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5. La villana acude al lugar de su futura boda arruinada.

Supongo que he cometido un terrible pecado en mi vida anterior a la anterior. De lo contrario, ¡no me explico por qué tengo que estar al lado de este tipo hoy! ¿Qué habré hecho, Dios? ¿Habré sido un político corrupto en la era Joseon? ¿Me acosté con la reina mientras era un eunuco? (Ahora también lo soy) ¡Por favor, Dios, ilumíname y muéstrame el camino de la redención!

— No sabía que fueras devota — abro los ojos cuando le oigo hablarme, pero me doy cuenta de que ni siquiera me está mirando.

Suelto mis manos y suspiro como si me hubiera ofendido.

— ¿Sigues enfadada por lo de ayer? Ya te he pedido disculpas.

— Vaya, creo que también has tomado el hábito de tutearme. ¡Soy la princesa del ducado! ¡Sé más respetuoso!

— Y yo soy el futuro emperador. Mi existencia es más importante que la tuya.

Me cruzo de brazos mientras lo miro molesto. ¡Es tan imbécil! ¡Tan irrespetuoso! ¡Tan estúpido y egocéntrico! ¡Dios, Dios, Dios! Si no estuviéramos frente a una iglesia, le habría estrangulado.

— ¡Qué infantil!

— ¿Hablas de ti? Supongo que sí, lo eres. Enhorabuena por darte cuenta.

«¡Maldito seas! ¡Al menos mírame cuando me estás ofendiendo!».

— ¿A qué has venido? Me ha parecido extraño que solicitaras acompañarme hoy, ¿acaso tienes fiebre?

— Ayer, cuando le solicitaste al emperador observar la catedral desde dentro, él me dijo que te acompañara. No estoy seguro de por qué quieres ver el interior, no va contigo...

— ¿Y tú qué sabes lo que va conmigo o no? Pírate, pringado — avanzo dejándolo atrás. Si tengo suerte, nunca sabrá lo que significan esas palabras y mi cuello estará a salvo.

— ¿Pri... pringado...?

Como ya había dicho antes, la catedral tiene un diseño gótico impresionante. Si pudiera compararla con una de la vida real, la catedral negra de Colonia en Alemania se le asemeja mucho. Pero, sigo sin entender en qué época europea se basa este mundo. La gente, tanto la Nobleza como la aristocracia, se viste como si fueran renacentistas o rococó. Los edificios son góticos, pero hay algunas iglesias que tienen un diseño medieval. Supongo que el autor quiso mezclar todo esto y el resultado fue una extraña tendencia victoriana que resultó en el corsé más apretado del armario de Eunha para mí el día de hoy.

No sé si es fortuna o infortunio, pero su cuerpo ya está acostumbrado y por ello no me siento tan agobiado. A veces, me cuesta respirar, agacharme o incluso inclinarme. Es demasiado molesto y poco saludable. Tendré que cambiar esos hábitos, no quiero fallecer por algo así.

El cardenal nos recibe en la entrada. Como de costumbre, primero saluda a Taehyung y después a mí. Nos explica una historia que no puede importarme menos y después nos cede el acceso al interior de la catedral.

— ¡Me cago en...! — exclamo. El eco hace que mi voz viaje por todos los rincones de ese lugar tan majestuoso — ¡Esto es increíble! ¡Es preciosa! ¡Las estatuas, los adornos de oro y piedras preciosas! ¡Incluso hay vitrales!

— Por supuesto, princesa. Cuando el sol y las ventanas se encuentran, esto es un espectáculo.

— ¡Es...! ¡Es...! ¡Es un lugar tan precioso, cardenal! ¡Y tan inmenso y...! — Me siento tan emocionado. Solamente había visto esre arte en las fotografías o en los libros de Historia del Arte. Siento que mi corazón palpita como si todo lo que viera, fuese divino. Me consume una inmensa alegría y euforia... Y toda esa felicidad se acaba al hacer contacto visual con Taehyung. Me percato de que lleva un rato mirándome.

En ese momento, debería haber pensado que por qué está viéndome, pero mi mente se queda en blanco.

El brillo de la luz de el exterior se funde con los cristales de colores que se posan sobre su piel; sobre su rostro. Descubro los colores cian, violeta, magenta y sutiles tonos anaranjados. Mi mirada se endulza, puedo sentirlo, y me siento débil. No puedo controlar mis emociones. El latido de mi corazón es más ruidoso que la voz de mi razón.

«Joder...» mi voz masculina trata de devolverme a la Tierra. Soy consciente de que es el cuerpo de Eunha el que ha reaccionado de esa forma tras verlo, pero... Mi alma también se siente sacudida, pues, lo que digo con mi propia voz, es cosa mía: «Él es como una obra de arte...»

Me sobresalto un segundo después al darme cuenta de lo que he pensado. Me cubro la boca como si fuera a vomitar y chillo.

— ¿Qué pasa?

Trato de recuperar la compostura, pero me siento tan acalorado que no puedo observarlo. ¡Maldito cuerpo de mujer, así no es divertido ser una!

— ¿Qué te pasa a ti? No has dejado de mirarme, me has incomodado tanto que tuve náuseas.

— Simplemente me sorprende que te guste esto. Antes decías que el arte era para la gente aburrida.

— ¿Eunha dijo eso?

— ¿Te acabas de referir a ti misma en tercera persona? — vuelvo a sobresaltarme y me alejo tres pasos de él.

— ¡Por cierto, cardenal! — me dirijo a él para cambiar de tema — ¿A qué hora suelen tocar las campanas? ¿Lo hacen durante una ceremonia de bodas también? — El hombre asiente — ¿Qué horas suelen ser?

El cardenal me explica cómo funcionan las cosas en la catedral. Le escucho, pero no demasiado, pues me quedo mirando cómo Taehyung vuelve a dejar de mirarme y a darme la espalda. No esperaba más de él, siempre ha menospreciado a Eunha y nunca la ha mirado, ni siquiera en el día de su muerte... Pero, está bien. No busco su atención. Aunque, en esta historia tampoco se case con Eunha, siempre hallará una excusa para ignorarme y yo tendré vía libre para estar con Jihye.

Haré todo lo posible para que se ponga de mi lado y huiremos juntos antes de que ella tome el lugar de su esposa.

La boda fue durante el mediodía, entonces, esta no será diferente. Según me ha contado el cardenal, las campanas suenan a las doce en punto. Recuerdo que, en el libro, el idiota de Taehyung tarda demasiado en dar el sí y mientras Eunha aguarda impaciente por su respuesta, se oye la primera campanada, después la otra, y durante la cuarta campanada, empieza el ataque del reino enemigo.

— ¿Señorita Eunha? ¿Por qué se quita los zapatos?

— ¡Es que... me ha apetecido una carrera hasta la puerta! — exclamo con una sonrisa. Por supuesto, el cardenal se escandaliza, ¡nadie antes había corrido dentro de una iglesia! Además de ser irrespetuoso y vulgar.

— Hey... — la voz de Taehyung suena incrédula, pero eso solo me alienta a demostrarle que yo nunca bromeo.

— ¡Haz algo de provecho y cuenta cuántos segundos me toma llegar hasta la puerta! — le digo apuntándolo con el dedo. La expresión de ese tipo cambia para mi sorpresa; de mirarme con desprecio, ha cambiado a una mirada sorprendida e incrédula — Está bien, contaré yo misma.

Corro. Tomo el impulso como si la salida de este mundo se encontrara cruzando las puertas cerradas de esta capilla. Oigo la voz de Taehyung enrrecortada porque ni siquiera él puede detenerme, mientras el cardenal, estupefacto, se horroriza por mi mala educación. No obstante, ellos nunca podrían entender qué tan importante es esto para mí.

Cometo un error. No me detengo antes de chocar contra la puerta; olvidaba que se abre hacia adentro. Es tan grande y pesada que me derrumba inmediatamente cuando impacto contra ella.

— ¡¿Señorita Eunha?! ¿Está usted bien? — pregunta el cardenal.

Me duele el brazo. Me he lastimado tan fuerte que siento que estoy sangrando. He vuelto a actuar sin pensar.

— ¿Te has vuelto loca? — escucho que Taehyung me dice mientras se acerca a mí manteniendo su ritmo calmado. ¡Una mujer se ha lastimado y podría haberse fracturado el brazo! ¡¿Y no eres capaz de correr hacia ella para ver si se encuentra bien?! — ¿Por qué has hecho eso?

— Sí, estoy loco desde que nací — murmuro, creo que no me ha oído.

Vuelvo a sucumbir al dolor. Me cuesta incorporarme, el brazo me duele demasiado, ¡pero no voy a quedarme en el suelo! Con toda la fuerza de voluntad que me resta, me pongo de pie y trato de abrir la puerta tirando hacia mí... Pero, es imposible... ¡Es demasiado pesada para el cuerpo de Eunha!

— ¡Señorita Eunha, señorita Eunha! — oigo al cardenal chillando detrás de mí y suspiro agotado.

Entonces, veo la mano de Taehyung tomando la aldaba de la puerta y tirando con facilidad. Al lado de las manos pequeñas de Eunha, las suyas son grandes, y, por alguna razón, me la tiende. Levanto la mirada y me encuentro con sus ojos y con un gesto completamente diferente en su rostro.

Al tomar su mano, me pregunto a mí mismo...

«¿Por qué... está sonriendo?»

Gracias por los comentarios y las reacciones de ayer, me puse muy feliz al leer. 🤧

La razón por la que los capítulos son tan cortos, es porque estoy en un bloqueo creativo y me agobio mucho cuando tengo que sentarme a escribir capítulos tan largos. Aunque eso también provocará que la historia sea muy larga, ¡espero que no resulte un agobio para ustedes también! Más adelante, ampliaré la cantidad de palabras. ❤️

De verdad, gracias por leer algo como esto. Sé que muchas están acostumbradas a que el taekook sea conformado por dos hombres, JAJA, pero tengan fe en mí y si cuando avancemos más en la lectura les gusta mucho más la historia, no olviden recomendarla si es posible.

¡Nos leemos mañana, bye, bye! ✨️💕

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