Namjoon sonrió mientras abría sus piernas, dejando que aquel hombre musculoso de espalda ancha se metiera entre ellas para empujar con rudeza en su interior. Los dedos de sus manos se metieron en la piel del contrario, deleitándose con la suavidad de esta.

Gimió en voz alta sin ocultar lo complacido que se encontraba mientras el hombre le embestía con profundidad.

Pero algo debía de distraerlo.

Su móvil comenzó a sonar en repetidas ocasiones, hasta que tuvo que detenerse un momento para contestar, viendo en la pantalla el nombre de quién no debía pensar.

Aun así, contestó, sonriendo mientras le indicaba al hombre qué siguiera penetrándolo.

—¿Sí?

—¿En dónde carajos estás? Se supone que iríamos al bar con Yoongi, ¿lo olvidaste?

Namjoon aplastó el labio inferior con los dientes.

—Mhm, la verdad, ¡Ah! Estoy ocupado.

Y colgó, importándole una mierda si Taehyung se aparecía en la entrada de su casa como un demente.

—¡Oh! ¡Si!

El hombre le sujetó las caderas y tiró de Namjoon para sentarlo en su regazo, haciendo que su polla entrará en lo profundo del menor.

Entonces, comenzó a ayudarlo con las embestidas, mientras sus bocas se comían esperando que no acabara ese momento jamás. Pero el límite del cuerpo los obligó a un orgasmo que solo los hizo doblegarse ante el otro.

Namjoon intentó controlar su respiración, viendo al hombre terminar de vestirse, pasando una camisa de seda por ese cuerpo majestuoso que había logrado tocar.

— ¿Vas a darme tú número? —preguntó el hombre.

Namjoon le sonrió, se puso de pie aún desnudo y le besó en los labios, metiendo su lengua mientras exploraba su cavidad bocal.

—Si mi computador vuelve a fallar... ten por seguro que te daré mi número.