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29. El punto de vista del héroe.

Eunha siempre fue "algo borroso" en mis recuerdos. Aunque supiera que durante mi infancia y adolescencia solía ir a la mansión del Duque para jugar con su hermano, no tengo recuerdos sobre ella más allá de verla sentada bajo un árbol leyendo novelas románticas y seguirme a donde quiera que fuera en las reuniones importantes.

Era conocedor de sus sentimientos. Todo el mundo sabía que yo le gustaba y que, probablemente, algún día nos uniríamos en matrimonio, sin embargo, yo nunca he podido verla de esa manera. Con el tiempo, tras la muerte del Duque y su esposa, abandoné el contacto con ella y con su hermano durante un tiempo. No la vi en el funeral del Duque y la Duquesa, tampoco la vi en las conmemoraciones, pero sí oía todos los rumores que habían sobre ella.

Los rumores decían que era una mujer arrogante, engreída, orgullosa y caprichosa, pero yo no recordaba que lo hubiera sido en ningún momento. Aunque mis recuerdos eran borrosos, siempre tuve la impresión de que era una chica tranquila y tímida... Y aún así, decidí creer en aquellas horribles calumnias porque de algo sí estaba seguro; la princesa del ducado me había atado a un matrimonio que no deseaba.

Después de cierto tiempo, me enteré de que había sufrido un accidente; todos los Nobles se habían enterado de ello y el rumor de que lo había hecho a propósito para llamar la atención, no duró en esparcirse con el viento.

No me interesó saber sobre su estado, incluso cuando estuvo inconsciente varios días, por un momento, deseaba que eso anulase nuestro matrimonio. Al principio, creía que había sido un acuerdo entre nuestros padres, pero ella siguió insistiendo en nuestra unión incluso tras la muerte del Duque. Me enfermaba su comportamiento obsesivo, pero el Emperador me ordenó que llevara a cabo nuestro matrimonio.

Mi padre me dijo: — Como Emperador, podrás tener varias esposas y concubinas, pero solamente una reina consorte. Ella está familiarizada con el país y os conocéis desde la infancia, ¿qué mejor partido que ella?

— Lo entiendo, padre — respondí arrodillado frente al trono. Como siempre, mis deseos nunca eran escuchados; parecía un monarca títere.

La primera vez que la vi en mucho tiempo, fue un momento breve y efímero en el mercado de la ciudad; pero su vocabulario era extraño, su expresión y su comportamiento, incluso su acento, todo había cambiado en ella. Cuando volví a verla en el Castillo Imperial,  comprendí que ciertas cosas sobre ella eran verdad: actuaba de forma arrogante, desvergonzada y temeraria y su manera de hablar era impropio de una Noble, su vocabulario me resultaba desconocido y vulgar. Me hablaba con tanta condescendencia y de una manera tan pretenciosa que me hacía sentir estúpido por no comprender sus palabras.

Su manera de dirigirme la palabra, robarme la oración de la boca, interrumpirme deliberadamente y rechazarme o insultarme sin ningún cuidado, me parecieron cosas insólitas. Cada acto inoportuno que causaba, hacía que mi corazón latiera de manera desenfrenada y eso me hacía sentir extraño.

Al principio, creía que era ira. Me molestaba que fuera tan bocazas y que me hablara como si me odiara. No obstante, todo aquello provocó que la encontrara interesante y de repente, aquellas cosas vulgares e impropias de una dama que soltaba por su boca, me robaban una sonrisa.

De repente, me sentía agitado e inquieto cuando no estaba a su lado. Recordaba aquel suceso en el lago de la mansión del Duque y me impacientaba no saber cómo se encontraba y me culpé a mí mismo por permitir que se hiciera daño. Si tan solo hubiera saltado detrás de ella mucho antes, probablemente no se habría hecho daño en el tobillo.

Por alguna razón, comencé a interesarme sobre sus gustos. La lectura que tanto le gustaba, se convirtió en mi nuevo pasatiempo; el color rojo que la caracterizaba, pasó a formar parte de mi atuendo; las rosas rojas que tanto adoraba, ahora perfumaban mi habitación.

Quería oír todas las excusas que tenía para decirme, aun si eran para anular nuestro matrimonio, no me molestaba porque podía oír su voz. ¡Oh! Su voz se convirtió en todo para mí. Aun cuando me decía cosas hirientes que me lastimaban en cierta medida, solamente podía pensar en su bienestar al día siguiente... Y comencé a buscar cualquier excusa para tenerla cerca de mí.

Su aroma, su piel, el color de sus ojos y sus labios, la textura de su cabello... Todo, todo lo que ella representaba, lo anhelaba para mí. Todo lo que ella, la persona que se había adueñado de mi corazón, simbolizaba, era cuanto deseaba.

Adoraba oír sus palabras y ver cómo su cuerpo reaccionaba de manera diferente. Cuando me decía que yo no le gustaba, sus mejillas se encendían de manera preciosa y mi corazón ardía de pasión.

Ella se convirtió en la dueña de mi corazón, de mi razón, mi juicio... De toda mi existencia... De manera que solo quería existir para complacerla, si tan solo me me hubiera dejado quererla.

— Alteza — mi caballero entró al invernadero ese día, cuando estaba cuidando de las rosas rojas y de sus capullos, mientras pensaba en Eunha.

— Dime, Yoongi.

— Es sobre la señorita Eunha — captó mi atención al instante, incluso oír su nombre me llenaba de dicha —. Ha enfermado repentinamente.

— ¿Que ha enfermado, dices? ¿Qué le ocurre? — pregunté inmediatamente sintiéndome preocupado por ella.

— El Duque no ha dado todos los detalles, pero la señorita ha perdido el apetito y tiene náuseas y mareos constantemente.

— Prepara el carruaje, Yoongi. Le haré una visita a mi prometida.

— Sí, señor.

Cuando Yoongi se marchó, corté algunas rosas, me deshice de sus espinas y construí un ramo precioso que me recordaba a ella.

Llegué a la mansión del Duque al mediodía. Me recibió manteniendo aquellos modales que siempre lo habían caracterizado. Su mirada era fría, pero su corazón era cálido.

Me explicó que Eunha no quería que nadie supiera sobre su condición, menos yo. Lo primero que pensé fue que no quería que me preocupara por ella y eso me hizo sonreír; a pesar de todas las cosas equivocadas que había creído sobre ella, ella todavía se preocupaba por mí.

Sostuve el ramo de rosas rojas hasta llegar a su habitación. El mayordomo de la mansión tocó la puerta de Eunha y avisó de la presencia del Duque, pero no de la mía; yo mismo le había pedido que fuera así.

— Adelante — dijo ella y me adentro a su habitación.

Tan pronto como me vio, sus ojos brillaron y sus mejillas se asemejaron al tono de las rosas que tenía en mis manos.

Por supuesto, se veía diferente; más enferma y debilitada, pero la sinceridad de su mirada seguía siendo la misma.

— Mi princesa, me he enterado de su condición y traído este ramo de rosas rojas para usted... — dije nervioso y entusiasmado de poder verla después de que hubiera abandonado el Castillo Imperial.

— ¡¿Qué hace él aquí?! — me interrumpió y se ocultó rápidamente el rostro con las sábanas de su cama.

Tardó varios segundos en asomarse de nuevo, quizás, para comprobar que yo no fuera una ilusión.

— ¡Dije que no quería que nadie se enterara! ¡¿Es que hablo en chino?! ¡¿Quién fue?!

«¿Chino?»

Fue un pensamiento fugaz, ¿qué quería decir esa palabra? ¿Era un idioma o un adjetivo desconocido que solamente existía en su vocabulario? De pronto, Eunha lanzó un cojín en mi dirección, pero lo esquivé y el Duque recibió el golpe por mí.

Pensaba que estaba enfadada conmigo, después de todo, no me había despedido de ella cuando abandonó el Castillo Imperial y al sentirme herido por sus palabras la última vez que nos vimos, le dije cosas que no debería haberle dicho.

Apreté el ramo en silencio y suspiré.

— Está bien si no quiere verme hoy, princesa. Solamente, quería expresar mis deseos sobre su pronta recuperación — me sentí un poco decepcionado. La había echado tanto de menos, pero estaba acostumbrado a su temperamento y era paciente.

— ¿Eso... lo has traído para mí? — preguntó apuntando hacia el ramo de rosas, nuevamente, se dirigía hacia mí de manera irrespetuosa, pero no me importaba.

— Sí — respondí viéndola acomodar su cabello detrás de sus orejas y sonriendo como una muchacha inocente y enamorada.

— Voy a cambiarme, espérame fuera.

— Por supuesto — le contesto yo, sintiendo una cálida caricia en el corazón —. Siempre.


Holap!!! 🤚 cuánto tiempo sin leernos (desde ayer). Este capítulo iba a ser más largo, pero la idea de este fic es que sus capítulos sean cortos, así que lo dividiré en dos partes!!!

Bueno, por fin tenemos la perspectiva de Taehyung, espero que les haya satisfecho 😔 la verdad, no salió como esperaba, pero no me quejo. Hay alguna cosa que les haya llamado la atención? Alguna pregunta?

Faltan dos capítulos para que la historia original arranque. Ya viene la protagonista a romper hogares. 👹

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