Capítulo 3.-Descontrol.
La idea en que Aether tenía confianza de que todo pudiera resolver la situación en la que se encontraban metidos él y Shenhe (principalmente ella), era que sucediera algo que, en efecto, pudiera hacer que la gente dejara de desconfiar en ella, incluso de temerle.
Lo mismo sería un acto heroico, y por supuesto que él ya tenía experiencia de sobra: Ostial y más recientemente su esposa, y si bien era cierto que ella participó, solo los soldados de la geoarmada lo sabían, tanto así que por eso es que le tenían bastante paciencia cada que cometía algún error y de ahí que el teniente la dejara ir a pesar de que sabía que Aether le mentía, lo mismo que el sargento que evitó su detención cuando pasó lo de la señora.
Sin embargo, toda paciencia era más bien limitada, y llegaría la ocasión en donde la misma se acabara.
De cualquier forma, preferían centrarse en lo evidente: buscar a alguien que fuera el malo de la escena.
Sería como una interpretación de ópera, por lo mismo es que buscaría a alguien que pudiera ayudarlos. Se encontraban con Yun Yin tomando una taza de té a eso de las 5 la tarde.
-Así que ese es su plan...mi opera fue un éxito, pero pocos saben que se trata de Shenhe, claro. Podría decir que la protagonista es ella, así sabrán de sus hazañas y de sus buenas intenciones, pero claro, no sé qué es lo que pienses tú al respecto.
-Preferiría que no fuera así.
-De acuerdo, respeto tu decisión. Tienen toda la libertad de contratar a alguno de mis mejores cantantes, la ópera, al final de todo, también tiene algo de teatral, así que ellos son buenos actuando.
La primera fase del plan estaba lista...el segundo era el problema. Nadie quería ofrecerse ni aunque se le pagara.
Era arriesgado, una cosa era el escenario, donde se puede recrear mil y un cosas cuando la gente sabe que es una mera actuación...pero otra ya muy diferente es la calle, la vida cotidiana.
Si es que Shenhe quedaría como heroína, los que vieran aquello solo podrían pensar cosas malas de la persona que fuera el que actuara como villano, sería una mancha imborrable, y claro, el sentido es que no se supiera que se trataba de una actuación.
El argumento era lógico, y si bien se tenía la pequeña esperanza de que alguien, así fuera quien empezara en su carrera, quisiera ayudarles, nadie se presentaba. Era riesgoso en todo el sentido de la palabra.
-Bueno, lo intentamos. -Dijo Paimon, comenzando a volar para irse a comer, pero Aether la tomó de la ropa. -Uy.
-Debe haber algún modo...no me rendiré tan fácilmente. -Dijo Aether, enchinando la mirada.
Para esa tarde, Keqing saldría temprano del trabajo, o sea a las 4 de la tarde, más que nada porque tendría una situación especial que atender, algo a lo que no podía faltar. Ya solo quedaba media hora de su jornada de trabajo, por lo mismo es que aprovechaba para maquillarse de una forma más notoria, pintarse las uñas y, por los nervios, fumar un cigarro de rápido, teniendo la ventana abierta.
Ganyu entró a dejar algunos documentos, y claro que se sorprendió a mal de ver a su compañera de trabajo maquillarse, teniendo incluso los labios pintados.
-¡Se-señorita Keqing, ¿qué habíamos acordado de esto?!
-Vamos, no me molestes con esto. -Suspiró ella. -Tengo una cita saliendo del trabajo, debo ir bien presentable.
-¿Huele a cigarro?
-Es tu imaginación. -Respondió ella, nerviosa.
-Como sea, mientras no te presentes a trabajar así, está bien. Si te maquillas o fumas o bebes fuera del trabajo, lo que hagas me da igual, pero por favor no llegues muy tarde.
-Ahh, así que te preocupas por mí. -Se burló Keqing, alzando sus cejas dos veces en señal de provocación.
-Por supuesto que sí, eres de las 7 estrellas, tu seguridad es vital para el correcto funcionamiento de esta ciudad, por eso es que debes cuidarte mucho.
-Me halaga que cuides de mi seguridad, y en realidad lo mismo te digo. -Ella le acarició la cabeza. -Solo no me espíes, ¿de acuerdo?
-Hum, no tengo razón para hacerlo. -Ganyu se acomodó el cabello para luego tomarse sus cuernos, pues pensó que su contraria los tocaría para molestarla.
Una vez más, la triada se encontraba varada sin saber en realidad muy bien qué hacer, pues las ideas se iban acabando, pero no los problemas si es que no se resolvía ese asunto.
Lo siguiente que pasó por la mente de Aether fue contactar con Yanfei, pero la probabilidad de que aceptara era más bien cercana a un rotundo no, pues tenía que ver con algo más o menos serio.
El plan consistía en que alguno de los delincuentes de poca monta, de prefería que no hubiera cometido un crimen muy grave, fuera la persona que actuara para que Shenhe lo derrotara de forma rápida, y todo eso para que el preso pudiera ganarse su libertad.
El problema es que, nadie sabía muy bien hasta qué punto eso era legal o tan siquiera lógico, pero nada se perdía con intentarlo, aparte de que ellos también tendrían que negociar.
Yanfei no estaría muy ocupada esa tarde, de hecho caminaba de manera tranquila para hacer sus compras y pasó por enfrente de ellos, saludándolos con bastante alegría.
-Esa es la chica que fue grosera con nosotros.
-Shh, mejor no lo recuerdes. -Aether dudó un poco de si hablarle o no, pero solo se levantó corriendo para alcanzarla. -¡Yanfei!
-Oh, viajero, ¿sucede algo?
-Tengo una propuesta que hacerte.
-Lo siento, pero no estoy interesada en el matrimonio.
-¡D-de ese tipo no! -Exclamó él, sonrojado.
Ahí, le explicaron cuál era el plan y por qué se deseaba hacer, aparte de los riesgos que comprendía pero la enorme ganancia que podían sacarle. Aparte, solo sería alguien a quien se pudiera convencer de manera simple.
-Así que sigues preocupado por eso, ¿no? Realmente eres alguien que se preocupa mucho por los demás...pero me he dado cuenta que lo has hecho especialmente con esta chica, ¿por qué?
-Digamos que...digamos que alguien importante me lo encomendó y no puedo ignorarlo sin más.
-Bien, cómo tú digas. -Suspiró Yanfei. -Tengo el candidato perfecto: 27 años, en realidad no ha roto ni un plato pero evadió impuestos de forma accidental y no tiene dinero para pagar la fianza, así que es alguien fácil de convencer y que no es muy peligroso.
-¡Gracias, de verdad me haces un enorme favor!
-¿Cuál gracias? Al menos debes invitarme una buena comida, ¿de acuerdo?
-O-ok...creo que debí estar prevenido para esto.
Con todo hecho, ya solo quedaba esperar a mañana, realmente tanto Aether como Shenhe estaban muy emocionados de qué pudiera suceder, esperaban que las cosas salieran según lo planeado, pues de eso dependía el éxito o fracaso de la introducción de Shenhe en la sociedad.
Ambos estaban ya en el departamento teniendo las últimas lecciones de derecho que debían conocer, por lo mismo es que Shenhe ya tenía una enorme teoría, solo faltaba ponerla en práctica. Era incluso divertido ver a los dos amigos estudiando del tema.
-Sí vez que alguien intenta robar en el mercado, lo que haces es...romperle la mano en el acto o impedir que se vaya y llamar a la geoarmada.
-Romperle la mano.
-Pe-pensé que estábamos avanzando. -Exclamó Aether, triste.
-Estoy bromeando. -Sonrió ella. -Claro que es la segunda opción.
-Sigh, menos mal. Y ahora, ves a una mujer cargando una caja muy pesada, ¿qué es lo que haces? ¿Pasas de largo o...?
-Le ayudo a cargarla.
-¡Bien, te mereces un premio! -Aether tomó un chocolate y se lo dio en la mano. -Felicidades, al principio pensé que jamás llegaríamos a este punto pero...estás graduada de tus clases de cómo ser una buena ciudadana.
-No hay nada que felicitarme, Aether. -Shenhe se metió el chocolate a la boca. -Te he causado muchos... -Ella se quedó sería de pronto.
-¿Pasa algo?
-¿Qu-qué es esto? -Las mejillas de Shenhe se prendieron, así como sus ojitos se iluminaron, su gesto de sorpresa era notorio.
Ella jamás había probado el chocolate, por lo mismo es que su reacción no pudo ser más genuina en cuanto a la sorpresa se trataba, ya que de verdad le había encantado su sabor y su textura. El muchacho solo pudo sentir ternura de verla así, por lo que se rió.
Tenía más para cuando fuera la ocasión, y ser él la persona con la que ella tendría recuerdos inolvidables y maravillosos le causaba mucha satisfacción y felicidad.
Saliendo del trabajo, Ganyu estaba bastante cansada y con un notorio sueño, por lo mismo es que se disponía a irse de regreso al departamento apenas regresó a tierra firme. Para su sorpresa, y cruzando una de las esquinas, vio a Keqing, pero no sola, ella iba tomada del brazo junto a Zhongli, lo que le causó una enorme sorpresa.
Ahora ella sabía, por accidente, quién era su cita. Daba la impresión de que estaban acabando la misma, por lo que, antes de irse, se percató de algo que fue inesperado. Su estimada compañera de trabajo se alzó de puntitas, tomando de las mejillas a Zhongli para darle un beso en los labios, Ganyu quedó sin habla, no quiso ser más entrometida y mejor se retiró lo más rápido que pudo.
-N-no sabía que la señorita Keqing y el señor Zhongli eran pareja... -Sus mejillas estaban sonrojadas.
Al llegar a casa, Baiwen preparaba la cena, ese día le tocaba a ella y mañana seguramente a Ganyu, razón por la cual, al verla, se alegró mucho.
-Menos mal, pensé que cenaría sola, ¿qué pasó entre tú y Keqing? Ella se fue a toda prisa de la cámara después de que saliste de su oficina y no ha regresado, ¿ahora por qué discutieron?
-Oh, yo no me preocuparía por eso. -Sonrió Ganyu. -Ella se la ha de estar pasando de ma-ra-villa, me dijo que tenía una cita y vi por accidente de quién se trataba.
-Bueno, es su vida privada, así que hiciste bien en no indagar más en ese asunto... ¡¿De quién se trataba?!
Ambas compañeras estuvieron chismeando de forma rápida sobre quién era la pareja de Keqing, y claro que al mencionar a Zhongli, Baiwen quedó más que sorprendida. Al llegar ella, claro que cambiaron de tema, solo para hacer que hablaban de cosas del trabajo.
La muchacha, que ya había cenado, no lo hizo con ellas y prefirió que le guardaran su porción para desayunar, de ahí que tras recoger todo, Ganyu fuera a la habitación en donde ella se desmaquillaba, pero no parecía tener intensión de despintarse las uñas, quizá lo haría después de ducharse.
Y así fue, al pasar el rato, y teniendo la mala suerte de tener que bañarse juntas (por también ordenes de Ninguang), ambas empezaron a disponerse a dormir.
Keqing se peinaba mientras que Ganyu ya estaba en la cama, esperando a que apagara la luz, pero claro que la curiosidad no podía ser derrotada, deseaba preguntarle qué pasó.
-O-oye...¿qué tal tu cita?
-Bien, en realidad todo fue de maravilla.
-¿Lo dices por el final?
-No precisamente pero...sí, también estuvo bien.
-No sabía que eras novia del señor Zhongli. Los vi sin querer tomados del brazo, perdóname por ser tan entrometida.
-Oh, lo decías por eso. No soy su novia, solo estamos saliendo, es algo casual, para distraernos.
-¿Pe-pero por qué lo besaste entonces? Y-yo pensé que lo ideal era besar a la persona que amas, no a cualquiera que te invita a salir.
-Hum, tendrás 3 mil años pero pareces una niña. Lo hice porque se me dio la gana, aparte no es mi primer beso...ese lo di cuando tenía...¿13? No recuerdo bien. En fin, él no me respondió muy bien así que supongo que solo lo incomodé, pero no pude evitarlo.
-Keqing, deberías reconsiderar esa postura, yo nunca he dado un beso y quiero que sea con la persona ideal, aparte, eso sería equivalente a un contrato, ¿no te parece? Un gesto tan personal no se le da a... -Sin que ella estuviera prevenida, Keqing torció los ojos y la tumbó en la cama, haciendo que ella se sorprendiera.
La tomó de las muñecas para que no pudiera moverse, colocándose sobre ella, Keqing cerró los ojos y besó a Ganyu de una forma tal que incluso parecía querer comerle el alma. La mujer de cabellos azules tenía los ojos abiertos, asustada, apretaba con fuerza las sabanas de la cama a la vez que pataleaba, poco a poco una humedad se iba colando en sus ojos a la vez que le comenzaba a faltar el aliento.
Cuando intento separarse, no pudo, la fuerza se le había escapado, y separándose un segundo para tomar aire, Keqing regresó al beso, pero más encarnizado, sin demostrar algo en sus sentimientos o si es que le importaba, incluso pensó en usar su lengua, pero sería propasarse con una novata, por eso es que mejor solo entrelazó los dedos de su contraria con los suyos, comenzando ahora un beso más despacio y tierno, para que su compañera pudiera sentir en carne propia lo que era un beso lleno de pasión, a uno con sentimientos a pesar del que le daba era carente de los mismos.
Ganyu apretó sus ojos, esperaba que fuera una alucinación, su primer beso se veía robado por una persona que no solo no amaba, sino que a duras penas podía llevarse mínimamente bien con ella, jamás tuvo intensión de que su primer beso fuera algo memorable, ella pensaba que llegaría cuando tuviera que llegar, pero no, era a la fuerza y en un momento que no se esperaba, lo mismo le partía el corazón.
Al cansarse, simplemente se levantó, limpiándose la boca.
-Eso es un beso, ¿fue necesario un contrato? Hum, afortunado el chico que te bese, los labios que tienes son carnosos y aparte dan buenos besos.
Ganyu solo se alejó de Keqing, recargándose en la pared para que una lágrima cayera de su ojo izquierdo. Se sentía humillada, dolida, inclusive violada, pues todo fue contra su voluntad.
-¿Po-por qué lo hiciste...?
-Estigmatizas mucho los besos, Ganyu. Dios mío, 3000 años y nunca habías dado uno, te tardaste como 40 generaciones, literalmente. ¿Lo viste? No es la gran cosa, así que luego me lo agradecerás. -Ella finalmente se acostó, pero su contraria se alejó lo más que pudo de ella.
En la madrugada, Keqing se despertó al sentir que algo se movía, así como de un sonido que no se podía creer que volviera a escuchar. Ganyu lloraba lo más en silencio que podía, pero no fue suficiente para que no se despertara. Ahí, la chica de cabello morado se sintió terriblemente mal, no había tomado en cuenta los sentimientos de su contraria, y eso le jugaba en contra una vez más.
Esa noche era un 10 de enero, una fecha que sería especial para Beidou si todo hubiera salido de una manera diferente. Para esa ocasión, siendo ya las once de la noche, ella compartía intimidad con una de sus amantes de una noche mientras se besaban y se abrazaban, haciendo rozar sus genitales a la vez que ambas gemían.
-Ninguang... -Gimió Beidou, a su acompañante le dio exactamente igual. Ninguang... -Ahí, ella se separó, riendo.
-¿Por qué dices ese nombre?
-¿Cu-cuál nombre?
-Me llamaste Ninguang. Digo, la verdad es que me da igual, pero lo que me da risa es que, según he escuchado, no te llevas nada bien con ella, ¿qué fetiches raros tienes, Beidou?
-Y-yo...me es difícil de explicar. Perdonadme, arruiné la noche, estoy cansada y se me cruzaron las ideas.
-Te lo digo ya, no me molestó para nada, solo que no me lo explico. Tenemos toda la noche, pues algo me dice que ya no quieres continuar.
-Cabello blanco...tatuajes, y una bonita voz. Esas son las cosas por las que yo me muero, pero tiene un significado que me deprime. Ella y yo éramos amantes, estábamos locas la una por la otra... -Beidou tomó su botella de ron para darle un trago. -Teníamos planeado casarnos el 10 de enero, llevaríamos ya 3 años de casadas... -Ella lanzó la botella contra la pared, enojada y mientras se soltaba a llorar. -¡Pero me apuñaló por la espalda!
Su acompañante la tomó del hombro, haciendo que se sentara en la cama, recargó su cabeza en su hombro mientras ponía las manos en su pecho, sintiendo cómo latía su corazón.
-Tranquilízate, ella ya no es importante.
-¡¿Cómo me podéis pedir que me tranquilice?! Ella era el amor de mi vida...
-Era, pues yo estoy aquí ahora. -Le besó la mejilla. -¿Me amas, Beidou?
Lo que ella respondió era la misma frase que dejaba regaba a cada ilusa que cometía el terrible error de preguntar eso. Solo una vez lo dijo con honestidad, y solo a una mujer, desde ahí, siempre había sido mentira.
-Más que a nadie jamás en este mundo.
Shenhe daba vueltas en la cama, dormía con Aether, pero no estaban abrazados. Se sentía nerviosa, por lo mismo es que no podía conciliar el sueño, ya no era por el frío que sentía en el alma. Serían las doce de la noche de manera exacta, y viendo que la luz de la luna estaba esplendida, solo tomó su ropa para posarse en la ventana, saliendo de la misma de un solo salto sin hacer un solo ruido.
Quería caminar para relajarse, quizá eso le ayudaría a aclarar sus ideas. Mañana, o quizá pasado mañana, dependiendo de la situación, ella quedaría como una heroína a los ojos del pueblo, lo que finalmente le traería la paz que tanto deseaba, y así se reintroduciría a una sociedad que le había abandonado hacía ya tantos años.
Algunos soldados de la geoarmada la saludaban ya fuera antes o después de que ella lo hiciera, le aconsejaban que regresara a su casa por la hora tan tardía que era, pero ella ignoraba la advertencia. Solo a golpes, podía acabar con un metachurn, por lo mismo es que no le preocupaba un maleante que intentara asaltarla, pues ella ya sabía bien de sobra qué podría sucederle.
Sentándose en el puerto, miraba a la nada y a la luna reflejándose en el océano que tenía frente a ella, a veces se sentía como una naufraga, navegando sin rumbo en un bote de vela sin ancla o compas rumbo a "no sé dónde", y lo único que le reconfortaría era estar junto con Aether, ya que él era su brújula en más de un sentido.
Mirándose en el reflejo del agua, le pareció ver a Aether, por lo que tuvo una pequeña sonrisa, volteándose para darse cuenta que, en realidad, no había nadie, lo que la desilusionó un poco.
-No he dejado de pensar en él desde que pasó ese día...supongo que tiene sentido, después de todo, es la persona con la que paso todo mi día. De cualquier forma, lo mismo pasaba con mi maestra pero...pero esto es diferente.
Sin que ella se percatara, algunos hombres la miraban, estando en las sombras, por supuesto que buscaban dinero, pero cuando ella se levantó y dejó al descubierto su cuerpo, ese asunto ya pasaba a segundo plano.
-Hum, vaya que tenemos un enorme botín. Pongan la trampa, caerá fácilmente, y que los otros distraigan a los soldados.
-Vamos, yo también quiero mi tajada del pastel.
-Claro que la tendrás, no creas que la soltaremos en un buen rato. A sus posiciones, ya.
Shenhe caminaba con tranquilidad de regreso a casa, despidiéndose de los soldados que se iba encontrando, sin percatarse que estaba tomando un rumbo que sería peligroso para cualquier otra mujer que estuviera en su lugar.
Una persona se acercó rápidamente a ella, corriendo. -¡Señorita! -Le gritó. -¡Señorita, necesito de su ayuda, uno de mis amigos está en problemas, su pie quedó atascado en una de las rejas del alcantarillado. (Ay, una vez sí me pasó, pero era del alumbrado público :'v)
Ella, sin dudarlo, fue corriendo a toda prisa para intentar ayudar a alguien que se encontraba en problemas, sin notar que la persona que la había llamado estaba sonriendo de forma maquiavélica.
Al llegar a un callejón, lo que a ella se le hizo raro, sí que había una persona en el suelo, sentada, pero que raro que ahí hubiera un ducto del alcantarillado.
-Llegó la ayuda, caballero, quédese tranquilo. -Fue lo que le dijo, estando de lejos, pero al acercarse, se dio cuenta que todo era una trampa.
-Hola, preciosa. -Respondió, sacando un cuchillo de su bolsillo. Shenhe se hizo unos pasos para atrás, el otro malhechor la tomó del brazo con fuerza, y al voltear, otros 4 sujetos entraban al callejón, corriendo a toda prisa para sujetarla de todos lados, poniéndole un pedazo de tela en la boca para que no pudiera gritar.
-¡Que buen botín tenemos!
-Sin duda será divertido jugar con ella.
-¡Jo, pues hasta es sumisa, no pone resistencia!
-Mira linda, mientras menos te resistas, menos te dolerá, pero esto no acabará pronto, ¿para qué engañarte?
Shenhe estaba en un trance, pues al ver el cuchillo recordó esa lucha a muerte que tuvo con el demonio para salir viva, solo un cuchillo era lo que le había salvado la vida, y ahora era lo que la amenazaba. Sin embargo, al pasar su trance, sus ojos empezaron a emanar un pequeño halo azul, por lo mismo es que, con una fuerza impresionante, agarró del cuello a uno de los desgraciados que la tomaba, todo para reventarle el cuello.
Los demás ladrones de inmediato la soltaron, sorprendidos, el cadáver caía a sus pies.
-¡Maldita! -Uno de ellos intentó atacar con un bastón que desenfundó, pero ella le agarró el brazo al sujeto, aplicando una bien conocida, le golpeó la clavícula pero ahora rompiéndola, y cuando el sujeto del cuchillo trató de lanzarse sobre ella, Shenhe le dio una patada que lo dejó ko de inmediato.
El último que intentaría algo terminó peor: la muchacha lo tomó de la cara para estrellarle la cabeza en el suelo, lo que lo redujo de inmediato. Los otros dos de inmediato se echaron a correr, despavoridos y gritando por ayuda.
Shenhe tomó el cuchillo del bastardo, dando un salto para aterrizar sobre uno de sus agresores, empezando a enterrarle el mismo en su espalda mientras la sangre le salpicaba en el rostro, su mirada se hallaba perdida, no era ella, algo más se apropiaba de su cuerpo y de sus pensamientos.
Varios soldados de la geoarmada llegaron, viendo aterrorizados la escena, pues los gritos desesperados y de dolor eran insoportables de escuchar. La muchacha se levantó, teniendo las manos teñidas de rojo, al igual que gotas de sangre en su rostro y ropa, todos le apuntaban con sus borlas, y el sargento mayor usaba su alabarda.
-¡Qu-quédese donde está! -Ella no dijo nada, solo siguió avanzando paso a paso. -¡Quédese donde está! ¡Ba-baje baje su arma! -Cuando ella se le lanzó al sargento, quien no pudo ni siquiera reaccionar, un arma más grande se interpuso, causando que el cuchillo se rompiera.
Chongyun había entrado en escena, mirando con preocupación a su familiar, pues a pesar de no tener arma, seguía luchando contra él.
-¡Tía Shenhe, detente, ¿por qué lo haces?!
-¿Shenhe...? -El halo azul se apagó de sus ojos, ella cayó sobre sus rodillas, mirándose las manos. -¿Qué hice?
El muchacho tomó de un hombro a su tía, abrazándola para tranquilizarla, pues las manos le temblaban, los soldados se acercaban cuidadosamente a ella, teniendo la misma expresión de terror de antes.
-¿Qué pasó? ¿Por qué atacaste a esos hombres?
-No lo sé...no lo recuerdo, solo sé que intentaban hacerme daño...pe-pero yo jamás haría algo tan horrible como esto. -Ella se levantó, huyendo de la escena, los soldados de la geoarmada la intentaron perseguir, pero era muy rápida para ellos. Chongyun fue el único que le pudo seguir el paso por unos segundos, pero ni de lejos pudo, la perdió de vista.
-Tía Shenhe... -Murmuró el muchacho, preocupado.
Ella, una vez estuvo sola, fue hasta el acueducto de la ciudad para limpiarse las manos con desesperación, queriéndose borrar la sangre lo más pronto que fuera posible, se vio la ropa: estaba manchada, se miró en el reflejo del agua y se dio cuenta que también tenía el rostro salpicado, así que se lo limpió, dejándose una mancha de agua mezclada con sangre, lo que la aterró, así que, así como así, fue al departamento, pero luego pensó en Aether.
Había perdido el control, si volvía a suceder, era capaz de matarlo como a esos hombres, sin poder controlarse, sin ser capaz de detenerse, así que mejor desistió de esa idea, entristecida.
No había hecho un acto heroico, sino cometido un crimen terrible...
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Holy shit, nigga. Ok, como podemos apreciar, este capítulo estuvo bastante fuerte, más que nada por el final, pero también se incluye lo de Beidou...el que Shenhe intentó asesinar a Chongyun a golpes y lo del beso de Ganyu y Keqing que me robé de Citrus ehe...vaya, creo que el capítulo en general fue intenso hasta la médula, pero el siguiente, pues bueno, tampoco se quedará atrás, especialmente por el comienzo, así que aquí ya empieza un suceso de hecho importante para la trama, que es el halo que encienden los ojos de Shenhe cada que pierde el control, cosa que así se mantendrá siempre en el fic, no sé cómo describirlo, pero lo retomo de cuando el tabibito queda ko en su batalla con la esposa de ostial (cuyo nombre no recuerdo :V), y los ojos se le encienden de azul, así es como se lo deben de imaginar cada que lo mencionen.
Vaya, llevo escritos ya 10 capítulos y puedo decirles que este fic siempre estará así de intenso JAJAJA estoy orgulloso de mí mismo :v
Nos vemos el siguiente lunes, espero les vaya gustando la historia :D
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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