Namjoon se cuestionó duramente el por qué había dejado dormir a Taehyung en su casa la noche anterior. Ahora se encontraba en la cocina caminando de un lado a otro, preparando un desayuno con notable nerviosismo. Pero, después de todo, eran amigos, era normal ayudar a un amigo.

Bueno, quizás todo sería más fácil si nunca hubiese llegado a tener un pasado con Taehyung altamente sexual.

—Buenos días.

El menor sintió escalofríos, como un rayito eléctrico recorriéndole la piel. Volteó para ver a Taehyung y tragó duro. Ese hombre era como un Dios griego.

—Buenos días —susurró, intentando no darle importancia.

Taehyung sonrió, acercándose a la nevera para sacar un poco de leche fría.

—¿Dormiste bien?

—Pude dormir mejor en tu cama. —Namjoon lo fulminó con la mirada—. Es una broma, cálmate.

—¿Qué tipo de broma es esa? —murmuró para sí mismo, aunque Taehyung sabía que se había molestado.

—Me iré temprano.

—Yo igual, pero no dejaré perder el desayuno. Siéntate —demandó.

El mayor asintió, volviendo a dejar la leche en la nevera para caminar hasta la barra, quedando uno frente al otro.

Había un pan fresco con un olor agradable y los huevos jugosos humeaban.

—¿Qué pasó con Joy? —preguntó el menor.

—Creo que se está acabando.

—Que yo sepa tienes tu departamento, no entiendo qué haces aquí.

—Ahora se siente más solo —confesó —. Creo que debería ir al bar para desahogarme un poco. ¿Quieres acompañarme un día de estos?

Namjoon sonrió con gracia.

—No, no iré.

—Oh, vamos, ¿hace cuánto no salimos a beber juntos? Namjoon, que tengas un novio ahora, no te cohíbe de estar con tu amigo.

El menor se tomó el café en completa calma.

—Ahora actúas como un verdadero amigo.

Taehyung frunció el ceño.

—Siempre he sido tu amigo.

—No, por supuesto que no. Siempre has sido mi amigo sexual, nada más que eso.

Namjoon no quiso escuchar ni hablar más, tomó su plato, lo dejó en la cimera y luego caminó rápidamente al baño para bajar la temperatura de su cuerpo, porque ahora se sentía irritado.