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Capítulo 7.-Distancia.

Los días pasaban desde aquella noche, y Shenhe notaba algo muy claro: Aether se había distanciado de ella.

Siempre que iban a cumplir las tareas del gremio, él iba adelante, dejándola con Paimon o Chongyun, eso con el pretexto de hacer tareas de reconocimiento y que así no cayeran en una trampa o se perdieran en el camino.

Lo ilógico era que, tras haber vencido a 7 sujetos, a un monstruo marino, salvado a varios obreros de ser aplastados por una losa de concreto que sujetó con sus brazos, y por si poco fuera, sobrevivir a un incendio siendo de visión cryo, necesitara protección para no caer en una trampa o en una emboscada.

Quizá y era más que nada por Chongyun, o por simple seguridad para que nadie saliera herido, solo que de verdad poco sentido tenía, y era completamente innecesario.

En realidad sí que era para no estar con ella, Aether no quería enamorarse de Shenhe al saber que sería un amor no correspondido, la dama de cryo no podía sentir ni odio ni amor, así que aunque intentara enamorarla, no podría, era precisamente imposible.

Tampoco quería dejarla a su suerte, era todo lo que tenía en el mundo, gracias a él es que su reintroducción al mundo humano fue exitoso, no es que quisiera tutelarla para siempre...no quería dejarla sola a sabiendas que eso la lastimaría y sería romper la promesa hecha a Preservadora.

Se enfrentaban a un grupo de dos magos del abismo, más precisamente de hydro y de cryo, al primero lo derribaron fácilmente, pero parecía que era parte de un plan más interesante. El mago de cryo, al ver que su compañero había caído, simplemente se llevó la mano a la cabeza.

-¡Nos volveremos a ver, hombre araña! (ok, no :v)

-¡Nos volveremos a ver, príncipe! -Rió, desapareciendo en un agujero que creó.

El muchacho apretó los dientes, claro que le decía príncipe para joderle la conciencia de que Lumine se encontraba, desde su perspectiva, siendo manipulada por el abismo, y vaya que eso lo enojó, pues lanzó su espada al suelo.

-¡Cuando te encuentre, te golpearé hasta que me digas dónde está mi hermana, desgraciado!

Mientras él buscaba en la dirección equivocada, siendo perseguido por Shenhe y Paimon, el mago desactivó su escudo, pues había aparecido en un dominio, y fue que al llegar frente a una persona misteriosa, se arrodilló.

-Es más fuerte que él, los informes de la inteligencia lo confirman: tiene un poder impresionante, así que para que nuestros planes se cumplan, habrá que acabar con ella o podría ser un obstáculo.

-No...si bien es cierto lo que dices, eso solo aplica si está en nuestra contra...ahora imagínate si se une a nosotros. De cualquier forma, quiero más información sobre ella antes de mover un dedo.

-¿Có-cómo hará que se nos una?

-Tengo mis métodos, si bien poco ortodoxos, son funcionales. ¡Ve y tráeme más información de esa tal Shenhe!

-Sus deseos son ordenes...princesa.

De regreso a la ciudad, Aether seguía igual de callado y serio que antes, evitando cualquier tipo de contacto, ya fuera visual o físico, seguía adelantándose, con el pretexto de que prefería estar atento a cualquier accidente que pudiera suceder.

Shenhe miraba con preocupación, seguía pensando que hizo algo que causó molestia en su contrario. Irónicamente, con la intensión de no lastimarla, solo causaba que se atormentara por algo que no cometió.

-Paimon, ¿sabes qué le sucede a Aether? Lo noto muy...distante.

-Sí, Paimon piensa lo mismo, ¿de verdad está tan preocupado por los accidentes que por eso guarda la distancia?

-Eso quiere decir que...¿le da miedo que pueda pasarle algo si está a mi lado?

-Paimon lo duda, lo mejor es preguntarle.

Una vez compradas las provisiones, y ya en la cocina, mientras se preparaba la comida, Shenhe fue a un lado del muchacho, que prestaba más atención en los vegetales que cortaba que en ver a los ojos a su contraria.

Ella quería decirle algo, solo que incluso pensaba que la estaba ignorando, pues ni la mirada le dirigía, si es que le preguntaba algo, era por medio de Paimon, pero con ella no entablaba conversación alguna, lo que claramente le dolía. Todo fue después del baile, ¿ella hizo o dijo algo que no debía? Ese pensamiento le impedía tener claridad en su mente.

-¿Necesitas ayuda con algo, Aether? -Le dijo, fue lo primero que se le ocurrió, sonriéndole.

-Así estoy bien, gracias. -Su respuesta fue cortante y seca, daba la impresión de que habían cambiado puestos.

Ella, notoriamente triste, solo se retiró, volviendo a los pocos segundos, el saber que Shenhe lo estaba mirando, ponía nervioso al muchacho, así que sin querer, se cortó, lo que alarmó a su contraria.

-¿Estás bien? -Le preguntó, tomando la mano del muchacho para envolver la herida en una servilleta, Aether se sonrojó, desviando la mirada.

-Solo fue un pequeño corte, no tiene importancia. -Él quitó su mano, dándole la espalda. Fue ahí cuando la mujer de cryo no soportó más, golpeó la mesa con fuerza.

-¡¿Por qué estás enojado conmigo?! ¡¿Hice algo malo?! -Exclamó ella, asustando al muchacho, quien se volteó para verla, sus ojos emanaban un halo azul que lo sorprendió bastante, pues jamás lo había visto.

-Shenhe...

-¡Si hice algo que te enojara, dímelo de una vez, estás tan distante conmigo, no me hablas, no me miras, solo me ignoras y ni siquiera sé por qué! -El halo azul desapareció, pero ahora el semblante de la muchacha se veía triste. -Me tienes miedo, ¿verdad? Ya te diste cuenta que corres peligro conmigo, aunque no lo aceptaras al inicio.

-N-no, para nada. Estás tan equivocada, no te tengo miedo, no estoy enojado contigo, no tengo razones. Qu-quizá sí he estado distante pero...no es a propósito, ni siquiera me había dado cuenta.

-¿Cómo sé que me dices la verdad?

Él lo pensó un segundo, solo fue, alzándose de puntillas para darle un beso en la mejilla, uno de forma tímida y que apenas se escuchó por lo rápido que fue. La dama de cryo se llevó la mano a esa misma mejilla, tocándosela, esa pequeña acción, al parecer sin más importancia, le traía recuerdos de su madre.

Con el corazón acelerado, tomó a Aether para darle un abrazo, lo que le causó un sonrojo y una notoria confusión. Hacía más de 20 años que no recibía un beso en alguna parte de su cuerpo, por lo mismo es que tuvo mucho significado para ella, era como si le hubieran regresado una parte de su vida, de esa que se perdió al subir a la montaña.

-¿Sh-Shenhe?

-Solo déjame quedarme así un rato...y si no te molesta, has eso de nuevo.

-¿Hacer qué?

-Que tus labios toquen mi mejilla...¿cómo se le llama?

-E-es un beso...ese su nombre.

-Aether, dame otro beso, por favor. -Él, sin en realidad quererlo del todo, le besó la mejilla una vez más, transmitiéndole un sentimiento olvidado, que sin duda le alegraba mucho, por lo que apretó más su abrazo. -Oh no, otra vez no...Shenhe, me estás ahogando. -Dijo, con dificultad.

-¡L-lo siento! -Lo soltó, pero no pudo evitarlo y a los pocos segundos lo abrazó de nuevo, pidiéndole que la besara una última vez.

Al menos ya las cosas volvían a la normalidad, o más o menos era así, pues la distancia del muchacho seguía siendo notoria durante ese día. De cualquier forma, el saber que no estaba enojado era lo que la tranquilizaba de cierta manera, solo que no podía obtener respuestas de forma tan sencilla.

Ganyu y Keqing compartían bañera en esa ocasión, todo era tan silencioso, solo se escuchaba el sonido del agua correr y caer, se daban la espalda como la otra vez, pero todo era tan diferente ahora. Ganyu se había enamorado, y a diferencia de Aether, ella no daba largas o se distanciaba, solo que no es que supiera cómo reaccionar tras 3000 años de ser ajena al amor.

Keqing terminaba, razón por la cual se levantó, tomando la toalla en sus manos para posteriormente salirse. Ganyu se quedó un rato más, pensando en qué hacer o decir, pues si bien seguían compartiendo cama, la cosa no era para nada simple entre las dos.

Mientras se cambiaban, el ambiente era silencioso, incomodo, y la introvertida chica de cabello azul no sabía ni qué preguntar, pero más o menos tenía una leve idea de dónde convenía atajar.

-¿Pr-practicaste tu baile después de que yo te enseñé? Se te dio muy bien...de hecho, no me molestaría que volviéramos a ser pareja, realmente fue divertido.

-Sí...sin duda lo fue. -Ella se acostó en la cama, tomando un libro para desviar la conversación. -Mañana es sábado, el trabajo no será muy pesado, o al menos eso espero. El domingo es descanso, no tenía planes, en realidad.

-Po-podemos bailar...digo, para practicar, claro. Lady Ninguang nos felicitó, y si ella está feliz por eso, yo igual.

-Te noto muy participativa, Ganyu. Y pensar que antes no querías ni verme maquillada. -Bufó la muchacha.

-Siempre y cuando no sea en el trabajo... -Ella se sonrojó, recostándose también en la cama, volteando hacía ella, lo que era un enorme avance. -Si apagas la luz, estaría agradecida, tu lámpara alumbrará lo suficiente tu libro.

-Supongo que tienes razón. -Ella apagó las luces del cuarto, dejando la luz de su lámpara, Ganyu la miraba todavía, de reojo. Su respiración se agitaba al verla, se había dicho que Keqing tenía el rostro más hermoso de todo Liyue, y era cierto, quería besarla, abrazarla, tomarla de la mano, jamás había sentido algo así e incluso se desbordaba por lo bello que era para ella.

La chica de cabello morado se percató de que era observada, volteándola a ver, la introvertida chica, tan inocente, se tapó el rostro con la colcha, causando una risa en su contraria.

-N-no te rías... -Contestó sin descubrirse.

-Pareces gatita asustada, Ganyu, ¿qué te traes entre manos? ¿Me pintarás la cara para que me vaya así a la oficina y todas se rían de mí?

-P-para nada...Keqing, lo que te diré es atrevido y quizá te molestes pero...¿pu-puedo darte un beso?

-¿En la mejilla? Claro, sin problemas.

-No precisamente ahí...

-Pensé que dijiste que solo se besaba a la persona indicada y que solo se debía hacer cuando se era pareja. -Ella sonrió de lado, maquiavélica. Dejó su libro en la mesa de noche.

-S-sé lo que dije, pe-pero la curiosidad.

-La curiosidad mató al gato...o a la cabrita, en este caso.

-Tienes razón...perdóname, estoy cansada y no sé ni qué pensar, espero no haberte... -Al destaparse la cara, Ganyu tuvo la sorpresa de que Keqing le robó un beso, el que ella no tardó en responder por lo mucho que lo deseaba.

Era feliz otra vez, la persona a la que amaba la besaba, la chica de cabello morado quedó sobre la de cabellera azul, recibiendo un abrazo de su parte. Sorpresivamente, el beso era tranquilo, pero poco a poco iba escalando, el corazón de Ganyu no podía más, era una experiencia tan nueva que se perdía en la misma, y cuando Keqing se levantó para tratar de levantarle la playera de su pijama, regresó a la realidad.

Sonrojada, le detuvo las manos a su contraria, negándole con la cabeza.

-¿Qu-qué estamos haciendo...? Sí, quería un beso pe-pe-pero no así...

-Nos dejamos llevar, eso es todo. -Keqing se acostó de nuevo en la cama. -Eres divertida, y besas muy bien...¿de verdad nunca habías dado un beso? La primera vez que yo di un beso me sentí tan tonta...segura que fue algo que daba pena ajena. Pero oye, vaya que estabas ansiosa, ¿te gusta experimentar?

-Qu-quiero tomar práctica, es todo.

-Oh, eso es provocador. Por una parte, eso podría decirme que me ves cómo alguien que se besuquea con cualquiera y que la práctica le sobra.

-¡N-no, yo jamás pensaría al...!

-Pero por otra...tienes más o menos razón. Je, supongo que ser solo mujeres en la Cámara hace que una se desespere tanto que darse de besos con las compañeras resulta hasta divertido. (Nota, en mi último semestre de prepa, TODO el salón estaba conformado por puras mujeres, solo éramos yo y un amigo, y cada uno tenía novia, así que algunas veces las chicas jugaban a darse besos...era extraño, pero parece que se divertían)

-S-sí, lo decía por eso...

-Pero oye, hagamos un contrato, de esos que te fascinan.

-Oh, sí, por Rex Lapis lo cumpliré.

-Nada de sentimientos en esto. -Apenas escuchó esas palabras, el corazón de Ganyu se quebró, pues solo besaba a Keqing porque eso la hacía feliz al hacerla sentir amor, algo que desconocía por completo y que ahora quería aventurarse en el mismo.

Lo que no sabía es que el amor no es un camino de rosas, está lleno de desesperación y de tormento, de dolor y decepción, y son pocos los aventurados que pueden sortear todo ello son salir lastimados. Ganyu, ya daba la impresión, no sería de esas.

No podía rechazar el contrato ya que se expondría, lo que a su vez le mostraba una realidad: confundió los sentimientos de Keqing, y ella lo veía como un simple juego...lo que definitivamente no le agradaba mucho.

Pensar que su primer amor sería correspondido de forma tan sencilla, la realidad la golpeaba de manera horrible, por lo que de verdad tenía que hacer un esfuerzo sobre adeptico para no quebrarse ni verse mínimamente triste.

-Ok, acepto, nada de sentimientos. -Dijo, segura, pero la realidad es que estaba dolida hasta lo más hondo de su corazón.

-Bien. Ciertamente se me hace raro que no haya salido ninguna pareja de mujeres de la cámara, solo se convive con el sexo femenino. No importa, si es que lo ha habido, seguramente nadie lo sabe. Ahora solo queda cerrar el trato.

-Hum, la pluma la dejé en la sala, aparte debemos redactarlo, ¿cómo sería la forma más...? -Torciendo otra vez sus ojos, Keqing se abalanzó sobre Ganyu para besarla, y ahora en vez de no reaccionar, sí que lo hizo, pero ya no tan enteramente como hacía un rato, sino con una cierta incomodidad.

No podría tener el corazón de Keqing, no podría amarla, pero sí besarla, quizá acariciarla y tomarla de la mano, no es que por su mente pasara pero, a como se iban dando las cosas, quizá y hasta le haría el amor, así que, ¿para qué quería más, si podía hacer lo mismo que con una pareja? De hecho, no estaba ni cerca de ser algo similar a lo que ella hubiera deseado.

Cuando menos se dieron cuenta, ya había pasado media hora de ese beso tan largo, estando Keqing sobre ella, la abrazaba, le tomaba de las mejillas, solo se medían ya que preferían ir escalando poco a poco a dejarse llevar de golpe.

La muchacha de cabello morado sentía mucho placer en besar a su compañera, pues sin duda sus besos eran los mejores que alguna vez había recibido, aparte era chica, si es que la descubrían, ambas se llevarían una sanción, y el sentimiento de romper las reglas, que le era más o menos agradable, la impulsaba a no detenerse.

Esa noche se la llevaron entre beso y beso hasta quedarse dormidas.

En el departamento, Aether y Shenhe dormían abrazados, ahora los mismos tenían un significado más profundo, al igual que los besos, pues aunque no se lo hubiera pedido, él le besaría la mejilla cada mañana y cada noche para iniciar y finalizar el día, respectivamente.

Sabía que su amor no era correspondido, pero no importaba, quería hacer feliz a esa mujer a la que ya llama especial. Prefería no ilusionarse y salir lastimado, el realismo podría confundirse con pesimismo.

<<Es mejor no creer en el amor...así como le hago yo>>

Podía odiarla por no serle consecuente con su amor, pero ella no escogió no poder sentir, él ya había aprendido su lección, no podía ignorarla, pero tampoco quería hacerle caso.

Zafándose del abrazo de Shenhe, él fue hasta la sala del departamento, simplemente dando vueltas en el mismo, saliendo al balcón para sentir el aire de esa noche en su cuerpo, el calor de aquella costa, escuchando el oleaje del mar, pensando en algo que pudiera hacer para dejar de amar a Shenhe.

Lo que se le ocurrió, quizá no era lo más adecuado, es que fue y empezó a escribir una carta, en la misma describía sus sentimientos por ella, lo que le gustaría decirle pero no tenía voz para hacerlo, descargaría todo, hasta que su amor se fuera en la tinta de esos papeles que llenó, y después la quemaría, símbolo de que obligaría a su corazón a no amar a esa mujer, pensando que era lo mejor para ambos.

Cuando el sueño finalmente comenzó a conquistarlo, finalizó la carta con una frase:

Ojalá pudiera decirte todo esto, pero no creo que seas capaz de entenderlo, y si pudieras sentir amor, desearía que fuera por mí, sé que te pido demasiado y por eso mejor no hacerlo. Shenhe, ahora te diría que te amaría incluso aunque tenga que enterrar lo que siento por ti, pero no lo haré, pues no dejaré ni un solo atisbo de este fugaz amor.

Notoriamente decaído, se guardó la carta en el pantalón y regresó a la cama, ella seguía dormida, pero casi como si fuera un instinto, apenas lo sintió en la cama, se abrazó de nuevo a él.

<<Al diablo, decirlo no matará a nadie>>

-Shenhe...te amo.

Fueron las últimas palabras antes de quedarse dormido. Ella no escuchó, y si lo hubiera hecho, buscaría hasta el fin del mundo con tal de saber qué era lo que significaban esas palabras, las que escuchó, claro, pero que carecían ya de sentido alguno.

Despertando al día siguiente, y notando que ninguno de los dos despertaba, Paimon fue y jaló de la coleta a Aether para despertarlo, con Shenhe prefirió mantener su distancia al tenerla en su lista de personas que era mejor no hacer enojar, pero ese desayuno claro que no se haría solo.

Despertado y teniendo todo listo, el muchacho no se percató que las hojas que conformaban su carta y que tenía pensada quemar esa misma tarde, se cayeron de su pantalón, así que él, campechano, fue a preparar el desayuno para sus dos compañeras. Shenhe seguía dormida.

-Oy, es mejor que el desayuno este delicioso, ¡Paimon se muere de hambre!

-Sí, ya lo sé. Seguramente Shenhe también tendrá mucha hambre, así que sé niña buena y despiértala.

-De acuerdo. -La pequeña se fue volando a la habitación, pero antes de decir palabra, vio los papeles tirados, así que los recogió pensando que serían algo importante o, quizá cuentas a pagar, pero al leerlos, se percató de que era una carta, y claro que solo podía haber un responsable de tal acto.

Ella, sabiendo que quizá la muchacha no debía leerlo, se lo llevó de inmediato, pero claro que quería explicaciones así que yendo con Aether, de inmediato le mostró la carta.

-¡¿Cómo que estás enamorado de Shenhe?! -Le masculló, su contrario abrió los ojos, sin saber cómo es que esa información terminó en manos de su compañera de viaje, así que se revisó el pantalón, claro que no encontrándose nada en los mismos, así que todo quedaba en un accidente.

-¡Dame eso! ¡¿Lo leíste?!

-Paimon pensó que eran cuentas o el recibo del departamento, pero agradece que lo encontró Paimon a Shenhe, ¡cabezota!

-Bueno, en eso tienes razón. -Él guardó la carta otra vez, la mencionada iba despertando, preparándose para cambiar su ropa. -Sí, es verdad...yo a ella la amo, fue durante el baile, ¿recuerdas por qué estaba distante con Shenhe?

Al escuchar su nombre, ella prestó más atención a la charla, haciéndolo a escondidas, pues quería saber la verdad de ese asunto.

-Sí, Paimon lo recuerda.

-Le dije que había sido sin querer...pero es que no puedo entablar conversación con ella sin ponerme nervioso, sin sentir que mi mundo se cae a pedazos...e-es un sentimiento que no controlo, pero me hace sentir tan feliz, es algo tan bello. -Shenhe sonrió al saber qué era lo que causaba en su contrario, aunque seguía sin entender por qué los nervios.

-Oh, Paimon lo entiende. Pero es mejor que no la ignores, solo has lastimado sus sentimientos, piensa que le tienes miedo.

-¡Yo jamás le tendría miedo! Quiero protegerla, que nada malo le suceda, y no me gustaría tener que decirle adiós, no solo porque la apreció ni porque Preservadora me lo pidió...sino porque es la mujer a la que amo.

-"Amo"... -Susurró Shenhe, no entendía esa palabra.

-¿Y por qué no le dices la verdad?

-Paimon, ella no puede sentir ni odio ni amor...si le digo todo lo que está aquí escrito, dudo mucho que lo entienda por más que trate. Simplemente estoy destinado al fracaso.

-Oy, ¿dónde está el Tabibito que Paimon conoce? ¿Te rendiste al pelear con Stromterror?

-No...

-¿Y cuándo te enfrentaste a la geoarmada y a Nobile?

-Tampoco.

-¿Te rendiste cuando peleaste con Signora y con la Shogun? ¿Les cediste alguna concesión?

-Ni siquiera lo pensé.

-Entonces, Paimon no se explica por qué te rendirás ahora. Sé que no es lo mismo, y que ahora sí tienes todas las de perder...pero al menos inténtalo.

-Sigh, está bien...ve a despertarla, el desayuno está casi listo.

-¡Jeje, qué bien! -Shenhe, reaccionando rápido, fue y se acostó en la cama, cubriéndose con la colcha, así cuando Paimon llegó, simplemente fue y le pico la mejilla con mucho cuidado. -Shenhe...despierta, el desayuno estará listo en poco tiempo.

-Hum...en cinco minutos iré.

-Bien, te esperamos. -Ella movió sus piernas en el aire, volando de nuevo a la cocina.

La muchacha ahora tenía una enorme cantidad de preguntas sin una sola respuesta, o bueno, casi ninguna. Por lo menos sabía que Aether no la odiaba ni le temía, que era lo que más le preocupaba, solo que daba la impresión de que le tenía mucha estima y un secreto que no le podía decir por sabrá el Arconte qué razón, lo que le causaba curiosidad, pero no deseaba indagar en ese hecho.

Lo que sí es que, y eso era seguro, la palabra "amo" le causaba intriga, ¿sería sinónimo de propietario o patrono? La verdad es que parecía algo más profundo que eso, pero no tenía idea de qué podría ser.

Solo le quedaba averiguarlo...

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Y por eso mejor decir las cosas como son, porque si no se presta a malos entendidos :v

El próximo capítulo uffff la cosa se va a poner intensa en todo el sentido de la palabra, de hecho creo que se puede considerar que ya se cierra esta fase de la historia y comienza la segunda, que estará bien linda uwu o yo la veo linda :v

Y sí, eh, la situación igual cambiará radicalmente con Ganyu y Keqing en comparación de los primeros capítulos porque ahora jugarán a darse de besitos todas las noches 7u7 no sé ustedes, pero para mí es como aventarle una chispa a un montón de leña, la cosa tarde que temprano se va a prender 7u7

Feliz día de la amistad, en este caso, este es mi regalo para ustedes, espero les haya gustado el cap, pásenla bien, si tienen pareja, solo no hagan el sin respeto porque jaja, de aquí a noviembre habrá chamaco...curiosamente yo nací en octubre...pero soy de 8 meses...y mi hermano nació en noviembre y él es de 9 meses...creo que ya sé por qué razón nacimos él y yo...iré a arrancarme los ojos. 

Nos vemos el próximo lunes, gracias por leer y votar uwu

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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