10. Confesiones.
7 de Agosto de 1986
Su mirada estaba algo perdida, aún recordaba lo sucedido con JungKook y a pesar de que públicamente había decidido dejar el tema de lado luego de que él no mencionara nada, aún sentía ese enorme hueco en su pecho causado por la duda de por qué había hecho aquello.
Si, el silencio del pelinegro era una respuesta bastante clara, lo más probable era que lo hubiese hecho porque estaba ebrio, pero aun así no podía evitar suspirar cada vez que lo recordaba.
—¿Estamos todos invitados? — preguntó el castaño alzando la ceja.
La voz de JaeHyun trajo a TaeHyung de vuelta a la realidad.
—Eso dijo él— se encogió de hombros, respondiéndole sin mirarlo mientras jugueteaba con sus dedos sobre la mesa —Y a la fiesta también, en caso de haberla. Será en casa de EunWoo.
—Me gusta la casa de EunWoo— mencionó JaeHyun al aire
—¿Y esta vez iremos todos? — la pregunta de YoonGi llamó la atención de todos, especialmente a TaeHyung y JiMin quienes eran los únicos que no habían asistido a la última fiesta del equipo de futbol.
Los rubios se miraron entre sí y luego se giraron para ver a YoonGi, aunque JiMin no estaba seguro al respecto él acompañaría a Tae si este así lo quería.
—Le prometí a JungKook que iría— dijo TaeHyung encogiéndose de hombros, sintiendo sus mejillas calentarse casi de inmediato —Tú puedes venir también si quieres, Chim, pero no te obligaré si no quieres — le dejó saber a su amigo
—Quisiera ir— dijo el rubiecito con una sonrisa —Las fiestas parecen divertidas con ustedes, así que, si no les molesta, me gustaría ir.
TaeHyung sonrió y pasó un brazo alrededor de los hombros de JiMin y le atrajo más hacia si, revolviendo su cabello con su otra mano, arrancándole algunas risitas al más bajo.
—Por supuesto que no nos molesta— le dijo, recibiendo varios asentimientos de los demás de la mesa —Hazte a la idea de que eres uno más de nosotros ahora ¿De acuerdo?
El rubiecito asintió, algo tímido, pero aceptando aquel hecho cada vez más, sonriéndole ampliamente a todos aquellos que genuinamente parecían quererlo tener presente.
—Entonces iremos todos— dijo TaeHyung con una sonrisa que no alcanzó sus ojos
Los demás en la mesa se entretuvieron en sus planes para aquel fin de semana, mientras que nuestro rubio protagonista se sumergía en sus pensamientos acerca de la fiesta a la que realmente no estaba muy entusiasmado por asistir.
HyeJin aprovechó un momento en el que JiMin se levantó de su lugar para sentarse junto a TaeHyung, sacándolo de sus pensamientos por un segundo.
—¿Sucede algo? — le preguntó la pelinegra en voz baja.
—No estoy muy seguro de ir a la fiesta— dijo simplemente, haciendo una mueca —Supongo que será divertida, pero no me entusiasma la idea de estar rodeado de gente a la que no conozco.
HyeJin asintió estando de acuerdo, conocía bien a TaeHyung y sabía que tenía problemas con ello, algo dentro de su pecho se estrujó y pensó por un breve momento que JungKook estaba obligando a TaeHyung para hacerle alguna broma.
No dijo nada, porque sabía que no podía juzgarlo de esa manera cuando en realidad no había dado señales de ser esa clase de persona, pero no podía evitar estar un poco preocupada por esa situación.
—¿Realmente quieres ir?
TaeHyung hizo una mueca y luego suspiró.
—Iré a la cafetería a comprar otra galleta— anunció TaeHyung y enganchó su brazo con el de HyeJin, tirando de él para que se levantara y lo acompañara.
Apenas dieron unos cuantos pasos y TaeHyung tomó a JiMin del brazo también, para que los acompañara. El rubiecito se sorprendió, pero no puso objeción alguna y caminó con ambos, esperando a que TaeHyung dijera algo pues la pelinegra también parecía estarlo esperando.
—Estoy un poco nervioso— confesó finalmente, soltando un suspiro —Saben que no me encanta convivir con gente desconocida...
—¿Pero? — HyeJin lo incitó a seguir hablando y JiMin lo miró con atención, comprendiendo de que iba todo aquello.
—En serio me gusta JungKook— dijo con una mueca de aflicción —Y aunque sé que... podríamos nunca llegar a nada, en realidad me agrada tenerlo en mi vida; es bastante amable y gracioso así que...Quisiera ser parte de su mundo algunas veces y que me note más.
—¿Más? — dijo JiMin alzando una ceja —Es claro que ya te nota lo suficiente.
TaeHyung fue capaz de notar el peso de las palabras de JiMin, pues luego de que les confesara lo que había sucedido en casa de Areum, sus tres amigos no habían parado con las insinuaciones y la búsqueda de cualquier señal que les pudiera dar un indicio de los sentimientos de JungKook hacia TaeHyung.
—¿Y estás dispuesto a pasar una rato incomodo solamente por JungKook? — preguntó HyeJin seriamente confundida, el rubio se encogió de hombros —Sabes que no tienes que hacerlo si no quieres.
—Es que, si quiero hacerlo, solamente no estoy acostumbrado a ello—le explicó suavemente —Pero sé que con ustedes ahí no será tan terrible.
—No te vamos a dejar— le aseguró la pelinegra, pegándose más a él mientras le sonreía —¿Verdad, Chim?
—Si, estaremos contigo todo el tiempo.
Aquello lo dejaba un poco más tranquilo, pero aun así no podía dejar de pensar en que la fiesta terminaría incomodándolo de una u otra forma. Solamente esperaba poder mantenerse bien durante toda la noche.
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08 de Agosto de 1986
Como era costumbre, los chicos salieron de casa de HyeJin luego de ayudar a las chicas a arreglarse; Areum parecía muy contenta vistiendo su vestido corto negro con pequeñas flores rojas debajo de la enorme chaqueta del equipo de futbol cuyo nombre bordado no era otro que el de YeonJun, sus demás amigos la hicieron sonrojar por las burlas.
—¿Por qué tenemos que caminar? — se quejó HyeJin echando su cabeza hacia atrás, haciendo reír a NamJoon que la llevaba del brazo.
—YoonGi dijo que tenía algo que hacer— dijo TaeHyung encogiéndose de hombros —¿Y HoSeok?
—Él y su hermana tenían cita en el dentista— hizo un mohín —Así que tendremos que conseguir un aventón a casa de EunWoo luego del partido.
TaeHyung asintió, comprendiendo y antes de que pudiera decir algo, JiMin habló; aquellos días había desarrollado una creciente cercanía con Areum, así que no vio nada malo en externar la pregunta que había asaltado su mente.
—¿YeonJun no tiene auto? — se giró a mira a la pelinegra a su lado, quien también llevaba su brazo enganchado con el del rubio, las mejillas de JiMin se encendieron de inmediato —No quiero parecer grosero...
Areum soltó una carcajada y tiró de su brazo, atrayéndolo más hacia ella mientras presionaba su mejilla contra el hombro del chico que era apenas unos centímetros más alto que ella.
—No tienes que cohibirte, hacemos ese tipo de preguntas siempre— le tranquilizó la chica —Y no, no tiene auto aún; está ahorrando para arreglar un auto que compró en el deshuesadero.
JiMin sonrió y asintió, luego volteó para ver a TaeHyung que le sonrió ampliamente, alabando silenciosamente los esfuerzos que su amigo hacía para integrarse en el grupo, pero su sonrisa se desvaneció cuando JiMin volvió a hablar.
—Quizás el presidente de la clase nos pueda dar un aventón ¿no? — dijo con una sonrisa traviesa que le ganó un ligero golpe en las costillas por parte de TaeHyung.
Sin embargo, aunque aún se sentía cohibido por aquel tipo de bromas, luego del beso con JungKook y a pesar de que él no había mencionado nada al respecto, sentía que si le pidiera cualquier cosa haría lo posible por hacerlo; como el día anterior que durante una conferencia él, JiMin y Areum habían llegado tarde y no encontraron lugar así que JungKook no había dudado ni un segundo en levantarse y llevar las tres sillas en un solo viaje a pesar de que YoonGi se había ofrecido a ayudarle.
Una sonrisita se le dibujó en los labios al recordarlo y muy en el fondo sentía curiosidad por saber que tan dispuesto estaría JungKook de darles un aventón si él se lo pedía.
Llegaron al estadio, donde la gente ya comenzaba a tomar sus lugares en medio de la algarabía única que los partidos estudiantiles brindaban. Antes de entrar se detuvieron al escuchar el característico rugido del Mustang de YoonGi que ya era conocido por todos, sin embargo, algo que los sorprendió mucho fueron las personas que salieron de él.
YoonGi llevaba unos vaqueros algo desgastados y sus botines al tobillo por debajo de estos, una playera de Metallica y sobre esta una franela a cuadros roja con negro que complementaba su atuendo; del lado del copiloto, NaYeon bajó enfundada en su impecable uniforme de porrista, con su falda tableada y su blusa en colores azul, ocre y blanco y luciendo un moño dorado en la parte trasera de su media coleta, el resto de su cabello cayendo en caireles perfectamente elaborados por su espalda.
TaeHyung frunció el ceño visiblemente confundido, era bien sabido por él y por todos en su grupo de amigos que NaYeon gustaba de YoonGi, pero hasta donde ellos tenían entendido a YoonGi no le interesaba ella, al menos no de ese modo, por lo que verlos tan sonrientes seguro llamaba su atención; sobre todo porque YoonGi había preferido recogerla a ella antes que a ellos que se suponía eran sus amigos.
Un tirón molesto se hizo presente en su estómago, no sabía a qué se debía aquello, pero sabía que estaba molesto.
¿Por qué YoonGi no le había dicho nada?
Su mirada se desvió hacia el rubiecito a su lado, que seguía colgado del brazo de Areum y cuya expresión era también de pura confusión; ver a JiMin así de confundido acrecentó la molestia en el interior de TaeHyung.
—Hola— les saludó YoonGi con una sonrisa, ignorando olímpicamente el hecho de que el brazo de NaYeon estaba entrelazado con el suyo —¿Llegaron hace mucho?
—No, no, acabamos de llegar también— le respondió Areum con una sonrisa incomoda, especialmente porque ni HyeJin ni TaeHyung le respondieron de inmediato —Hola, NaYeon.
La castaña saludó con un gesto de su mano al grupo, recibiendo respuesta casi de todos en el grupo; si bien todos estaban bastante confundidos, no eran groseros.
—Me adelantaré ¿Sí? — le dijo a YoonGi y este asintió —Nos vemos más tarde— les dijo a los demás antes de irse.
La mirada fría de TaeHyung se posó nuevamente sobre su amigo y este lo miró frunciendo el ceño.
—¿Qué?
—¿Te importaría explicar? — cuestionó el rubio con una mueca que claramente demostraba su molestia.
—Me pidió el favor y podía hacérselo— se encogió de hombros, ya viendo venir la rabieta de su amigo —¿Hice algo malo?
—No, YoonGi— le aclaró Areum, tratando de apaciguar la tensión entre ambos —Es solo que nos sorprendió que llegaras con ella.
A pesar de que la pelinegra estaba intentando de todo por tranquilizarlo, YoonGi aun podía sentir la mirada de TaeHyung quemándole, sabía que estaba enojado, aunque no entendía bien el por qué pues dudaba mucho que se tratara del hecho de haber tenido que caminar.
TaeHyung tampoco entendía muy bien su enojo y sabía que no lograría sentirse más tranquilo hasta que lo hablara a solas con YoonGi, pero en ese momento no tenían tiempo para eso así que se tendría que obligar a sí mismo a convivir de la manera más sana posible. Terminó por suspirar y rodar los ojos, yendo a pararse detrás de NamJoon.
—No importa— HyeJin también estaba bastante confundida, pero hacía todo lo posible por no juzgar al pelinegro —¿Dónde vamos a sentarnos?
Un pequeño debate acerca de la respuesta tomó lugar y, una vez que estuvieron de acuerdo comenzaron a caminar al interior; apenas unos metros después, YoonGi los detuvo.
—Los veré más tarde— dijo simplemente, sintiéndose extrañamente nervioso al recibir las miradas cargadas de confusión de sus amigos —Las porristas no tienen quien les ayude con el equipo de sonido así que iré allá a darles una mano.
Aquello fue el acabose para TaeHyung, su enojó se acrecentó, pero como no sabía la causa especifica de eso, simplemente se limitó a tomar a JiMin del brazo y llevarlo con él hasta las gradas sin esperar a los demás.
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El medio tiempo había llegado pronto y las porristas de Sunnybrook Falls ya habían presentado su acto, ahora era el turno de las de la escuela rival y TaeHyung aprovechó el tiempo para ir al baño y a comprar algo de comer pues hacia horas que había comido algo y aun le deparaba una larga noche.
Cuando caminaba de regreso a las gradas por debajo de estas y fuera de los vestidores del equipo local fue detenido abruptamente por la única persona que no quería ver en ese momento.
—¿Estás molesto? — le preguntó YoonGi mirándolo seriamente —¿Es un berrinche o algo así?
TaeHyung frunció el ceño, sintiendo como la irritación y el enojo volvían a apoderarse de él.
—No, YoonGi, no es un berrinche— se defendió —Y no creas que esto se debe a que tuvimos que caminar.
—¿Y entonces que es?
—No lo sé, me siento molesto. Pudiste decirme que recogerías a NaYeon o que no estarías con nosotros el día de hoy, pero desde ayer que preguntamos si podrías recogernos, solamente inventaste excusas— soltó finalmente con la voz cargada de frustración —¿Acaso vas a ocultarme cosas ahora también? Se supone que somos amigos, esperaría que me contaras este tipo de cosas y...
—Bien, Tae, detente— pidió el pelinegro, entendiendo por donde iba el asunto —Yo no soy como él ¿de acuerdo?
A TaeHyung se le revolvió el estómago, él no lo había pensado de aquella forma, pero cuando YoonGi lo dijo todo pareció tomar más claridad para él.
—Eres mi mejor amigo— afirmó —Ella me pidió de favor que la ayudara con el equipo de sonido así que primero lo traje y después la traje a ella, no es nada del otro mundo.
—Lo sé, lo sé... — había bajado la guardia luego de que YoonGi lo hubiera mencionado, en ese momento entendió que quizás su reacción era un poco exagerada —No quería sonar como un paranoico.
Estaba claro que YoonGi no era ese tipo de persona, él mejor que nadie lo sabía y a pesar de haber estado trabajando en aquella situación, no podía evitar que de vez en cuando las dudas asaltaran su mente.
—Descuida, sé que a veces tu mente va más rápido de lo que te gustaría, pero todo está bien.
El rubio soltó una bocanada de aire que ni él mismo sabía que estaba sosteniendo, el nudo en su estómago se aflojó y sintió la tensión que había sobre sus hombros disiparse por completo.
—Está bien, lo siento.
—No te disculpes— le sonrió al tiempo que revolvía su cabello juguetonamente —Te veré en la fiesta ¿sí?
Tae asintió y finalmente pudo volver a su asiento junto a los demás, un poco más tranquilo, pero aun pensando que había algo que lo seguía manteniendo un poco molesto con YoonGi y, cuando vio a JiMin buscarlo discretamente con la mirada por todo el campo supo de qué se trataba.
Él no quería a alguien más luchando por la atención de YoonGi porque, había alguien que le parecía un merecedor nato de esta y, casualmente, ese alguien era muy querido para él.
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La conversación que había escuchado lo había dejado bastante confundido, tanto que aún después del final del partido y a pesar de haber ganado, se sentía un poco disperso al respecto. Quizás eran su imaginación, pero aquellas palabras sonaban como a una escena de celos y las voces de los protagonistas las conocía a la perfección.
Tenía el estómago revuelto y los pensamientos aún más pues lo que había dicho YeonJun un par de días atrás daba vueltas en su mente y se unía a lo que acababa de escuchar él mismo en ese momento. No sabía porque aquello le causaba tanto malestar y se preguntaba si sería cierto que entre TaeHyung y YoonGi había algo más que una simple amistad.
—No te ves muy contento, Cap— le dijo YeonJun palmeando su hombro —¡Ganamos, hombre!
JungKook hizo una mueca.
—Una victoria por cuatro puntos no me hace demasiado feliz— si bien aquello era cierto, no era lo único que estaba molestándolo, sin embargo, no lo externaría.
—Te prometo que mejoraremos en el próximo.
—Debemos hacerlo— sentenció —El siguiente partido es con Millstone y si no ganamos esos imbéciles seguirán molestando.
YeonJun asintió mientras miraba a su capitán arreglarse el cabello frente al espejo, se veía muy varonil y atractivo, el menor se preguntaba que tan factible era que a JungKook le gustaran los hombres; según su percepción aquello no era posible.
—¿Quieres que te lleve a la fiesta? — preguntó el mayor una vez que estuvo listo.
—¿Uh? Ah, no es necesario, EunWoo me dejará conducir su auto— dijo con una pizca de emoción en su voz —Llevaré a Areum también.
JungKook sonrió, las mejillas de YeonJun siempre se tornaban rojas cuando hablaba de Areum.
—Mírate eres todo un galán— le molestó empujándolo suavemente que YeonJun respondió de inmediato.
Su juego se vio interrumpido por la persona que entró a los vestidores.
—Ya vámonos que se nos hace tarde— le reclamó EunWoo a YeonJun a modo de broma —No querrás hacer esperar a la señorita ¿o sí? Yo podría llevarla y...
—¡No, ya voy! — dijo recogiendo sus cosas tan rápido como podía —¡Te veo allá, Cap!
El pelinegro asintió sonriendo mientras lo veía salir apresurado.
—Por cierto, te están buscando allá afuera para que les des un aventón— le dejó saber EunWoo antes de darse media vuelta —No tardes o empezaré a embriagarme sin ti.
JungKook asintió y sonrió, se preguntaba quién lo estaba esperando, hizo una mueca cuando se dio cuenta que quizás eran las porristas. No tenía ganas de llevarlas.
Tomó sus cosas de mala gana y se dispuso a salir, iba tan ensimismado en sus pensamientos que no notó cuando casi choca con alguien. Levantó la mirada y se encontró con los curiosos ojos de TaeHyung.
—¡Lo siento! — se disculpó de inmediato, tomándolo impulsivamente por los hombros —¿Estás bien?
—Lo estoy, no te preocupes— sonrió conmovido por la preocupación.
—¿Qué haces aquí? — preguntó mirando a todos lados, dándose cuenta que no estaba acompañado —¿Si irás a la fiesta verdad?
TaeHyung asintió efusivamente y luego se aclaró la garganta. En realidad, en aquellos momentos odiaba un poco a sus amigos pues habían terminado por convencerlo de que fuera a pedirle que les diera un aventón. Según TaeHyung aquello era demasiado atrevido y no quería molestarlo, pero si que tenía curiosidad así que al final había terminado por aceptar.
—De hecho, por eso estoy aquí— dijo algo avergonzado, rascándose el cuello —Quería saber si tú... podías llevarnos.
El pecho de JungKook brincó de emoción, el hecho de que TaeHyung lo buscara para pedirle cosas lo hacía sentir bien por alguna razón; sabía que a él no le molestaría caminar, pero que se acercara a pedirle un favor era un gesto muy significativo, o al menos así lo veía JungKook.
—Por supuesto que puedo— dijo con una enorme sonrisa, aunque intentaba no parecer demasiado emocionado —¿Quiénes van?
—JiMin, JaeHyun, HyeJin, NamJoon y yo... Aunque querían pasar por HoSeok y entiendo si eso es demasiado problema así que...
—No lo es— le interrumpió— Puedo hacerlo, no te preocupes.
Ni siquiera le importaba ya que JaeHyun fuera con ellos porque llevaría a TaeHyung y eso era todo lo que necesitaba saber.
—Muchas gracias— le sonrió suavemente.
JungKook le hizo una seña para que caminaran juntos y cuando llegaron a la salida del pasillo, un grupo de porristas se acercó al pelinegro entre sonrisitas y miradas coquetas que lograron irritar a TaeHyung.
—¿Nos llevarás en tu auto, JungKook? — dijo una de ellas colgándose de su brazo —Así podemos ir todos juntos a la fiesta.
El más alto le sonrió amablemente a la chica mientras se deshacía de su agarre de manera disimulada.
—Lo siento, chicas, voy a llevar a alguien más— se disculpó retrocediendo y empujando suavemente a TaeHyung para seguir con su camino —Pero... quizás las vea allá ¿sí?
Claramente no estaban contentas por el rechazo y claramente JungKook no tenía deseos de estar con ellas, pero parecía muy apurado con TaeHyung a su lado. Las chicas fruncieron el ceño ante aquello, sabían que el rubio era amigo de HyeJin así que tenía bastante sentido que el mariscal de campo estuviera intentando llegar a ella a través de uno de sus mejores amigos.
—¿Aún dudas que me odiarían? — preguntó el rubio, arrancando una carcajada de los labios de JungKook.
El corazón de TaeHyung se aceleró al escuchar la cantarina risa de su presidente de clase, estaba seguro que aquella era una de las cosas que más le gustaban de JungKook y esperaba poder hacerlo reír más seguido.
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—Muchas gracias por traernos, presidente— dijo JiMin colgándose de los hombros de JungKook, tomándolo por sorpresa —Tú no nos hiciste caminar.
El pelinegro frunció el ceño, confundido por aquello, pero la mirada apenada de YoonGi le hizo saber que era un asunto más personal así que decidió no preguntar.
—No fue nada, JiMin, de verdad— le dio unas palmadas en el hombro —Y ya te dije que puedes llamarme JungKook nada más.
—Muy bien, presidente JungKook— dijo JiMin apretujando las mejillas del pelinegro.
—¡JiMin! — lo regañó TaeHyung, apenado —Lo siento, él se pone así cuando bebe.
JungKook sonrió y negó con la cabeza restándole importancia; se preguntaba si TaeHyung estaba consciente que él era igual cuando bebía.
—Debo ir al baño— murmuró TaeHyung —Por favor échale un ojo ¿sí? — le pidió a JungKook mirando de reojo a JiMin.
El pelinegro asintió y lo dejó marcharse, notando que trastabilló un poco al caminar, se preguntaba si aquello era producto de su propia torpeza o si ya estaba resintiendo los efectos del alcohol, pero ya le preguntaría cuando volviera.
Lo cierto era que TaeHyung no había estado bebiendo mucho esa noche, lo único que tenía encima era la cerveza que le habían ofrecido al llegar hacía un par de horas y la piña colada que HyeJin le había hecho hacía poco menos de veinte minutos, misma que ni siquiera tenía mucho alcohol. Sin embargo, si que se sentía un poco mareado.
La música estaba demasiado alta para su gusto y no importaba a que habitación fuera, las voces de la gente parecían taladrarle los oídos, su atención estaba dividida entre todas las cosas que pasaban a su alrededor y aquello no le gustaba.
El baño era el único lugar en donde la música parecía estar lo suficientemente amortiguada para dejar sus oídos descansar. La realidad era que quería irse a casa, pero la estaba pasando realmente bien en compañía de JungKook y no quería dejar que su mal humor y su irritabilidad le arruinaran la noche a los demás.
Se recargó en el lavabo y ahí se quedó por un buen tiempo, intentando mejorar su ánimo.
Unos golpes en la puerta le hicieron saber que necesitaba salir, había perdido la noción del tiempo así que seguro ya habría una fila afuera.
—¡Ya voy! — exclamó con algo de vergüenza.
—¿Está todo bien ahí dentro, lindo? — esa era la voz de JaeHyun, cosa que lo animó a abrir la puerta sin pensarlo —Te vi entrar hace un rato y esperaba que salieras, pero tardaste y me preocupé.
—Lo siento— se disculpó —Me siento algo abrumado ahora ¿Han venido muchas personas a querer usar el baño?
—Si, pero no te preocupes, los espanté a todos y los mandé al baño de abajo— se encogió de hombros, sacándole una sonrisa —¿Necesitas algo?
—En realidad si... un poco de agua si no es mucha molestia.
—La traeré enseguida— le sonrió —¿Algo más?
—Quizás quiera ir a casa pronto así que si pudieras decirle a YoonGi o a JiMin...
—Te acompañaré— dijo de inmediato —Espérame aquí, traeré tu agua.
TaeHyung asintió y cerró la puerta nuevamente cuando JaeHyun se fue. Al menos no tendría que irse solo.
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Había pasado un rato desde que se había separado del grupo de TaeHyung, YoonGi se había llevado a JiMin cuando el rubio había empezado a hablar de más así que JungKook había tenido que regresar con sus propios amigos, era extraño convivir con ellos luego de haber convivido con los demás pues notaba muchas cosas que no le parecían correctas, pero tampoco sabía que hacer para dejarlos de lado.
Estaban en la cocina y su conversación se vio interrumpida por la llegada de JaeHyun que, sin decir nada, se acercó para sacar la jarra de agua de la nevera y luego servirla en un vaso.
La mirada del castaño se desvió cuando vio a JungKook y fue entonces que decidió acercarse a él con esa sonrisa que al pelinegro le parecía tan irritante.
—Hola presidente— dijo sonriendo —Gracias por invitarnos a la fiesta ¿has pensado que sería un buen gesto preocuparte por tus invitados de vez en cuando?
—¿De que hablas? — preguntó visiblemente confundido
—Hace un rato que TaeHyung se fue al baño y no ha regresado— dijo simplemente encogiéndose de hombros —Creo que se siente mal. Le llevo agua.
Aquello realmente preocupó a JungKook, la fiesta pasada TaeHyung había comenzado a beber agua cuando se sintió demasiado ebrio y si ahora la necesitaba era porque se sentía de la misma forma. Era cierto que no habían ido juntos a la fiesta estrictamente hablando, pero él lo había invitado y se sentía un poco responsable por él.
—¿Por qué eso debería importarle al capitán? — habló uno de los chicos que estaba ahí —Él no es la niñera de nadie ¿o sí, JungKook?
El pelinegro sonrió algo incomodo y asintió, dándole la razón.
—Déjame hablar contigo un segundo, presidente— sonrió JaeHyun, pasando su brazo alrededor de los hombros de JungKook, provocando que el chico a su lado diera un paso hacia enfrente, siendo inmediatamente tranquilizado por Jeon —Gracias.
Lo arrastró fuera de la cocina mientras hablaba casi en su oído para que pudiera escucharlo con claridad a través del sonido de la música.
—Sé que engañas a todos aquí, presidente, pero yo puedo leerte como un libro y desde que regrese a la escuela soy consciente de lo mucho que pareces estar interesado en TaeHyung.
JungKook lo miró alarmado y aunque intentó decir algo, ni una palabra salió de sus labios debido al nerviosismo.
—No te preocupes, no siento la necesidad de ir por ahí contándole a todo mundo la verdad sobre ti— le tranquilizó —Pero TaeHyung es mi amigo y el padre de dos de mi seis gatos así que si haces algo que pueda hacerlo sentir mal o lo pones en una situación incómoda me aseguraré que tu precioso Thunderbird quede inservible y tu cara también ¿entendimos?
JaeHyun no era alguien a quien la gente tomara en serio muy a menudo debido a su personalidad juguetona y descarada, sin embargo, JungKook sabía que esa vez hablaba en serio así que simplemente se limitó a asentir, pues no buscaba crear una discusión al respecto.
—Bien, bien. Ahora se buenito y llévale este vaso a mi Tae— dijo entregándole el vaso de agua —Dile que me distraje con una porrista.
JungKook rodó los ojos, pero terminó por asentir, tomando el vaso y encaminándose al baño. Una vez que llegó tocó un par de veces y esperó a que respondieran.
—Te habías tardado, Jae, yo...
Cuando abrió la puerta y se dio cuenta que quien estaba de pie ahí no era JaeHyun se quedó callado, siendo claramente sorprendido por la presencia de JungKook.
—Él se distrajo allá abajo— dijo aclarándose la garganta —Dijo que querías esto— le extendió el vaso de agua hasta que el rubio lo tomó.
—Si, lo necesitaba, muchas gracias.
—¿Está todo bien? — preguntó ladeando la cabeza —Hace un rato que no te veo en la fiesta.
—La verdad es que no— dijo haciendo una mueca —La música me tiene algo abrumado y quería despejarme un poco.
—¿En el baño? — le miró enarcando una ceja
—Es el lugar más silencioso— se encogió de hombros con una sonrisa —Oye, no me malentiendas ¿sí? Estaba teniendo una gran charla contigo hace un rato, así que no pienses que no me agrada el hecho de que me invitaras. Si no fuera por este extraño humor que tengo me gustaría seguir platicando.
JungKook sonrió y asintió, comprendiendo la situación; estaba a punto de hablar cuando una voz en la planta baja llamó su nombre casi a gritos. Frunció el ceño y se acercó al barandal para ver de quien se trataba, era uno de los jugadores.
—EunWoo dice que si puedes ir a conseguir más hielo.
Rodó los ojos, pero inmediatamente una idea pasó por su cabeza y asintió, regresando al baño rápidamente donde TaeHyung aun seguía asomado por la puerta.
—Oye ¿quieres acompañarme? Quizás eso te despeje un poco y si quieres podemos volver a la fiesta.
—¿Y si no quiero? — preguntó
—Traemos el hielo y te llevo a tu casa ¿Sí?
TaeHyung lo pensó un poco y terminó por asentir, después de todo en realidad deseaba salir de ahí por un momento.
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Tal y como él había predicho, luego del corto viaje para conseguir el hielo, sus ánimos no se habían mejorado enormemente y sus deseos de volver a la casa llena de ruido eran casi nulos ahora que había escuchado la tranquilidad de la noche únicamente musicalizada por los grillos.
Creyó que JungKook lo convencería de entrar nuevamente, pero cuando intentó persuadirlo una primera vez y obtuvo una negativa hizo lo que había dicho y se estacionó fuera de la casa de EunWoo para llevar los hielos tan rápido como pudo, evitando cualquier distracción. En menos de cinco minutos, JungKook estaba de vuelta en el auto, con su chaqueta y cualquier cosa suya en las manos.
—¿No regresarás? — preguntó TaeHyung con curiosidad cuando lo vio subir al auto
—Se está haciendo tarde y mañana tengo cosas que hacer— le dejó saber simplemente, recibiendo un asentimiento por parte del rubio —Parece que la noche acabó temprano para nosotros ¿Estás cansado?
—No en realidad, me habría gustado pasar más tiempo en la fiesta, pero en verdad me siento aturdido por el ruido.
—Está bien, seguro lo entenderán— le sonrió mientras arrancaba el auto.
El viaje se hizo en silencio, desde casa de EunWoo hasta la avenida principal, cuando TaeHyung notó un cambio notable en su trayectoria.
—Nuevamente no estamos yendo a mi casa— mencionó frunciendo el ceño.
—¿Ah no? — preguntó JungKook como si realmente estuviera confundido
—No, mi casa está en la otra dirección y... — dejó de hablar cuando se dio cuenta —Ya lo sabes ¿No?
—Por supuesto que lo sé— dijo soltando una risita —Quiero llevarte a otro lado antes de que vayas a casa.
—¿Otro lado? ¿Qué lado?
—Penny Lane Pies— dijo simplemente —Creí que debías verlo de noche, así que aprovecharé que no hay nadie ahí para llevarte, a menos que no quieras...
Por supuesto que quería, si TaeHyung tenía la oportunidad de pasar más tiempo con él lejos del bullicio de la gente la tomaría sin replicar.
—Si quiero— dijo entusiasmado, calmando los crecientes nervios de JungKook.
El pelinegro asintió y sonrió, pisando más el acelerador para llegar pronto a su destino.
Pronto estuvieron ahí y aunque TaeHyung ya había visitado el lugar una vez, no podía dejar de preguntarse como se habían salido con la suya al apropiarse de la antigua cafetería.
La fachada no lucía muy prometedora bajo la luz de la luna, sinceramente a TaeHyung le dio la impresión de ser algo sacado de una película de terror, sin embargo, todo cambió cuando estuvieron en el patio trasero. JungKook encendió las luces que colgaban encima de las bancas, dándole al lugar un aspecto mucho más cálido.
TaeHyung paseó su mirada por todos lados, sonriendo ampliamente al ser testigo de la belleza que lo rodeaba, ahora se daba cuenta que algunos de los árboles también estaban rodeados de luces y un poco más lejos había una fogata que estaba apagada.
—Luce realmente muy lindo— comentó el rubio girándose para mirar a JungKook
—Te traje aquí porque... Bueno, dijiste que estabas abrumado y aquí es donde vengo yo cuando me siento de esa forma.
—¿Por las noches? — JungKook asintió —Puedo ver por qué vienes aquí, hay cierto aire de tranquilidad. Gracias por compartirlo conmigo.
—¿Quieres sentarte? — le ofreció y TaeHyung asintió —Tenemos pay de queso en la nevera ¿Quieres un poco?
—Me sorprende mucho que tengan una nevera— dijo con una risita —Me gustaría un poco, si no es molestia.
JungKook entró nuevamente al local y salió unos segundos después, con una rebanada de pay en un plato que luego puso frente a TaeHyung antes de sentarse a su lado en la banca de picnic. Había puesto algo de música a un nivel muy suave, "I'm not in Love" de 10cc sonaba en el equipo de sonido.
—Lamento haberte insistido tanto para ir a la fiesta— dijo ganándose una mirada curiosa por parte de Tae —Si hubiera sabido que las fiestas tan grandes te causan ese tipo de molestia no lo habría hecho.
—Bueno, no tenías modo de saber— le tranquilizó, comiendo un poco del postre —Tampoco yo sé cuando me voy a sentir así. De todas maneras, te agradezco por habernos invitado y por traerme aquí ahora.
—No es nada, en realidad disfruto mucho tu compañía.
—Me alegra que digas eso, yo también lo hago.
JungKook se quedó un momento en silencio, mientras TaeHyung comía. Las dudas acerca de lo que había sucedido esa misma tarde con YoonGi no dejaban de asaltar su mente y aunque sabía que era algo estúpido quería sacarlo de su sistema, especialmente porque se había hecho mil y un escenarios acerca de la visita matutina del rockero de la que había hablado YeonJun.
—Tae— le llamó suavemente, haciendo que el rubio se girara a verlo —¿Puedo hacerte una pregunta?
A TaeHyung se le revolvió el estómago como lo hacía siempre que JungKook parecía ponerse serio con él, sobre todo cuando quería hacerle una pregunta.
—¿Sabes? Cuando dices que quieres preguntarme algo me pongo demasiado nervioso— lo externó, sonriendo ligeramente.
—¿Nervioso? — TaeHyung asintió —¿Por qué?
—No lo sé— se encogió de hombros, desviando la mirada —Pero si puedes hacerme una pregunta.
JungKook se aclaró la garganta y se acomodó mejor en su lugar, buscando algo de confort antes de finalmente externar sus dudas que sabía terminarían pareciendo ridículas a ojos del rubio.
—¿Está pasando algo entre tú y YoonGi? Algo... ya sabes, ¿romántico?
Aquella pregunta lo descolocó, aun más que la pregunta sobre JaeHyun y es que, además de que le parecía sumamente curioso que JungKook estuviera tan preocupado por su vida amorosa, también le sorprendía que estuviera relacionándolo con YoonGi de la nada.
—¿Por qué lo preguntas?
JungKook sintió un tirón en el estómago cuando TaeHyung no lo negó de inmediato como había hecho cuando le preguntó acerca de JaeHyun, pero aún así decidió seguir adelante con su pregunta, aunque sabía que quizás quedaría como un entrometido.
—Los escuché discutir en la tarde— dijo apenado —No era mi intención, pero no pude evitarlo... Sonabas muy molesto y....sonaba como una escena de celos, si te soy sincero; además...
Se quedó callado, no sabía si decirlo sería lo correcto.
—¿Sí?
Inhaló profundamente y luego asintió, ganando la motivación suficiente para preguntarle.
—No quiero que suene como algo horrible, pero... ya sabes que a la gente de este pueblo le gusta andar hablando y... escuché que... vieron a YoonGi entrar a tu casa el sábado en la madrugada luego de la fiesta en casa de Areum.
TaeHyung suspiró, no se imaginaba que alguien los hubiera visto; un sentimiento amargo se instaló en su pecho, recordando que la naturaleza del pueblo era la de llevar los chismes más rápido que el viento, haciéndole saber una vez más que fuera lo que fuera que hiciera alguien se enteraría. Al menos esta vez quien lo estaba cuestionando era JungKook.
—Él estuvo en mi casa. — asintió con una mueca —Pero no es lo que piensas o lo que sea que te hayan dicho.
De un momento a otro TaeHyung se había puesto a la defensiva y aquello hizo sentir realmente mal a JungKook pues sabía que no era la primera vez que alguien le apuntaba con el dedo y hablaba de él. El hecho de ser precisamente él quien estaba actuando de esa forma le hacía sentir náuseas porque nunca se atrevería a juzgarlo mal; la realidad era que estaba demasiado curioso porque sentía celos y no sabía bien cómo manejarlos.
—Lo siento... es solo que tenía curiosidad— se disculpó dejando caer sus hombros con pesadez —No te juzgo solo... quiero saber lo que ocurre en tu vida, supongo.
—¿Y por qué? — preguntó con cautela, mirándolo con los ojos algo empañados, con un nudo en la garganta y las manos sudándole por los nervios.
JungKook suspiró pesadamente y negó con la cabeza, la verdad era que no podía hablar sus razones con tanta libertad así que decidió, como había estado haciendo últimamente, decir la verdad a medias.
—Hay pocas personas en el mundo que creo que valen la pena conocer— comenzó, bajando la mirada hasta sus manos que jugueteaban con una hoja que había sobre la mesa —Tú eres una de ellas y me gustaría conocerte, no solamente lo que dicen que eres o lo que le muestras al mundo que eres. En verdad quiero conocerte.
Que dijera aquello de una manera tan sincera hizo que la muralla que TaeHyung había construido en ese momento se derribara igual de rápido y cuando JungKook extendió su mano para tomar la suya su corazón comenzó a latir con rapidez, aturdiéndolo por un segundo.
—Es solo eso, Tae, quiero conocerte— dijo dando un ligero apretón en su mano —No pienses que voy a juzgarte de alguna manera ¿de acuerdo? Solo intentaba comprender y tenía curiosidad.
—Es solo... A veces creo que YoonGi es mi mejor amigo, pero no estoy seguro de yo ser lo mismo para él... por eso discutimos hoy.
—¿YoonGi? — preguntó frunciendo el ceño, TaeHyung asintió y dados los comentarios que él ya había hecho con anterioridad acerca de sus amistades, JungKook supo más o menos por donde iba el asunto —Tae, si me permites decirlo, él te adora; cuando salimos al arcade o cuando vamos a alguna fiesta se la pasa mencionando cosas sobre ti y todo lo que haces.
—¿De verdad?
—Ten por seguro que eres el mejor amigo de YoonGi tanto como él es el tuyo— aquello le ganó una sonrisa por parte de TaeHyung —El hecho de que no te cuente algo tan simple no quiere decir que te está haciendo a un lado, incluso creo que últimamente se siente un poco intimidado.
—¿Intimidado?
—Piénsalo, JiMin llegó prácticamente de la nada y tú estás demasiado entusiasmado con él
TaeHyung frunció el ceño, pensando seriamente en lo que JungKook acababa de decir. Definitivamente no se había detenido a mirar la situación desde otro punto de vista, si lo pensaba ahora se veía como alguien bastante egoísta y se sintió bastante apenado por ello.
—No había pensado en eso— admitió —Supongo que necesito hablar con él y aclarar las cosas. No quiero que se sienta así.
—Estoy seguro que lo resolverás— le dijo sonriendo y TaeHyung asintió, su sonrisa siendo un poco más brillante.
—Gracias— le respondió, en ese momento un impulso se apoderó de él, algo como querer sincerarse con JungKook por alguna razón y es que no sabía porque de repente aquello le pesaba tanto en el pecho, pero necesitaba sacarlo a pesar de que no fuera relevante para la conversación —¿Sabes? Entiendo por qué la gente puede pensar que algo sucede entre nosotros.
—¿Y por qué es eso?
Hubo un silencio de un par de segundos y TaeHyung se aclaró la garganta antes de hablar.
—Hace un par de años YoonGi y yo solíamos ser mucho más cercanos. Incluso compartimos algunos... besos.
JungKook sintió que su estómago se caía, como si se encontrara en una montaña rusa. Se sintió mareado por un segundo, pero logró mantenerse firme.
—¿Besos? — preguntó en un susurro, sintiendo su garganta secarse.
—Si, me avergüenza mucho decirlo ahora— dijo con las mejillas enrojecidas— Fue una fase breve, ambos estábamos confundidos y explorando nuestros sentimientos; teníamos quince y dieciséis y nos queríamos, pero no de esa forma.
—Ya veo... — JungKook asintió lentamente, intentando procesar lo que acababa de escuchar. Sabía que no tenía derecho a sentirse molesto o celoso, pero no podía evitarlo —¿Y que hay de ahora? Eso... ¿Ha seguido pasando?
Esta vez TaeHyung se rio, de la misma forma absurda en que lo había hecho cuando había negado una relación con JaeHyun, cosa que hizo que JungKook sintiera un peso desaparecer de su espalda.
—No, nada de eso, eso fue en el pasado y solamente unas cuantas veces— dijo negando con la cabeza —Yo no podría hacer eso con el YoonGi actual, incluso decirlo suena incorrecto.
JungKook dio nuevamente un apretón a la mano de TaeHyung y el rubio cayó en cuenta que todo ese tiempo su mano había estado envuelta en la del pelinegro, aquello se sentía tan natural que no quiso retirarla.
—Gracias por compartir esto conmigo, Tae. Te prometo que lo que me dijiste no lo hablaré con nadie más.
—Eso espero, solamente tres personas lo saben y tú eres una de ellas. Sabré si estuviste hablando por ahí.
Lo decía en broma, pues sabía que JungKook no era el tipo de persona que esparcía los rumores.
—¿Quiénes son las otras dos?
—YoonGi y yo— se encogió de hombros
—Si, suena a un círculo bastante reducido.
TaeHyung soltó una risita ante la broma de JungKook y asintió.
Gracias por hablar conmigo, en realidad me hiciste ver algunas cosas que no habría visto por mí mismo. Eres un gran amigo, JungKook.
Y aunque el pelinegro sabía que él mismo había estado forzando aquel termino para definirse a sí mismo frente a TaeHyung, en ese momento lo detestó porque quería ser más.
—Siempre puedes hablar conmigo si lo necesitas ¿de acuerdo?
El rubio asintió y sonrió
—JungKook... Se que quizás puedas sentirte incomodo con esto, pero yo realmente quiero darte un abrazo ahora. Está bien si no quieres y entenderé si...
El pelinegro tiró de la mano de TaeHyung y lo atrajo hacia su pecho, rodeándolo inmediatamente con sus brazos; la cabeza del rubio quedo prácticamente enterrada en el pecho de JungKook, donde era capaz de escuchar su corazón latir con rapidez. El aroma fresco del shampoo de TaeHyung estaba atrayéndolo y no luchó contra los impulsos de enterrar su nariz entre las doradas hebras del más bajo, estrechándolo con fuerza.
Nunca antes lo había abrazado, pero se sentía bien tenerlo así, con sus brazos aferrados a su cintura y su respiración calentándole el pecho. Estaba seguro de no haber disfrutado tanto un abrazo en su vida como estaba disfrutando abrazar a TaeHyung.
Y haría todo lo posible por tenerlo así tanto como quisiera.
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9 de Agosto de 1986
Había decidido ir al arcade para despejarse un poco pues su cabeza no dejaba de dar vueltas alrededor del asunto de YoonGi y TaeHyung; le creía a Tae, acerca de que ya no sucedía nada entre ellos, pero por alguna razón le molestaba bastante el hecho de que siquiera lo hubieran hecho una vez. Quizás era el mismo sentimiento que tenía con JaeHyun, que él quería estar en su lugar.
Pero él ya había besado a TaeHyung, ¿qué más pedía? Seguramente se debía a que Tae no recordaba su beso y él ansiaba que lo hiciera.
Suspiró pesadamente mientras golpeaba los botones de la máquina sin ganas, había perdido la partida y una mueca de frustración se dibujó en su rostro. Su estómago rugió, tenía hambre y cuando miró el reloj en su muñeca se dio cuenta que había estado ahí por cuatro horas, ya era hora de la cena, pero seguramente nadie estaría en casa para recibirlo así que decidió comer algo rápido de ahí antes de irse.
Cuando estaba esperando en la fila, unas manos se posaron en sus hombros, asustándolo por un momento. Se relajó cuando reconoció a la pelinegra detrás de él.
—¿Qué haces aquí? — le preguntó HyeJin asomándose por su costado, sacándole una risita
—Vine a jugar un poco ¿Y tú?
—Tenía muchas ganas de jugar air-hockey — le dijo sonriendo —¿Puedes sacarme una malteada de vainilla ya que estás en la fila?
—Por supuesto, te la llevaré a tu mesa si quieres.
La pelinegra abrazó rápidamente a JungKook y asintió con emoción.
—Eres el mejor.
Cuando terminó de comprar la comida caminó hasta donde estaba HyeJin y le entregó su malteada antes de regresar a donde había estado jugando; sin embargo, la maquina ya estaba ocupada por alguien que él conocía bien, pero a quien no deseaba ver y su estómago se tensó en un nudo que lo hizo detenerse a mitad de camino.
—¿Por qué no me dijiste que vendrías? — preguntó YoonGi con una enorme sonrisa mientras jugaba —Seguramente querías romper mi récord de Donkey Kong sin que yo me enterara ¿No es cierto?
JungKook resopló y rodó los ojos, tomando lugar en otra máquina.
—No tengo que avisarte cada que vengo aquí ¿O sí? — respondió de mala gana, sorprendiendo al mayor por la hostilidad con la que lo estaba tratando.
JungKook no era así, por muy molesto que estuviera, nunca lo había tratado de esa manera y no tenía idea de que estaba sucediendo, pero debía ser algo importante para tenerlo así de irritado.
—Bueno, yo solo...
No lo dejó terminar de hablar pues nuevamente rodó los ojos y le dio la espalda, encaminándose hasta un lugar lejos de él; YoonGi hizo una mueca, él podía ser muy paciente, pero no le gustaba que fueran groseros con él, menos cuando no parecía haber una razón lo suficientemente buena para ello y, según lo que sabía, no le había hecho nada a JungKook como para que se comportara de ese modo.
Lo siguió, dispuesto a saber lo que estaba ocurriendo. Cuando estuvo detrás de él lo tomó por el hombro, haciendo que se volteara abruptamente.
—¿Cuál es tu problema? — le encaró YoonGi, con el ceño fruncido.
—Vine aquí para no tener que pensar en ti así que déjame en paz por cinco minutos ¿quieres?
—¿No pensar en mí? ¿De que mierda estás hablando ahora?
JungKook se pasó una mano por el rostro, visiblemente frustrado con toda la situación. Él de verdad no había querido decir nada al respecto, pero no esperaba encontrarlo ese día y por supuesto tampoco esperaba que su presencia lo hiciera sentir así de molesto.
—El pensamiento de que TaeHyung y tú se besaron no deja de dar vueltas en mi cabeza. Especialmente porque los rumores de que te vieron entrar a su casa en la madrugada están corriendo y tú sabes lo mucho que la gente ya de por si habla de él.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de YoonGi al escuchar aquello, sus ojos se abrieron con sorpresa y las manos comenzaron a temblarle.
—¿Cómo sabes eso? — preguntó
—Él me lo dijo— obvió, aun molesto
—¿Y por qué te lo diría?
—Quizás podrías saberlo si te preocuparas un poco más por él— dijo simplemente —Cuida más tus acciones, YoonGi, no sabes cómo pueden afectarle.
JungKook se dio media vuelta y decidió que salir de ahí era lo mejor para la situación, ya se había descontrolado lo suficiente.
HyeJin, que había visto la situación desde lejos, corrió detrás de JungKook hasta que logró alcanzarlo en el estacionamiento.
—¡Oye! — lo llamó, corriendo hacia él —¿Qué pasó allá adentro? ¿Está todo bien? — le preguntó visiblemente preocupada.
—Parece que estoy actuando como un idiota otra vez— murmuró, caminando hasta su auto, sin dirigirle la mirada.
—Bueno... Gracias a dios no tomaste a YoonGi como me tomaste a mí o eso hubiera acabado fatal— intentó aligerar la situación con aquella broma, pero cuando vio que no funcionó, se aclaró la garganta. — Ya en serio, JungKook ¿Estás bien?
Le picaba la garganta y sentía una opresión en el pecho, como si las palabras se hubieran amontonado en su interior rogándole porque las dejara salir. Sabía que no era sano reprimir sus emociones de esa manera, las noches que llevaba sin dormir correctamente eran una prueba de ello; sin embargo, él no tenía con quien hablar pues estaba seguro que sus amigos no lo tomarían bien.
Miró a HyeJin de reojo ¿Qué tan buena sería guardando secretos?
—Hye... — la llamó, con la voz entrecortada —Si te digo algo ¿prometes no decírselo a nadie?
—Seguro... — murmuró, su expresión tornándose más seria
—¿Aunque lo que te diga involucre a alguien cercano a ti?
—Lo prometo, JungKook, dime que sucede.
—Me gusta TaeHyung.
Hoy fue día de funar a YoonGi :( Como siempre, los espero en instagram con la cajita de preguntas para que platiquemos sobre el capítulo.
Muchas gracias por leer!
xoxo, la esposa de Aegon Targaryen II.
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