9. Confrontación.
Todavía 2 de Agosto de 1986
La tarde en el centro comercial realmente había servido para despejar su mente de cualquier pensamiento que pudiera comerle la cabeza; sin embargo, era casi imposible ignorar el dolor en su pecho que le atacaba cada tanto y que sabía se trataba de la verdad queriendo escapar de su interior y es que TaeHyung era conocido por siempre compartir las cosas que le aquejaban con sus amigos, si no era con todos al menos HoSeok y YoonGi definitivamente se enterarían.
—Te ves un poco pálido— dijo HoSeok, poniéndole una mano en la frente —¿Estás bien?
El rubio asintió, regalándole una sonrisa tranquilizadora y HoSeok aceptó aquello, aunque no muy convencido.
—¿Quiénes irán a la pijamada? — preguntó JiMin con curiosidad, atrayendo la atención de su mejor amigo.
—Yo, por supuesto— le sonrió muy a fuerzas, pero intentando no hacer decaer el ánimo del rubiecito —Y YoonGi tiene que venir.
El pelinegro asintió.
—Yo debo volver a casa— dijo Areum haciendo un puchero —Mis papás y la mamá de NamJoon tendrán una noche de juegos o algo así y debemos estar presentes.
El rostro de NamJoon también se distorsionó en una mueca de inconformidad, pero asintió confirmando las palabras de la pelinegra.
—De verdad queríamos ir, pero para la próxima pijamada haremos hasta lo imposible por ir.
JiMin le sonrió de manera tranquilizadora, él no se sentía despreciado por aquello pues por primera vez en la vida sabía con seguridad que sus amigos querían asistir y no estaban poniendo una terrible excusa para no aceptar.
—Yo debo ayudar a mi papá— se quejó HyeJin —Finalmente va a mover la heladería aquí al centro comercial y debo ayudar a empacar. Si termino temprano ¿Aún puedo pasar por tu casa?
—Por supuesto.
—Entonces solo seremos nosotros cuatro— comentó TaeHyung girándose para mirar a YoonGi y HoSeok, quienes asintieron con entusiasmo —Son casi las seis, deberíamos irnos ya para poder ver el capítulo de hoy de la "La dimensión desconocida"
Se despidieron poco después de eso, acordando por petición de Areum organizar otra pijamada a la que pudiese asistir. YoonGi no llevaba su auto por lo que debían ir en bicicleta hasta la casa de JiMin que quedaba casi hasta el otro extremo del pueblo, lo que les tomaría cerca de quince minutos.
TaeHyung había tomado el autobús por lo que se montó con JiMin en la bicicleta, HoSeok hizo lo mismo con YoonGi y anduvieron con sumo cuidado de no causar un accidente, lo cual les tomó algunos minutos extra, pero al final terminaron por llegar a casa del rubio sin mayor inconveniente.
—Tu casa es muy bonita, JiMin— murmuró HoSeok una vez acomodaron las bicicletas en el porche.
—Muchas gracias— le sonrió el rubio, sacando del bolsillo frontal de su mochila el juego de llaves.
Detrás de la puerta pudo escucharse el característico sonido del olfateo de un animal, seguido de unos imponentes ladridos que hicieron que HoSeok pegara un brinco del susto y se refugiara detrás de TaeHyung.
Los ojos de Tae brillaron al escuchar los ladridos resonando en el interior de la propiedad, inmediatamente buscó la mirada de JiMin y el rubiecito le sonrió con entusiasmo.
—¿Es Maurice? — preguntó ilusionado, recibiendo un asentimiento.
TaeHyung había escuchado y también leído suficientes anécdotas sobre el cachorro como para crear un vinculo en su mente con él; según Tae, Maurice iba a amarlo en cuanto lo conociera pues sabría que su cariño hacia JiMin era enorme y genuino.
Pero cuando su amigo abrió la puerta el enorme golden retriever, luego de abalanzarse sobre su dueño y lamer sus mejillas mientras este lo acariciaba, corrió hasta YoonGi, moviendo su cola de un lado a otro mientras golpeaba juguetonamente con su hocico las piernas del pelinegro, quien no tardó nada en acariciarlo haciendo una voz chillona que siempre usaba cuando hablaba con animales.
El agarre de HoSeok sobre los hombros de TaeHyung se aflojó y aunque no lo soltó completamente, su rostro buscó el del rubio, pidiendo una explicación al respecto; sin embargo, él se veía igual de confundido por aquello, así que tuvo que recurrir a mirar a YoonGi como esperando una explicación.
El pelinegro se irguió y se aclaró la garganta sin decir una sola palabra, ignorando olímpicamente a HoSeok y a TaeHyung quienes parecían querer leerle la mente con aquellas miradas.
—Maurice, ven— JiMin tiró con firmeza del collar del perro y lo colocó frente a sus otros dos amigos —Él es Hobi y él es Tae, di hola.
Como si pudiera entenderle a la perfección se paseó entre las piernas de ambos adolescentes, buscando mimos que no tardó en encontrar pues los dos pares de manos ansiosas se apresuraron a acariciar con ternura la cabeza de Maurice.
—Que lindo chico, eres un chico muy lindo— canturreó HoSeok mientras rascaba detrás de su oreja.
—Gracias— le dijo YoonGi de forma burlona, dándole una palmada en la espalda.
—Tú no— se quejó TaeHyung mirándolo con severidad —Tú eres un mal chico, malo.
YoonGi rio bajo, pero dentro de sí que aquellos dos se le iban a lanzar al cuello con preguntas para conocer cada detalle y él debía estar preparado.
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La madre de JiMin les había dejado todo lo necesario para preparar burritos, cosa que los cuatro muchachos agradecieron profundamente pues para cuando llegaron, sus estómagos pedían a gritos ser alimentados.
Ahora, con un poco menos de ruido a su alrededor, TaeHyung parecía estar pensando demasiado respecto a JungKook, quizás era porque había sido inevitable no pensar en él cuando tuvo frente a sí el enorme frasco de mantequilla de maní, estaba seguro que se había sonrojado al verlo.
—Terminamos justo a tiempo para ver el programa— dijo JiMin victorioso, llamando la atención de TaeHyung que le sonrió ampliamente —Llevaré estos abajo ¿Pueden ayudarme con las bebidas y las papas fritas?
TaeHyung se apresuró a tomar algunas de las cosas y siguió a JiMin en el trayecto al sótano, con los otros dos chicos detrás de él. JiMin encendió la luz al bajar las escaleras y varias exclamaciones de asombro salieron de los labios de los tres invitados.
El lugar estaba perfectamente decorado, aún había algunas cajas apiladas por aquí y por allá, seguramente cosas de la mudanza que no habían terminado de desempacar. En medio del lugar se encontraban un par de sofás lo suficientemente grandes para que el grupo entero cupiera, de igual forma había algunos cojines decorativos acomodados perfectamente en el suelo buscando ofrecer más lugares de descanso.
—Este lugar es increíble— murmuró TaeHyung, dejando las cosas que cargaba en la mesa de centro.
Maurice entró detrás de ellos apenas unos segundos después, echándose en alguna parte del sótano, esperando que alguno de los cuatro chicos fuera generoso y compartiera con él una porción de su burrito.
HoSeok y YoonGi se sentaron en el sofá, acomodándose a sus anchas mientras JiMin colocaba el canal en la televisión.
—¡Está empezando! — exclamó HoSeok.
TaeHyung únicamente se sentó cuando su anfitrión lo hizo también.
El resto de la tarde transcurrió con normalidad, pero mientras los minutos corrían el ardor en el pecho de TaeHyung parecía acrecentarse. Pronto los minutos se hicieron horas y ni siquiera el dulce pastel de fresas que la madre de JiMin les había llevado había logrado hacer que se deshiciera de ese extraño sabor amargo en su boca. Tenía una extraña necesidad de compartir los sucesos del día anterior con sus amigos, aunque no terminaba de decidir si aquello era lo correcto o no.
—¿Tú y Hye están bien? — preguntó YoonGi, sacando a TaeHyung de sus pensamientos
Al principio pensó que estaba hablándole a él, pero cuando fue consciente de su alrededor supo que obviamente estaba dirigiéndose a HoSeok.
—¿Por qué no estaríamos bien? — preguntó el castaño frunciendo el ceño
—Bueno, ustedes se la viven pegados, cuando dijo que no vendría supuse que irías con ella— se encogió de hombros
Los dos rubios asintieron estando de acuerdo con las palabras del rockero.
—Estamos bien, pero su papá me odia en estos momentos— comentó jugueteando con sus dedos sobre la alfombra en donde estaba sentado.
—¿Por qué? — preguntó TaeHyung intentando involucrarse en la conversación.
El rostro de HoSeok se tornó rojo y soltó una risita antes de tomar el valor necesario para contar la historia.
—Sucedió hace unos días; había ido a la farmacia con JiWoo porque tenía que recoger algunas cosas para Hye y por casualidad me encontré a su papá, así que le dije que estaba ahí para comprar algunas pastillas para el dolor de garganta para su hija. Ese fue mi error— negó con la cabeza y luego prosiguió —Él se ofreció a pagar y cuando le dijeron que eran veintiún dólares le resultó exagerado el precio.
—¡Y lo es! — exclamó JiMin —¿Veintiún dólares por pastillas para la garganta? ¡Es muchísimo!
—La cosa es que no eran pastillas para la garganta, Chim— se lamentó el aludido, recibiendo una mirada confundida por parte del rubiecito —El doctor leyó la receta en voz alta y el papá de HyeJin se enteró que estaba ahí para recoger las pastillas anticonceptivas de su hija.
Las carcajadas de YoonGi no se dejaron esperar y HoSeok le golpeó en el hombro sin lograr que dejara de burlarse de él. JiMin parecía genuinamente sorprendido y TaeHyung intentaba por todos los medios aguantar la carcajada que amenazaba con salir.
—¡Eso debió ser tan incómodo! — dijo YoonGi haciendo una mueca aún sin dejar de reír —¿Qué dijo?
—¿Crees que me quedé a averiguarlo? Salí corriendo tan rápido como pude.
Esta vez TaeHyung se permitió soltar la carcajada, recibiendo como respuesta un cojín lanzado a su cara con fuerza que únicamente lo hizo reír más.
—Lo mejor será que esperes hasta que se le pase el enojo o lo olvide— propuso TaeHyung.
—¿Olvidarlo? Si yo tuviera una hija jamás olvidaría eso— se burló YoonGi a lo que JiMin soltó una risita
—Gracias por el apoyo.
Entre sus risas, pudieron escuchar a la madre de JiMin bajar por las escaleras y pararon con los comentarios por respeto.
—Traje sus bebidas— dijo la pelirroja dejando la bandeja en la mesa de centro —Leche tibia con miel para HoSeok y Tae y un café para YoonGi, es una mezcla nueva que incluiremos en el menú de la cafetería así que espero que te guste
—Gracias, Sylvie— le sonrió con calidez el pelinegro, y es que siempre le causaba algo el amor maternal.
—No es nada— le dio unas palmaditas en la espalda —Para ti traje tu leche caliente, cariño— le habló a JiMin.
—Muchas gracias, mamá.
—Luego de que acaben sus bebidas vayan a dormir ¿De acuerdo? — todos los adolescentes asintieron —Hay bolsas de dormir y mantas en el armario, pero si necesitan algo más pueden decirme.
—Muchas gracias, Sylvie. Dormiremos en seguida— le dijo TaeHyung antes de despedirse de ella.
Definitivamente entendía porque su mejor amigo era tan dulce.
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—¿Qué carajos es eso? — preguntó HoSeok frunciendo el ceño
TaeHyung se miró de arriba abajo y frunció el ceño, mirando a HoSeok con confusión.
—Mi pijama— dijo como si fuera algo obvio
—Eso es un vestido— arrugó la nariz y recibió un golpe por parte del rubio
—¡Es un camisón! — se quejó TaeHyung arrancando unas risitas de los labios de su amigo —Y es super cómodo, para tu información.
—Es un vestido de la noche — declaró HoSeok encogiéndose de hombros, al tiempo que se recostaba en su lugar designado —Buenas noches para todos.
—Buenas noches para ti también— dijo TaeHyung, sacándole la lengua en cuanto cerró los ojos.
El rubio se acomodó dentro de su bolsa de dormir y cuando cerró los ojos, una ola de miedo le invadió; pero no era miedo a la oscuridad o algo parecido, era miedo a quedarse solo con sus pensamientos, la imagen de JungKook volvía a aparecer en su mente y esta comenzaba a correr tan rápido que terminaba llevándolo a lugares oscuros, creando para él los peores escenarios.
—Chicos— susurró en la oscuridad luego de unos minutos, esperando que alguno de ellos estuviera despierto.
—¿Sí? — los tres respondieron al unísono, haciéndolo sonreír.
TaeHyung jugueteó con sus dedos por un par de segundos y finalmente se armó de valor para hablar.
—JungKook y yo nos besamos en la fiesta— dijo, su voz apenas un susurro que fue claramente comprendido por sus acompañantes
Por unos segundos el lugar se quedó en completo silencio, los cuatro conteniendo su respiración.
Lo siguiente que se escuchó fueron unos pasos apresurados que se detuvieron un segundo antes de que la luz del sótano se encendiera.
—¿HICIERON QUE COSA? — gritó JiMin, cubriéndose la boca inmediatamente después, esperó un par de segundos para comprobar que su madre en el piso de arriba no lo había escuchado y cuando supo que estaba a salvo se lanzó junto a TaeHyung —¿Cómo?
Los otros dos se incorporaron, mirándolo con los ojos brillando por la curiosidad mientras esperaban a que TaeHyung hablara nuevamente.
—¿A qué te refieres? — preguntó HoSeok incitándolo a seguir.
—¿Cómo que a qué me refiero? — cuestionó frunciendo el ceño —¡Nos besamos!
—A ver, a ver, ve despacio y por partes ¿Cómo pasó eso? — YoonGi se pasó una mano por el rostro, intentando alejar todo rastro de cansancio.
—Bueno... Estábamos en la cocina, bebiendo agua. — se giró para mirar al pelinegro— Fue después de que entraras por la rebanada de pizza... Dijo que quería hacer algo pero que no quería ser una mala persona, le dije que no podría serlo y luego... se acercó y me besó.
JiMin soltó un gritito de emoción que hizo sonreír a TaeHyung, quien se encontró a sí mismo más emocionado de lo que hubiera esperado.
—No estoy entendiendo nada ¿JungKook no es heterosexual? — preguntó HoSeok severamente confundido —¿Por qué te besó? No entiendo nada.
—¿Crees que yo sí? — lloriqueó TaeHyung —No entiendo por qué lo hizo, no sé si estaba demasiado ebrio, si eso fue un reto, una equivocación...
—JungKook no se embriaga fácilmente— puntualizó YoonGi, recibiendo miradas curiosas por parte de los otros —Lo conozco cuando toma, es necesario que tome muchísimo para que haga ese tipo de cosas, no me imagino el nivel de alcohol que debería haber en su sistema para que se atreva a besar a un hombre.
—¿Crees que no haya estado ebrio? — preguntó JiMin, ladeando su cabeza, YoonGi asintió, el rubiecito suspiró y regresó su atención a Tae —¿Cómo te sentiste al respecto?
El rostro de Tae enrojeció y no pudo evitar que en sus labios se dibujara una sonrisa nerviosa.
—No puedo mentir... Fue increíble. Su toque es igual o más gentil que el de mi sueño y no lo hizo una sola vez, estuvo besándome cada que tenía la oportunidad.
—Bueno... eso no suena muy heterosexual de su parte— murmuró HoSeok más para sí mismo, luego sacudió la cabeza y volvió a hablar en voz alta — Pero... Si lo que dice YoonGi es cierto y JungKook no estuviera ebrio ¿Crees que... le gustas?
Definitivamente no había sopesado aquella posibilidad porque en su cabeza no había cabida a un escenario como aquel, se sentía demasiado utópico para ser real; sin embargo, no podía negar la emoción que había inundado su corazón por un momento al escuchar aquello.
—Eso sería demasiado extraño— dijo más para tranquilizarse a sí mismo —Es decir nunca hemos sabido que a JungKook le gusten los hombres ni nada por el estilo.
—¿Y entonces por qué te besó? — insistió HoSeok —Alguna buena razón debe tener.
—¿Por qué no se lo preguntas directamente? — sugirió YoonGi, ganándose una mirada alarmada por parte de ambos rubios —No estará seguro hasta que lo escuche de labios del propio JungKook ¿Por qué no preguntarle?
—¿Y si es... todo falso? — preguntó TaeHyung sin ser consciente de la manera en que su voz había temblado al decir lo último —Ya sabes lo que pasó la última vez...
—Honestamente no creo que JungKook sea así — el pelinegro se encogió de hombros —Creo que no pierdes nada con intentar decírselo y...
—¿No pierde nada? — le interrumpió JiMin, que no parecía muy complacido con la respuesta del rockero —¿Y qué si él no recuerda nada? TaeHyung quedará mal frente a JungKook por solamente insinuar que se besaron ¿Y si todo es un plan para humillarlo? El hecho de que pregunte con tanta ilusión solamente les dará lo que necesitan.
—¿Y entonces como sabrá lo que pasó?
—Yo... No sé si quiero saber realmente — murmuró Tae —Sea lo que sea que haya pasado para que me besara, si es de importancia, él lo mencionará. Si no, lo tomaré como algo de una única ocasión.
—¿Entonces no vas a mencionárselo?
—No diré nada si él no dice nada. Es mejor así.
JiMin tenía razón, no podía arriesgarse tanto.
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4 de Agosto de 1986.
Tenía el estomago revuelto, lo tuvo durante la mayor parte del día, pero ahora que sabía que estaría a solas con TaeHyung para continuar con su proyecto se sentía mucho más nervioso. Hasta el momento no había ocurrido nada fuera de lo normal, pero sabía mejor que nunca que las cosas podían cambiar en cuanto se encontraran a solas.
Sus pies parecían pesados mientras se encaminaba a la biblioteca, había decidido que llegaría antes pues no sabía si podría caminar junto a TaeHyung sin ponerse mal, esperarlo era lo mejor, de esa forma tendría unos minutos para calmarse.
Respiró profundamente una vez estuvo sentado en una de las mesas, incluso se atrevió a cerrar los ojos por un momento.
—Hola— la voz del rubio lo hizo sobresaltarse, TaeHyung frunció el ceño, pero no dijo nada —¿Estás cansado?
TaeHyung se quitó la mochila y la acomodó en una de las sillas, desenvolviéndose con tanta soltura que logró irritar a JungKook un poco ¿Acaso el no estaba nervioso? Se relajó un poco cuando un pensamiento lo atacó ¿Se acordaría?
—Tuve la oportunidad de charlar un poco con el profesor Kim y, ¿adivina qué? Dijo que nuestro ensayo va por muy buen camino.
Definitivamente no se acordaba, por eso actuaba tan despreocupado. Se aclaró la garganta y forzó una sonrisa.
—¿En serio? Entonces lo estamos haciendo genial— el rubio asintió, evitando la mirada del presidente mientras sacaba sus cosas de la mochila —¿Qué te pareció la fiesta del viernes?
No le importaba estar forzando algún indicio de aquello, necesitaba saber algo, pero el rostro de TaeHyung seguía igual.
—En realidad la pasé muy bien... Supongo— soltó una risita después de eso — Al otro día tenía una resaca tan grande que dudo mucho que la haya pasado mal, pero no recuerdo la mitad de las cosas que pasaron.
Oh.
Entonces de verdad no recordaba nada de lo que había pasado, una extraña sensación de molestia se instaló en su pecho y su mente se perdió por algunos minutos.
Estaba sopesando las posibilidades, su primera opción era olvidarse completamente de aquello y seguir su vida como lo había hecho hasta ese momento; sin embargo, había algo en un pequeño rincón de su mente que le gritaba a todo pulmón que no soltara el hilo al que ya había logrado aferrarse y que siguiera tejiendo con él la red de conocimiento acerca de su propio ser.
Y la verdad era que no quería soltarlo, no ahora que parecía tan emocionado con la idea de seguir descubriéndose.
Bien. TaeHyung no recordaba que se habían besado, estaba bien. Él estaba dispuesto a besarlo otra vez si era necesario, pero lo haría bien esta vez; trazaría un plan, lo seguiría y dependiendo de como TaeHyung respondiera entonces se abriría con él o saldría de su camino. Era fácil.
—Ya veo— le sonrió suavemente —¿Has pegado ya tus stickers?
La pregunta tomó a TaeHyung por sorpresa, por un momento creyó que seguiría insistiendo en el tema de la fiesta, pero internamente agradeció que no lo hiciera pues no sabía por cuanto tiempo podría mantener su fachada si seguía cuestionándolo.
—No lo he hecho aún— dijo haciendo un mohín —Quería hacerlo, pero debo limpiar mis ventanas a profundidad, no quisiera que se despegaran rápido o la suciedad quedara atrapada. Lo haré la próxima vez que haga limpieza a profundidad.
—¿Y cuando será eso? — JungKook ansiaba que tuviera aquello en su ventana para que pudiera recordarlo todos los días al despertar y ver los colores reflejados por todo su cuarto.
—Este fin de semana— le aseguró.
—Genial, me gustaría verlos puestos.
—Bueno para eso tendrías que ir a mi casa— respondió TaeHyung sintiéndose repentinamente nervioso por lo que fuera que JungKook había tratado de implicar diciendo aquello.
—Tienes razón, no lo pensé— dijo sonriendo con algo de vergüenza —Quizás podamos trabajar en el ensayo en tu casa un día de estos, así podré verlos.
El corazón de TaeHyung se saltó un latido y sus manos comenzaron a temblar, afortunadamente al escribir sobre el papel, aquello no se notaba mucho.
—Si, supongo que podríamos— dijo, con ninguna intención de descartar la idea, JungKook le sonrió ampliamente —Lo planearé y te diré cuando ¿Está bien?
El pelinegro asintió sin poder esconder la sonrisita que se pintó en sus labios. Quizás había perdido una batalla, pero no podía dejar de intentarlo; Jeon JungKook no era una persona que se rindiera tan fácilmente, sobre todo cuando lo que quería conseguir valía la pena y si había una persona por la que valiera la pena seguir intentándolo, ese definitivamente era Kim TaeHyung.
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5 de Agosto de 1986.
La suela de las botas de cuero negro resonaba por todo el pasillo y las numerosas pulseras de metal chocaban contra si mismas, creando un llamativo sonido que hacía que todos se giraran para verlo. Era un rostro conocido, pero muchos aseguraban que no volverían a verlo, por lo que su presencia despertó algunos murmullos.
Dicen que estuvo en la cárcel"
"Escuché que embarazó a una chica"
"Mató a alguien en un bar"
Aquello ultimo lo hizo fruncir el ceño ¿De verdad creían todas esas cosas de él? Una risita se le escapó de los labios y suspiró con pesadez mientras buscaba con la mirada a la única persona a la que quería ver de inmediato en ese mar de gente.
No tardó mucho en ubicarlo pues la puerta de su casillero estaba abierta, era fácil de reconocer con todos esos stickers pegados al frente.
Se acercó sigilosamente a él y cuando estuvo a sus espaldas le tomó por los hombros, haciéndolo pegar un brinco por el susto. TaeHyung se giró de inmediato, amenazando con golpearlo con el libro que estaba entre sus manos; sin embargo, desistió de la idea cuando sus ojos se encontraron con los de él, su cabello castaño estaba más largo que la ultima vez que lo había visto, antes de salir de vacaciones, pero conservaba la sonrisa resplandeciente que le caracterizaba.
—¡Jae! — exclamó el rubio, lanzándose hasta sus brazos, siendo recibido por él. TaeHyung inhaló profundamente inundando sus pulmones de aquel aroma a cuero y perfume que siempre tenía —¿En donde has estado, idiota? Te perdiste dos semanas de clase.
—Eso quieres creer— se quejó, soltándolo, pero manteniendo uno de sus brazos alrededor de sus hombros —He estado haciendo toooodas las tareas ¿Quieres saber dónde he estado?
—Pues claro que quiero.
—Mononucleosis— dijo asintiendo, causándole al rubio una mueca de horror —Aparentemente me contagié en una fiesta en Millstone, jodidos imbéciles.
—Dios, Jae, debiste pasarla horrible.
—¿Bromeas? Tuve alucinaciones loquísimas por la fiebre. Fue increíble— TaeHyung frunció el ceño ante aquello, pero no dijo nada, después de todo estaba acostumbrado a los extraños comentarios de su amigo —Por eso no salí a ningún lado la mayor parte de las vacaciones.
Myung JaeHyun también formaba parte de su grupo de amigos, de todos era el más rebelde, pero también tenía un corazón enorme y a pesar de todas las dificultades en su vida siempre tenía una actitud tan enérgica que llamaba la atención a cualquier lugar al que fuera.
—Lo bueno es que ya estás mejor y con nosotros de nuevo— le dijo TaeHyung, finalmente cerrando su casillero —Necesito ponerte al día, han pasado cientos de cosas.
—Soy todo oídos, precioso.
JaeHyun era demasiado liberal, si algo le gustaba no dudaba en expresarlo y hacerlo del conocimiento de todos; la relación que tenía con TaeHyung era completamente platónica, pero no podía negar que el rubio era muy atractivo y que le gustaba admirarlo de vez en cuando, así como también le gustaba expresar su cariño de forma física no solo con TaeHyung sino con todos los integrantes de su no tan pequeño grupo de amigos.
Caminaron juntos hasta el salón de clases, con el brazo de JaeHyun alrededor de los hombros de TaeHyung, robando una que otra mirada en los pasillos.
—¿JaeHyun? — HoSeok era de los pocos que estaban en el salón a varios minutos de iniciar la clase —¿Qué haces aquí?
—He vuelto por demanda popular— respondió JaeHyun con una sonrisa amplia, soltando a TaeHyung para acercarse a HoSeok y darle un abrazo.
—¿Qué tal, hombre? — preguntó HoSeok, devolviendo el abrazo con entusiasmo —Te has perdido de mucho, creímos que no volverías a la escuela. Pensamos en visitarte, pero tu madre llamó para decir que no nos quería cerca.
JaeHyun se rascó el cuello, algo avergonzado por el comportamiento de su madre.
—¿Eso dijo? Mamá nunca ha sido buena para expresarse... Tenía mononucleosis.
—¡Dios! ¿Estás bien? — preguntó con preocupación
—Ahora lo estoy, ya les contaré todo lo que sucedió.
—Nosotros también tenemos muchas cosas que contarte.
—Tae me contó un par de ellas, pero seguro estoy ansioso por escuchar todos los puntos de vista.
—JaeHyun.
La voz del recién llegado hizo que los tres le prestaran atención, especialmente TaeHyung que parecía demasiado afectado por la presencia de su presidente.
—¡Presidente Jeon! — exclamó JaeHyun acercándose efusivamente a JungKook, saludándolo con un apretón de manos —¿Cómo estás, presidente Jeon?
—Estoy muy bien, JaeHyun, gracias por preguntar— le regaló una sonrisa que a kilómetros uno podría distinguir que era falsa —Me alegra mucho que estés de vuelta.
JaeHyun asintió y volvió con sus amigos aún sonriendo.
—Él no está contento con mi regreso— masculló con diversión —¿Por qué, Tae?
El rubio suspiró, él quería saber lo mismo.
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6 de Agosto de 1986
No le agradaba JaeHyun, nunca lo había hecho. En realidad, antes le era indiferente, pero a mitad de decimo grado comenzó a tomarse demasiados atrevimientos con TaeHyung, cosa que a JungKook no le parecía correcto; al ser el presidente de la clase debía garantizar que sus compañeros dieran la mejor impresión posible y eso a JaeHyun le importaba poco o nada.
La verdad era que, lejos de aquellas formalidades, JaeHyun no le agradaba porque él tenía la valentía suficiente como para demostrar su pensamiento y sentimientos libremente sin importarle los demás. Su brazo izquierdo siempre estaba rodeando los hombros de TaeHyung, a veces le robaba uno que otro beso en la mejilla o sostenía su mano sin vergüenza alguna a la hora del almuerzo.
Él quería ser así, poder demostrarle a TaeHyung lo mucho que le gustaba.
Miró con desdén como JaeHyun se acercaba a HyeJin y dejaba un sonoro beso en su mejilla mientras el grupo caminaba hacia la salida, HoSeok lo golpeó a modo de broma y luego Areum se colgó sobre la espalda de Jae.
Ellos en definitiva eran un grupo unido.
—¿Falta mucho para que termine tu entrenamiento?
La voz de TaeHyung lo tomó desprevenido, no lo había visto acercarse, pero una sonrisa iluminó su rostro cuando su mirada se posó en él.
—Cuando mucho quince minutos— le respondió —Espérame en la cafetería, comeremos algo antes de ir a la biblioteca.
TaeHyung sintió sus estomago revolverse y sus mejillas calentarse, así que terminó por asentir suavemente antes de darse la vuelta y retirarse del campo de fútbol antes de recibir algún golpe.
—Eres cercano a TaeHyung ¿No es así? — preguntó YeonJun, sentándose junto a él en las gradas y bloqueando la vista que tenía del rubio alejándose.
—Podría decirse que sí, algo así ¿Por qué preguntas? — frunció el ceño, estirando su mano para alcanzar su botella de agua
—Y también eres amigo de YoonGi ¿Verdad? — JungKook simplemente asintió antes de que YeonJun siguiera —Bueno... ¿Tú crees que algo esté sucediendo entre ellos?
La pregunta logró descolocarlo por un par de segundos, no entendía porque YeonJun estaba tan interesado en aquello o por qué siquiera estaba insinuando que TaeHyung y YoonGi tenían algo más que una simple amistad.
El menor fue consciente de la mueca de confusión que adornaba el rostro de su capitán, por lo que no esperó una respuesta antes de seguir hablando.
—Tú sabes que los sábados salgo a correr muy temprano en la mañana, pues el sábado mientras hacía mi recorrido habitual pude ver a YoonGi y a Tae entrar de manera sospechosa a casa de TaeHyung— aquello captó de inmediato la atención de JungKook —Eran menos de las cinco de la mañana.
JungKook sintió un nudo formarse en su estómago al escuchar las palabras de YeonJun. ¿Qué estaban haciendo TaeHyung y YoonGi juntos tan temprano? Intentó mantener la calma, pero no pudo evitar que una sombra de celos se apoderara de él.
Aún así eso no era suficiente para hacerlo perder el control y sumergirse en habladurías que podrían causarle algún mal a TaeHyung.
—Ellos son amigos, YeonJun, es normal que pasen tiempo juntos— se encogió de hombros.
—Lo sé, pero... bueno, tú sabes lo que dicen de TaeHyung...
Aquello hizo que un sentimiento de irritación ardiera en su pecho; nunca le habían gustado los rumores que corrían sobre el rubio, pero escuchar a alguien tan cercano a él hablando de aquella manera le resultaba aún más molesto.
—¿Y qué es lo que dicen sobre él? — lo miró con severidad, apretando la mandíbula, controlándose lo suficiente para no soltarle un puñetazo pues después de todo YeonJun también era su amigo —Anda, dilo.
—Cap... Todos sabemos lo que es TaeHyung y...
—Y nada— le cortó, YeonJun nunca había visto al mayor tan molesto —Lo que sea o no TaeHyung debe tenerte sin cuidado, lo que haga o no también. Mientras no te moleste a ti y no me moleste a mí no debemos meternos en su vida personal ¿Entendiste?
—Pero, JungKook...
—Ya molestaste demasiado a tu capitán— se les unió una tercera voz —Si no quieres que te deje en la banca en el partido del viernes será mejor que dejes el tema.
YeonJun suspiró y asintió para luego retirarse, EunWoo se sentó en su lugar y palmeó la espalda de JungKook.
—¿Fui muy grosero?
—Le dejaste las cosas claras— se encogió de hombros —Tomando en cuenta que estaba a punto de empezar a esparcir odio sin sentido creo que fuiste bastante menos grosero.
JungKook soltó una risita y asintió con la cabeza.
—En fin... Yo venía a ofrecer mi casa— dijo cambiando el tema, JungKook lo miró extrañado —Para la fiesta de este viernes, mis padres se irán de viaje.
—Es muy amable de tu parte, pero aun no sabemos si ganaremos.
—Confió en nuestro equipo y confió en el mariscal de campo.
EunWoo era un buen amigo y JungKook realmente quería desahogarse con alguien acerca de los cambios por los que estaba atravesando, pero no sabía que tan riesgoso era hacerlo; él mismo lo había escuchado hacer algunos chistes bastante fuera de lugar.
—Sobre lo que dijo YeonJun... ¿Qué piensas? — preguntó, tanteando el terreno.
—En realidad no me importa, sobre TaeHyung y lo que sea. Es libre de hacer lo que le venga en gana nos guste o no— se encogió de hombros —Papá dice que está mal, pero también está mal cogerse a su secretaria en la oficina de la casa así que no confío mucho en su juicio.
JungKook soltó una carcajada ante la franqueza de su amigo, quizás era muy pronto para abrirse completamente con él, pero era grato conocer su posición al respecto para tenerla en cuenta si alguna vez necesitaba desahogarse con él.
—Ahora será mejor que te enfoques en esa ultima jugada para que tengamos asegurada la victoria.
—Lo haré.
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—El viernes tenemos partido— le dejó saber mientras terminaba su comida
TaeHyung lo miró con curiosidad, ladeando la cabeza, haciéndolo sonreír.
—Estás invitado, por supuesto— dijo como si fuera algo que el rubio debía saber —¿Irás?
TaeHyung tomó un sorbo de su bebida, pensativo. Sentía una mezcla de emociones al escuchar la invitación de JungKook. Por un lado, quería apoyarlo y estar presente, pero por otro, no podía evitar sentirse un poco nervioso por lo que podría pasar pues había prometido asistir a la siguiente fiesta organizada por el pelinegro
—Claro que iré — respondió finalmente con una sonrisa — No me perdería tu partido por nada del mundo.
—Y tienes que ir a la fiesta— le recordó.
El rubio de verdad esperaba que no se acordara de dicha promesa, de esa forma podría zafarse de aquel compromiso y no ir a un lugar lleno de desconocidos. Quería poder declinar la oferta, pero JungKook no había sido más que bueno con él como para romper una promesa que él mismo le había hecho.
—De acuerdo, iré.
—Te prometo que será divertido.
TaeHyung forzó una sonrisa y asintió, definitivamente tenían ideas muy diferentes de la diversión, pero haría un esfuerzo por él, después de todo ¿a quién no le gustaba cumplir los caprichos de la persona que le gusta?
—De verdad lo espero.
JungKook sintió, mucho más entusiasmado que el rubio, ilusionado porque una nueva fiesta le garantizaba un momento más para poder mostrarle más de su pequeño mundo a TaeHyung.
Aun con la ilusión que lo embargaba por la posible fiesta del viernes, en su mente vagaba una pregunta, en realidad eran dos, pero sobre la segunda no tenía idea de como traerla a colación sin hacer quedar a YeonJun como un entrometido, sabía que era más que eso.
—¿Irán todos a la fiesta? — preguntó intentando parecer casual al respecto.
—Supongo que sí, si no hay contratiempos.
—¿También irá JaeHyun? — preguntó enarcando una ceja
—Uhm ¿Supongo? — en realidad no entendía aquella pregunta o el propósito de ella —¿Por qué?
El pelinegro lo pensó un poco, mordiendo el interior de su mejilla y luego suspiró.
—¿Puedo hacerte una pregunta? Sin que suene ofensiva— preguntó, sonando mucho más decidido de lo que en realidad se encontraba.
—Claro... — TaeHyung por el contrario sonaba demasiado inseguro pues de verdad no entendía ni una milésima parte de lo que estaba ocurriendo.
¿Sería que a JungKook no le agradaba JaeHyun? ¿Tendrían problemas?
—¿Tú y JaeHyun están... involucrados románticamente? — soltó, hablando con tanta rapidez que el rubio apenas fue capaz de entenderle.
«¿Era eso?»
TaeHyung lo miró por unos segundos antes de estallar en carcajadas que tuvo que contener ante la mirada de advertencia que le lanzó la bibliotecaria.
—¿JaeHyun y yo? — negó con la cabeza —Por supuesto que no— dijo todavía entre risas suaves, limpiando una lagrima que había salido por lo mucho que aquello lo había divertido —JaeHyun y yo nunca podríamos funcionar ¿Por qué preguntas?
—Simplemente tenía curiosidad... He visto que son demasiado cercanos y.. eso.
—JaeHyun es así con todo mundo, es una de las razones por las que no funcionaríamos— se encogió de hombros —Además él no es mi tipo.
—¿No? — TaeHyung negó nuevamente —¿Y entonces cuál es tu tipo?
—Me gustan atrevidos, pero no como JaeHyun... él es demasiado. Decididos como para no mantenerme en secreto, pero lo suficientemente recatados como para no atraer la atención todo el tiempo, que tomen las cosas con calma, pero con seriedad — le explicó sonriendo.
Un peso desapareció de los hombros de JungKook pues ahora sabía que no había ningún tipo de sentimiento romántico por parte de TaeHyung; sin embargo, aquella descripción se había quedado rondando en su mente durante el resto del día, se preguntaba si él algún día podría encajar en esa descripción.
En definitiva, le hacía ilusión hacerlo, pero sabía que tenía un camino largo por recorrer, pero afortunadamente estaba más que dispuesto a hacerlo.
Como siempre muchas gracias por leer; les dejo la cajita de preguntas en Instagram para que platiquemos del capítulo de hoy. No olviden votar y dejar sus comentarios, saben que los aprecio muchísimo.
Nos leemos la próxima!
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