Capítulo 13.-Realidad.
Despertando a la mañana siguiente, Aether se levantó para hacer el desayuno, quizá en el mismo pudiera reconciliarse con Shenhe, por lo que estaba seguro de que eso ayudaría, de ahí mismo que le hiciera incluso su desayuno favorito, y para comer, unos fideos fríos de la montaña sería lo ideal.
Sin embargo, al llegar a la cocina después de cambiarse, se percató que Shenhe ya estaba despierta y lavaba algunos trastes, lo que le extrañó de sobra.
-Shenhe, buenos días. -Ella lo ignoró. -¿Qu-qué haces? Estaba pensando en preparar...
-Ya desayuné, así que no te preocupes, Aether. -Dijo, seria y cortante. Se secó las manos y, sin tan siquiera verlo a los ojos, salió de la casa.
En la mesa estaba un plato lleno de comida con una nota que decía "para Paimon", y otro completamente vacío que decía "para Aether". Eso último fue un duro golpe, indicando que todo quedaría así por un rato más.
Él preparó su desayuno y Paimon despertó, comiéndose lo que estaba en la mesa.
-¿Qué hay de Shenhe?
-Ayer la hice enojar y...creo que no quiere verme ni en pintura.
-¿Hum? ¿Pues qué pasó? ¿Le dijiste algo que la ofendiera?
-Todo lo contrario. -Rió él, con ironía. -No le dije nada...diablos, Paimon, he cometido errores en mi estancia aquí pero...creo que esta vez no tendrá remedio.
-Vamos, dile a Paimon qué pasó. Al final de todo, Paimon es tu mejor amiga, ¡así que te ayudará a buscar una solución!
-Ayer...pude declararle mis sentimientos, y ella también tenía esa intensión ahora que lo pienso, es solo que... ¡tenía miedo, joder, tenía miedo! Si no me corresponde, ¿qué pasará con nosotros?
Paimon se quedó completamente seria, simplemente se llevó las manos a la cara, suspirando para después aventarle un pedazo de pan en la cara a su contrario.
-Chale, ya la cagué, ¿verdad?
-Completamente...
Shenhe, por su parte, caminaba por los paisajes de la aldea, más precisamente en la zona de los cultivos de flores, el paisaje le parecía de lo más bello, aunque para su mala suerte, un jabalí se asustó al verla, por lo que corrió a embestirla, ella solo dio un salto, esquivándolo sin alguna dificultad, pero el pobre animal se dio de bruces contra la pared, cayendo desmayado.
Ella rió, acercándose al jabalí para comprobar que seguía respirando, por lo que se quedó tranquila. Tomó un lirio de cristal, mirándolo con detenimiento, era tan hermoso. Sin embargo, recordó que Aether le había regalado uno, por lo que simplemente lo apretó en su mano, destrozándolo, y no bastando con eso, lo dejó caer al suelo para pisarlo con enojo.
Suspiró pesado, encontrándose con geoculus, se le hacía tan bonito, lo tomó en su mano y el mismo perdió sus alas, había muerto. Ella se abrumó un poco ya que pensó que su maldición se había roto, recordando a la luciérnaga que tocó y murió casi al instante.
Al ver su mano, se percató que la joya que quedó en su mano era realmente bonita, así que sonrió, guardándosela en un bolsillo.
<<Quizá la muerte no siempre represente algo malo>> Se dijo a sí misma.
Aether y Paimon venían hacía ella, viendo al susodicho, ella solo chistó, seguía enfadada con él, pero no había nada que pudiera hacer al encontrarse Paimon con él, pues sí que quería pasar tiempo con la pequeña.
-Me está viendo feo. -Susurró el muchacho, mientras se encontraban lejos.
-Es obvio porqué, ¿todavía te extraña, tarado? -Igual susurró ella. -¡Shinkaku! -Gritó la pequeña, alegre, mientras movía su mano hacia arriba.
-Paimon, ¿te gustó el desayuno que te hice?
-¡Por supuesto, estuvo delicioso! Hum, Paimon no puede imaginar una vida sin la comida de Shenhe, nunca te vayas, por favor. -Lloró ella, abrazándose a la mujer.
-Claro que lo haré, y si no puedo, te lo diré abiertamente...yo no soy de esconderme cosas importantes. -Lo último lo dijo con enojo, mirando a Aether, quien solo desvió los ojos a otro lado.
-O-oye, Shenhe, ¿hay algo en particular que quieras hacer hoy?
-Sí, cualquier cosa que no tenga que ver contigo, así que Paimon, vayamos a recolectar algunas flores, ¿te gustaría que te hiciera una corona? -Sonrió ella de manera dulce, al final de todo, Paimon era para ella una especie de hermana pequeña...por lo que trataría de tenerle un buen trato.
-¡Claro que sí! -La pequeña vio a Aether. -¡Aigh...me-mejor no, Paimon tiene cosas que hacer... ¡m-más vale darle a esos impuestos!
-¿Pagas impuestos? -Shenhe claramente no le creyó.
-¡P-por supuesto...a-así que los dejo solos, Shenhe, te pido de favor que hables con Aether, él me dijo que tiene algo muy importante por decirte! -El hada se fue volando con un saco de Moras entre manos, lo que la hizo sonreír. -Jeje, hora del segundo desayuno. -Claro que estaba más que contenta.
El silencio era evidente, aparte de que estaban incomodos, Aether no sabía qué hacer o qué decir...pues apenas la pequeña se fue, Shenhe le dio la espalda, sin tener intensión de escucharle, simplemente se fue caminando, ignoraría la petición de su amiga.
-Shenhe, espera.
-Lo siento, pero yo no espero a nadie que no me habla claro, ¿qué harás? ¿Decirme lo mismo de ayer?
El mago del abismo, que tenía forma humana, se despertaba al haberse quedado dormido detrás de una de las chozas que había en la zona, por lo que al ver de quién se trataba, solo sonrió, pues sería un premio gordo.
-Me acobardé, lo admito, todos fallamos, todos cometemos errores, eso nos hace humanos, pero remediarlos, nos hace más que humanos.
-¿Y cómo lo remediarás? Ah, ya sé, invitándome una comida y diciéndome que me quieres mucho. Aether, por favor, no hay disculpa que...
-Te amo...estoy enamorado de ti Shenhe, después del baile, cuando nos vimos en el puerto. Ya sabía que eras una mujer hermosa, pero...esa noche ni siquiera pude dormir por lo fuerte que hacías latir mi corazón. ¿Sabes por qué tenía miedo? Porque si me rechazabas, ¿qué pasaría? ¿Te irías de mi lado? ¿Nuestra relación sería igual? Intenté dejar de amarte...no pude, así que si quieres abofetearme y decirme que no quieres verme nunca más...lo aceptaré, no podré estar tranquilo ya que rompería mi promesa a Preservadora.
Él cerró los ojos, poniéndose las manos en la espalda, se notaba nervioso a leguas, realmente era complicado, no sabía qué pasaría, por lo que al sentir una mano en su mejilla, supo que todo estaba perdido, quizá sería para apuntarle bien al objetivo.
Al sentir otra mano en su mejilla, la cosa se le hizo ahora sí extraña, y al parecerle que algo se unía a sus labios, la cosa no le causó más impresión, salvo cuando abrió los ojos. Shenhe estaba agachada, besándolo en los mismos, ella tenía los ojos cerrados.
Después de todo, no era el primer beso que se daban, sabían cómo hacerlo, y fue cuando él reaccionó, que la alegría de la muchacha se fue hasta las nubes, sonriendo mientras daba ese beso.
Sin embargo, apenas terminó, ella le dio un golpe que lo dejó mareado.
-¡¿Y eso por qué?!
-¡Me hiciste sentir mal, pensé que jugabas conmigo! De cualquier forma... -Le besó la mejilla golpeada. -También me gustas...por eso me molesté mucho, creí que los besos, las palabras bonitas, todo lo que habíamos hecho era algo sin importancia para ti, y para mí fue algo maravilloso, algo que me hizo sentir, incluso con los hilos de preservadora, no sabes lo feliz que me hiciste, y ahora solo quiero decir hasta que me canse que yo...te amo.
-Y yo a ti, linda. -Ambos se volvieron a besar, y mientras estaban distraídos, el mago abrió un portal, al atravesar el mismo, volvió a su forma del abismo.
Iba volando a toda prisa, lo que tenía en manos era información, casi literalmente, recién salida del horno, y aparte sería de lo más útil.
Lumine vigilaba el entrenamiento de sus tropas personalmente, estaba rehaciendo su plan, pero de cualquier forma quería que sus oficiales estuvieran bien formados, eso le garantizaría la victoria al menos en Liyue, que era el lugar donde todo iniciaría, y de ahí se llevaría a todo el continente, que era prácticamente su meta.
El mago llegó arrodillándose, ella le exigió que no estorbara, pero la información que tenía no podía esperar ni un solo segundo.
-Su hermano y el arma...ambos son pareja sentimental. Lo acabo de presenciar, ellos ya estaban enamorados desde hace un tiempo, pero apenas lo han admitido.
-Eso me complica mucho los planes...si Aether no fuera mi hermano, ordenaría su muerte mientras está dormido. Sigh, esto solo empeora mis planes, ¡mis tropas todavía no están listas, y el arma...! El arma no tendrá tanta efectividad si es desplegada con él libre. Es mi hermano después de todo. -Ella se acariciaba el dedo índice con el pulgar. -Seré buena hermana, le haré probar el cielo...pero si no quiere unirse a mi cruzada contra Celestia, lo haré prisionero del peor de los infiernos si se atreve a interferir en mis planes, pues después de todo, tengo la capacidad de golpearlo en cuerpo, mente y corazón. -Lumine comenzó a reír, sonreía de forma maquiavélica.
De regreso a la superficie, los nuevos novios paseaban de la mano de forma tímida, Paimon se encontraba sentada mientras comía un platón de fruta, y al verlos, simplemente supo que las cosas estaban bien, por eso es que "brindo" en su honor, comiendo más del platón que tenía frente a él.
La mejilla del muchacho estaba levemente morada debido al golpe que su contraria le dio, al final de cuentas, era solo para quitarse el enojo que tenía guardado, aunque estaba perdonado. Ambos se sentaron junto con la pequeña, a quien Shenhe le acarició la cabeza, causando que ella cerrara los ojos y reaccionara como si fuera un gato, lo que les dio ternura a la pareja.
Ambos, en la mesa, seguían con la mano tomada, tenían tantas ganas de besarse, abrazarse y decirse lo mucho que se amaban, llegaría el tiempo para eso, por supuesto que la noche era idea para que lo hicieran, ahora el mayor problema que tenían era la paciencia.
Por encargo de uno de los ancianos del pueblo, ambos fueron a recolectar flores, y es que se veían hasta tiernos, teniendo unas canastas en la sangradura de su brazo, pues la misma era necesaria para que las flores que recolectaran no se maltrataran.
Ambos fueron caminando hasta el campo tomados de la mano, especialmente por el hecho de que mientras recolectaran flores, quizá no podrían hacerlo. Una pareja de ancianos los vio y supo de inmediato que eran novios, simplemente sonrieron, y les desearon lo mejor, se notaba a leguas que eran los primeros días de noviazgo, aunque claro, lo que ellos no sabían es que...no llevaban ni una hora.
Al poco rato, Aether vio un lirio de cristal, era realmente hermoso, esa noche debía de haberse abierto, de ahí que estuviera tan bonito, así que lo arrancó del suelo, caminando silenciosamente hacía Shenhe sin que ella se diera cuenta y, apenas sintió algo en su oreja, se sorprendió.
Volteó a ver a Aether, él simplemente sonreía, su expresión cambió a una de sorpresa, así que buscó en sus bolsillos sacando su daguerrotipo, por lo que de inmediato apuntó el lente a Shenhe.
-Dame una buena sonrisa, Shenhe.
-Por supuesto que sí...mi amor. -Ella sonrió sonrojada, el muchacho quedó en blanco, pues le pareció muy hermoso que ella lo llamara así, la fotografía fue tomada, y de inmediato fue a parar a las manos de Aether, a la que le dio un beso a la misma, guardándosela en los bolsillos.
-No me separaré de esta foto. No solo porque te ves hermosa sino porque será recuerdo de nuestro primer día de novios. Sé que apenas llevamos unos pocos minutos aunque ya te digo que me gustaría que fuera para siempre.
-No eres ajeno a ese sentimiento, por lo que ojalá mantengas tu opinión, ya que yo sí lo haré. -Ella lo besó. -Sigamos recolectando flores, nos necesitan. Aunque ir a pasear a la cascada en la tarde no es mala idea, ¿o sí?
-Para nada, me suena perfectamente. -Él solo siguió en lo suyo, inmensamente feliz en su interior, aunque claro que lo reflejaba mucho.
Shenhe, por su parte, sentía cosas que nunca antes sí, que solo Aether había podido despertar, ya que realmente había sido muy niña para sentir amor antes de que Preservadora amarrara su alma, y ahora como toda una adulta, aquello no podía serle más bello.
Cuando recordaba el primer beso que se dieron esa noche, que después se volvió trágica, pero eso era aparte, ese momento fue el más hermoso para ella, y le causaba que su corazón latiera con velocidad y con amor.
El motor de su vida había sido matar a todo lo que se le atravesara, y ahora el misma se transformaba no solo en el amor que le tenía a Aether, sino el amor que ella le tenía a él, eso ahora la impulsaba.
Terminando de recolectar las flores, lo que más bien fue pronto, debido a que llenaron las canastas en poco rato, regresaron a la aldea, y como recompensa por eso, los ancianos que se las encargaron los invitaron a comer, solo que a Paimon no...ya que de lo contrario se quedarían sin comida el resto de la semana.
Platicaron al respecto de qué era para lo que necesitaban las flores, el motivo era más bien sencillo, se trataba solamente de una pequeña ofrenda para uno de los que se habían ido hacía poco, lo que sonaba lógico, así que prefirieron no indagar en lo mismo al ser algo más bien de respeto.
-Pues bien, nosotros veníamos de paseo, somos aventureros, y hemos tenido una serie de...complicaciones, así que descansar nos iba a venir maravilloso.
-Oh, la vida en la ciudad es un bullicio, qué mejor que la tranquilidad del pueblo, ¿no les parece?
-Sin duda alguna, abuela. Nos hacía falta con urgencia un descanso, y ciertamente...el primer lugar que se me pasó a la mente fue la aldea, por eso que es lejana y el ambiente es de lo más tranquilo.
-¿Ustedes están casados?
-No. -Rieron ambos.
-Llevamos apenas un día de novios...o bueno, este es nuestro primer día.
-Así que van empezando, nada mal. Realmente les esperan un montón de cosas, pero las pruebas más difíciles no son infranqueables, eso se los aseguro. Esas cosas...solo cuestan un poco más.
-Ya nos hemos enfrentando a varias de esas y hemos salido vivos, así que cualquier cosa será juego de niños.
-Eso dicen ahora por ser jóvenes...todavía deberán pasar mil suplicios. Esperemos que solo sean novecientos. -Todos en la mesa rieron.
Terminada la comida, ayudaron con los platos y dieron gracias, Paimon los esperaba mientras jugaba con unos niños, era claro que ella ya tenía hambre...era hora de su "botana" para tener calmada el hambre hasta la cena.
Shenhe no pudo evitar quedarse un rato viendo a los niños, había una chiquitina muy en especial que le recordaba a ella de niña por su cabello negro y largo, de ahí que no pudiera ignorarla. Aether, apenas se dio cuenta de eso, solo sonrió.
-Mientras yo cocino para Paimon, tú juega con ellos, sé que quieres, y aparte quizá se te dé bien.
-¡Está bien! -Sonrió ella, acercándose a los niños, quienes seguían en lo suyo. -¿Qué es lo que juegan, pequeños?
El muchacho miraba por la ventana como es que su ahora novia hacía que los pequeños se divirtieran, pues hacía que el suelo estuviera resbaloso gracias a sus poderes cryo, haciendo que los niños patinaran o se deslizaran, claro que ella los sujetaba de las manos para que no se cayeran.
Era enternecedor verla así, sin lugar a dudas, sería la mejor de las madres a pesar de no tener una idea de cómo ser una.
Quizá el hacer con ellos lo que ella deseó de niña era la razón por la que congeniaba tan bien con ellos.
Formaba figuras de hielo, se las obsequiaba a los pequeños mientras sonreía alegremente, incluso formó una gran capa de nieve para que ellos hicieran muñecos de nieve con las mismas, eso le trajo recuerdos de cuando Eula y Amber hicieron algo similar con Joel, así que simplemente sonreía.
Más de un aldeano estaba impresionado, el espectáculo formado con la escarcha y con los espíritus de hielo, que a su vez jugaban también con los niños, hacía que aquello fuera lo más maravilloso en ese pedazo de tierra.
Al terminar de comer, Paimon claramente se lanzó para jugar con la nieve, incluso organizaron una pequeña batalla con bolas de nieve, todos los niños reían y disfrutaban, lo que le alegraba mucho el alma a Shenhe, que sabía que todo eso era por culpa suya.
Sus poderes y sus manos habían sido usadas como arma para matar, pero también podían crear vida y hacer que todos estuvieran felices, ese era su mayor poder, no el de ser una máquina sin sentimientos.
Acabada la fiesta, todos le dieron las gracias a Shenhe, los niños estaban literalmente enamorados de ella, la abrazaban, seguían agradeciéndole aquel rato de diversión, ella solo les dio un beso en la cabeza a cada uno, sin dejar nunca de sonreír. Sin embargo, hizo una excepción con la niña que le recordaba a ella, tomándola del hombro para quitarse el lirio de cristal que tenía en la oreja para obsequiárselo a ella.
-Hasta luego, señorita de nieve. -La niña le dio un beso en la mejilla.
-Nos vemos después, pequeña. -Sonrió ella, caminando de la mano con Aether, Paimon volaba a su lado.
-Pues sí que se te da bien cuidar niños.
-No sé, hay algo en mí que me hace querer protegerlos, que sean felices y nunca dejen de reír, yo jamás podría hacerle daño a un niño, ni siquiera cuando era...bueno, ya sabes. Y ahora que puedo controlarme sin problemas, esa es mi meta principal en la vida.
-Es un acto muy heroico de tu parte, Shenhe. Te lo digo enserio, incluso podrías abrir una casa hogar, no lo sé. Aunque claro...no es barato y es muy desgastante, pero si fuera posible...
-Lo haría, Aether. Lo haría, y de hecho. -Shenhe lo tomó de las manos. -¿No te gustaría ayudarme con eso?
-¿Y-yo...? N-no lo sé...es muy precipitado lo que me pides, preferiría encontrar a mi hermana.
-Gracias por la honestidad. -Sonrió ella. -Y sí, nos adelantamos mucho. Por ahora cuidar de Paimon es trabajo suficiente.
-¡Oy, Paimon se puede cuidar por ella sola! Hum, Paimon no le tiene miedo a nada.
-Oh, mira, un Escarabadiablo.
-¡¿Dónde?! -Ella voló detrás de Shenhe, notoriamente asustada y temblando de miedo. Los dos enamorados rieron.
Una vez en la casa, ambos quedaron acostados durante un rato mientras leían un libro que se encontraba en la misma, por supuesto que era lo ideal para pasar el rato, aparte la cena sería algo rápido de preparar y sería ligera, ya que no había prisa alguna por eso.
Ambos se quedaron no más de media hora dormidos, no estaban abrazados, pero Shenhe se encontraba en el pecho de Aether, ambos mirando en frente, el muchacho tenía el libro en sus manos.
Paimon los vio y, en vez de decirles que ya quería cenar, solo sonrió para ella misma, dando una pequeña risita, colocándoles una manta a la vez que ella se servía un vaso de leche y un pan típico de la zona...que a los pocos segundos se convirtió en dos...y luego en tres. Al final la pequeña se comió siete panes ella sola acompañados de dos vasos de leche.
Por lo que al poco rato se quedó dormida en la sala, roncando como solo ella podía hacerlo. Realmente es raro, ya que todo indica que Paimon come su propio peso en comida, sino es que hasta un poco más.
Los enamorados finalmente despertaron, o primeramente fue Aether, que de inmediato vio la hora y supo que lo mejor era ponerse a hacer la cena, aunque para su sorpresa, vio que faltaba una bolsa de pan, había un vaso de leche en la cocina y cierta hada voladora en el sillón.
No se necesitaba ser Sherlock Holmes para saber quién había sido la culpable.
No queriendo enojarse, Aether preparó un poco de ensalada saludable y una gelatina de menta para que todo quedara bien, así como ir a comprar más leche y pan, pues estaban sin nada, la hora era buena, así que ya tenían qué cenar.
Shenhe se despertó a los pocos minutos, percatándose que Aether no estaba, y al despejarse y salir del cuarto, lo buscó por todos lados de la casa, Paimon se encontraba ahí...dormida, así que preguntarle si sabía era inútil.
Cuando entró por la puerta, la cosa se le aclaró, así que tras una sonrisa rápida, ambos cenaron y se lavaron los dientes mientras compartían el baño, lo que era la primera vez que lo hacían. Se podía decir que era, casi a la perfección, una pareja de recién casados.
Al terminar, ahora se cambiaron estando los dos presentes en la habitación, ya se tenían cierta confianza de sobra, así que no les costó trabajo alguno, por eso es que apenas estuvieron listos, se acostaron abrazados, dándose el beso de las buenas noches, cerrando los ojos.
Ambos entreabrieron el ojo izquierdo a la vez, parecía que estaban conectados ante lo que iban a decirse.
-Oye... -Dijeron a la vez. -T-tú primero... -Repitieron lo mismo, riendo de forma confusa. -¿Nos damos otro beso? -Casi parecía que tenían las un guion el cuál repetían de forma perfecta.
-E-está bien... -Respondió Shenhe, sonrojada. Aether le dio un beso en la mejilla para continuar a los labios, lo que fue tranquilo por unos pocos segundos, ya que el beso subió de tono, las caricias no se hicieron esperar tampoco.
-Te amo, te lo había querido decir desde hacía muchísimo tiempo, no tienes una remota idea.
-Yo también a ti, Aether, lo que siento por ti me hace tan feliz, me llena el corazón, lo tuve vacío toda mi vida, y solo hasta que te conocí sé de verdad lo que es sentirme amada.
-Y eso que apenas vamos comenzando, Shenhe. -Siguieron su beso por unos segundos. -No quiero separarme de tu lado un solo segundo, quisiera estar siempre contigo, la aventura me llama pero tú, tú eres lo más importante de mi vida.
-Iré a donde tu vayas, mientras no nos separemos nunca está bien.
La noche se les fue entre besos, caricias y palabras sinceras de amor, cuando se dieron cuenta, el sol estaba saliendo, lo que les causó una enorme sorpresa. En su primer día de novios, pasaron toda la noche besándose sin detenerse más que para decirse lo que sentían.
Eso mismo les causaba una gran risa de alegría a sabiendas de que ahora las noches que pasarían juntos serían completamente diferentes y mucho mejores de lo que de por sí ya eran para ambos.
Lo único malo de todo es que amanecieron cansados, por obvias razones, pero todavía con la suficiente energía para pasear un rato más y desayunar bien, Paimon estaba llena de energía mientras que ellos caminaban más bien lento debido al cansancio acumulado de no dormir en toda la noche.
De todos modos, no se arrepentían para nada, era algo que les había gustado mucho. Terminado todos los pendientes que tenían, ambos decidieron que lo mejor era dormir, no pasaría de medio día, y aun así durmieron hasta las 3, solo para comer, ese descanso, si bien pequeño, les sirvió para reponer un poco de energía hasta la noche, que era lo ideal.
No siendo raro, ambos durmieron abrazados ese rato, incluso tomados de la mano, lo que era muy lindo también. Apenas despertó Shenhe, sonrió, dándole un beso en los labios a Aether, el mismo lo despertó, por lo que apenas lo hizo, él reaccionó bien al mismo, abrazándola con más ahínco.
Las vacaciones todavía eran largas...
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uwu
Seguramente este capítulo ya muchos lo estaban esperando por pues ya el ship principal es pareja, jeje, y después de 13 capítulos, así es uwu wow, nunca pensé que me alargaría tanto con la historia. Bueno, ya ni modo xd
En fin, creo que no tengo mucho que comentar, salvo que espero que les haya gustado este cap que, como digo, seguro fue muy esperado por todos desde un comienzo y aquí lo tenemos, espero que haya valido la pena esperar tanto :'v
Nos vemos el lunes, la cosa estará ay 7u7 no diré nada al respecto, solo que vayan preparándose para una sorpresita, pues la verdad la historia se pondrá más intensa a partir de ahora, lo digo en varios sentidos, en realidad.
Siempre tuyo:
-Arturo.
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