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Chapter III: "Do It"

Después de darle un resumen de toda su mañana a su fiel amiga, Mina estuvo esperando todo el día el mensaje que confirmaba su cita con Chaeyoung. Estaba ansiosa. Quería verla de nuevo. Y sobra decir que se sentía como una adolescente enamorada.

Estuvo hablando con Nayeon por un rato, hasta que cortaron la llamada porque su amiga americana tenía que dormir, debido a que aquel horario de doce horas de diferencia no era favorable para mantener una conversación de crisis durante horas.

La noche cayó y, mientras Mina pedía su cena por el teléfono del hotel, una música pegajosa comenzó a sonar desde una esquina del tocador, proveniente de su teléfono celular. Sin titubear, le dijo al camarero que llamaría más tarde y que por ahora, cancelaría su orden. Enseguida colgó y se acercó al tocador para tomar su teléfono. Al ver el nombre en la pantalla, no dudó ni un solo segundo en contestar.

-¿Hola? -dijo la voz al otro lado y Mina, sin poder evitarlo, se le comenzó acelerar el corazón.

-Hola.

-¿Mina?

-Sí, así es. Yo... Creí que me enviarías un mensaje, no esperaba tu llamada.

-Sí, bueno, yo...

-Pero me alegra escuchar tu voz -La cortó.

-A mí ta-también -Sonrió-. Creo que, quería confirmar nuestro almuerzo.

-Está bien.

- -Mina quería preguntar, necesitaba hacerlo para poder decirle algo que ansiaba desde que la volvió a ver.

-¿Y... tu esposo? -Se rascó la nuca.

Sobra decir que a la pequeña le sorprendió la pregunta. Pero sabía que la más grande no tardaría en hacerlo. Suspiro mientras pensaba en qué decir.

-E-él no ha llegado. Aunque no creo que tarde demasiado -Explicó. Realmente temía que Mina se molestara por hablar de Mark, pero se sorprendió.

-Supongo que nos vemos mañana, ¿no?

-Sí, eso creo -dijo.

-Estoy ansiosa -Soltó Mina y rápidamente se tapó la cara avergonzada por lo que acababa de decir a pesar de que nadie la estuviera viendo.

-No esperaba menos -Rió.

-Siempre fuiste muy modesta, ¿lo sabías? -También rió.

-También estoy ansiosa, Mina -Y la mencionada dejó de respirar. Era el momento.

-Chaeyoung -Le tembló la voz.

-¿Si? -Se mordió el labio y se pasó unos mechones sueltos detrás de su oreja. Que su nombre saliera de los labios de Mina era maravilloso. Su voz era delicada pero un poco rasposa, en ese momento la sentía por todo su cuerpo.

-Te amo.

Mina quería decirlo y a pesar de que debían hablar primero para así al menos permitirse sentirlo, no podía, solo deseaba que Chaeyoung lo supiera. Y por parte de la más baja, aunque no planeaba escucharlo tan pronto, le encantaba poder saberlo.

Pero le hubiera gustado perderse en sus labios cuando lo dijo.

-Yo también te...

-¡¿Chaeyoung?! -Sin terminar de responder, Chaeyoung le dio un vistazo a la puerta de su departamento, encontrando a Mark un poco despeinado.

-Mark, él acaba de llegar.

-Deberías colgar. Te veo mañana, Chaeyoung.

-Hasta mañana -Y colgó, dando un largo suspiro, poniendo inconscientemente el teléfono en su pecho con las dos manos.

Se hubiera quedado así por un buen rato, si no hubiera sido por Mark, que la abrazó por detrás y comenzó a besarle el cuello. Sería estúpida si pensaba que estaba sobrio, ya que el olor que desprendía decía lo contrario.

-Esta mañana te veías hermosa, bebé.

Chaeyoung asqueada se separó bruscamente, y empezó a caminar a su habitación, dejándolo solo en el comedor.

-Ahora no, Mark.

Pero estaba equivocada si pensaba que se iba a escapar tan fácilmente de él, pues esta vez Mark no se iba a quedar callado.

-¿Ahora no? -La agarró del brazo y la volteo bruscamente-. ¡¿Ahora no?! Siempre dices lo mismo.

-Simplemente no me apetece -Le dijo-. Y no vuelvas a hablarme así.

-¿Quién rayos te crees para pedirme que no te hable así? -Se acercó a ella-. Solo eres una simple mujer, que tiene suerte de estar casada conmigo. Te doy todo, una buena casa, ropa de marca y el dinero te sobra a montones, a parte de eso todavía le salvé a tu padre su miserable negocio. ¡¿Y tú no puedes acostarte conmigo o tener hijos?!

Sería mentira si dijera Chaeyoung que no se cuidaba de quedar embarazada. Aparte de que odiaba la idea de acostarse con alguien más que no fuera Mina. Su Mina, quien en una noche de pasión había sido dueña de su primera vez y de quien esperaba también de las demás noches. Así que no, no quería tener la descendencia de un hombre como Mark, al que solo le importaba el dinero y el poder, al igual que su padre.

-Si tienes tantas ganas de acostarte con alguien, ¡entonces ve con una prostituta! Yo no estoy para satisfacerte y créeme, tampoco me importa si te quitas las ganas con alguien más. Porque tu diminuta existencia, no hace gran diferencia en mi vida. ¡Tus deseos a mi no me importan! -Le gritó.

Mark, algo confundido y con el orgullo herido, levantó su mano, dispuesto a proporcionarle una reprimenda, pero se quedó corto, porque al final no pudo hacerlo.

-¿Ibas a golpearme? -Rió amargamente, las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos-. Hazlo -Lo retó-. Vamos, aquí estoy -Se acercó decidida y lo empujó por los hombros, haciéndolo caer-. Que lo hagas no hará ninguna diferencia de lo que siento por ti. Yo voy a seguir odiándote de la misma manera y si es posible, aún peor, que la primera vez que te conocí. Que me case contigo. Que tuvimos nuestra luna de miel. Que me mude contigo. Que me abofeteaste por estar ebrio. Que llegaste a mi vida.

El hombre estaba perplejo, y no le quedó de otra más que arrastrarse al sillón más cercano, con una Chaeyoung muy molesta de brazos cruzados frente a él. Seguramente pasaría la noche en aquel sillón o en la habitación de huéspedes y todo por su bocota. Prefirió no decir nada más y terminó por bajar la cabeza.

-No sé si lo recuerdas o no, pero mañana vamos a ir a una fiesta. O, al menos yo iré, quisiera que no fueras para así no tener que verte la cara, pero no puedo detenerte ya que eres mi esposo y, se supone que somos felices y que nos amamos, ¿no es así? -dijo con sarcasmo-. En la mañana voy a ir a almorzar con una amiga y le pediré que me lleve a la fiesta.

Chaeyoung se alejó un par de pasos firmemente, hasta que por fin la voz de Mark la detuvo.

-¿Quién es tu amiga? -La vaciló, sonriéndole falsamente.

-Myoui Mina, la hija del señor Myoui.

Esas palabras hicieron que se le borrará la sonrisa. Miyou Mina era muy respetada por negociadores de América y hacer un trato con ella la beneficiaría muchísimo. Pero si ella era muy amiga de Chaeyoung y esta le hablaba mal de su matrimonio, podría no resultar el plan que acababa de formular en su diminuta cabeza.

-Lo lamento -susurró.

-Sé lo que intentas, pero créeme, ella ya te odia y ni siquiera le he hablado de todo el odio que te tengo yo a ti, pero sé que lo sabe.

-¿Qué significa eso? -Se paró bruscamente, pero inmediatamente cayó al suelo por el mal equilibrio-. ¡¿Qué significa eso?!

No tuvo respuesta, porque Chaeyoung lo dejó hablando solo en la sala. Ella, sin embargo, se encerró en la habitación principal, marcando rápidamente al número de Mina. Apenas sonó una vez y esta ya había contestado.

-¿Chaeyoung? ¿Todo bien?

-Sí, claro. Lamento si ya estabas dormida.

-No, estaba viendo algo en televisión.

-Oh, está bien -Se permitió tomar un respiro-. Mina...

-¿Si?

-¿Podemos cambiar un poco los planes?

Mina temió que cancelara y que aquello tuviera que ver con su esposo. Así que no se abstuvo de preguntar.

-¿Pasó algo con tu esposo y te pidió cancelar? -Chaeyoung sonrió, era probable que pensara eso.

-No, no pidió cancelar, pero si pasó algo. Me preguntaba si podrías pasar por mí, más temprano y... si podrías llevarme a la fiesta de tu padre -Se mordió el labio.

-Está bien -Tragó saliva, pensando dos veces lo que iba a decir-. Si quieres puedo ir por ti, justo ahora...

Recibió como respuesta una pequeña risa y sin duda para ella aquello fue hermoso.

-No quiero ser una molestia. Además, ya es un poco tarde. Tendré que declinar tu propuesta, por esta vez.

-No lo eres, pero como prefieras -Suspiró.

Silencio. Uno intermedio entre lo cómodo y lo contrario. Ambas estaban deseosas de poder hablar del tema pendiente, y ahora más por la declaración que había hecho Mina hace un rato. Era una incertidumbre para Chaeyoung no poder contestarle como quería, pero tendría que esperar, tal vez, solo un poco más.

-Mina, yo...

-Sé lo que dirás -La cortó-. Y también que me apresure. Deberíamos esperar hasta mañana. ¿A qué hora pasó por ti?

Chaeyoung, derrotada; suspiró y cerró los ojos, respiró un par de veces en silencio y habló.

-¿A las ocho es muy temprano?

-No, está bien. Pasaré por ti a las ocho.

-Muchas gracias, en verdad.

Mina solo sonrió, esto le recordaba muchas cosas, momentos muy hermosos y dignos de permanecer para siempre en su memoria.

-No me agradezcas.

-Me gustaría no hacerlo, pero es que de verdad lo aprecio.

-Deberías dormir. Es tarde y recuerda que pasaré temprano por ti.

-Está bien -Se mordió el labio-. Descansa, Mina.

-Tu también, Chaeyoung.

Después de aquella repentina llamada, Chaeyoung le envió la ubicación de su departamento para que pudiera llegar al otro día. Ambas se acostaron esperando ver a la otra en la mañana y que esta, llegará muy pronto.

[...]

Mina abrió sus ojos apenas sonó el despertador. Eran las siete. Poco a poco se sentó en su cama y se estiró un poco antes de levantarse. Tomó un baño y se alistó. Su abrigo del día anterior, una camiseta blanca de manga corta, que aún así se arremangó, con un estampado que decía "New York, 199X" y unos pantalones de mezclilla, junto con un par de tenis blancos le bastaron, ya que no traía mucha ropa y no iba a usar su traje para esta noche. Sí, traje. Pero los detalles más tarde.

Se amarró el cabello en una rápida coleta y tomó sus cosas. Ya eran más de las siete y si no se apresuraba no llegaría a tiempo para pasar por Chaeyoung a las ocho en punto. Bajo a la recepción y pidió que le trajeran el coche que su padre había dejado cuando hizo la reservación, según él por si llegaba a ocuparlo o sencillamente para llegar a su fiesta esta noche.

Apenas tardaron unos minutos en traer el auto. Un BMW negro. Sí, bueno, su padre era empresario y esto solo era un pequeño lujo, uno de tantos que tenía.

Sin más, se subió al coche y comenzó su viaje al apartamento de Chaeyoung, hasta que vio un café, que por suerte tenía autoservicio. Miró brevemente su reloj de pulsera, asegurando que tenía tiempo para llegar. Se formó y la atendieron rápidamente, compró un par de barras de cereal, galletas de chocolate, dos sándwiches de "la especialidad"-que confiaba que estuvieran recién hechos-, y dos cafés medianos. Lo que le extrañó fue que cuando iba a pagar el chico de la caja le guiñó el ojo, haciéndola poner una cara de asco inmediata que no se preocupó en ocultar. El chico algo ofendido le tendió su cambio y cuando le entregó sus cosas Mina habló.

-Gracias, ahora sé que nunca volveré a comprar aquí -Le sonrió burlona y arrancó su auto. Bastó unos minutos para que estuviera aparcando justo al frente de donde vivía la chica de cabello corto.

Miró por un segundo el reloj en su muñeca y suspiró aliviada, siete con cincuenta y ocho minutos, había llegado a tiempo. El viaje no fue largo, nada en realidad, pero si no se hubiera desviado habría llegado antes y eso la haría ver como una desesperada. Haber comprado café fue la mejor opción, le dio un sorbo a este y esperó un poco para enviarle un mensaje a Chaeyoung que ya había llegado. Cuando lo hizo, la más pequeña no tardó ni dos minutos en bajar, realmente no quería estar en casa.

Chaeyoung salió del edificio y no vio a nadie, envió un mensaje a Mina diciendo que no la veía, pero se sorprendío, ya que ella salió de un BMW negro y se recargo en este, cruzandose de brazos.

Iba vestida con un pantalón de mezclilla y una camiseta negra que hacía ver su piel más blanca de lo que ya era, y unos tenis converse del mismo color mientras sostenía un suéter negro en sus manos.

-Hola -Sonrió Mina.

-Hola -dijo mientras movía su mano.

-¿Sorprendida? -Se acercó a ella y le tendió la mano, la cual gustosa aceptó Chaeyoung. Mina la guió a la puerta del copiloto, abriéndola a su paso para que ella entrara.

-Un poco, creí que no tenías coche aquí en Seúl -Entró a este.

-No lo tengo -Le dijo y cerró la puerta, rodeó el coche y abrió su propia puerta, entrando sin titubear.

-Mi padre me prestó el coche desde el día que llegué por si lo necesitaba, o en todo caso, para que llegara a su fiesta -Explicó y Chaeyoung le sonrió.

-Ya veo.

-Pase por una cafetería antes de venir -Se volteó y le tendió la bolsa, que estaba en los asientos de atrás-. Compre café, sándwiches y snacks, come algo, porque tal vez el camino sea un poco largo y comeremos hasta más tarde -dijo mientras prendía el auto.

-¿Y a dónde vamos que el camino es un poco largo? -preguntó, sacando al mismo tiempo un sándwich de jamón y queso y otro de pollo, dándole inmediatamente el de pollo a Mina, sabiendo inconscientemente que ese era para ella.

Pequeños detalles demostraban que seguían conociéndose a la perfección y que estaban en sincronización sin saberlo.

-A Gwangalli Beach -Sonrió.

-¡¿De verdad?! No he ido ahí desde la última vez.

Mina bajó la cabeza y se rió avergonzada, puesto que la última vez que fueron a la playa, la pasaron de maravilla.

Flashback

Era miércoles. Y uno de los encuentros a escondidas de Mina y Chaeyoung se llevaría a cabo aquella tarde de verano, pero los planes que tenían se vieron interrumpidos por una inesperada plática entre JunTa, el padre de Mina y esta misma. Trató todo lo que pudo para apresurar lo que más pudiera esa conversación, pero fue en vano, puesto que su padre tomó inconscientemente -o eso creía- el tiempo que Mina dedicaría a Chaeyoung.

Ambas creían que no se verían esa noche, pero Mina no podía aguantar otro segundo sin ver a la más pequeña, desesperada se coló en la habitación de Chaeyoung en la madrugada y la convenció de ir a la playa tan tarde.

A escondidas salieron por la ventana de la casa de la más pequeña y se fueron en el auto que la más grande tomó prestado de él garaje de su padre y que estacionó dos casas antes de la de Chaeyoung para que cuando arrancará, no se oyera tan fuerte y fuera menos sospechoso.

Cuando llegaron a la playa pasearon, se besaron, y abrazaron, se hablaban al oído y sobre sus labios. Estuvieron no más de una hora porque cuando las cosas se pusieron más intensas, se metieron al coche e hicieron de todo en la parte de atrás de aquel auto, dejando salir sonidos muy sugerentes que se escuchaban por toda la playa.

"¡Mina, por dios!"

"Chaeyoung..."

Cuando quedaron exhaustas, Mina estaba encima de Chaeyoung recostada en su pecho, sentían una inmensa tranquilidad, era simplemente perfecto estar con la otra. Chaeyoung trataba de acomodar el desordenado cabello de Mina.

A Chaeyoung le encantaba que Mina estuviera recostada en su pecho, escuchando los latidos de su corazón. Era su posición favorita.

-Mina...

-¿Hmm? -Ronroneo contra su pecho.

-Te amo -Sintió como Mina sonreía y le daba un pequeño beso, alzando la cabeza segundos después.

-También te amo -dijo sonriendo y le dio un pequeño beso en los labios-. Tanto que prometo que cuando termine la universidad y tenga trabajo... te pediré matrimonio, no me veo en un futuro formando una familia con alguien que no seas tú, Chaeyoung.

-Yo tampoco -Se acercó a sus labios, estaban tan cerca que se rozaban. Se hablaban entre susurros.

-¿Entonces eso es un "Sí, Mina. Me quiero casar contigo."?

-Sí -dijo antes de morder su labio inferior y asentir al mismo tiempo.

-Entonces practiquemos la Luna de miel, una vez más -Chaeyoung soltó un pequeño grito que fue sustituido por risas y besos apasionados.

Fue una noche descontrolada, pero muy hermosa. Estoy segura de que ambas lo recordaban como la mejor noche de su vida después del día en que se conocieron.

Sobra decir que llegaron a sus casas casi amaneciendo. Mina pensaba que nadie se había dado cuenta de que había salido, pero su padre la había escuchado salir y entrar, teniendo razón al pensar que si ocupaba su presencia todo el día, escaparía en la madrugada. Las salidas clandestinas de su hija se habían hecho constantes, pero no le dijo nada. JunTa había sospechado desde hace unos meses lo que pasaba, no estaba molesto, lo dejó pasar ya que solo quería comprobar si era verdad lo que él pensaba.

Ambas chicas esa mañana se acostaron con una sonrisa antes de que sonara el despertador.

Fin del Flashback

Las dos chicas rieron recordando todo lo que pasó, hasta que Mina decidió hablar.

-Lamento haberte raptado esa noche -dio un sorbo a su café y lo dejó en el portavasos del coche. Se sorprendió cuando Chaeyoung puso su mano sobre la suya para enfatizar más lo que iba a decir.

-Fue una noche maravillosa -dijo mirándola directamente a los ojos.

-Lo sé.

Se miraron por unos segundos, hasta que Mina decidió que ya era hora de irse. Sin querer separar sus manos, entrelazó sus dedos con los de Chaeyoung.

Con todas las ventanas abajo, el aire por todos lados y la canción Sweater Weather de The Neighbourhood a todo volumen por la carretera, Chaeyoung sacó su cabeza por la ventana, viendo la ciudad y disfrutando aún más la compañía. Tan solo había visto a Mina cuando pasó por ella y ya había olvidado toda su molestia que había vivido la anterior noche. Quería vivir así todos sus días. Tal vez por fin lo lograría.

Mina le dio un vistazo a Chaeyoung, que estaba cautivada por el paisaje fuera de la ventana, y sonrió volviendo a poner atención al camino.

Si fuera por ella la llevaría a Estados Unidos, aunque sus padres no estuvieran de acuerdo y vivirían la vida que siempre desearon.

Cuando llegaron a la playa se quedaron un momento ahí, en silencio, recordando aquel momento que vivieron en la playa que parecía ya muy lejano e imposible, pero que era real.

Mina se sentía cargada de muchas emociones, si no se controlaba, bien podría terminar explotando y consigo teniendo un ataque de ansiedad. Cerró los ojos mientras sostenía con ambas manos el volante, aunque el coche ya estaba aparcado y se permitió dejar salir un par de lágrimas que no pasaron desapercibidas por la más pequeña, que cuando intentó auxiliarla, Mina abrió la puerta y salió del coche, rodeo este para llegar a la cajuela, sacando de ella un par de toallas que le habían prestado en el hotel.

Chaeyoung aún no había salido del auto, estaba doblando su suéter. Mina cerró la cajuela y la ayudó a salir, la tomó de la mano y la guió hasta la orilla del mar, extendiendo su toalla en la fina arena de aquella playa con Chaeyoung imitandola y sentándose finalmente la una a lado de la otra.

Ninguna de las dos quería tocar el tema, querían disfrutar el tiempo con la otra, pero podría ser la primera y última oportunidad que tendrían para hablar de lo que había pasado y de lo que podría llegar a pasar.

Ambas se encontraban mirando el puente Gwangan, abrazando sus rodillas, hasta que Mina decidió bajar su mano a la arena justo donde estaba el pie de Chaeyoung, que la miraba atentamente dándole una sonrisa tierna, que volvía completamente loca a Mina, pero no dijo nada. Mina no se quedó ahí y comenzó a subir por la pierna de esta hasta llegar a sus manos entrelazadas, separándolas sin mucho esfuerzo, tomó la mano derecha de Chaeyoung y la llevó hasta su boca, regalándole un pequeño beso a su dorso. Volteó inmediatamente su mano para dejar a merced su palma, pegando sus labios una vez más contra su piel, atrayéndola a ella un poco y haciendo un recorrido de besos por todo su brazo desnudo hasta que llegó a su hombro, y gateó un poco hasta quedar sentada tras ella. Como aún sostenía su mano, hizo que Chaeyoung la pusiera en su propio cuello, haciendo que ya no hubiera mucha distancia. Su pecho se recargaba en la espalda de la pequeña y viceversa. Mina mantenía su barbilla sobre el hombro de Chaeyoung mientras la abrazaba por detrás.

Estaban demasiado cerca, entonces Mina empezó a pasar su boca por el hombro de Chaeyoung -que mantenía los ojos cerrados desde que Mina se había sentado detrás de ella-, sobre su camiseta y le dio pequeños besos por toda esa zona, incluso en su cuello y en el comienzo de su mandíbula, dejó de abrazarla un instante con el brazo derecho para que con su mano pudiera acomodar un par de mechones tras la oreja de Chaeyoung, cuando terminó, se arriesgo un poco y acercó sus labios hasta esta, decidiendo por fin algo respecto al tema.

-¿Qué hay que hablar, Chaeyoung? -susurró y escuchó un suspiro de la contraria cargado de un poco de excitación, al mismo tiempo que dejaba caer su cabeza en el hombro de Mina, dejando a su merced su propio cuello. La más alta aprovechó esto y le dio más besos.

Esto podría hacerse pasar por una escena erótica, pero no es así. ¿Se anhelaban? Por supuesto. Pero esto no es sólamente lo físico, aunque lo parezca, sus almas estaban teniendo un reencuentro y todos esos sentimientos prohibidos obligados a guardarse en su interior por esos dos años, estaban permitiendo encontrarse en ese momento. La pasión y el amor les estallaba como fuegos artificiales con cada roce o toque que se daban. Se sentían llenas. Completas. Y si esto era solo el reencuentro de sus almas, el de sus cuerpos sería muy intenso.

Ya que Mina dejaba besos por la piel expuesta de Chaeyoung, esta decidió aprovechar el momento y giró su cabeza hasta que sus narices se acariciaran, abrió sus ojos y se encontraron con una mirada llena de amor y deseo, instintivamente se mordió el labio inferior y se acercó lentamente un poco más mientras que en su mente, se repetía el mismo pensamiento:

"Hazlo, Mina. Hazlo. Hazlo. Hazlo. Bésame..."

Una misma palabra en dos contextos diferentes.

Los labios de ambas se rozaban y si a alguna se le ocurría decir la más mínima palabra, sus labios habrían tenido el contacto que ambas deseaban.

Y sí, "habrían", porque el teléfono de la más pequeña sonó en el momento menos oportuno. Avergonzada, deshizo el abrazo y todo el contacto que mantenían o el que iban a tener. Se levantó y sacó su teléfono de su bolsillo y vio al culpable de su interrupción, una que no sabía si era buena o mala, porque era probable que el asunto no se quedará en un simple beso. Mark. Mark Tuan.

Se alejó un par de metros de Mina para poder contestar y cuando estuvo a una distancia prudente, deslizó su dedo por la pantalla y se pegó el teléfono al oido. Oido al que Mina susurró. ¡Dios!.

-Dime, Mark -contestó secamente.

-Hola, bebé -Sonaba avergonzado y, tal vez arrepentido. Sabía que estaba fingiendo para arreglar las cosas y llegar a la fiesta como la pareja del siglo.

-¿Para qué me llamas? -preguntó con notable impaciencia.

-Quiero hablar antes de la fiesta -dijo y Chaeyoung rio sarcásticamente.

-Hay dos problemas -dijo-. Uno; estoy ocupada y obviamente no quiero hablar contigo, y dos; sé lo que tramas, no funcionará, Mark. Llegarás solo a la fiesta.

Le colgó y Mark al escuchar aquel tono, se puso eufórico y lanzó el teléfono contra la pared, dando bocanadas de aire muy fuertes, gritó por la desesperación, tomó su chaqueta y salió del apartamento.

Mientras que en la playa, Chaeyoung se quedó viendo el puente hasta que escuchó a Mina hablándole desde donde estaba sentada en la arena.

-¿Era él, no? -preguntó y ella asintió.

-¿Qué pasó anoche? - volvió a preguntar y Chaeyoung se acercó, dando pasos lentos hasta sentarse de nuevo entre sus piernas.

-Peleamos, por el mismo tema de siempre -Explicó brevemente.

-¿Y cuál es? -La abrazo.

-Que no le doy lo que quiere, que no tengo hijos y que no sirvo como mujer -Recostó su cabeza en el pecho de Mina, y está solo sonrió incrédula.

-Seguro -Bufó-. ¿Te ha golpeado?

-Pocas veces, pero sí. No pasa de bofetadas. Le molesta que conteste las estupideces que dice. Anoche iba a hacerlo, pero le dije un par de cosas que lo dejaron... -Se pausó, buscando la mejor palabra-, pensando, creo yo.

-Ya veo -dijo Mina, mientras se pasaba una mano por el cabello-. ¿Cuánto tiempo vas a seguir así?

-No lo sé, él y mi padre son capaces de muchas cosas. No creo que haya salida.

Mina se quedó pensando, mirando hacia el mar como si este le fuera a dar la idea que más necesitaba en ese momento. Debía encontrar una salida para Chaeyoung, o dejarla a salvo antes de que se fuera. No dejaría que la dañarán, ni tampoco la dejaría ir.

No otra vez.

Espero les haya gustado, no olviden de tomar agua.

Por favor, no se olviden de votar y de seguirme si les gusta, se los agradecería mucho ✨

Que tengan buena mañana, tarde, noche, y los conozco, incluso madrugada xdxd. Cuídense, los quieroooooo:)

-B. A. F.

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