Capítulo 24.-Shenhe regresa.
Preservadora del desastre se encontraba amarrada con cadenas, así como en una silla metálica y, por si poco fuera, con un campo anemo bloqueándole la salida. Era una cárcel en Liyue, parte del terreno que había tomado la geoarmada.
Ella despertaba poco a poco, sin saber qué pasaba, cuando recuperó la conciencia y supo lo que había pasado, se trató de zafar, pero no podía. Prontamente, Aether se acercó a ella, claro, sin atravesar el campo anemo.
-¡Desgraciado! ¡Te sacaré los ojos apenas salga de aquí, no me volverán a tener encerrada como una animal!
-Exacto. Tú misma lo has dicho, pues Lumine le pondrá fin a esto, y tendrás que decir adiós de forma obligada.
-Mi princesa no me traicionaría de esa manera, ¡soy su arma, su ejército de una sola guerrera! -Shenhe comenzó a carcajearse. -Disfruta este momento, pues cuando salga de aquí, te abriré el pecho y te arrancaré los pulmones.
-Sí, sí. Tengo mis métodos, mientras puedes quedarte aquí, espero no te aburras mucho.
-¡No creas que me causas temor, escuálido!
Aether se retiró, pues tenía dos preocupaciones principales, la primera era acabar con el ejército del abismo, lo que era muy predecible, pues llegaba un nuevo contingente de brigadas internacionales, así que el tiempo estaba contado, el asunto era también encontrar a Lumine.
La segunda preocupación del muchacho era Xiao, lo había visto tan cambiado, no era él prácticamente, así que debía arreglar ese asunto apenas lo encontrara. Lo único malo fue que, cuando él regresó después de poner a Shenhe a salvo, el adeptus se había ido, escapando de su aprisionamiento geo.
Por su parte, Nobile dirigía la defensa de la parte sureste de la ciudad, que era el frente que más resistía una vez que controló la invasión del puerto. Ahora los dos frentes eran el suyo y el de la entrada noroeste, así que el ejército se encontraba dividido en dos.
Keqing, por su parte, buscaba la primera oportunidad para escapar, y quizá la encontraría, ya que se libraba un combate en la zona comercial del puerto, y ella era la dirigente de la defensa inicial.
La geoarmada preparaba cañones, así como tenía en vanguardia a los fusileros, los que claramente representaban una superioridad en combate, algo a lo que simplemente los escudos de madera y garrotes no podían hacer frente.
Se habían montado barricadas para defender las posiciones, los civiles se habían puesto del lado de la geoarmada, por lo que los recibían como libertadores y, los que querían, se alistaban como voluntarios, así crecían las posibilidades de victoria.
Más que nada por los soldados de Fontaine, que eran los que tenían el mejor equipo, y eso era representado en una mayor ventaja. En fin, Keqing se alistaba para ir al frente, teniendo en mente aprovechar la confusión para escapar a las líneas enemigas, que más bien eran aliadas. Se dejaría capturar, en pocas palabras.
Preservadora del desastre seguía amarrada con las cadenas, sabía que debía liberarse, y de hecho eso es lo que quería. Podía ver a través del campo anemo que Ninguang y Beidou preparaban una serie de estrategias para darle el golpe final al abismo, la cárcel era también un puesto de mando.
La muchacha simplemente se concentró lo más que pudo, tomando las cadenas para comenzar a estirarlas, se encontraba débil debido a su "enfermedad" y también por la pelea contra Xiao, aunque su deseo de libertad y de que no la volvieran a encerrar causó que su fuerza regresara, destrozando las cadenas.
Al escuchar el ruido de las mismas al romperse, Beidou, Ninguang y los guardias se sorprendieron, desenfundando sus armas.
-Tranquilos, todavía debe pasar por el campo anemo, eso no será sencillo. -Mencionó Ninguang, tratando de calmar las cosas. Al primer golpe que la fuerte mujer le dio, lo agrietó. -O-ok...es más fuerte de lo que pensé.
Después de varios golpes desesperados, y de incluso usar las cadenas como armas, Preservadora del desastre destruyó el campo, abalanzándose lo más deprisa que pudo sobre los soldados, matando a uno para inmediatamente tomar su alabarda.
Con un arma más poderosa en manos, Shenhe exterminó a los guardias, Ninguang y Beidou se vieron de reojo, sabiendo que la pelea no sería fácil.
-¡Nunca más me encerrarán de nuevo, primero muerta!
-Tus deseos son órdenes. -Beidou sonrió, tomando fuerte su espada para dar un tajo contra Shenhe, quien lo esquivó con facilidad.
-Eres lenta, dragoncita. -Shenhe atacó sin darle tiempo de reacción a Beidou, golpeándola en el estómago y haciéndole una cortada en un brazo.
-¡Beidou! -Ninguang invocó rápidamente varios jades que lanzó contra Shenhe, ella los rompió con su lanza o los esquivó, solo uno le acertó en una pierna, que después del impacto, ella comenzó a reírse.
-Que patética eres. -Ella se fue contra Ninguang, quien pocas oportunidades tenía para sobrevivir cuerpo a cuerpo. Por suerte para ella, Beidou interfirió en la pelea, creando el counter perfecto que causó que la alabarda se rompiera, y por si poco fuera, ella regresó otro golpe directamente la mandíbula de Shenhe, haciéndola chocar contra una pared.
-¡Ponle un dedo encima a mi Ninguang y te mataré, perra!
-La pelea se pone interesante. -Shenhe comenzó a reír, corriendo hacía Beidou, esquivando su espada, usando una pared para darse impulso y regresar el golpe que le había propinado. Ninguang trataba de apuntar los jades, pero estando tan cerca de Beidou, no quería que ella fuera un daño colateral.
Sin embargo, ella desató una buena parte de su poder, Beidou preparaba su counter y, al recibir todo el daño, ambas sonrieron. Desgraciadamente, Shenhe se adelantó, pues ella apareció varios clones que explotaron, creando una reacción elemental que destruyó el escudo de Beidou, aparte de hacer que toda esa energía se volcara contra ella, siendo equivalente a que una bomba le explotara en frente.
La onda expansiva arrojó a Ninguang unos metros para atrás, pero lo que fue a Beidou, ella salió disparada, destruyendo una de las paredes, golpeándose la espalda contra una biga de metal.
Shenhe tomó una espada ligera, caminando lentamente para rematar a Beidou, ella se reía, la pirata escupía sangre por la boca, teniendo sangre bajando por su cabeza, nariz y boca, jamás había estado en ese punto tan crítico.
-Usa la fuerza de tu enemigo en su contra y vencerás. Pobre de ti, capitana, es tu lección de vida, y no la pudiste usar ni para salvar la vida de tu amada. No tengo nada personal contra ustedes dos, así que las mataré rápidamente, y sin que sufran mucho.
-N-no le pondrás un dedo encima. -La pirata se fue levantando con dificultad, poniéndose en pose de boxeo, lo que causó la burla de su enemiga.
-Ríndete ya, solo vas a hacer más lento lo inevitable.
-¡Nunca! -Los puños de Beidou se electrificaron, por lo que golpeaba con la intensión de acertarle a Shenhe, solo que no podía.
Llegado el momento para la batalla en la ciudad, Keqing preparó su espada, se sentía nerviosa y ansiosa porque quería ver de nuevo a Ganyu. Una vez salió del improvisado cuartel que tenía montado su división, se fue al frente a dirigir la defensa, preparando las barricadas, aunque secretamente saboteándolas para que fueran más sencillas de derribar.
Los soldados de la geoarmada subían a los techos de las casas, además de prepararse con sus propias barricadas, era un momento de tensión, ya que se esperaba que la geoarmada atacara. Ganyu dirigía esa batalla.
Lumine pasaba por ahí, y sabiendo que ella tenía la fuerza suficiente para ayudar a detener el ataque, se quedó, solo que prefería que fuera un elemento sorpresa.
-¡A mi señal, disparen! -Mencionó Ganyu, apuntando con su arco y cargando su disparo. Los hilichurns en las barricadas se cubrieron bien.
Al ser disparada la primera flecha, una lluvia de balas les cayó al ejército del abismo, y cuando las pocas municiones que se traían se acabaron, comenzó la carga, no sin antes disparar los cañones que, como era de esperarse, tumbaron las barricadas que protegían a los hilichurns.
Ante la carga, los sobrevivientes corrieron, en un primer momento, contra los soldados de la geoarmada, aunque al verse superados rápidamente escaparon, lanzando algunas granadas para intentar ganar tiempo, cosa que claramente no funcionó, pues la corretiza contra ellos seguía.
La única razón por la que los soldados se detuvieron, fue porque vieron a Keqing parada, ella tiró su espada al suelo, alzando las manos. Lumine abrió los ojos de la sorpresa, pues esperaba que ellas dos frenaran el avance.
Al llegar Ganyu a la escena, ella se llevó las manos a la boca, con las lágrimas queriéndosele salir de los ojos.
-Keqing...
-Ganyu...
Ambas corrieron y se dieron un abrazo, seguido claramente de un beso que duró sus segundos, Ganyu estaba llorando ya, sin poder contener la emoción de ver a su amada de nuevo.
-¿Por qué lo hiciste? Te juzgarán por esto, Lady Ninguang quizá haga lo posible por ayudarte...pero es algo tan grave.
-Causas de fuerza mayor. Te lo explicaré cuando pueda. Ahora vámonos de aquí. -Ambas se tomaron de la mano, dándose un beso más, y cuando iban a empezar a correr para regresar a una zona segura, una flecha atravesó la espalda de Ganyu, lo que sorprendió a ambas.
Keqing volteó a ver, gritando desesperadamente. Lumine caminaba en medio de la calle con una ballesta en sus manos, preparando otra flecha.
-¡A mí nadie me dice que no! ¡Te lo advertí, te dije que pagarías caro si me traicionabas, primero la mataré a ella y después seguirás tú, ten por seguro que la muerte de tu cabra será lenta y dolorosa, y estarás presente para verla de principio a fin!
Al ser disparada la segunda flecha, esta fue absorbida por un loto de cryo que Ganyu alcanzó a invocar. Aether y su contingente llegaban para auxiliar a los soldados de Ganyu, pero al ver la escena, claro que la prioridad cambió.
-¡Lumine, detente, por favor!
-¡Silencio, lame botas! ¡Te he tenido mucha paciencia, hermano, pero no solo no me has ayudado, sino que incluso has sido un dolor de cabeza! ¡No me arruinarás mis planes, y ellas tampoco!
-¡Corran! -Aether invocó su espada, esprintando para pelear contra Lumine, Keqing tomó en brazos a Ganyu, quien comenzaba a ponerse pálida del rostro.
-Perdóname, Ganyu, por favor, perdóname. -Lloraba Keqing con desesperación. -No debí haberte puesto en peligro, no debí haber hecho esto, lo siento tanto.
-No te preocupes. -Un hilo de sangre comenzaba a bajar de la mejilla de Ganyu. -Estoy bien, solo necesito un doctor y ya.
-No mueras, por lo que más quieras, no mueras.
Regresando con la pelea entre la pirata y preservadora del desastre, la primera de ellas caía al suelo, derrotada, trataba de que el electro regresara a su cuerpo, pero estaba tan débil que no podía, le era imposible.
Viéndola ya derrotada, Shenhe caminó hasta Ninguang, quien se arrastraba en el suelo, con sangre igualmente bajándole de la cabeza, tomando su espada para levantarla en el aire, preparándose para darle el golpe final.
-No te muevas, un tajo bien dado y tu cabeza se desprenderá limpiamente de tu cuello. Será una muerte instantánea y sin dolor.
Beidou veía en cámara lenta la hoja bajando con destino al cuello de su amada, y sin preguntarse si era buena idea, corrió inmediatamente a esa dirección, tomando su mandoble del suelo, bloqueando el ataque sin poder usar su counter por lo debilitada que se encontraba.
Detuvo la mayor parte de la espada, pero la punta de la espada alcanzó a golpear su ojo, explotándoselo por la fuerza y velocidad a la que iba. Beidou soltó un grito de dolor, uno que era horrible de escuchar. La sangre bajaba por su mejilla casi como si fueran lágrimas, ella se llevó una mano a su cuenca.
-¡Beidou! -Farfulló Ninguang, tratando de levantarse para atacar a Shenhe, solo que de un único golpe al pecho, la redujo.
-¡Les dije que les daría una muerte rápida e indolora, pero prefirieron hacerse las valientes y miren como acabaron! -Shenhe se arrodilló, tomando del cuello a Ninguang para comenzar a apretarlo con fuerza, la suficiente para que se le enrojeciera el rostro. -¡Tus aires de grandeza y de poder te asfixiaban la razón, ¿puedes sentirlo ahora, Ninguang?!
En la calle, ambos gemelos peleaban con sus espadas, Lumine tenía una clara ventaja al ser más rápida y fuerte, razón por la cual no tardó mucho en reducir a Aether. Con un tajo partió su espada, sorprendiéndolo. Seguidamente, lo golpeó con su hombro para derribarlo en el suelo.
Ella le apuntó al cuello, creando unas esposas de energía anemo.
-Vendrás conmigo quieras o no, hermanito.
-Creo que no sabías que, aunque me captures, esto se acabó. Tenemos a Shenhe, ya no tienes a nadie que te pueda ayudar en esto. Lumine, por favor, sé que alguien te está controlando, dímelo, te ayudaré.
-Nadie me controla, ¡soy yo la que quiere ver a arder Celestia y todo lo que tenga que ver con ella!
-Vamos, eres mejor que esto. ¿Dónde quedó la Lumine que era mi hermana? Con la que viajé por tantos mundos, que era buena y bondadosa.
-Murió hace 500 años, hermanito.
-No voy a ver cómo caes más en este abismo. -Aether tomó un fragmento de su espada y se lo llevó al cuello. -Detén esta locura o me mataré.
-¡Aether, detente! -Lumine se intentó acercar, su hermano se apretó más el fragmento contra el cuello, sacándose sangre. -¡No, no lo hagas! ¡Nada de esto habrá valido la pena si mueres! ¡Ambos debemos liberar esta tierra, derroquemos a Celestia juntos, es lo mejor!
-No cuentes conmigo, Lumine.
-¡Está bien, haré lo que quieras, pero aleja esa cosa de tu cuello!
-Cancela el hechizo de Shenhe, que su parte malvada ya no exista.
La muchacha chistó, en su rostro se notaba lo indecisa y frustrada que se encontraba, pateando el piso del coraje. Simplemente suspiró pesado, haciendo aparecer con su mano un espejismo parecido al de Mona, solo que ahí se veía el alma de Shenhe desamarrada del listón azul pero apretada con un listón negro.
Lumine tronó los dedos, haciendo que el listón azul volviera apretarse, pero con su mano quitó el listón negro, eliminando para siempre la parte malvada de Shenhe, o al menos hasta que volviera a tener oportunidad de hacer el encantamiento.
Preservadora del desastre seguía ahorcando a Ninguang, estaba a punto de quedarse sin aire, luchaba por quitársela de encima, las fuerzas le faltaban y comenzaba a ver borroso.
-Hasta nunca, Ninguang. Dile adiós a tu vida. -Preservadora del desastre se comenzó a reír, apretando más fuerte, solo que llegó un punto donde se quedó petrificada, las manos le empezaron a temblar, soltando a la mujer de geo, quien respiró profundamente.
La muchacha dio un grito de dolor, llevándose las manos a la cabeza. Cuando la conmoción pasó, los ojos de Shenhe incluso cambiaron su forma, se vio las manos, las mismas le seguían temblando.
-¿Ninguang? -Buscando más con la mirada, encontró a Beidou en el suelo, retorciéndose del dolor mientras decía el nombre de su amada, pues no sabía que pasaba. La mujer de cryo comenzó a llorar. -¿Pero qué he hecho?
Preservadora de las nubes llegaba con todo un contingente de soldados, al ver a Shenhe llorar, no sabía muy bien la razón, pero estaba completamente segura que era ella, su pequeña. Rápidamente corrió y la abrazó, un abrazo al que su alumna no correspondió, de hecho, se alejaba del mismo.
-Maestra...hice cosas horribles, las pude ver todas, el hecho de que yo traté de matarla, a Chongyun, a Aether.
-Tranquila, mi niña. No fuiste tú, no tuviste la culpa de ello, fue ese monstruo que vive dentro de ti, pero no fuiste tú, ¿me escuchas? No lo causaste.
-Pero maté a tanta gente...incluso maté a Rex Lapis.
-¿Pueden decirme qué carajo está pasando aquí? -Tosió Ninguang, recuperándose poco a poco, tambaleándose hasta llegar a Beidou.
-Shenhe tiene dos personalidades. La Shenhe que todos conocemos y...y ese monstruo. No sé cómo es que se pudo revertir el hechizo que tenía a mi pequeña bajo el control de la hermana de Aether, pero ese muchacho debe tener algo de responsabilidad en esto.
-Ok, eso está bien, pero por ahora solo me interesa salvar a Beidou.
-Ninguang, Ninguang, no puedo abrir el ojo. -Siendo dirigida prácticamente por la mencionada, Beidou fue conducida hacía el cuerpo médico, pues estaba muy lastimada al igual que su amada.
-Fui yo. -Shenhe siguió llorando. -Ni aunque les pida perdón toda la vida podré redimir todo lo que hice.
-Tranquila, Shenhe. Ya estás de regreso...
Si bien la mayor victoria de Aether recaía en haber liberado a Shenhe, así como de ayudar en el retroceso de las tropas del abismo, lo malo es que había caído prisionero, más precisamente en manos de Lumine, razón por la cual era escoltado hasta uno de los últimos puntos que eran seguros para la princesa.
Si bien tuvo que ceder su principal arma, tarde que temprano la recuperaría, y con el hecho de que faltaba muy poco para que Ostial despertara una vez más, era cuestión de horas para que las cosas se voltearan a su favor, que al final de cuentas era lo que deseaba.
La batalla por el puerto en realidad estaba costando más de lo que cualquiera pensaría inicialmente, pues tanto Ninguang como Beidou, dos de las estrategas más importantes, así como Ganyu, estaban heridas de cierta gravedad, más Beidou por la paliza recibida.
Aether prisionero, varios contingentes desorganizados, por lo que prácticamente eran presa fácil para el abismo, que tampoco es que pasara por el mejor momento.
Ganyu era recibida por el personal médico, Keqing lloraba como magdalena al sentirse culpable de esa situación, pero con que pudiera vivir, después le pediría perdón.
-¡¿Dónde le dio?!
-Intestino grueso, no se desangrará fácilmente, pero debemos atenderla a la de ya.
-Despejen el campamento, puede infectarse la herida, así que debe retirar.
-¡No la puedo dejar sola! -Gritó la mujer, desesperada.
-Keqing...confía, todo saldrá bien, no te preocupes. -Sonrió Ganyu de forma débil, pero capaz de transmitirle confianza.
Justamente en el campamento médico, Shenhe, preservadora y Ninguang iban llegando, cuando la primera mencionada estuvo ante los ojos de Keqing, ella se asustó, y más cuando fue corriendo hacia ella.
Ella se preparó para defenderse a los golpes, pero lo que recibió fue un abrazo de una muy devastada Shenhe.
-Perdóname, Keqing. Sé que tú sabes lo que me pasó, no fui yo, nunca quise lastimarte, jamás lo haría, de verdad perdóname, tuviste que hacer cosas tan horrendas por culpa mía.
La muchacha se tranquilizó, suspirando de alivio, así que regresó el abrazo.
-No te preocupes, no eras tú. Lo entiendo, esa noche, lo recuerdo, trataste de decirme la verdad pero...fue algo muy rápido.
-Nunca podré pagarte por lo que te hice. Ni a ti, ni a mi maestra, a Beidou, a Ninguang. Segué muchas vidas, y no tengo manera de solucionarlo, no puedo hacer nada.
-Todavía puedes luchar del bando correcto, Shenhe. Lo mismo va para ti, Keqing. Ganyu me dijo que eras doble agente, ¿pero por qué unirte al abismo en primer lugar?
Shenhe dio un paso adelante, ella les diría lo que pasó, lo que vio y como, por más que trato, no pudo hacer nada para evitar que Keqing fuera capturada por el abismo, pues al final de cuentas eso era lo que había sucedido, y la amenaza de muerte que se tenía sobre Ganyu y varias personas más que ella amaba.
Ahora a Ninguang eso le hacía mucho sentido, pues era la única manera de entender porque ella se había pasado al bando enemigo. Faltaba tiempo para que se tuvieran noticias sobre la herida, y lo mismo aplicaba para Beidou, quien tenía el asunto más complicado todavía.
Kazuha era quien se encargaba de dirigir un frente, si bien no era un maestro estratega, el simple hecho de que tenía una visión y de que era fuerte a pesar de su debilidad por estar en cautiverio tanto tiempo.
Él sabía que debía hacer, así que saltando haciendo uso del anemo, aterrizó en medio de las filas enemigas, sorprendiendo a varios de sus enemigos que tenían garrotes prendidos en pyro, lo que a él le causó una sonrisa.
Al prepararse para dar un salto, juntó energía anemo debajo de sí, provocando un remolino de pyro en sus enemigos, y con un fusil de electro que tenían en su pelotón, eso fue lo que bastó para acabar con toda una manzana enemiga, el muchacho se encontraba en un techo, alzando el pulgar a sus compañeros.
En el cuartel general del abismo, Aether era derribado, estaba completamente atado, Lumine lo veía con desdén, aparte de enojo.
-Deberías unirte a mi causa, hermano. Pero no importa ya.
-Lumine, detén ya esto, evita que más sangre sea derramada, ¡ya no puedes ganar la guerra!
-¡Claro que puedo, hermano! Tengo todavía un as bajo la manga. -Llevando unos polvos a una copa de agua, en la misma se creó un espejismo, el último sello, el que le abriría paso a Ostial y a su esposa, estaba por ser roto, faltaban muy pocas horas, no pasaría de mañana. -¿Qué sucede cuando una fuerza imparable se encuentra con un objeto inamovible? Tu voluntad es inamovible, ¿pero bastará para detenerme?
Ella tomó su espada y se fue para ayudar en batalla, Aether trataba de liberarse, pero era muy complicado.
<<¿Volverá a tratar de capturar a Shenhe? Si bien ya rompió el hechizo, eso no quita que pueda volver a hacerlo>> Pensó él, intranquilo.
Varios soldados se encontraban aglutinados fuera de la casa de campaña donde dormiría Shenhe, estaba debilitada también, y por la conmoción, no había mucho que pudiera hacer. Se pensaba que la habían capturado, y los soldados discutían qué es lo que harían con ella.
-Seguramente la sentenciarán a muerte por todos los crímenes que cometió.
-¡Yo me apunto para ser parte del pelotón de fusilamiento! ¡Esa maldita mató a mi hermano, y se la voy a cobrar caro! ¡Quiero sangre por sangre!
-O quizá la cuelguen. Podrían hacerlo en uno de los edificios que dé en dirección al campamento del abismo, así sabrán que su mejor guerrera ha muerto, eso bajará la moral de sus soldados.
-Lo mejor sería guillotinarla y exponer su cabeza en una pica para que se sepa que ya hay venganza por todos los que mató.
Ella no ignoraba las conversaciones, simplemente abrazó sus piernas, soltándose a llorar, sabía que muchos la querían muerta, pues había asesinado impiadosamente a muchos guerrilleros. Esa gente que antes le tenía confianza ahora exigía su cabeza a como diera lugar, lo que le partía el corazón.
Los soldados se dieron cuenta de sus lágrimas, y no dudaron en burlarse de ella, pues quién pensaría que una guerrera tan sanguinaria ahora llorara de miedo a la muerte, desde la perspectiva de los soldados. Ninguang llegó e impuso el orden.
-¡Cierren la boca! ¡Esa asesina no era ella, la pobre chica está llorando porque sabe que cometió muchas atrocidades, y está arrepentida!
-Lady Ninguang, con todo respeto, pero yo fui testigo presencial de cómo mató a mi hermano.
-La controlaban mentalmente. Siempre lo hizo contra su voluntad, estuvo a nada de matarme y al ser liberada de ese yugo se soltó a llorar al pensar que todo lo que ha pasado fue su culpa cuando no es así.
-Oh...
Avergonzados, los soldados se retiraron cabizbajos, Ninguang entró a la cabaña de Shenhe, ella seguía llorando. La mujer de geo la abrazó, tratando de tranquilizarla.
-Gracias por defenderme, Ninguang. Pero ellos tienen razón, deberían matarme para que no vuelva a dañar a nadie más. Ya no puedo vivir sabiendo todo lo que hice, no tengo derecho a ser feliz.
-¿Qué hay de Aether? Pensé que él le daba alegría a tu vida.
-Traté de matarlo también. No quería alejarme de él, pero no queda más opción.
-Primero hay que ganar la guerra y después sabremos qué hacer. Así que no hay que preocuparnos por ahora.
-No lo sé...no me siento bien mentalmente.
-Descansa, mañana hablaremos, todo estará bien, Shenhe.
La muchacha se acostó, nerviosa, no sabía muy bien qué hacer. Paimon curioseaba por el campamento, ella no estaba en vanguardia, claramente, lo que sí es cierto, es que ayudaba en lo que podía, y suerte para ella y Aether que conocían de una medicina muy potente para tranquilizar el karma de Xiao y que así no matara a Shenhe ahora que estaba de regreso.
Ella se encargaba de empaquetar la medicina, que había sido hecha en modo de cerbatana, pues dárselas de tragar directamente era imposible. La pequeña, una vez tenía empaquetada la medicina, fue volando para curiosear y distraerse un poco mientras daba la hora de la cena, así que con eso, dio con la casa de campaña de Shenhe.
-¡Shenhe! -Exclamó la pequeña, la mencionada la volteó a ver.
-Paimon. -Sin que tuviera que pasar un segundo más, la hada abrazó a su amiga, teniendo los ojos lagrimeantes.
-Qué bueno que volviste a ser tú, Paimon te extrañó tanto, Aether igual, todos te extrañábamos, por suerte ya no eres esa persona mala y desalmada.
-Eso no lo sé, Paimon. Hice tantas cosas tan horribles que...ya no sé si esa no era mi verdadera yo.
-Claro que no, Paimon sabe quién eres. Eres Shenhe, una persona muy amable, tímida pero alegre, que suele dar abrazos y que cocina delicioso. Esa eres tú, no una máquina de matar.
La muchacha se soltó a llorar una vez más, abrazando a la pequeña como si fuera un oso de peluche, por lo que la apretó contra sus senos, dejándola sin respirar bien.
-¡Wh-whah, Shenhe, Paimon no puede respirar!
-¡Pe-perdón! No sé por qué siempre me suceden cosas así. -Ella se sonrojó. -Muchas gracias, Paimon. De verdad no sabes cuánto me reconforta lo que me dices.
-Je, je, no hay de qué. Paimon solo dice la verdad.
-Como sea, vayamos a dormir.
Y así fue, las dos amigas durmieron abrazadas, sabiendo que mañana sería otro día de lucha incesante, no faltaría mucho para terminar la guerra. O eso es lo que pensaban.
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Prácticamente así me siento ahora con lo de Beidou y la cabra JAJAJA
Oigan, vean el lado positivo, nadie ha muerto todavía 😬😬😬
Y Shenhe regresó uwu sí, era algo que pasaría tarde que temprano, pero vaya desmadre se armó para que eso pasara
ahora sí, podemos decir que el siguiente capítulo es el que acaba con el arco de la guerra y sigue lo que pasa después del gran evento que cerrará la historia, aparte de un epílogo, ya verán a qué me refiero uwu
Nos vemos con dudosa certeza si el lunes porque me están metiendo una madriza en la universidad :'v
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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