cinco. Gracias por darme una gran idea, una que te gustará estoy seguro. —Reginald se alejó de mí y me señalo la puerta—. Espero que te gusten las sorpresas porque esta te encantará.

Lo mire extrañado y escuche las pisadas apresuradas de varias personas.

—Es tan desafortunado que el ministro haya dejado su puesto esta mañana...

—¿Qué hiciste? —Abri los ojos por la sorpresa.

—Yo no hice nada, solo fueron extrañas coincidencias de la vida.

Por la puerta, varias personas escoltaban a una persona que seguía siendo importante para mí, sin importar la realidad en la que estuviera.

—Mamá... —Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi instinto de correr a ella se detuvo en cuanto vi a las personas que tenía detrás de ella, a mis hermanos.

—Llegue justo a tiempo, es un placer, soy Grace Hargreeves, nueva ministra de magia —Le mostró a toda una sonrisa encantadora como solía hacerlo. —Bien, creo que tenemos varias cosas que discutir al ver sus caras.

—¡Oh Grace! —Minerva se acercó a abrazarla—. Es un gusto tenerte de vuelta, sin duda un honor tener a una estudiante de tu calibre de vuelta.

—Me da gusto verla profesora, y a todos los demás. Sin duda será un gran año... —Pasó la vista a los asistentes y se detuvo en mi—. Char... —su mirada se flaqueo un instante—, es cierto, me comentaron que habia una chica idéntica a mi pequeña, solo no pensé que fueran como gotas de agua. Un gusto.

—El gustó es mío, señora Hargreeves.

—Me parece que llegamos justo en el momento adecuado—El señor Malfoy apareció por la puerta justo de la mano de su hijo—. Querida Grace, es un gusto que por fin alguien de tu estatus tomará el puesto, espero que hagas bien tu trabajo.

—Lo tomaré como un cumplido Malfoy —Grace le dijo de forma encantadora.

Draco no me dio ni una mirada, solo se mantuvo con la vista perdida en la ventana.

—Niños, es mejor que salgan. Los adultos tenemos cosas de las cuales hablar, regresen a sus actividades y serán informados de los acuerdos a los que se llegue —Grace les extendió la mano hacia la puerta.

Cedric se llevó a su hermana de la mano, Blaise se intentó acerca a mí, pero le negué con la cabeza.

—Veo que tendrás que hacer una elección al final de la temporada, Charlotte. —Reginald se acercó a Grace y depositó un suave beso en la mejilla de la rubia.

¿A qué se refería con decisión?

Salí en silencio junto a los demás, repase en mi cabeza la conversación con mi padre y me di cuenta que el hecho de que apareciera mi nombre en el cáliz, no era una coincidencia, fue planeado y de una manera tan perfecta que incluso la entrada de mi madre al ministerio lo hizo cobrar más sentido.

Nos quedamos fuera de la habitación en silencio. Zabini intento acercarse, pero se lo impedí. El acepto sin rechistar y se quedó solo a unos pasos de mí. Mientras tanto Delores y su hermano seguían abrazados, ella no había dejado de llorar, y los sollozos era lo único que de vez en cuando interrumpía la calma. Draco por su parte, solo se quedó alejado de nosotros. Mis hermanos se mantenían juntos sin decir nada.

Un par de minutos después algunos profesores salieron con suma molestia en sus rostros. Minerva fue la primera en acercarse a los hermanos Diggory, se agacho a la altura de ellos para susurrar algo. En cuanto terminó de hablar, Delores salió corriendo por el pasillo.

—Lo siento... —Minerva puso su mano en el hombro de Cedric y este la apartó con brusquedad.

Una figura se puso frente a mí, mi sorpresa fue el darme cuenta que Severus se veía distinto.

—De pie Scamander, me temó que la reunión ha sido muy concisa y rápida porque la nueva ministra tomó una decisión. No importa la edad, el torneo debe de continuar.

Solté una risa leve.

—Sin remedio, si moriré que mínimo valga la pena. ¡Demos un buen show!

Por dentro me estaba muriendo, quería gritar y llorar de la impotencia. No podía creer que después de tanto mi vida al final si correría peligro.

—¿Es todo, Severus? —Esperé con impaciencia—. O me tienes que decir algunas palabras reconfortantes que estamos seguros que serán de todo menos cálidas.

—Me ahorras trabajo—Severus dijo con simpleza.

—Bien —Salí a paso rápido, di un par de vueltas para salir del castillo hasta el bosque prohibido. Sentía una presencia siguiéndome desde hace rato, pero la ignoré porque no tenía tiempo de discutir con nadie.

En cuanto mis pies tocaron el césped algo se sentía diferente, sentía el piso temblar bajo mis pies. Me dejé caer al pasto y cuando mis manos tocaron hicieron contacto parece que se entrelazaron. Un par de raíces salieron del suelo, tomaron mis manos y me guiaron hasta tocar la tierra. Cerré los ojos al sentir la energía en mis manos.

—¿Qué estás haciendo? —Draco me habló.

—Cuando dijiste que no querías saber nada de mí, pensé que incluso dejarías de seguirme por las sombras.

—¿Por qué estás haciendo eso? —Draco intento acercarse a mí, pero una raíz lo detuvo—, no quiero hacerte daño.

—¿Conectarme con la naturaleza o darte el mismo trato que recibí de ti? Porque cualquiera de los dos, te importa un rábano, Malfoy. O más bien, si quieres saber cómo estoy para irte corriendo a contarle a tu novia, adelante, dile que espero morir para que pueda quedarse contigo.

—Tn, te estás haciendo daño —Draco intentó persuadirme—, tus manos están rojas por la presión de las ramas. Tienes que respirar, ella te estas consumiendo.

—Que lo hagan, así se ahorrar el trabajo de matarme. Me siento como un estúpido animal de circo. Ustedes están locos.

—Tn, por favor, sé que estas enojada y tienes miles de motivos para hacerlo pero... —Draco cayó al suelo—, por favor, necesito que me dejes ayudarte...

Draco cayó al suelo tocándose el pecho, algo estaba mal. Intente liberarme de las ramas que me tenían atada, pero, aunque lo intentará era muy complicado. Verlo en el suelo tocándose el pecho me recordó a la escena de Cinco cuando fue envenenado, las ramas me acercaban más al suelo.

—¡Ayuda! ¡Ayúdame! —grité con desesperación—. Draco, no puedo liberarme.

—Esto duele mucho —Draco se retorcía en el suelo como si un hechizo lo estuviera torturando, la desesperación de ayudarlo y mis intentos fallidos de hacer algo por él, provocó que no pudiera evitar llorar, desesperación y angustia, se formaban en mi mente.

—¡Emancipare! —alguien lanzó un hechizo hacia mis manos liberándome y sin pensarlo corrí a auxiliar a Draco.

—¡Draco! ¡Por dios, háblame! —Tome su rostro medio inconsciente entre mis manos.

—Eres un idiota Draco, si no los hubiera seguido abrían muerto los dos—Harry mencionó con la voz agitada—. Te dije de las consecuencias estúpido Malfoy de hacer un...

—Si lo dices, juro que no quedara ni tu apellido Potter —Draco se levantó con la voz muy agitada y una gota de sangre.

—¿Ya le dijiste? —Harry mencionó mirándome a los ojos—. Ella merece saberlo.

—No, no tiene que saberlo...

—Grindelwald y tu pueden morir, si ella muere es su fin—Harry suspiró con cansancio—. Es mejor que se mantengan conscientes porque cuando les diga que encontré en el baño, no me lo van a creer...

—¿Decirme que? —Los mire esperando una respuesta.

—Sabes que puedo ser mejor que tú, si me lo propongo. Así que me voy a arriesgar—Harry habló con voz dura—. Ellos hicieron un juramento inquebrantable, y si no logran protegerte pueden morir...

—Es tu ultimo día en este mundo Potter... —Draco lo fulminó con su mirada y paso su vista a mí.

La rabia entró en mi sistema y solo me bastó unos segundos para depositar un seco golpe en su mejilla con la palma de mi mano.

—¡¿Están locos par de imbéciles?! —le grite a Draco—¡¿Quién les pidió que me protegieran?! ¡Nadie! ¡Yo me puedo cuidar sola!

—Tengo que explicarte...

—¡Explicarme un carajo! —le dije al borde del colapso— ¡No pueden ir por la vida haciendo trucos de magia para protegerme! ¡Valoren su vida!

—Juro que así me recuerdas a Cinco... —Harry tragó saliva asustado.

—¿Quién fue su testigo? —Tomé a Draco de la camisa—. Dime Draco Malfoy.

—Fui yo. —Dijo tajante Harry.

—¿Por qué los dejaste hacerlo? —Solté a Draco para dirigirme a Harry—. Tu mejor que nadie sabe, que es siempre pensar en que la persona que amabas se sacrificó para vivieras. ¿Qué carajos pensaban cuando lo hicieron?

Me perdí un momento en mis pensamientos y las piezas encajaron. Todo estaba unido de una forma tan perfecta y macabra que dolía.

—Draco, ¿Qué harás si en el torneo mi vida corre peligro al mismo tiempo que tu amigo? ¿A quién salvarías? —Le dije con lágrimas en los ojos—, sé que jamás te perdonarías el perder a tu amigo, y los dos lo sabemos. En este torneo esta Delores, cuando Cinco despierte sé que tendrá el mismo sentimiento de impotencia. Nos vieron la cara de estúpidos a todos. Mi padre nos vio la cara a todos, sabía que esto iba a suceder.

Me sentía con mucha impotencia, dolor y culpa.

¿Cómo es que no me di cuenta antes?

Mi padre planeo todo desde el inicio.

Reginald sabía de nuestra llegada a Hogwarts solo que el torneo le dio un motivo para venir a nosotros.

Alguien detuvo a Cinco porque es el único con el poder de cambiar el tiempo y podía hacer que no me eligieran, unos segundos bastaban para regresar el tiempo.

La llegada de mis hermanos, haría que vigilarían nuestros pasos justo como las misiones en la ciudad.

Grace como la nueva ministra de magia.

Nos querían sacar del mapa, pero la pregunta más importante:

¿Por qué?

Me quede quieta unos momentos y Harry me interrumpió de mis pensamientos.

—Tenemos otro problema, uno muy grave. Tal vez no entienda mucho de los viajes entre universos, pero sé que esto puede empeorar las cosas... —Harry exclamó.

—No puede haber nada peor, ya las cosas son un asco para volverse aun peores.

—Colibri... —Draco intentó hablarme.

—No, no ahora. No quiero hablar contigo —suspire y le indique a Harry que me llevará al baño—. Si me enteró que nos sigues Malfoy, voy a matarte. Es un aviso que pienso cumplir.

Me puse de pie para seguir a Harry por los pasillos del castillo, todos se reían a mis espaldas y susurraban cosas horribles, me sentí pequeña y vulnerable pero nunca bajé la barbilla, sabía que yo no había puesto mi nombre en el cáliz y con el hecho de tener mi verdad era más que suficiente.

—¿Al baño de prefectos? —mire intrigada la puerta.

—Respira y no te vayas a desmayar por favor.

Al abrir la puerta poco a poco visualice a Hermione, Ron, y después a Ginny. La última persona que estaba ahí me hizo querer llorar, me tape la boca con asombro y mis ojos se llenaron de lágrimas en menos de un segundo. Estaba ahí, sus ojos, su sonrisa y ese lunar que tanto me gustaba.

—Estas bien... —Iba a correr a abrazarlo, pero Harry me detuvo abruptamente.

La miré molesta pero el negó con la cabeza y me di cuenta de lo que sucedida. Vi la mirada de todos desconcertados y entendí las cosas.

Era Cinco, pero no mi Cinco.

—Créame que esto es el doble de confuso para mí que, para usted, señorita Tn. Soy Logan, me parece que nadie sabe mi nombre en este lugar. Y siempre hay confusiones, un placer.

—Necesito aire...mucho aire... —Salí por la puerta corriendo sin detenerme a mirar atrás, ni siquiera a darle una disculpa a la gente que golpeaba cuando pasaba a su costado.

No estaba lista para afrontar lo que se venía, no lo estaba. 

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Besos (risas malvadas)

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