Epílogo
Había tardado tres meses en despejar mi agenda para poder llevar a mi chico de viaje. Había querido hacerlo antes, pero no paraban de surgir problemas laborales y Taehyung tenía sus propias
obligaciones.
¿Pero ahora? Ahora, teníamos la próxima semana solo el y yo en esta isla privada, donde planeaba mantener a Taehyung totalmente desnudo todo el tiempo. Y me estaba yendo bastante bien con esto último.
Sonreí al ver a Taehyung vadear las aguas cristalinas del océano a solo seis metros delante de mí. Una ola se acercó y lo derribó, y no pude evitar sonreír mientras resoplaba, se giraba hacia el océano y lo sacudía. Me reí, nunca había sentido tanta felicidad en mi vida.
Dios, es perfecto para mí.
Se balanceó sobre el agua y sus preciosos pechos salieron a la luz. Incluso desde la distancia, pude ver las gotas deslizándose a lo largo de los montículos color melocotón. Sus pezones estaban duros, el sol brillaba en su piel.
Joder, se me estaba poniendo duro... otra vez. Me ajusté la polla bajo el bañador y se me escapó un áspero gemido cuando el salió del océano y se dirigió hacia mí.
La pesada caída de su pelo rojo estaba más oscuro por el agua, le caía por los hombros y hacía que gruesas gotas de agua salada cayeran en cascada sobre su figura. Mi polla se estremeció al verlo.
Había reservado la isla privada para que tuviéramos la mayor intimidad posible. Aunque había un puñado de empleados que estaban aquí las veinticuatro horas, tenían turnos rotativos, así que nunca nos quedábamos sin nada. Prefería no tener a nadie más que a nosotros dos.
No es que me importara una mierda follarme a mi precioso chico con la perspectiva de que alguien nos viera. De hecho, la idea de que alguien me viera reclamando a Taehyung hizo que una oleada de calor me golpeara la polla y los huevos.
Hizo que mi lado primitivo y posesivo se alzara como si fuera un maldito cavernícola que necesita marcar su territorio. Un gruñido surgió de mí, y el estaba lo suficientemente cerca para escucharlo, mientras se detenía y me miraba. Sus pupilas se dilataron y bajó la mirada para contemplar la pesada longitud de mi erección presionando el lateral de mi bañador.
—Dios. — exhaló mientras se acercaba. —Tu apetito por mí debería ponerme los pelos de punta. — Se lamió los labios. —No excitarme aún más.—
El calor en su voz era claro, y supe sin lugar a dudas que su pequeño y apretado coño estaba preparado para mí. Contuve mi gemido mientras bajaba la mirada a sus pechos, sobre su vientre redondeado, y me llenaba de su coño. Estaba desnuda aparte de una pista de aterrizaje recortada de rojo oscuro en el centro de su montículo.
—Sé el buen chico de papi y ven aquí. — Torcí el dedo y sonreí cuando tragó saliva.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, agarré sus caderas y tiré de su dulce trasero encima de mí para que se sentara a horcajadas sobre mi cintura.
La empujé aún más hacia abajo para que su coño frotara contra mi polla. Un sonido gutural salió de mí, y el cerró los ojos y gimió, moviendo la parte inferior de su cuerpo hacia adelante y hacia atrás, frotándose contra mí.
—Sácame, dulce chico. — Se movió hacia delante y hacia atrás durante unos segundos más antes de hacerme caso y levantarse ligeramente.
Apreté los dientes y levanté las caderas para que pudiera bajarme el bañador, y entonces agarró el carnoso tronco de mi polla y lo acarició con fuerza.
—Ahora, trabaja ese pequeño y apretado coño sobre la enorme polla de papi. Déjame sentir lo mojado que estás.—
—Eres tan sucio. — susurró en un gemido y obedeció como mi buen chico.
Sus enormes pechos se agitaron ligeramente mientras se movía sobre mí. Ahora mismo, lo estaba dejando tener algo de control. Me excitaba como un sádico hacerlo creer que ahora tenía algún poder, solo para darse cuenta de que al final yo seguiría siendo su papi.
Lo agarré por detrás de la nuca, apreté los dedos en su cuello, su pelo húmedo rozó mis nudillos mientras tiraba de el.
—Dime lo que quiero oír. — dije contra sus labios mientras metía la mano entre nosotros, sin paciencia, y me agarraba la polla.
—Dios, te sientes bien. — susurró mientras se levantaba lo suficiente para que yo pudiera meter la cabeza en el agujero de su coño.
—Dime. — le pedí, siseando cuando se hundió, su estrechez envolviéndome, su jugoso coño estaba tan húmedo que sentí que se deslizaba por mi eje.
Taehyung me miró fijamente a los ojos, con la respiración acelerada mientras me penetraba hasta el último centímetro y luego se levantaba para volver a hundirse.
—Jesucristo. —Arrastré mi lengua a lo largo de su garganta, la salinidad del agua de mar en su piel me excitó aún más.
—Te amo, Jungkook— Mi polla se sacudió dentro de el al oír esas palabras.
Apreté las manos en su cintura y controlé la velocidad y los empujones.
—Te amo mucho. Demasiado. Me duele el pecho incluso mirarte. — Rodeé su exuberante cuerpo con mis brazos, levanté las caderas mientras empujaba mi polla dentro y fuera de el, y me dije a mí mismo que nunca dejaría ir a este doncel.
El era mío como yo era suyo. En. Todos. Los. Jodidos. Sentidos.
FIN...
Con esto damos por terminada está preciosa historia.
Espero que les haya gustado leerla como A mi escribirla.
Besitos, cuidense y nos vemos en la próxima Historia ♥️💋
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