13. La cruda realidad
16 de Agosto de 1986
La noche anterior apenas había logrado conciliar el sueño y estaba completamente seguro de que no se debía al café que había bebido, sabía que aquella hiperactividad había sido causada por el beso que JungKook le había dado.
En realidad, aún no podía creerlo del todo, incluso en ese momento que estaba preparándose para ir al bendito Penny Lane Pies se preguntaba si quizás había sido un sueño y nada de aquello había pasado realmente. Quizás lo había imaginado, quizás estaba tan ebrio que su cerebro confundió las cosas y había terminado con un recuerdo que no correspondía.
Quizás...
Sus pensamientos se esfumaron tan rápido como empezaron a aparecer en su mente cuando escuchó el sonido característico de la bocina del auto de JungKook.
Se tropezó y casi tiró la lampara de su mesa de noche cuando prácticamente corrió hasta la ventana para asegurarse que estaba ahí, cuando finalmente pudo asomarse lo encontró ahí, debajo del T-Bird, le pareció extraño no verlo con la chaqueta del equipo y luego recordó que la chaqueta de JungKook descansaba en la silla de su escritorio.
Ahora todo se sentía mucho más real.
—¡Dame un segundo! — exclamó apenas abrió la ventana.
JungKook sonrió, como TaeHyung nunca lo había visto sonreír, simplemente asintió y se recargó en el costado del auto para esperarlo; aquel simple gesto logró acelerar el corazón del rubio lo suficiente como para que tuviera que detenerse un momento para procesarlo.
Se miró una última vez al espejo y se colocó perfume también por última vez antes de salir corriendo escaleras abajo, ignorando olímpicamente las preguntas indiscretas que MinJi vociferó a sus espaldas; respondió vagamente a las indicaciones de su madre y, luego de tomar una chaqueta del perchero, se detuvo un segundo para tomar aire antes de salir.
El pelinegro seguía recargado en el auto, de cerca se veía mucho más atractivo y aquello hizo estragos en el corazón de TaeHyung, pues sintió como se aceleró apenas sus miradas se encontraron. Estaba seguro de que un sonrojo le pintó las mejillas, se habría sentido estúpido e incluso habría tratado de esconderlo, de no haber sido porque JungKook se sonrojó también y aquello le pareció tan lindo que decidió concentrarse en eso.
—Hola— saludó apenado cuando estuvo a un par de pasos de distancia
—Hola— se sonrieron por un par de segundos y luego JungKook sacudió la cabeza ligeramente como si tratara de enfocarse en lo que realmente estuvo sucediendo —¿Dormiste bien? ¿Tienes resaca?
—Dormí bien— mintió, esperaba que las marcas violáceas debajo de sus ojos pasaran desapercibidas —Y no, no tengo resaca ¿Qué hay de ti?
—Apenas pude dormir— admitió encogiéndose de hombros —Y apenas conozco la palabra resaca'
—Presumido— masculló sin perder su sonrisa.
JungKook se hizo a un lado y lo pensó un poco antes de decidirse por abrir la puerta del auto para TaeHyung, cosa que en verdad lo tomó por sorpresa. El rubio se subió tan rápido como pudo y aprovechó el brevísimo instante en el que JungKook rodeó el auto para intentar calmar su nerviosismo. No funcionó, por supuesto, pero al menos lo hizo lucir un poquito más relajado.
—El plan es Penny Lane, pero ¿quieres ir a otro lado? No sé si te parezca estúpido y...
—Penny Lane está bien, me gusta ese lugar— se apresuró a aclarar, encogiéndose de hombros.
—De acuerdo...
El camino fue incómodamente silencioso, esta vez JungKook ni siquiera se atrevió a poner un poco de música, por lo que lo único que podía escucharse eran las respiraciones acompasadas de ambos y el tamborileo nervioso de los dedos del mariscal de campo sobre el volante. Ambos estaban sumidos en sus propios pensamientos, de vez en cuando sus miradas se cruzaban y se regalaban una sonrisa tímida, pero no fue hasta que el auto estuvo estacionado frente al restaurante abandonado cuando JungKook finalmente se atrevió a hablar.
—Tae— lo llamó suavemente y se giró apenas lo suficiente para mirarlo de frente, el rubio lo imitó y lo miró con curiosidad —No quiero que pienses que soy un idiota...
Aquella simple frase hizo que el estómago de TaeHyung se revolviera desagradablemente, pero hizo todo lo humanamente posible para evitar que sus emociones fueran expresadas por su rostro.
—¿Por qué pensaría eso? — preguntó en un susurro tan bajo que por un momento pensó que JungKook no había sido capaz de escucharlo.
—Porque no sé qué hacer— admitió con una risita nerviosa, TaeHyung lo miró frunciendo el ceño —He estado en muchas citas antes, pero es la primera vez que no sé qué hacer o que decir, no quiero echarla a perder...
—Espera ¿citas? — lo interrumpió el rubio —¿Esto es una... cita? ¿Una cita?
Esta vez fue el turno de JungKook para fruncir el ceño y mostrarse confundido.
—Por supuesto ¿por qué más te habría traído un sábado a medio día luego de haberte besado la noche anterior?
Lo había dicho con tanta naturalidad que Tae no pudo evitar el asombro que embargó su rostro, JungKook lo notó y se movió un poco más cerca de él, evaluando su expresión en busca de algo que le dijera si había hecho algo mal.
—Yo... es solo que...
—Lo que pasó anoche fue muy real— comenzó JungKook —Te besé. Nos besamos. Todo lo que dije fue cierto; es cierto que aún no tengo las respuestas, pero también es cierto que no puedo detener lo que sea que está pasando porque creo que es bastante obvio que... me pareces atractivo.
—¿Y entonces que sucederá? Anoche dijiste que... querías seguir siendo mi amigo y que las cosas no cambiaran entre nosotros ¿qué significa eso?
—Por eso no quiero que pienses que soy un idiota... — se tomó un momento para pensarlo con detenimiento y luego asintió —Me gustó besarte, las dos veces y quiero... poder hacerlo de nuevo...
—Pero no quieres que intentemos algo serio— terminó de hablar TaeHyung, adivinando completamente las intenciones del pelinegro.
—No hasta que esté seguro de que es esto— le aclaró —No quiero ser egoísta y prometerte algo que podría irse tan rápido como llegó, pero quiero conocerte... tú sabes, en este ámbito.
En realidad, aquello no le pareció a TaeHyung tan insultante como pensó que lo haría, quizás era el hecho de que JungKook estaba tomando aquel asunto con muchísima importancia y pensaba dejar claros sus límites antes de cometer alguna estupidez; normalmente, en sus relaciones, Tae estaba acostumbrado a que las estupideces cometidas quisieran ser justificadas con límites que nunca habían sido discutidos y que únicamente beneficiaban a la otra persona.
Pero esta vez era diferente, o al menos eso creía, al menos eso era lo que JungKook le estaba dando entender. Y se sentía bien... no se sentía terriblemente presionado, no sentía que solamente estaban jugando con él, no sentía que debía acceder a cualquier cosa únicamente para mantenerlo a su lado.
—Pero me gusta besarte, eso es un hecho— dijo, para relajar el momento, aunque de inmediato se dio cuenta que aquello pudo haberlo hecho sonar más como un idiota.
Y justo cuando estaba a punto de corregirse, la risa de TaeHyung inundó el auto, aligerando por completo el ambiente tenso que se había formado entre ellos y con ello haciendo que el pecho de JungKook se llenara de tranquilidad.
Le tomó al rubio unos segundos parar su risa y cuando lo hizo miró directamente a los ojos de JungKook.
—A mí también me gusta besarte— admitió con un ligero rubor cubriendo su rostro —Y si te soy honesto... Tampoco quiero involucrarme en algo serio ahora... Es decir, es muy difícil encontrar a una persona que esté segura de esto, además están todas esas cosas ahí afuera... el mundo no es especialmente gentil con las personas como yo...
—Como nosotros— le corrigió JungKook
Aquello hizo que un extraño calorcito se extendiera por el pecho de TaeHyung de manera agradable.
—Parezco muy abierto al respecto, pero la verdad es que aún tengo miedo de salir ahí afuera y saber que él mundo no es igual a Sunnybrook Falls— murmuró, perdiendo de a poco su sonrisa —Y sé que debe ser aún más difícil para ti, así que tampoco quiero presionarte a nada...
—Y agradezco mucho eso— le dijo sonriendo con ternura —Mira, Tae, en realidad me gusta mucho tu compañía y el tiempo que pasamos juntos, me gusta... esto que estamos construyendo y me gustaría ir... despacio con todo esto, darme un tiempo para procesarlo antes de ir avanzando ¿Eso te parece bien?
—Creo que me parece más que bien.
Ambos se miraron con una sonrisa cómplice y asintieron suavemente, luego JungKook extendió su mano, pidiendo la de TaeHyung.
—Entonces... ¿Te parece si tenemos una primera cita?
El corazón de TaeHyung se aceleró y sus mejillas volvieron a teñirse de carmín al tiempo que tomaba la mano de JungKook.
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El pelinegro miró contento la manera en que el chico que lo acompañaba comió el ultimo trozo de pay de su plato y una sonrisa cargada de ternura se le dibujó en los labios, pero ninguno de los dos se dio cuenta de ello.
—Este podría ser mi pay favorito en la tierra— dijo asintiendo con determinación
—¿El favorito? — preguntó JungKook mirándolo con una ceja alzada, el rubio asintió nuevamente —A cierta persona eso no le hará mucha gracia.
La sonrisa de TaeHyung se desvaneció casi de inmediato y sintió su estómago retorcerse en un desagradable nudo que casi le hizo regresar lo que había comido. Hizo una mueca e inhaló profundamente un par de veces antes de desviar la mirada.
Era claro que JungKook estaba hablando de JiMin y aunque era cierto que el chico era uno de sus mejores amigos, TaeHyung aún no había resuelto lo que se suponía había pasado entre ellos el día anterior; ahora que se ponía a pensar en ello, seguía sintiéndose increíblemente mal, el sentimiento no había disminuido ni un poco.
—¿Aún están peleados?
—No me atrevería a decir peleados— murmuró, acomodándose mejor en el asiento, cosa que JungKook aprovechó para sentarse más cerca de él —Aún no tengo idea de que fue lo que hice mal.
Verlo así hizo que JungKook se sintiera mal y, sin pensarlo mucho, se atrevió a pasar un brazo alrededor de los hombros de TaeHyung, buscando brindarle algo de consuelo.
—¿Y por qué no se lo preguntas? Quizás no hiciste nada mal, quizás solo fue algo momentáneo...
—¿Y por qué tendría que preguntárselo yo? — dijo haciendo una mueca, aunque no sonaba ni cerca de estar molesto, en realidad parecía más decepcionado y triste —Él me habló mal, él se puso así de la nada.
—Tae...
—JungKook, te juro que por más que trato y trato no encuentro nada que haya hecho mal; quizás fui un poco insistente con el asunto del partido, pero no veo el motivo para ser grosero.
El pelinegro guardó silencio por un segundo, en realidad él tampoco encontraba un motivo válido para la reacción de JiMin, pero creía firmemente que el rubiecito no podía simplemente haber estallado porque si y aunque confiaba plenamente en la versión de los hechos que TaeHyung le había contado sabía que debía haber algo más detrás de ello.
—Lo sé, lo sé— susurró dejando un par de palmadas en el hombro del rubio —¿Entonces no hablarán más? Son mejores amigos ¿simplemente lo dejarán por un malentendido?
Aquello puso a pensar a TaeHyung y un dolorcito molesto se centró en su pecho, todas las memorias que compartía con JiMin llegaron a él como si se tratara de una brisa de aire fresco que lo llenó de nostalgia, se le hizo un nudo en la garganta y frunció el ceño, tratando de disipar las lágrimas que ya amenazaban con formarse en sus ojos.
—Supongo que no... — murmuró otra vez —Quizás hable con él luego... pero ahora estoy aún molesto.
—De acuerdo— asintió suavemente.
Se quedaron en silencio por unos cuantos segundos que parecieron ser eternos, luego de eso, JungKook se dio cuenta de la manera en que aún tenía abrazado a Tae y, lejos de sentirse incómodo, se sintió con mucha más confianza de la que se había sentido junto al rubio en aquellas últimas horas.
—¿Te molesta estar así? — cuestionó un par de minutos después, queriendo asegurarse de que estaba bien para ambos.
—Créeme que, si me molestara, definitivamente lo sabrías— le aseguró TaeHyung y aquella confirmación le hizo sonreír ampliamente.
—Bien— el susurro fue suave, pero logró que a TaeHyung se le erizara la piel —Entonces quedémonos así un poco más
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18 de Agosto de 1986.
No sabía exactamente cómo afrontar la situación, en realidad no quería hacerlo del todo, incluso había intentado faltar a clases aquel día. De no haber sido porque JungKook había estado esperándolo fuera de su casa para darle un aventón, no se habría atrevido a dejar la cama en todo el día.
Cuando llegó a la primera clase, JiMin ya había llegado y no estaba sentado en el asiento de siempre, en cambio estaba sentado en lo más recóndito del salón; cruzaron miradas un par de segundos y aunque parecía que ambos querían decir algo, ninguno se atrevió a hacerlo.
Para la segunda hora, ya era evidente para la mayoría del grupo que algo estaba sucediendo entre ellos dos; JiMin no había hablado con nadie más que con YoonGi, con quien por cierto parecía demasiado cercano, cosa que dejó a todos bastante confundidos. No era el hecho de que YoonGi estuviera distante también, porque los había saludado a todos con tanta efusividad como de costumbre, pero su posición era bastante evidente. A TaeHyung le dolió aquello, bastante, pero hizo lo mejor que pudo para no demostrarlo.
—Ya cuéntanos qué sucedió— HyeJin fue la primera en traer el tema a la conversación durante la hora del almuerzo
JiMin no se había sentado con ellos, en su lugar estaba sentado en otra mesa solo, cosa que le causó mucha pena a TaeHyung; al inicio pensó que quizás YoonGi se sentaría con él, pero su amigo no estaba por ninguna parte.
Su estómago se revolvió de manera desagradable como lo hacía desde el viernes cada que alguien mencionaba a JiMin, dejó a un lado su almuerzo y se tomó un par de segundos antes de responder.
—Discutimos— murmuró sin establecer contacto visual con ella —En realidad no estoy seguro— esta vez se encogió de hombros.
—¿Le dijiste algo? Quizás lo pudo malinterpretar y...
Levantó la mirada inmediatamente ante las palabras de NamJoon, frunció el ceño y sintió como cada parte de su cuerpo se tensaba de inmediato.
—¿Por qué asumes que fui yo quien dijo algo mal? — preguntó, su tono evidenciando que aquello había logrado irritarlo
—Tae...
—A veces las otras personas pueden tener parte de la culpa ¿no crees?
HyeJin le dedicó a NamJoon una mirada cargada de significado y el mayor rápidamente entendió que quizás no había cuestionado de manera inteligente, sabiendo la manera en que TaeHyung había tenido problemas con sus "amigos" en el pasado se sintió un poco insensible haciendo una acusación tan apresurada como aquella.
—Lo siento— se disculpó el rubio de inmediato, dejando a NamJoon con la disculpa en el pecho —Es solo que no tengo idea de que pude haber hecho mal, pero JiMin parecía bastante molesto conmigo el viernes.
—¿Pasó algo entre ustedes? Ya sabes... Algo que pudiera crear tensión— preguntó Areum, intentando sonar un poco menos directa que NamJoon
—No... estábamos bien, estábamos decidiendo que usar para el partido y de pronto se volvió... raro. Se puso bastante molesto, pero créanme que he repetido el momento en mi mente cientos de veces y no logro encontrar algo que pudiera sonar ligeramente ofensivo. De un momento a otro su expresión cambio y ya no quiso ir al partido... Es verdad que fui un poco insistente, pero nada justifica la manera en que me trató.
Aquello sorprendió bastante a todos los presentes; incluso ellos, quienes no llevaban mucho tiempo de conocer a JiMin, sabían que aquel comportamiento era bastante raro en él, pues hasta donde sabían era un chico bastante dulce y agradable.
—¿Has intentado hablar con él?
—No nos hemos visto desde entonces— suspiró dejándose caer hacia atrás en su asiento —Y ahora... bueno, está evitándonos a toda costa así que supongo que no quiere hablar conmigo.
"No quiere hablar conmigo" aquel pensamiento se quedó en la mente de TaeHyung por un poco más de tiempo del que él hubiese querido, la sola idea de que su mejor amigo no quisiera hablarle y estuviera tan distante con él, le hacían querer estallar en llanto. Desde el momento en que había conocido a JiMin, no había escenario en su futura vida que no imaginara compartir con él y que de pronto todo aquello peligrara se sentía... extraño.
—En su defensa debo decir que debe ser intimidante— habló JaeHyun, haciendo que todos lo miraran —Todos somos tus amigos y él es nuevo aquí... claramente va a pensar que estaremos de tu lado pase lo que pase... lo cual no es completamente una mentira, pero queremos conocer su lado de la historia también.
—¿Y cómo haremos eso si no quiere hablar conmigo?
—Déjamelo a mí.
JaeHyun podía ser el chico más burlón y bromista, pero también tenía un gran corazón y cuando se lo proponía podía ayudar bastante en aquellos asuntos, así que TaeHyung no lo detuvo cuando se levantó y caminó en dirección a JiMin; sin embargo, en el preciso instante en el que Jae se sentó frente al rubio, la mente de TaeHyung comenzó a correr desenfrenada hacia todas direcciones.
"¿Y si estuvo fingiendo todo este tiempo y en realidad no le agrado?"
"¿Y si se cansó de mí y solamente decidió alejarme?"
"¿Y si en realidad hice algo terrible y por eso ya no quiere hablarme?"
"¿Y si nunca más vuelve a hablarme?"
Su estómago se retorció en un horrible y apretado nudo que se extendió hasta su garganta, apretujando sus pulmones en la estrecha cavidad que era su pecho, una arcada se apoderó de él y tuvo que cubrirse la boca antes de salir corriendo en dirección al baño. Una vez dentro, se encerró en el cubículo más cercano y se arrodilló frente al retrete a devolver lo poco que había comido de su almuerzo y seguramente parte de su desayuno.
Se sintió patético cuando las lágrimas simplemente comenzaron a correr por sus mejillas sin que él fuera capaz de detenerlas, se dio el lujo de llorar por cinco minutos antes de salir del cubículo a enjuagarse la boca mientras miraba su terrible apariencia reflejada en el gran espejo.
—¿Está todo bien? — HoSeok le había seguido hasta el baño, su rostro estaba bañado en preocupación y su voz lo demostraba también
—Si... Supongo— se encogió de hombros al tiempo que sorbía su nariz —Sabes que estos asuntos me ponen muy mal.
—Lo sé— murmuró acercándose a él, pasó uno de sus brazos alrededor de los hombros de TaeHyung y con la otra mano le peinó un poco los cabellos —Sé que es difícil, pero estoy seguro que todo ha sido un malentendido y que tú y JiMin se van a arreglar pronto.
—¿Y si no?
—¿Por qué no se arreglarían?
—No lo sé...
—No seas tan pesimista, Tae— le alentó apretujándolo un poco en su abrazo —Esperemos a ver que nos dice JaeHyun y después, cuando te sientas más tranquilo, hablas con él.
Aquella sonaba como una muy buena idea y estaba dispuesto a adherirse a ese plan, pero aún quedaba saber que era lo que JaeHyun y JiMin habían hablado, ese pequeño detalle le estaba causando un nerviosismo que le era imposible describir y fuera lo que fuera que Jae tendría para decirle, no estaba seguro de si quería oírlo o no.
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19 de Agosto de 1986
No podía evitar que su mirada se desviara cada tanto hacia el lugar en donde JiMin y YoonGi estaban sentados; en realidad aquella situación le tenía bastante confundido, de no ser porque estaba afectando directamente a TaeHyung jamás se habría inmiscuido, pero su rubio parecía bastante acongojado por aquello así que se vio en la necesidad de hacer algo al respecto.
Cuando el timbre que indicaba la hora del almuerzo sonó, se apresuró a la cafetería, asegurándose de ser de los primeros en la fila; un par de personas atrás se encontraban ambos chicos conversando animadamente entre ellos y JungKook sintió un pinchazo de molestia porque no se explicaba como ellos podían estar tan felices mientras TaeHyung la estaba pasando tan mal.
Espero a que YoonGi obtuviera su comida y, justo cuando estaba por dirigirse a una mesa con JiMin, los interceptó.
—Hola— los saludó a ambos, intentando esconder su molestia.
Como respuesta recibió una tímida sonrisa por parte de JiMin y un saludo fugaz de parte del pelinegro, parecía como si estuvieran escondiendo algo, cosa que solo logró irritarlo más. En un intento de tranquilizarse, se ajustó la mochila sobre el hombro mientras inhalaba profundamente.
—Uhm... YoonGi, quería hablar contigo de... algo personal ¿podemos ir afuera un momento?
El aludido pareció pensarlo un poco y se giró para mirar a su acompañante, haciendo una pregunta inaudible que fue respondida casi inmediatamente después.
—Por mí está bien, no te preocupes— le dijo JiMin sonriéndole para tranquilizarlo —Necesito un tiempo a solas.
—De acuerdo— asintió, aunque no parecía tan convencido de las palabras del rubio —Vamos.
Se alejaron de la ruidosa cafetería, ninguno de los dos preguntó a donde se dirigían pues solamente había un lugar en toda la escuela en donde ambos se encontraban cuando necesitaban hablar de algo lo suficientemente serio como para alejarse de las miradas curiosas y los oídos entrometidos.
No habían cruzado ni una sola palabra desde aquel día en el que JungKook explotó de celos frente a él; YoonGi no era una persona agresiva, pero si era algo orgulloso y él hecho de que JungKook se hubiese comportado de aquel modo, aunque lo había confundido muchísimo, lo había hecho sentir algo incomodo pues él creía que se tenían la confianza como para hablar de las cosas de manera civilizada.
El salón de música estaba, para sorpresa de nadie, vacío; no muchos lo visitaban durante la hora del almuerzo y si alguien lo hacía ese era YoonGi, así que, sintiéndose como si estuviera en su casa, el pelinegro se dejó caer en uno de los sillones con poco cuidado.
La mirada de JungKook estaba pegada al suelo como si la alfombra fuera lo más interesante del mundo, la verdad era que se sentía profundamente apenado por su comportamiento de ese día y sabía que no podía hablar de ningún otro tema con YoonGi hasta no solucionar eso. Bajó su mochila y se sentó frente al piano, pasaron unos segundos antes de que finalmente se atreviera a aclararse la garganta para comenzar a hablar.
—Quería disculparme contigo— dijo, su voz salió mucho más firme de lo que él hubiera esperado y se felicitó mentalmente por ello.
YoonGi se mantuvo en silencio, alentándolo a seguir hablando; de no ser porque sentía su filosa mirada clavada en su espalda, JungKook hubiera pensado que él ni siquiera había prestado atención. Los dedos del mariscal de campo se pasearon por las teclas del instrumento sin llegar realmente a tocarlas.
—Me porté como un imbécil ese día en el arcade— murmuró, hizo una pausa y se giró lo suficiente en su asiento para mirarlo —Todo lo que te dije ese día no era mentira, pero no debí haberme puesto como lo hice y me disculpo por eso, sé que debió ser bastante el tener que procesar todo lo que te lancé en ese momento.
—Si, fuiste un verdadero idiota— masculló con sinceridad —Pero realmente hiciste que me diera cuenta que realmente eres un amigo genuino para TaeHyung; es decir... ni siquiera él se preocupa tanto por los rumores que corren sobre él.
Los rumores, claro. Bien pudo haberlo corregido y aprovechar aquel momento de vulnerabilidad para confesarle a YoonGi la verdadera razón de porque se había enojado al saber aquella información, pero algo se lo impidió y es que su verdad ya la sabían tres personas, cuatro si incluía a Jae y aquello ya era demasiado riesgoso; si bien sabía que ninguna de las personas implicadas iría por ahí esparciendo la información, nunca se era lo suficientemente precavido.
Quizás después, cuando las cosas estuvieran más claras en su mente, podría sincerarse completamente con él; por ahora prefería que todo se quedara entre los que ya lo sabían.
—Sé que a él le da igual lo que puedan decir, pero cuando YeonJun me dijo que te vio salir de su casa... No sé, no quería que la gente pudiera malinterpretar tu relación con Tae y que lo cuestionaran por eso; conozco de primera mano el alcance de la gente cruel, yo... solo no quería que él tuviera que pasar por ello.
YoonGi asintió, entendiendo claramente las intenciones de JungKook.
—Tus métodos no son los mejores, pero entiendo que lo hiciste por una buena causa— dijo encogiéndose de hombros antes de levantarse y caminar hasta él —Eres un idiota— dijo golpeando su brazo con suficiente fuerza para arrancarle un quejido —Pero eres un buen idiota.
JungKook sonrió suavemente y asintió con lentitud.
—Para la próxima vez que tengas un conflicto así, acércate a hablar conmigo ¿por qué no lo hiciste?
El menor se encogió de hombros y se recorrió en el banquillo del piano para dejarle un espacio a YoonGi, quien no tardó en tomar asiento a su lado.
—Supongo que tenía demasiado en la cabeza— era una mala excusa, pero no era mentira —No lo hare de nuevo.
—Más te vale que no— dijo sonriendo de manera burlona, sus dedos se posaron sobre las teclas del piano y comenzó a tocar una melodía en la que había estado trabajando últimamente —La próxima vez que vengas con esa actitud vas a terminar con la cara rota.
Parecía una amenaza vacía, pero JungKook sabía que no estaba bromeando.
—¿Eso era lo que querías hablar? Tengo la impresión de que hay algo más...
—En realidad si lo hay— dijo, mirando fijamente la manera en que los dedos de YoonGi danzaban sobre las teclas, era hipnotizante.
Él admiraba la manera en que YoonGi era tan bueno con la música, él mismo había recibido unas cuantas clases de canto y sabía cómo tocar el piano, aunque no lo hacía con la misma naturalidad con la que YoonGi lo hacía así que siempre que tenía la oportunidad de presenciarlo, lo disfrutaba bastante.
—¿Y qué es?
La voz del pelinegro lo sacó del pequeño trance en el que estaba, su mirada finalmente se apartó del piano y se centró en el rostro de su acompañante, inhaló con fuerza y simplemente habló antes de retractarse.
—¿Sabes qué fue lo que pasó entre JiMin y TaeHyung?
La música se detuvo abruptamente y YoonGi pareció hacerlo también, fue como si se congelara por un par de segundos antes de aclararse la garganta.
—¿Tae no te dijo algo al respecto?
—Por supuesto que me dijo, pero aún queremos entender que fue lo que realmente pasó... TaeHyung está muy desconcertado al respecto porque su mente le dice que no hizo nada malo...
—Y no lo hizo— se apresuró a aclarar, ganándose una mirada confundida por parte de JungKook; YoonGi dejó escapar un suspiro cargado de pesadez y se pasó una mano por el rostro —Escucha... No soy yo quien deba contarte, es un asunto de JiMin y al parecer es muy sensible respecto a eso.
—Entonces ¿la culpa fue suya?
—No es un asunto de buscar culpables, JungKook... JiMin está muy apenado por como trató a Tae y sabe que debe disculparse, pero no sabe cómo acercarse o si él seguirá molesto con él. Simplemente fue un asunto que se le salió de las manos, TaeHyung tocó un tema que a JiMin le causa mucha angustia y él no supo cómo reaccionar.
JungKook asintió suavemente, prestando atención a las palabras de su amigo.
—TaeHyung está muy triste, JiMin es su mejor amigo, no es para menos— murmuró haciendo una mueca —Tampoco sabe si acercarse a él sea la mejor de las opciones y.. sabiendo que todo esto fue un malentendido ¿no crees que podríamos ayudarlos?
—También lo había pensado, pero no quiero que se vayan a molestar conmigo por forzarlos a hablar. Solo sé que mientras más tiempo pasen sin hablar del tema, su amistad se va a ir a la basura.
—¿Por qué se molestarían? Estoy seguro que todo saldrá bien entre ellos, solamente necesitan un empujón.
—¿Y tú quieres dárselos? — preguntó frunciendo el ceño, JungKook simplemente se encogió de hombros como respuesta —¿Por qué?
El chico soltó un suspiro y sonrió suavemente.
—Me agrada Tae, es un gran amigo y no me gusta verlo sufriendo.
—Tiene mucho sentido— coincidió YoonGi y, luego de pensarlo un par de segundos, volvió a hablar —¿Qué podemos hacer entonces?
—Se me ocurren un par de ideas.
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21 de Agosto de 1986.
Su plan no se había podido llevar a cabo el día miércoles como inicialmente lo habían previsto, porque TaeHyung faltó a la escuela así que esperaron hasta el jueves para poder ponerse en marcha.
En realidad, el plan no era tan elaborado, pero eran estudiantes de preparatoria tercos y sensibles así que el convencerlos de hablar era todo un reto si se los preguntaban; lo primero que hicieron fue convencer a la señorita Bae de prestarles su salón de clases, la mujer los cuestionó hasta el cansancio y ellos le dijeron todos los detalles de la pelea entre los dos rubios.
Luego de convencer a la señorita Bae y, debido a que el único horario en el que la oficina estaba libre era a la hora de su clase de educación física, necesitaban una excusa lo suficientemente buena para que los dejaran salir a ambos al mismo tiempo y que se llevaran a los otros dos chicos sin que el profesor sospechara.
Sacar a TaeHyung no fue tan difícil pues era bien sabido que él detestaba las clases de educación física, así que JungKook únicamente tuvo que buscar algún pendiente que tuviera como presidente de la clase y pedirle a JiSoo que lo delegara a Tae para que pudieran llamarlo desde la dirección, el rubio saldría corriendo a cumplir pues cualquier cosa era mejor que soportar el arduo trabajo físico.
JungKook también pudo ausentarse debido a sus responsabilidades, encontró algo con lo que pudo excusarse para irse al menos unos quince minutos; luego, se encontró a TaeHyung en el pasillo y muy generosamente se ofreció a ayudarlo en su tarea, que consistía en organizar una pequeña cantidad de papeles en la oficina de la señorita Bae.
Sacar a JiMin fue un poco más complicado, el chiquillo parecía estar disfrutando el juego de quemados, su suerte del día le había garantizado librarse de cada pelota que el equipo contrario le estaba lanzando; YoonGi miraba el reloj en la pared, observando como corrían los segundos, necesitaba sacar a JiMin del gimnasio a como diera lugar antes de que el entrenador se molestara y mandara a llamar a TaeHyung y a JungKook.
Se le acababan las opciones, así que cuando el profesor miró el reloj con enfado, actuó casi por impulso y, disculpándose mentalmente, lanzó el balón directamente al rostro de JiMin.
Las cosas fueron en cámara lenta para el rubio; estaba sonriendo hasta que vio el balón viajar hacia él, pronto se dio cuenta que la suerte se le había acabado y que no sería capaz de esquivarlo, así que simplemente aceptó su destino y se limitó a cerrar los ojos mientras intentaba hacerse pequeño para minimizar en la medida de lo posible el golpe.
Claro que "la medida de lo posible" se transformaba en una misión imposible cuando la persona que le había lanzado el balón era el antiguo capitán del equipo de baloncesto; el tiro había sido perfecto y había terminado golpeando con fuerza su nariz.
El juego fue interrumpido de inmediato cuando el rubio se llevó las manos al rostro, los ojos le lloraban, pero cuando notó la preocupación de todos a su alrededor se levantó de inmediato y sonrió tanto como pudo.
—¡Estoy bien! — anunció a todos.
HyeJin fue la primera en acercarse a él, con la preocupación pintando su rostro, rápidamente lo tomó por los hombros mientras escaneaba con detenimiento su rostro. Puso una mueca de horror que logró contagiar a JiMin, pero él logró mantenerse lo suficientemente tranquilo.
—Estoy bien— le repitió a la chica
—JiMin, te está sangrando la nariz.
Solo entonces fue consciente de la gravedad del asunto, su mirada viajó de manera automática hasta la duela y notó las incesantes gotas de líquido rojo que goteaban desde su rostro hasta formar un charco extremadamente pequeño.
—Tengo la nariz rota— aseguró —Tengo la nariz rota, nunca más podré respirar bien, voy a morir.
—JiMin no te vas a morir, tranquilo.
YoonGi se acercó corriendo al rubio, profesando mil y un disculpas y ganándose una mirada asesina por parte de HyeJin; JiMin estaba demasiado concentrado en su dolor y en la sangre que brotaba profusamente de sus fosas nasales como para responder o siquiera responder las suplicas de YoonGi, pero terminó por dejar que lo acompañara a la enfermería.
TaeHyung los observó pasar fuera de la oficina de la señorita Bae, aunque no pudo ver con claridad que era lo que estaba sucediendo, parecía que el universo estaba conspirando de nuevo, pero esta vez no sabía si conspiraba a su favor o en su contra pues luego de unos cuantos minutos, JungKook regresó a la oficina.
—¿Podrías hacerme un último favor? — pidió el pelinegro, con ojos de cachorro y una mueca que mostraba lo muy apenado que se encontraba por la situación
—Haré lo que sea con tal de no ir ahí y subir la cuerda— dijo sonriendo.
—¿Podrías llevar estos papeles a la enfermería?
Su rostro se deformó en una mueca que obviamente no pudo ocultar, JiMin estaba seguramente en ese lugar y definitivamente iba a encontrarse con él, dadas las circunstancias estar en un lugar a solas con JiMin era lo último que quería hacer, sin embargo, no le quedó mucho más que aceptar y se convenció a sí mismo de que podía hacerlo tan rápido que no tendría que intercambiar palabra con él.
Entró con cautela en el lugar, sus ojos buscaron con desesperación a la enfermera para entregarle los papeles, sin embargo, no pudo evitar encontrarse con la imagen del rubio con la cara hacia arriba, la playera manchada de sangre y unas cuantas gasas que también estaban llenas de aquel líquido rojo que tanto lo ponía nervioso.
Se aclaró la garganta, atrayendo la atención de las dos personas que se encontraban ahí dentro, TaeHyung sonrió forzadamente y extendió los papeles hacia la mujer que rápidamente los tomó y los revisó detenidamente. Ella chasqueó los labios y negó con la cabeza.
—¿Podrías vigilarlo un segundo? Necesito pedir una firma aquí— pidió amablemente.
El rubio no supo muy bien que hacer así que simplemente asintió y se quedó paralizado hasta que la mujer salió y los dejó solos; solo entonces fue consciente de la situación. Su mirada viajó por todos lados en la pequeña oficina, todo era blanco y no había nada en lo que pudiera centrar su atención, nada que no fuera el brillante rojo de la camiseta y el rostro de JiMin.
Ahora que lo pensaba... Aquello se veía serio, demasiado serio, había demasiada sangre y el rubiecito parecía estar pasando por la experiencia más dolorosa de su vida, entonces TaeHyung no pudo detenerse, su mente fue más rápida que su boca y cuando se dio cuenta ya estaba hablando.
—¿Estás bien? ¿Toda esa sangre es tuya? — quiso retractarse, pero tan pronto como terminó de pronunciar aquellas palabras, la mirada de JiMin ya estaba sobre él
—Si, estoy bien... solo fue un accidente de clase. No te preocupes. ¿Y tú qué haces aquí?
Lucía un poco incomodó, pero no tan alterado y grosero como se veía la ultima vez que hablaron; el simple hecho de recordar su discusión lo hizo tensarse y querer salir corriendo de ahí, pero ya había hecho una pregunta y no podía simplemente desaparecer y quedar como un grosero, además mentiría si dijera que no estaba preocupado por el bienestar de JiMin.
—¿Nada grave? — preguntó una vez más, no queriendo parecer demasiado ansioso, cuando lo vio negar suavemente con la cabeza decidió dejar el tema de lado —Honestamente no sé qué hago aquí, JungKook me pidió ayuda con algo y... —se encogió de hombros
—Ohh, ya veo... — el de Millstone se quedó un momento en silencio, se notaba que aquello podía convertirse en algo mucho más incómodo, por lo que no dudó en levantarse de la camilla y dirigirse a la puerta de la enfermería. Intentó abrirla, pero no pudo, frunció el ceño y giró la manija repetidas veces fallando en cada una de ellas. Los habían encerrado.
TaeHyung frunció el ceño, no tan sorprendido por el hecho de que la puerta tuviera seguro, JungKook parecía muy sospechoso al respecto desde un inicio, pero si estaba bastante descolocado por la actitud del contrario. ¿Simplemente iba a irse? Lo estaba tratando como si fueran apenas conocidos y eso le causaba un gran malestar.
—¿Querías irte? — preguntó, su voz cargada de confusión y un ligero tono de dolor que no supo ocultar, aunque no se esforzó en hacerlo tampoco
JiMin se giró al oír la voz de su mejor amigo, no lo quiso mirar a los ojos y solo apretó los labios.
—No es eso, Tae... —empezó a decir en voz baja, sin mucho convencimiento. — Solo no veo el sentido de quedarme aquí si ya estoy bien.
El corazón de TaeHyung se estrujó dentro de su pecho, todo en su interior pareció tener una reacción ante las palabras de JiMin, una reacción incómoda que se mezclaba con el deje de enojo que había estado reprimiendo aquellos días.
—¿No me vas a dar siquiera una explicación de lo que pasó el viernes? — preguntó, sintiendo su labio temblar.
No se había decidido a hablar al respecto, pero la actitud del rubio estaba comenzando a molestarle y él quería que al menos le explicara por qué se había ganado ese horrible trato. Tae arrugó la nariz y continuó hablando, esperando no ir demasiado lejos.
—¿Vas a seguir fingiendo que no pasó nada? ¿Nuestra amistad se acabó? No sé qué sucedió, ni que está sucediendo, pero no me gusta.
JiMin, al escuchar estas palabras, alzó su mirada encontrándose con los ojos de TaeHyung.
—¿Acabarse? Nuestra amistad no se ha acabado, Tae —sus ojos se abrieron de par en par, sin saber que más contestarle.
La reacción tan alarmada del contrario avivó en su interior una pequeña chispa de esperanza y se aferró a ella como si su vida misma dependiera de ello, por un momento pensó en estirar la mano y alcanzar el brazo de JiMin, pero le pareció demasiado arriesgado, por lo que su avance simplemente se quedó en un paso hacia adelante y su mano jugueteando ansiosa a su costado.
—Pues eso es lo que parece... Es lo que me haces sentir.
—No, no, no. —el joven se pasó las manos por el rostro algo desesperado, no sabía que le había causado esos sentimientos—No quise hacerte sentir eso, Tae. Es solo que...
—¿Qué es lo que sucedió entonces? — su voz se suavizó un poco, intentando apelar a las emociones vulnerables que ambos compartían —¿Hice algo mal? ¿Dije algo mal? He pensado y pensado, pero... No sé.
—No tienes por qué pensar en nada, Tae... No hiciste nada malo. —la mano derecha de JiMin se apretó levemente tratando de reunir toda la fuerza posible para poder escupir aquello. —La razón por la que cambié mi actitud ese día fue porque los de Millstone estarían ahí, no quería ir y tener que verlos... Sé que cuando nos enviábamos cartas te dije que tenía muchos amigos y que era popular, pero nada de eso era cierto.
La voz se le entrecortó y su mirada, de nuevo, volvió al suelo.
Aquella información cayó como un balde de agua fría sobre Tae, pues eso significaba entonces, que todo lo que conocía o creía conocer de JiMin era una mentira, información prefabricada que el rubio le había dado y que le hacía cuestionarse ahora cada una de las cosas que sabía sobre él.
—¿Todo era una mentira?
—Solo lo que mencioné, Tae... —Park comenzó a sentir cómo sus ojos se llenaban de lágrimas—. Sí, tuve amigos, pero los perdí a todos cuando descubrieron que era adoptado. A partir de ese momento, mi vida en esa escuela se convirtió en un infierno. Me excluían de absolutamente todo. Dejaban notas ofensivas en mi casillero todos los días sin falta... Me miraban con asco y una clara desaprobación. Nunca entendí por qué lo hacían. ¿Qué tenía de malo? —JiMin decidió alzar el rostro y un pequeño sollozo escapó de sus labios—. Tuve un amigo con el que éramos muy cercanos. Él sabía que era adoptado, y no le importó... hasta que el resto se enteró. No sabía que James podía ser así. Tenía una imagen muy distinta de él o quizá no quise ver lo que realmente era. Cuando notó que el resto de la escuela, incluido su grupo de amigos, empezaban a burlarse y a alejarse, él también lo hizo. No quería que por ser mi amigo lo etiquetaran como un extraño o algo indeseable.
TaeHyung sintió como su corazón se apretujaba con cada palabra que salía de los labios de JiMin, de pronto la mirada de su amigo parecía llena de tristeza y un extraño miedo que no supo explicar pero que le partió el corazón en cientos de pequeños pedazos, él nudo en su garganta se hizo cada vez más grande y cuando no pudo más con él finalmente tomó a JiMin por el brazo y lo atrajo hacia sí mismo, envolviéndolo en un abrazo que le robó el aliento por un par de segundos.
A Tae se le rodaron las lágrimas por las mejillas y se aferró aún más a su amigo, sintiéndose terrible por un par de segundos pues él le había insistido en llevarlo ahí con los de Millstone y exponerlo a que pasara por algo tan horrible como lo que había pasado antes; la idea de que JiMin le mintiera y el intenso pinchazo de enojo que esto le había causado se desvanecieron, diluidos por el gran pesar que le causaba pensar que su mejor amigo había sido victima de acciones tan horribles de personas aún más horribles.
—Lo siento, lo siento mucho— lloriqueó, sus balbuceos eran amortiguados por el hombro de JiMin, pero el rubio pudo escucharlo con claridad.
—Yo lo siento, no debí esconderte eso, es solo que... No quería que pensaras que era un perdedor o... no sé.
—¿Un perdedor? Estás diciendo puras tonterías, eres increíble, ellos son los imbéciles— sorbió su nariz y finalmente se separó de él, manteniendo sus manos sobre sus hombros y mirándolo directamente a los ojos —Perdón, Chim, de verdad.
—No tenías modo de saber, tu solo me querías llevar al partido y estabas muy emocionado, siento haberlo arruinado.
TaeHyung inhaló profundamente y luego suspiró, tomándose un momento para pensar, luego simplemente sonrió entre las lágrimas y habló.
—No arruinaste nada ¿de acuerdo? Claro... me dolió, pero me hubiera dolido más saber que la estabas pasando mal o que... te hubieran hecho algo. Solo fue... un malentendido y me alegra que por fin me lo dijeras.
—¿No estás... molesto?
—Claro que sí, me mentiste, pero te extrañé tanto ¡Hay muchas cosas que quiero contarte! Mi vida no es la misma sin ti, Chim, eres mi mejor amigo.
—Tampoco me gusto no hablarte— admitió encogiéndose de hombros.
—Entonces, sin secretos desde ahora ¿de acuerdo?
—Sin secretos desde ahora.
—Entonces... debo contarte algo... Es sobre JungKook y yo.
El rudito emocionado que JiMin hizo logró emocionar también a TaeHyung y en ese momento se sintió muy afortunado de haber resuelto aquello y de tenerlo a su lado.
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