Chapter VII: "It's All Right"
—Seguridad…
Con el reloj marcando apenas las once de la noche, varios guardias de seguridad comenzaron a entrar a una de las habitaciones de huéspedes de la mansión Myoui con mucha discreción porque la fiesta seguía en el salón de aquella casa.
Habían llevado al Joven Tuan —que se encontraba inconsciente—, a una de sus muchas camionetas blindadas en espera de órdenes por parte del señor de la casa, Myoui JunTa.
Chaeyoung, se encontraba en una orilla de la cama, mientras veía todo el movimiento que hacían los hombres del señor Myoui, y de Mina, en todo caso. De entre las tantas cosas que hacían, limpiaban el desastre de la habitación y habían llamado a un par de enfermeras bastante jóvenes. La más alta de ellas, era pelinegra y tenía un flequillo perfectamente recortado, ojos grandes y hermosos, mantenía su cabello en un moño perfectamente hecho y había revisado con total amabilidad a Chaeyoung. La otra con una piel bastante pálida, ojos bastante rasgados y cabellos castaños amarrados en una coleta, se encontraba curando los nudillos de ambas manos de Mina.
Y hablando de Mina, se encontraba en otra orilla de la cama pero sentada en el piso. Mantenía los ojos cerrados y sus dedos pulgar y medio acariciando sus sienes tratando de calmar el intenso dolor de cabeza que sentía. La enfermera miró de reojo a su paciente mientras pasaba delicadamente un algodón con agua oxigenada por los nudillos de su mano derecha. Comenzó a vendar rápidamente su mano después de desinfectar sus heridas.
—Sus manos están bien, Señorita Myoui. Le daré un par de desinflamatorios y mañana estará bien, ¿hay algo más en lo que pueda ayudarla?
—Tengo dolor de cabeza… —dijo Mina.
—Se debe a que la adrenalina salió por completo de su sistema, es normal ¿siente mareos o dolor de estómago? —La enfermera preguntó y sacó una lámpara e inmediatamente la pasó por las pupilas de Mina, para comprobar si tenían reacción normal.
—No, nada de eso —Se talló los ojos.
—Entonces su dolor pasará en unos minutos, puede experimentar dolor en los músculos e insomnio, pero sólo será por un rato. Si siente algo más no dude en llamarme —Le dio su tarjeta—. Mañana por la mañana se sentirá mejor, señorita Myoui —Se levantó y se sacudió polvo inexistente en su uniforme—. Si no necesita nada más, me retiro.
—Muchas gracias —Se despidió Mina pero recapacitó y la frenó antes de que se fuera, levantándose—. Disculpe, ¿se aseguraron de que la señorita Son está bien? —susurró.
La enfermera llamó a su compañera que se encontraba esperándola en el marco de la puerta. Ella volteo y rápidamente atendió. Mina notó que la más alta miraba a la enfermera embobada desde antes que la llamara.
—Buenas noches, señorita Myoui —dijo ella y sonrió nerviosa.
—Momo, la señorita Myoui pregunta por el estado de la señorita Son —Le susurró la castaña, y la chica que respondía al nombre de “Momo” comenzó a informarle.
—La señorita Son está libre de lesiones, no se preocupe, pero si fuera usted —Volteo a ver a Chaeyoung con discreción—, iría a ofrecer mi hombro.
Mina asintió y les dio una reverencia en agradecimiento. —Gracias por el consejo, y por cuidar nuestras heridas, Momo y… ¿cuál es su nombre? —preguntó a la enfermera que la atendió.
—Kim Dahyun...y Hirai Momo.
—Hirai Momo y Kim Dahyun, muchas gracias por sus servicios.
—Con permiso, señorita Myoui —Dijeron en unísono, dieron una reverencia y se retiraron.
Mina miró a Chaeyoung con pena, y comenzó a acercarse lentamente hacía ella. La chica estaba sentada y distraída mirando fijamente sus manos.
La japonesa se detuvo frente a ella y con su dedo índice acarició con delicadeza el dorso de su mano para llamar su atención. La pequeña volteó hacia arriba encontrándose a una Mina completamente avergonzada que se hincaba de rodillas entre sus piernas sin soltar su mano.
—Yo, de verdad lo…
—No digas nada. —La cortó y sostuvo sus mejillas con ambas manos—. Gracias, Mina… —Se acercó hasta pegar su frente con el mentón de Mina—, no sé qué hubiera pasado si no hubieras llegado —susurró y Mina suspiró de alivio, besó su frente y luego se separó para sentarse entre sus piernas.
Inmediatamente Chaeyoung comenzó a jugar con su cabello mientras Mina tenía la mirada perdida en algún lugar de la habitación, recargaba su cabeza en el vientre de la más pequeña.
—No sé qué hubiera hecho si… —Su mandíbula tembló.
—Ya olvídalo, Mina… —Negó con la cabeza—. Estoy bien, tú estás bien, vamos a superar esto. —Se agachó y besó su sien—. Lo juro —dijo contra su piel y después la abrazó por los hombros.
Mina disfrutó lo más que pudo del contacto, incluso se recargó más en ella para estar cerca y cerró los ojos. Tomó una de las manos de Chaeyoung que estaban alrededor de sus hombros y la llevó a sus labios besando su palma para después entrelazar sus manos.
—Yo te creo —murmuró la más alta—. Siempre lo hago.
El patriarca japonés se encontraba mirando aquella escena desde el marco de la puerta. Había subido enseguida que sus hombres avisaron del incidente, ahora se encontraba hablando con sus jefes de seguridad.
—¿Dónde está él? —preguntó con seriedad en voz baja.
—En una de las camionetas de abajo, está inconsciente. Lo bajamos con total discreción por la puerta trasera. —Le informaron.
—Llévame con él.
—Por aquí, señor. —Señaló el pasillo y JunTa lo siguió dándole un último vistazo a su hija.
Bajaron hasta el estacionamiento privado de la casa, y lo guiaron hasta una de las muchas camionetas que había. Uno de los guardias abrió la puerta para él y ahí se encontraba Mark, con la cara a reventar, incluso aún tenía restos de su propia sangre.
El señor Myoui hizo una mueca de asco y después soltó una risa. —Eso sí que debe doler… —Los presentes de ahí intentaron contener sus sonrisas lo más que pudieron pero finalmente se rieron discretamente—. Ya, cierra la puerta.
—¿Qué hacemos con él, señor?
—No lo sé… —Se quedó pensando—. Creo que ya aprendió la lección, sólo déjenlo a un par de calles cuando despierte y díganle que… —Relamió sus labios—, si lo vuelve a hacer, no lo dejaré ir como hoy —Pasó una de sus manos por su cabello y se acomodó el saco—. Muchas gracias por su trabajo, chicos.
Después de eso, JunTa se retiró de ahí para ir a ver a su hija, ya que estaba preocupado por ella y por Chaeyoung. Subió las escaleras con tranquilidad y se dirigió a la habitación donde había pasado todo. Caminó lentamente y dio un par de toques en la puerta que estaba entreabierta.
Al recibir el suave “Adelante” por parte de su hija, abrió la puerta por completo encontrando la más linda escena. Las chicas se habían quedado tal cual que cuando se fue, sólo que ahora Mina tenía la cabeza tirada hacia atrás y miraba con total adoración a Chaeyoung mientras ella le daba suaves caricias en su rostro.
Parecían pequeñas niñas indefensas que disfrutaban de su propio mundo y se cuidaban la una a la otra. Tal cuál cómo las recordaba…
—¿Están bien, chicas? —Pasó, cerró la puerta tras él y se recargo de espaldas en esta.
—Lo estamos —respondió Chaeyoung por ambas, sin dejar los mimos.
—Chaeyoung —La llamó JunTa—. ¿Estás bien, hija?
—Sí, todo está en orden —Le sonrió.
—Ya deberíamos irnos. —Mina se levantó del piso y estiró su mano hacía Chaeyoung y la coreana la tomó rápidamente.
JunTa iba a preguntar si les gustaría quedarse en la casa, pero teniendo en cuenta los sucesos, ni siquiera lo dijo.
—Bien, las llevó al coche. —Trató de sonreír y abrió la puerta—. Vamos.
Juntos caminaron con la máxima tranquilidad que podían. Chaeyoung sostenía a Mina del brazo mientras caminaban por el estacionamiento. La japonesa sacó sus llaves y abrió su coche.
—Gracias por todo, papá… —Soltó delicadamente de Chaeyoung y abrazó a su padre. JunTa acarició su cabello y le dio suaves caricias en la espalda.
—Todo está bien —Se alejó—. Ve, necesitan descansar.
Chaeyoung tomó la mano de Mina y se acercó para darle un beso en la mejilla a JunTa sin soltar a la japonesa.
—Muchas gracias por todo… —susurró antes de separarse.
JunTa no pudo responder porque después de eso, Chaeyoung jaló a Mina hacia el coche, se montaron en él y salieron del estacionamiento con Mina en el volante.
La mayor condujo por la puerta trasera de la casa —que era generalmente usada para entrar y salir por el personal que trabajaba ahí—, pero aún así tenía que rodear por fuera para poder dirigirse a una de las avenidas por las cuales podía llegar a su hotel, pero cuando dio la vuelta, visualizó en la esquina de la casa de sus padres a dos chicas muy cariñosas, así que disminuyó la velocidad.
Cuando estuvo a una distancia prudente pudo reconocer a las enfermeras que las habían atendido hace apenas una hora con sus uniformes aún puestos.
Hirai Momo y Kim Dahyun estaban demasiado melosas junto a una motocicleta. La más alta sonreía con sus manos en los bolsillos de su chaqueta mientras esquivaba los labios de la rubia y esta, abrazaba a la pelinegra del flequillo por su cintura con las manos debajo de su casaca negra. Parecía realmente querer acercarse a ella.
Mina se detuvo un momento a mirar lo que ocurría a lo que Chaeyoung preguntó: “¿Qué sucede?”
—Nada im-
—Espera, ¿esas no son nuestras enfermeras? —La cortó rápidamente Chaeyoung, levantándose un poco del asiento y entrecerrando los ojos.
—Sí —Mina también entrecerró los ojos—. Me acercaré un poco…
—Ten cuidado o nos descubrirán —susurró Chaeyoung y se sentó correctamente.
Mina aceleró, acercándose un poco más, hasta incluso podían escuchar lo que decían, sólo que las enfermeras estaban demasiado ocupadas en su mundo como para darse cuenta.
“Señorita Kim, sabe muy bien que no podemos hacer esto aquí… ”, dijo Momo aún moviéndose y Mina solo se agachó más, tratando de prestar atención a sus palabras. Chaeyoung abrió la boca de impresión al darse cuenta de lo muy provocativo que sonó eso.
“Dame una buena razón por la que no”, se escuchó la voz de Dahyun. Mina y Chaeyoung lograron ver que dejó de luchar con Momo cuando no dijo nada, mejor se separó, se soltó el cabello y con enojo dejó caer sus brazos a sus costados. “Mejor me voy…”
Chaeyoung rápidamente negó en silencio y se mordió el labio inferior por frustración, esto era como ver una película o un buen drama. Cruzó los dedos para que la del flequillo hiciera algo que evitará que la castaña se fuera, pero no se esperó lo que pasó.
Apenas se escuchó un: “A la mierda los demás” antes de que Momo jalara con brusquedad a Dahyun y estrellara sus labios en los suyos, sosteniendo sus mejillas para que no se alejara.
Dahyun siguió el beso con intensidad y fue ahí cuando Chaeyoung tuvo que cruzar las piernas discretamente por lo candente y fogoso que se estaba poniendo todo, mientras que a Mina le comenzaron a sudar las manos y miró hacia otro lado con vergüenza, lamentándose por ser tan entrometida y tener que ser testigo de algo tan personal como aquello, además de que su mente estaba haciéndole jugadas muy tentativas sobre dejar de ser cobarde y atreverse así como lo había hecho Momo.
Después de un par de minutos que se le hicieron eternos a las chicas del coche, Momo y Dahyun se quedaron sin aire, dando la señal de que tenían que separarse. La castaña se acercó al oído de Momo y pareció susurrarle un par de cosas mientras pasaba un brazo por sus hombros y comenzaba a acariciar su cuello, mientras que con su otra mano entrelazaba sus dedos, la estaba seduciendo, y en cuestión de un minuto, subieron a la motocicleta.
Dahyun soltó una carcajada cuando Momo la apresuró para ponerse el casco, parecía tener mucha prisa. Cuándo lo hizo, por fin se fueron, dejando a Mina y a Chaeyoung como espectadoras de todo.
—Creo que… Deberíamos irnos… —dijo Mina.
—También lo creo…
Seamos sinceros todos, ninguna de las dos aguantaría mucho tiempo después de eso.
[…]
Dos hombres altos y musculosos estaban bajando de su camioneta a un hombre menos fornido en una esquina no muy lejos de la mansión Myoui. Mientras que un tercer hombre estacionaba el coche de aquel joven golpeado que estaban dejando por ahí.
El tercer hombre se bajó del auto y con él trajo una botella de alcohol, que seguidamente dejó a lado del hombre que yacía en el piso sufriendo por sus heridas.
Los otros dos hombres sólo miraban.
—Yo que tu le daría un trago —Se rió el hombre fornido y recibió una mirada cargada de odio, sólo que no pudo notarla por la oscuridad de la noche y los ojos morados del joven—. Espero que entiendas que es una advertencia…
Otra mirada con odio.
—Es la primera y última vez que usted toca a un miembro de la familia Myoui, incluyendo a la señorita Son. La próxima vez no habrá advertencia, sólo consecuencia —Les dio una mirada a los otros dos hombres y estos subieron a su camioneta—. Tiene nuestros ojos encima, señor Tuan. Tenga cuidado. No vuelva a pisar esta casa…
Por último, le aventó sus llaves y caminó tranquilamente hacia la camioneta, donde se subió y arrancó con tranquilidad.
Mark tomó la botella que estaba sellada y la abrió para darle un gran trago y pasarlo sin más. Sus ojos exigían llorar, su cuerpo le dolía y no tenía fuerzas para levantarse.
Dío un trago más para darse el valor de levantarse, pero al intentarlo cayó por el peso de su cuerpo.
Si alguien lo viera ahí podría tragarse que en ese momento era indefenso y frágil, pero ustedes y yo, incluso él, sabíamos que se había ganado esa paliza.
—Hasta a mi me duele verte así —Le dijo un joven—. Pareces un niño perdido, Mark.
Y ahí estaba el dueño de sus ganas de dejarse caer. Todo un hombre, con valores, el alma pura y belleza extrema.
—Déjame ayudarte… —Se agachó y tomó las llaves, quitó la seguridad del coche y las guardó en su pantalón. Después levantó a Mark y rodeó con su brazo su cintura para mantenerlo en pie—. ¿Lo merecías? —preguntó y empezó a caminar con él. Mark asintió.
—Está bien. Estoy seguro de que aprendiste la lección — susurró y rió un poco. Con su mano libre abrió la puerta del copiloto y lo sentó—. Vamos a curarte eso —dijo antes de cerrar la puerta y rodear el auto para también entrar.
Mark no dijo nada más, solo admiraba como aquel joven conducía. Estaba seguro de que no iba a preguntarle más, pero se aseguraría de que estuviera bien antes de dejarlo solo.
Ninguno de los dos dijo nada durante el viaje al apartamento donde vivían Mark y Chaeyoung, además él estaba seguro de que ella no volvería esta noche, o tal vez, nunca…
El caballero al volante estacionó el coche en la entrada del edificio, pero ninguno de los dos bajaron. Ladeó su cabeza y miró a Mark, sin sorprenderse de que este llevaba rato mirándolo. Levantó su mano y la acercó a su pómulo morado e hizo el afán de revisarlo, cuando la verdad es que solo quería tocarlo. Protegerlo.
—Te metes en tantos problemas, Mark… —dijo apenas en un susurro sin alejar su mano—. Dime lo que pasó.
Mark negó con los ojos llorosos, realmente se sentía avergonzado, aunque no lo crean.
—Será a tu tiempo, entonces…—Intentó darle una sonrisa, después se bajó del coche y lo ayudó a bajar, luego se adentraron a él edificio y subieron con cuidado al apartamento.
—¿Dónde están tus llaves? —preguntó.
—E-en la bolsa… D-de mi saco… —Trató de decir.
El joven miró a Mark un momento antes de deslizar una de sus manos por su costado e introducirla al bolsillo interno de su saco y sacar sus llaves, luego introdujo la correcta en la cerradura y entraron al departamento, lo dejó recostado en el sofá y fue a buscar —aunque no conocía el apartamento— algo con que curar las heridas de Mark.
Fue hasta el baño, teniendo que pasar forzosamente por la habitación que imagino Mark y Chaeyoung compartían. No husmeo, sabía que la vida de Mark ya no era de su incumbencia, no desde hace dos años…
Entró y buscó en las repisas detrás del espejo algunos calmantes y alcohol, encontrándolos al instante. Caminó de nuevo a la sala de estar, y encontró a Mark en la misma posición en la que lo había dejado. Lucia… Destrozado por dentro.
—Tengo las cosas para curarte… —Trató de llamar su atención, Mark solo asintió. Él solo se movió y se sentó en la mesa de centro que había, quedando justo en frente de Mark—. Acércate.
—C-creo qu-que puedo hacerlo so-solo —Intentó levantar su mano pero el joven paró sus movimientos.
—Relájate, Mark. Lo haré yo… —dijo serenamente y cumplió su palabra. Con delicadeza pasó el algodón repleto de alcohol por sus heridas, ensuciando este de sangre rápidamente pero limpiandolas.
El algodón pasó por todo su rostro, e incluso tuvo que usar varios limpios para volver a pasarlos por sus heridas. Entre las cosas que encontró en el baño trajo una pomada para golpes, ya que no dudaba que Mark tuviera por todo su cuerpo.
—¿Puedes sacarte la camisa y el pantalón? —preguntó y Mark lo miró confundido—. Seguro tienes más heridas… —Mark asintió y trató de levantarse, pero fue en vano porque volvió a caer, le dio una mirada suplicante a su acompañante, que rápidamente lo ayudó, aunque no solo a levantarse, sino también a desabrochar los botones de su camisa —encontrando así varios moretones por todo su torso y espalda—, así como sacar esta y seguidamente su pantalón. Al terminar y dejar su ropa a un lado volvió a recostar a Mark en aquel sofá.
—Voy a ponerte eso —Señaló la pomada—, y después te llevaré a la cama.
Tal como dijo, cubrió cada uno de sus moretones con ese ungüento café para después vendar completamente su torso y espalda. Al ver que Mark estaba a punto de caer dormido, decidió levantarlo con cuidado y llevarlo hasta su habitación, tarea que no fue muy fácil debido a que el joven Tuan era un poco pesado, aunque estuviera en buena forma. Con cuidado lo dejó en su cama boca arriba, y abrió el armario para buscar una manta para cubrirlo ante la fría noche —aunque en otro lugar no era para nada fría—, encontrándose con ropa femenina, la cual aseguraba que era de la esposa de Mark y le recordaba que aquel matrimonio disfuncional e infeliz había hecho sufrir a cuatro personas, incluyendolo a él.
Al escuchar que Mark estaba intentando hablar, el joven tomó la manta y cerró el armario, cubrió a Tuan y le acomodó mejor las almohadas.
—¿Necesitas algo más? —preguntó.
—N-no…
—Entonces —Hizo una pausa, indeciso—, creo que debería irme…
Intentó levantarse pero Mark tomó su mano, no fue un agarre fuerte pero si fue lo suficiente para detenerlo.
—Que-quédate… Por favor… —Lo miró suplicante.
Dudó, pero al final desistió ante su mirada.
—Bien, me quedaré —Se levantó, pero solo para rodear la cama y acostarse junto a él. Y lo miró… Después de dos años lo miró de verdad.
—Mark… —susurró y acercó su mano a sus labios, y los acarició con sus dedos.
El nombrado se acercó un poco más a él como pudo, ya casi no había distancia, y sus narices se acariciaban e igualmente lo miró como sólo lo miraría a él en su vida.
—HyunJin… —susurró también—, gracias —dijo antes de juntar sus labios en un suave y casto beso. Ambos jóvenes cerraron los ojos al sentir los labios que tanto habían extrañado. Sólo que Mark se quedó dormido después de eso y HyunJin lo siguió después de abrazarse a él, tratando de no lastimarlo. La noche para ambos, ya no sería fría.
Irónicas las cosas, ¿no?
[...]
Después de la fiesta y el contratiempo vivido es esta, Mina y Chaeyoung se encontraban subiendo por el ascensor hacia la habitación de hotel.
Chaeyoung se encontraba más relajada y a Mina se le habian pasado por completo los efectos de la adrenalina. Ninguna había vuelto a hablar desde que habían estado en el coche. Las chicas se encontraban bien, aunque ambas estuvieran sumidas es sus pensamientos.
La más pequeña repetía constantemente la escena de ella y Mark en aquella habitación de la mansión Myoui. Mentiría si dijera que no la había afectado, pero estaba consciente de que se encontraba a salvo y podía estar casi segura de que no volvería a pasar.
Si bien de lo que sí estaba segura de que Mark era uno de los perros de su padre, y que en el momento que la lastimó, no era porque realmente lo deseara. Su padre había influido bastante. Lo demostró cuando no pudo hacer lo que se “proponía”. Podríamos decir que Mina lo detuvo, y así fue. Pero en sus ojos se reflejaba temor, la forma en la que hablaba sonaba casi desesperada, sabía que no podría hacerlo, pero lo intentó porque sentía el deber de cumplir con su padre.
También había estado pensando en Mina, y en lo mucho que sufrió al ver que era lastimada, no quería que ella se sintiera culpable, no por salvarla.
—Yo, voy a dormir en el sillón… —Mina se quitó el saco y lo dejó en el sillón, mientras intentaba sonreír—. ¿Necesitas algo?
—Sí, que duermas conmigo —Se atrevió a decir Chaeyoung atrevió a decir—. No dejaré que duermas en el sillón.
Mina lo pensó por un momento, no sabía si debía negarse…
“Ella te necesita ahora”
—Está bien… —No le quedó más remedio—, vamos. ¿Quieres ducharte? —Comenzó a caminar a la habitación.
—Sí, por favor. —Suspiró Chaeyoung y Mina se volteó para verla.
—¿Te encuentras bien? —Acarició su mejilla—.
—Todo está bien si estoy contigo, Mina —Se abrazó a ella y escondió su rostro en el cuello de la más alta—. Gracias por volver…
—No dejaré que nadie más te dañe. Jamás… —susurró y acarició su cabello. La coreana se separó un poco y la miró a los ojos.
Chaeyoung estaba segura. La necesitaba. La deseaba. La amaba...
—Límpiame, Mina.
Hey, ¿cómo están? Espero que bien, yo aquí les traigo la actualización :)
¿Qué dicen? ¿Les va gustando? Realmente espero que sí.
Quiero darles las gracias por todos sus comentarios bonitos, votos y todos esos ánimos que me dan de seguir actualizando, ya que cómo sabrán, soy muy insegura y más con esto, pero estoy dando lo mejor de mí para que esta bella historia continúe.
Quiero mandarle un saludo a lex1997sil, Str4wberryChaeng-, 123SxT, MyBlackSwan_5, NarCom7u7 y a Adllby que se leyeron mi historia en menos de una hora y votaron en todos los capítulos, l@s quiero mucho, gracias por su apoyo, les dedico éste capitulo:)
También quiero darle un saludito especial a dreaming-out-loudd por siempre apoyarme y ser tan buena conmigo, te amo mucho, gracias por los siete meses, de verdad✨
Si les gusta el 2yeon pueden ir a apoyarla en su nueva historia Filming a Lifetime:
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Pasen a leerla que es buenísima, les encantará, de verdad, si van, díganle que van de mí parte jsjsjs. En su perfil está la historia.
Sin más que decir les doy las gracias, en serio, realmente espero que estén bien, tengan buena salud y se estén cuidando, espero les haya gustado el capítulo del día de hoy, si es así no olviden votar, comentar y seguirme. Se los agradecería mucho más.
Cuídense, tomen agua, los quiero y nos vemos el próximo lunes...
-B. A. F.
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