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Capítulo 25.-El despertar de un antiguo enemigo.

Ante la progresiva derrota de las tropas del abismo, la lucha se llevó al centro de la ciudad, donde era más complicado el juego por la guerrilla urbana que se libraba en plena ciudad. Prácticamente era un juego de gatos y ratones, con la población civil en medio, que era lo peor, en realidad.

Shenhe se encontraba en el campamento, veía ir y venir más heridos y personal médico que se comenzaba a agotar. Ella se preguntaba dónde se encontraría Aether, no quería verlo, deseaba mantenerse lo más alejada de él en caso de que alguien tomara control de ella una vez más.

Varias personas la animaban a regresar al frente, pero no había nada que la convenciera. Solamente cuando se supo la verdad, ella reaccionaría.

Ninguang entró en su manta, tenía algunas heridas de su combate con ella, pero nada que le impidiera seguir luchando y dirigiendo el frente.

-Shenhe, tenemos noticias, aunque no creo que te agraden mucho.

-Déjame adivinar...más heridos que dejé ahora están muertos.

-No, no tiene que ver contigo, en realidad. Aun así creo que será de tu interés. Digamos que...capturaron a Aether. -Ante lo dicho, la muchacha se levantó de su cama, sumamente impactada. -Se confirmó hace unos minutos, lo tienen en el campamento central del abismo.

Shenhe no se lo pensó, tomó una lanza, pues la suya ya había quedado rota, y se abrió pasó fuera de su carpa, Ninguang sonrió, pues su ayuda aceleraría enormemente la victoria.

Keqing dormía al lado de Ganyu, ella seguida delicada, pero ya fuera de peligro. Tenía el rostro sobre la cama, tomando la mano de su amada. Ninguang entró a la tienda médica, Qiqi había hecho un buen trabajo, pero faltaba el reposo, que era lo más importante.

-Equilibrio terrenal. -Susurró ella, moviéndole el hombro. -Es hora de que salgas a ayudar a los soldados.

La mujer de cabellos morados apretó los ojos, así como la mano de Ganyu, su rostro era uno de preocupación, comenzaba a murmurar cosas.

-No...no me hagan luchar más, no contra ellos, son mis amigos. ¡Princesa Lumine, por favor, quiero regresar con Ganyu, no quiero...! -Se despertó, sobresaltándose, respirando aceleradamente. -¿Se-señorita Ninguang?

-Quizá muchos juzgamos mal lo que hiciste. Cuando esto acabe, tendrás mi protección, no pisarás la cárcel, Keqing.

-Y-yo...no sé qué decir, ¿a qué viene todo eso?

-A nada en especial. Toma tu espada y marchémonos, estamos por darles el golpe final.

Nobile luchaba contra toda una división de soldados de la geoarmada, teniendo notoria superioridad, aunque a la llegada de refuerzos, que prácticamente solo eran Kazuha y soldados con fusiles, la ventaja que tenía se fue acabando poco a poco.

Al verlo, Kazuha se preparó para atacarlo, ambos se vieron frente a frente, chocando espadas, aunque la ventaja que tenía Kazuha era que, con su poder anemo, deformaba las cuchillas de agua, por lo que las mismas dejaban de ser efectivas.

Tanto así fue que le dio un corte en el brazo a Nobile, él lo vio y se enojó bastante, así que comenzó a imbuir sus ataques en electro, el que sí no podía manipular con la energía anemo.

Al verse rodeado de soldados que comenzaban a dispararle, lo mejor para Nobile fue lanzar su ballena para despistar, juntando mucha de su energía, y al empezar a emanar la misma del suelo, a Kazuha se le dilataron los ojos, alarmándose.

-¡Corran todos, ese ataque se ve potente! -Muchos de los soldados corrieron hacia atrás o a los lados, el joven espadachín corrió directamente hacía la ballena, usando su energía anemo para evitar que la colisión fuera violenta, consiguiéndolo parcialmente.

La ballena explotó en su muro de viento, causando que el agua se desbordara para todos lados, y arrastrándolo a él hasta una casa, golpeándolo contra la misma. Al recuperarse, que fue a los pocos segundos, notó que su enemigo no se encontraba por ningún lado.

Al estar en un lugar tranquilo, Nobile regresó a su forma normal, chistando del enojo.

<<Esta maldita lucha ya no tiene sentido, la desproporción de fuerzas es abismal, no sé cómo es que Lumine insiste en que podemos ganar todavía cuando es claro que la lucha será en vano.>> El muchacho simplemente se quitó el saco, rompiéndolo en varios pedazos, mordiéndose un dedo para hacérselo sangrar, ensuciando así su prenda.

<<Prefiero a que me den por muerto a que por desertor. Siempre le apuesto al caballo ganador, y el ejército de Lumine no lo es.>>

Sin más por hacer, Nobile tiró su saco, comenzando a correr en la primera dirección que vio. Su objetivo era alcanzar la frontera con Sumeru y de ahí a reencontrarse con los suyos. Para suerte o fortuna, vio en su camino a un soldado muerto, que tenía en sus manos una visión de hydro, la misma estaba a punto de apagarse, él la tomó y se la colocó en su cinturón, haciendo que la misma se prendiera una vez más.

-Sigo siendo digno. -Se rió. -A pesar de que traté de destruir el orden divino, todavía tengo aliados en Celestia.

De regreso en la ciudad, las tres divas: Shenhe, Keqing y Ninguang, se abrían pasó manzana a manzana, estando cada vez más cerca de la base principal del abismo. Sorpresivamente, Lumine estaba en primera línea de defensa, atacando sin piedad a todo lo que se le atravesara, y ella era la única que oponía resistencia de verdad, pues ponía en aprietos incluso a los soldados con visiones.

Al ver a sus antiguas aliadas, simplemente chistó la boca, notoriamente enojada. Ninguang se colocó a la cabeza de la ofensiva, pues era su ciudad la que estaba en juego. Se podía decir que era un asunto completamente personal, por lo que ninguna de las cuatro se tendría piedad.

Ambas fueron corriendo contra sí, Ninguang desató una lluvia de jades a la vez que Shenhe invocaba sus espíritus de cryo y Keqing se teletransportaba a la velocidad del rayo.

-Esta guerra ya está ganada, mejor ríndase ya, princesa.

-No las necesito para ganar, en realidad nunca las necesité. Pudieron tenerlo todo, pero fueron débiles y sentimentales. -Lumine detuvo la espada de Keqing, metiéndole un cabezazo directamente en la frente. En cuanto a Shenhe, tomando su muñeca, la jaló hacía ella para darle un puñetazo en el rostro.

Al ver a Ninguang, ella puso más presión en sus jades, tratando de frenarla de alguna manera, solo que era muy difícil. Sin haber sido derrotadas, las otras dos mujeres se pusieron de pie, luchando con todas sus fuerzas con tal de frenar a su rival, solo que no podían conseguirlo, les era muy difícil por lo fuerte que era.

Chocando espadas con Keqing, empujó contra ella para hacer que su guardia se rompiera, dándole una patada en el abdomen que le sacó el aire. Al enfrentarse a Ninguang, solo bastó esquivar sus jades para llegar hasta ella, rematándola con un codazo en el vientre, sofocándola.

Al llegar a Shenhe, algunos espíritus de cryo le hacían compañía, Lumine usó una corriente anemo para hacerlos explotar sin sufrir daño.

-Qué patéticas. Ni siquiera tuve que usar daño elemental para acabar con ustedes. Fuiste mi mayor arma, Shenhe, pero ahora no me sirves más, y ya no me haces falta, así que suplicar por tu vida a cambio de nuevamente tu lealtad no te servirá de nada.

-Jamás le serviría a alguien tan podrida como tú. No sé cómo puedes llamarte la hermana de Aether.

-No me hables de él. Es tan débil, tan manipulable, cree que los Arcontes son buenas personas, amigables. Pero no... ¡son genocidas que merecen la peor de las muertes! Mataste a uno...no es suficiente, pero lo gocé como no te lo puedes imaginar. -Lumine tenía en manos la visión de Zhongli, la que había robado de su cuerpo durante el golpe de estado. -Me faltan 6, y serán mis trofeos más valiosos...así como tu cabeza.

-No me importa que seas la hermana de Aether, solo quiero matarte por todo lo que me obligaste a hacer.

Xiao apareció en medio de la batalla, ambas mujeres se extrañaron, especialmente Lumine, ¿sería aliado o enemigo? Cuando volteó a ver a Shenhe, supo que no buscaba hacerle daño a ella, pero a la dama de cryo vaya que sí. La mencionada se asustó al ver al muchacho casi consumido por su odio y por su karma negativo, para suerte suya se puso la máscara, que ya no sabía qué era lo que daba más miedo, o ni eso, ¿cuál era verdaderamente la máscara?

-No, si alguien va a matarla seré solo yo. Y su cabeza no será trofeo de nadie si no es mío.

-Por mi diviértete con ella, y con las demás.

-Las otras dos no me interesan. La quiero a ella. -Dijo Xiao de forma fría, usando el halcón de jade para apuntarle.

-Xiao...Xiao, ese no eres tú. Tú, a pesar de lo que pudiste llegar a decirme, eras bueno en el fondo, siempre lo fuis...

-Cállate, puta. A mí no me engañas con ese jueguito de doble personalidad. Y aunque así fuera, te arrancaré el corazón por matar a mi padre. ¡Ahora muere!

El muchacho fue como bala a golpear a la muchacha, la que, desconfiada y con tenebrosidad, apenas si podía responder los golpes que recibía. Lumine sonrió, retirándose para seguir luchando con sus soldados.

El yaksha peleaba con todas sus fuerzas, Shenhe esquivó uno de sus ataques, y sorpresivamente para ella, el golpe que acertó Xiao en una pared fue suficiente para destruirla, lo que no pudo frenar fue una patada que sí bloqueó con sus antebrazos, aunque igual el estamparse contra una barricada la dejó herida.

Xiao caminaba lentamente, Shenhe se arrastraba en el suelo, hasta que él le puso el pie en la espalda.

-Te aplastaré como el animal que eres, maldita. -Poniendo presión, Shenhe comenzaba a sentir que le faltaba el aire. Sorpresivamente para ella, el muchacho dejó de pisarla, tomándola del cuello para levantarla y arrojarla contra otra barricada, lastimándola.

Paimon llegaba volando a toda prisa ante el aviso de la pelea por parte de Ninguang, quien se ponía de pie con dificultad. Tomando una de las cerbatanas, fue volando lo más rápido que pudo hasta llegar al conflicto.

-Debí matarte cuando podía, desde ese incidente, debí buscarte a las montañas y así liberarnos a todos, ¿por qué te tuve piedad? -Shenhe se levantaba para defenderse, apareciendo espíritus cryo que apuntaron sus lanzas contra el muchacho, protegiéndola a ella. -Eso no te servirá de nada, perra.

-¡Pero a Paimon le da la impresión de que esto sí! -Ella disparó la cerbatana, la que acertó en el cuello de Xiao, quien simplemente dio un pequeño quejido de dolor.

-¿Pero qué diablos es esto? -Una segunda cerbatana le acertó en su brazo, siendo un poco de lo mismo. De pronto, comenzaba a sentirse más débil, y ante una tercera dosis, sintió una claridad y una paz mental que no comprendía. Al sacarse las ajugas del cuerpo, se percató que eran la medicina que Rex Lapis le daba para controlarlo.

Sus ojos regresaban a su color normal, las venas dejaban de marcárseles en negro, y su musculatura bajaba un poco de tamaño.

-¡Je, je, je! ¡Parece que sí funcionó!

-¡Paimon, no seas tonta! -Se burló el muchacho. -Controlaste mi karma, te lo agradezco, pero eso no me quita las ganas de matarla a ella. -Preparando su lanza, él se fue a la brava contra Shenhe, la que había tomado un respiro.

Los espíritus cryo explotaron, hiriendo al muchacho, que ahora sentía más el dolor, y por ende se veía más frenado en sus acciones. Shenhe contratacaba, ya lo había derrotado una vez, y quitándole la ventaja principal, la cosa estaba más emparejada todavía.

Paimon se escondió en una barricada, pensando qué hacer. Al ver a lo lejos el campamento del abismo, supo qué hacer, pues en mitad de la batalla ella quizá pasaría desapercibida.

De cualquier manera, y para evitarse problemas, voló hasta lo alto de las casas, volando así por encima del peligro, literalmente.

-¡Yo no quise matar a tu padre, Xiao! ¡No sabes lo mucho que me lamento haber matado a tantos inocentes, yo no quería, pero no pude hacer nada al respecto!

-¡Vi perfectamente cómo es que peleaste contra él, no parecías resistirte, incluso hasta dijiste que era personal!

-¡Esa no fui yo, me controlaban mentalmente, por más que fui consciente y lo traté de evitar, no pude, no pude hacerlo, casi maté a mi maestra, a mi sobrino, a Aether!

-¡Solo muérete! -El muchacho hizo una cortada en el brazo de Shenhe, causando que ella se doliera, pero regresando el ataque con más fuerza. La desgracia llegó cuando su antiguo mal la azotó de nuevo, esas náuseas y mareos, así como una debilidad general le impidieron seguir luchando.

Xiao partió el arma de Shenhe en dos, tomándola del cuello para golpearla contra una pared.

-Ya eres mía. -Se rió él, apretando lo más fuerte que podía, Shenhe pataleaba, arañando a su rival en el rostro para que la soltara, pero todo esfuerzo era en vano, no podía hacer nada.

Con una suerte sorprendente y usando una caja como camuflaje, Paimon se había colado hasta el campamento enemigo, que prácticamente estaba siendo bombardeado por la artillería de los barcos y de las montañas, pues se quería mermar lo más posible al enemigo.

Al ver la choza donde tenían prisionero a Aether, ella salió de la caja, volando a toda prisa.

-¡Oigan, ayuda, maldita sea, alguien sáqueme de aquí o moriré! -Exclamaba él, sin poder moverse todavía. Al ver a Paimon, él se sorprendió mucho. -¡¿Paimon?!

-Jeje, super Paimon al rescate. -Rió ella, buscando algo con qué cortar las cuerdas que aprisionaban al muchacho.

-¡¿Qué demonios haces aquí?! ¡Es muy peligroso!

-¡Paimon está salvándote, tonto! Paimon no quiere verte morir. -A ella le lagrimearon los ojos, algo que sorprendió mucho a Aether, dejándolo levemente en shock. La pequeña tomó un cuchillo que había en una mesa, usándolo para liberar al viajero.

Ambos amigos se abrazaron, lo que duró pocos segundos debido a que una de las balas de cañón cayó cerca de la choza, haciendo temblar el suelo. Aether solo tomó una espada y la mano de Paimon para irse corriendo de ahí.

-Como en los viejos tiempos. -Se rió él, pues siempre que corría del peligro, lo hacía acompañada de su buena amiga.

Regresando a la pelea, el muchacho sonreía al ver que Shenhe dejaba de pelear, entregándose cada vez más a la muerte.

-Nos veremos en el infierno, asesina.

-No. -Una mano se puso sobre la muñeca de Xiao, causándole una enorme sorpresa, incluso dejando de apretar el cuello de Shenhe, soltándola.

Una figura era formada por el polvo, era Zhongli, vestido de arconte. Era su espectro, pues brillaba de una manera mística. El muchacho comenzó a llorar.

-¡Papá! -Al tratar de abrazar a Zhongli, simplemente lo traspasó. No era más que polvo y memorias.

-Xiao...sé que quieres vengar mi muerte, y lo comprendo. Pero ella no es tu enemiga, jamás lo ha sido.

-¡Te asesinó, papá! ¡Me juré que la mataría para vengarte! ¡Déjame matarla!

-No, Xiao. Se acercan peligros más allá de lo que puedas imaginar. -Zhongli miró al cielo, se comenzaba a nublar y el mar se agitaba poco a poco. -Solo ella puede frenarlos, pues ahora que no estoy, no puedo proteger Liyue.

-Yo lo haré, yo detendré todo lo que se avecine.

-Lo siento, pero sé que no puedes. Y en realidad ella tampoco, pero sí con un poco de ayuda. -Zhongli abrazó a Xiao, cerrando los ojos. -Te quiero, hijo. Algún día estaremos juntos otra vez, yo ya viví todo lo que tuve que vivir, y ahora estoy feliz, tenlo por seguro. -Ahora miró a Shenhe, soltándose del abrazo. -Señorita.

-Re-Rex Lapis... -Dijo ella, con dificultad.

-Se vienen cosas difíciles, yo sé que podremos juntos. -Disolviéndose una vez más, el polvo formó una pequeña corriente para entrar en la visión de Shenhe, obteniendo un brillo dorado a pesar de su color.

Ella se sintió mucho más fuerte que nunca, recuperándose de inmediato de los golpes sufridos, sintiendo sus huesos ser más resistentes, al igual que su piel. Emanaba, en general, un brillo reluciente, pues tenía ahora el poder de un arconte mezclado con su enorme fuerza física.

-Ten esto. -Xiao le ofreció el halcón de jade. -Si él decidió que tú pelearás su última batalla, necesitarás una buena arma. No te perdonaré jamás lo que hiciste tú o tu otra personalidad, pero es más importante cumplir la última voluntad de mi padre. No desperdicies su poder.

-Gracias, Xiao. Sabía que en el fondo eras bueno. -Ella sonrió con alegría, tomando la poderosa lanza en sus manos, corriendo hacía la batalla que ya se iba terminando, el campamento estaba a punto de caer.

Lumine peleaba con todas sus fuerzas, atacando sin piedad a todo aquel que se le acercara a hacerle frente, pues el campamento quedaba prácticamente rodeado, más contingentes de la geoarmada entraban a la ciudad solo para ver como la lucha iba terminando.

La princesa del abismo luchaba contra 5 soldados de elite a la vez, despachándose uno por uno en menos de 10 segundos, era demasiado fuerte, y al estar enojada, su voluntad de lucha se acrecentaba mucho.

<<¡Están tardando demasiado, ese sello ya debería de haberse roto!>> Pensó, desesperada. El cielo se seguía nublando más y más, detalle al que realmente nadie le ponía atención al estar más centrados en la lucha.

Aether, tras poner en un lugar seguro a Paimon, regreso igualmente a la pelea, los bombardeos habían cesado al prácticamente la geoarmada estar asaltando el campamento base del abismo, y claro que prontamente se encontró con Lumine, ella lo vio de lejos, sorprendiéndose a mal, incluso enojándose.

-¡Lumine, detente ya, no tiene caso que sigas luchando, tu revolución está perdida!

-¡Jamás! ¡Quiero ver arder a Celestia aunque sea lo último que haga, y aunque te cueste trabajo pensarlo, ya tengo ganada la guerra, y después de Liyue todas las naciones caerán rendidas a mis pies!

-¡Enloqueciste, no tiene sentido luchar por una causa perdida, todos los caudillos han muerto o se han unido a la geoarmada!...estás sola.

Lumine dio un tajo tan fuerte que le voló la espada a Aether, tomándolo del cuello, mirándolo con enojo.

-Tú serás parte de esto quieras o no. tus arcontes mienten, se han aprovechado de tu credulidad y te han segado los ojos. Yo me encargaré de que recuperes la vista. -Dándole un golpe en el estómago, el muchacho quedó reducido, Lumine tomó nuevamente su espada, preparándose para seguir peleando.

-Lu-Lumine...

Una sombra pasó por encima de él, Shenhe aterrizaba frente a Lumine, apuntándole con el halcón de jade. Ella se rió, aunque enchinó la mirada al ver su visión con el aura dorada que portaba, lo que se le hacía raro.

-Shenhe. -El muchacho tuvo la visión llorosa, pues supo de tan solo verla que era Shenhe, no Preservadora del desastre. Ella había vuelto.

-Has estado a punto de matar a tu propio hermano por un ideal egoísta. No te dejaré salirte con la tuya, pero vivirás con ese peso por toda tu vida.

-Cállate, saco de carne. Me pregunto, ¿a cuántas mujeres más se habrá vendido mi hermano antes que a ti? No dudo que la arconte de Inazuma lo haya engatusado con lo que se encuentra resguardando su espada, así que no te sientas especial, Shenhe. Hubieras sido la lugarteniente de este lugar, mi segunda al mando, pero fuiste débil. Y yo no acepto debilidad en mis filas.

-Eso lo veremos.

Ambas mujeres se lanzaron a la lucha, Aether solo miraba temeroso, pues no quería que ninguna de las dos saliera herida, o peor todavía, muerta de aquel combate. De Shenhe, ella lo acababa de decir, no mataría a su hermana, ¿pero Lumine? A ella ya la sentía capaz de todo.

Lumine se percató inmediatamente que Shenhe era más fuerte que hacía unos momentos, incluso al darle un corte con su espada, su piel solo se arañó, como si fuera de piedra, lo que sorprendió a mal a la chica. El halcón de jade, al ser más pesada que cualquier otra lanza con la que hubiera combatido, era un digno rival contra la espada abismal de Lumine, por lo que ninguna de las armas se rompería, incluso Shenhe bloqueaba ataques sin problemas con el mango de la misma, solo salían chispas por el impacto.

Prontamente, la velocidad de Shenhe, que nunca había sido su fuerte, aumentaba poco a poco, con cada ataque le resultaba más difícil a Lumine contraatacar, y al ser invocada una lluvia de cryo que fortaleció a la dama de blanco, vaya que se llevó una mala sorpresa.

Al recibir el primer corte del halcón, Lumine apretó los dientes, tratando de seguir el ritmo, pero ya era difícil al estar agotada física y mentalmente, sumado a la lluvia de cryo que la ralentizaba más, y por la enorme velocidad de Shenhe, no tenía mucho por hacer.

Apareciendo tres de sus espíritus, y teniendo un fusil de hydro a la mano, Aether lo tomó, debilitado, pero apuntando bien. Al disparar y acertar a Lumine, los 3 espíritus explotaron, dejando congelada a su hermana. Shenhe usó la parte no filosa del halcón para darle como si fuera con un bate a Lumine, causando que el hielo se rompiera y ella saliera disparada contra su campamento, escupiendo sangre.

Shenhe se acercó tranquilamente, pateándole la espada al intentar tomarla, le apuntó con el halcón de jade.

-Ríndete ya. Estás acabada, no tienes ejército y te derroté. No queda escapatoria. -Aether llegó corriendo, también apuntando su espada contra Lumine. Sin embargo, la mencionada comenzó a reír.

-Son tan idiotas. Yo no puedo perder, y cuando digo que tengo la lucha ganada, es porque la tengo. ¿Qué no tengo ejército? ¡No lo necesito si tengo a dos malditas bestias marinas!

Al romperse el sello, el cielo nublo por completo, un remolino comenzaba a arrastrar a los barcos, la marea subía, la lluvia eléctrica se avecinaba, estando más presente a los pocos segundos. Shenhe y Aether se miraron, confundidos, ¿qué pasaba?

Sonando como si una roca se hubiera partido, del bosque de piedra emergieron Ostial y Beisht, rugiendo con furia al haber sido liberados finalmente.

-¡¿Lumine, qué carajo hiciste?!

-Lo que era necesario para no perder. -Ella abrió un portal detrás de sí, ingresando al mismo. Sorpresivamente, no era para escapar, sino para colocarse en lo alto de la tarima de la vieja oficina en tierra de Ninguang, la geoarmada se había detenido, los hilichurns incluso dejaron de pelear.

Las olas de mar eran tan violentas que volteaban a los barcos, destruyéndolos por la mitad o estampándolos contra el puerto, los ataques de la furiosa pareja caían como balas de cañón en la ciudad, masacrando las líneas de la geoarmada.

-¡Escúchenme todos! ¡El abismo se impondrá al costo que sea! ¡Yo puedo negociar, ellos no, y si siguen reacios a seguir al antiguo orden, les ordenaré que arrasen con todo lo que encuentren a su paso, sea hombre, mujer o niño! ¡Todo lo que Celestia construyó caerá! ¡Y de las cenizas de su mundo construiremos uno mejor!

La pareja de monstruos marinos se iba acercando a la costa, y peor aún, de las aguas emergían espectros marinos, su ejército que habían usado hacía tantos siglos para combatir a Zhongli, claro que no atacaban a los miembros del abismo, pero sí se lanzaban contra los humanos.

-¡No hay escapatoria, a donde quiera que se intenten esconder, el abismo los perseguirá, cazará a todo disidente y dará un castigo ejemplar a todo aquel que no acepte el nuevo orden!

Aether y Shenhe combatían ferozmente a las criaturas que emergían de, literalmente todos lados, pues se formaban directamente desde el mar o de las gotas de lluvia, y por más poder cryo que ella usará, no podía contener a todos.

Lo mismo era en todos los frentes, aunque tenían equipamiento de sobra, incluso la artillería había caído en cuestión de segundos por la cantidad tan ingente de espectros que eran.

Entre varios se acumulaban para aprisionar a Aether, quien quedó inmovilizado, así como Ninguang y Keqing, que estaban peleando juntas.

Shenhe seguía resistiendo, cualquier espectro que la quisiera tocar se vaporizaba inmediatamente.

<<Señorita, es hora de actuar ya, espero que seas buena saltando>> Le dijo Zhongli directamente en su mente.

<<Dígame la verdad, Rex Lapis, ¿sobreviviré?>>

<<No te puedo asegurar nada>>

-Solo así podré expiar mis pecados...

Ella destruyo a varios espíritus que quedaban usando parte del poder que Zhongli le había dado, volviéndolos piedra, razón por la cual no se volvían a formar apenas se derretía el hielo. Aether se quedó sorprendido, pues Shenhe hizo lo mismo con aquellos que lo aprisionaban, él quedó arrodillado en el suelo.

-¿Shenhe? ¿Cómo es que lo...?

-Rex Lapis todavía está con nosotros. -Al ver su visión, notó el destello que se encontraba en el mismo y el hecho de que era de color dorado. -Solo yo puedo detener esto, Aether.

-Lo haremos juntos.

-Lo siento...pero no puede ser así. Si alguien debe morir para salvar al otro, prefiero ser yo...

-¡No digas eso, saldremos de esto, podremos hacerlo juntos, debemos buscar la forma de tirarles la cámara de jade o de regresarlas al fondo del abismo, ya lo hemos hecho antes, ¿lo recuerdas?!

-Nunca se me olvidará. Fue cuando te conocí. -Ella sonrió, sus ojos le lloraban y trataba de no hacer una mueca por sus ganas de llorar. -Aether, te amo. Tú me enseñaste el significado de esa palabra, la conozco muy bien, sé lo que quiere decir y te amo, te amo muchísimo, Aether. Como no te haces una idea, de verdad. -Shenhe lo abrazó, besándolo con bastante pasión, pues sentía en su corazón que no lo volvería a hacer.

Vaya que era el mejor beso que se habían dado: estaban bajo la lluvia, el ambiente no ayudaba en mucho, pero después de esa confesión por parte de la muchacha, definitivamente era lo que lo hacía especial, ya que le había dicho, siendo completamente consiente de que era más que gratitud, pues era amor, y lo sentía así en su corazón.

Al separarse del beso, Aether la abrazó más fuerte, él igual estaba al borde del llanto.

-No digas eso, no lo digas como si fuera la última vez. Shenhe, yo también te amo, y daré mi vida por ti sin pensármelo dos veces.

-Lo siento...pero tú tienes cosas por hacer, personas a las que proteger. Y-yo soy una asesina, y mientras viva siempre existirá el peligro de que pueda salirme de control. -Shenhe le dio un golpe en el estómago a Aether, uno que lo dejó en el suelo, retorciéndose mientras tosía. -Perdóname, pero sé que es la única manera en que tengo para frenarte.

-Sh-Shenhe, no, ¡no lo hagas, te lo ruego, no lo hagas! ¡Olvídame a mí, piensa en Paimon, en tu maestra, Chongyun, en todos los que te conócemos y queremos! No lo hagas...por lo que más quieras, no vayas.

-Lo siento. -Las lágrimas de la chica se acumulaban en sus ojos, siendo poco notorias por las gotas de lluvia que caían en su cabeza. Ella fue saltando entre los edificios, acercándose a donde estaba el centro del combate.

<<Las despedidas nunca me han gustado. Señorita, espero pueda saltar alto>>

<<¿Qué tan alto?>>

<<Quizá unos 100 metros, tal vez menos>>

-Haré lo que pueda, Rex Lapis. No desaprovecharé tu poder.

Lumine combatía la poca resistencia que quedaba, y al ver a Shenhe entre los edificios, apretó los dientes, apresurándose para llegar a ella, pues sabía que tendría la fuerza para arruinarle sus planes. Cuando la muchacha estaba en el último edificio para poder saltar hasta el puerto, Lumine le arrojó una espada, la que ella sujetó de la hoja, partiéndola en pedazos.

-Si no fueras hermana de Aether te hubiera matado. De todos modos, vivirás con tu fracaso para siempre, y espero te pudras eternamente en una prisión, que es lo que mereces.

-Eres desperdicio, nada más. ¿Por qué te molestas en sacrificarte? Mi hermanito no te guardará luto, ni te extrañará, irá a que alguna de sus rameras lo consuele, deja ya de hacerte la difícil y obedece. Si quieres estar con él, solo podrás hacerlo siendo mi jinete del apocalipsis.

-De mí ya no tendrás nada, Lumine. Lo que tú me digas me tiene sin cuidado. -Ella saltó lo más fuerte que pudo, incluso destruyendo el pico del edificio en donde tomó vuelo, Lumine gritó de enojo, apretando sus puños.

-¡No quedará nada de ti, ni de Liyue, tú serás su asesina, Shenhe!

La mencionada aterrizó en una de las cabezas de Ostial. Beisht se percató de lo mismo, por lo que trató de atacarla, y más cuando la recordó como la mujer que la derrotó hacía unas semanas. Ella esquivó el ataque, pero claro que Ostial no, por lo que los soldados de agua se deshicieron, sorprendiendo a los combatientes humanos.

Sin embargo, al pasar unos pocos segundos, se volvieron a formar, provocado porque Ostial recuperó la concentración.

Shenhe ahora se había colocado en una de las cabezas de Beisht, sujetándose lo más fuerte que podía.

-No moriré siendo un monstruo...y aunque no sea yo, ese monstruo morirá conmigo. -Enterrando su lanza en esa cabeza de Beisht, la muchacha comenzó a juntar energía.

<<Haré lo posible por aminorar el daño a tu cuerpo...pero expulsarás tanta energía que no me siento seguro que salgas viva>>

-¡Solo hazlo, libera todo el poder que quedó de tu muerte!

<<Buena suerte, Shenhe>>

-Gracias por perdonarme, Rex Lapis.

El cuerpo de Shenhe se comenzó a iluminar, ella soltó un grito desgarrador. Toda la energía que no se soltó a la muerte de Zhongli en aquella noche, ahora sí se soltaba, siendo ella el catalizador para que se pudiera desatar. Las cabezas y tentáculos de la pareja marina comenzó a volverse de piedra, como si les hubiera caído el meteorito de Zhongli, pero claro, eso no bastaría.

Como los espectros marinos se deshicieron una vez más, Kazuha se pudo liberar de su yugo, por lo que aprovecharía la oportunidad que tenía. Desde su posición podía ver cómo es que los cuerpos de Ostial y Beisht se convertían en piedra, así que cargando un cañón, disparó lo más acertadamente que pudo, destruyendo una de las cabezas, causando que los escombros cayeran al mar.

-¡Disparen a esas cosas, es la única manera de poder derrotarlos!

Los miembros de su división obedecieron la orden, ajustando los cañones y disparándolos para comenzar a desgajar las extremidades de la pareja, siendo lo único malo que cuando Shenhe terminó de liberar toda la energía acumulada, el destello de su visión dejó de tener ese color dorado, quedando ella completamente agotada, tanto así que incluso cayó boca abajo sobre la cabeza petrificada de Beisht.

Dos cañonazos destruyeron el cuello de esa cabeza, por lo que una muy debilitada Shenhe simplemente cayó como una piedra más con dirección al fondo del mar.

Aether apenas se recuperaba, por lo que vio cómo es que Shenhe caía al agua, seguida de varios escombros y más balas de cañón. Ella ni siquiera se movía, pues no tenía ya nada de energía.

-¡¡¡Shenhe!!! -Farfulló él, corriendo hacía el puerto.

Al ella caer al agua, podía ver perfectamente cómo se iba internando más en la obscuridad del agua.

-Al fin ya no podré hacerle daño a nadie...Paimon, Chongyun, maestra...Aether. No podré lastimarlos otra vez. -Sin tratar de luchar por salir a la superficie, Shenhe se perdió en la profundidad del océano mientras cerraba los ojos.

Cuando Aether llegó al puerto, esperaba ansioso y estresado que Shenhe saliera a flote, y al pasar los segundos, él se desesperó, arrojándose al mar para tratar de buscarla, hundiéndose hasta donde le permitían sus pulmones, pero nada, no podía localizarla.

El sol comenzaba a salir, Preservadora y Chongyun también corrían hacía el puerto, y cuando encontraron a Aether llorando de forma desesperada en la orilla del mismo, se percataron de que las cosas no habían salido bien.

Paimon llegó con ellos, siendo la que se apresuró para abrazar a Aether, quien regresó muy fuerte ese abrazo.

-Lo intenté, la traté de defender, pero no pude. Te fallé, Preservadora, te fallé, no pude protegerla, por más que intenté, no pude.

Ella comenzó a llorar, pues se confirmaba por boca de Aether la muerte de su pequeña, tanto así que incluso se sentó en el suelo al sentir que las piernas dejaban de serle fuertes. La escena era de lo más horrible: ni siquiera se había encontrado su cuerpo.

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Hula

Seguramente se preguntarán por qué se acabó el capítulo tan de golpe. Hay 3 razones: una, ya estaba muy largo el cap :'v Dos, en el próximo capítulo se explicarán muchos cabos sueltos. Tres, si no lo cortaba no hubiera publicado hoy :'v

Recordarán que les dije que la semana pasada no aseguraba capítulo porque ando cerrando semestre...pues la escuela me metió una putiza y jaja no tuve tiempo ni de llorar. Creo que no debería estar justificando esto, ¡también tengo una vida, maldita sea >:v!

En fin, sé de sobra que hay muuuuchos cabos sueltos y ya se resolverán, ¿Shenhe sigue viva? Oh, jsjsjs. Suelo caracterizarme por matar a personajes importantes al final de las historias, sino me creen, pueden preguntarle a mis amigos jsjsjs >:3

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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