No estoy seguro de por qué estoy llorando mientras Taehyung me carga en sus brazos y me aleja de aquella situación tan humillante, pero creo saber la razón, aunque me cueste aceptarla.

Su voz me habla con dulzura, es como un tranquilizante; como una canción de dormir. Suena tan suave y profunda. Cuando lo miro en medio de mis lágrimas, veo una expresión en su rostro que nunca había visto. El hombre frío y calculador, desinteresado por su prometida, que había conocido, ahora me muestra un semblante enfadado e iracundo, con un cierto sentimiento de culpabilidad, pero sé que no siente todos esos sentimientos negativos hacia mí, sino hacia quienes me hicieron daño y
llevan haciéndoselo a Eunha durante tanto tiempo.

Mi corazón late como si fuera a estallar. Me duele cada latido, pero él es mi medicina. Si siento que está cerca de mí, puedo sentirme tranquilo. Si cierro los ojos, me visualizo a mi verdadero yo en sus brazos y eso me conmueve.

Taehyung consigue abrir la puerta de su habitación. Caminó conmigo durante un largo trayecto, pero no me había percatado del tiempo. Yoongi, que nos acompaña, abre la puerta e ingresamos al cuarto.

Con mucho cuidado, Taehyung me sienta sobre su cama. Me mira preocupado y acaricia mi rostro. Se siente culpable y quiero decirle que no es culpa suya lo que ha pasado, pero las palabras no salen de mi boca.

— Puedes marcharte, Yoongi. Dile al Duque que ella está a salvo conmigo.

— Por supuesto, Su Alteza — responde el escudero, pero todavía no se atreve a dar media vuelta —. Sobre aquellas personas...

— Han tenido suerte de que decidiera utilizar el arma para asustarlos y no para matarlos de verdad — suspira —. Quiero nombres, Yoongi. Los quiero para mañana. Ahora mismo, me ocuparé de mi prometida.

Es la primera vez que le oigo hablar así de mí. Me conmueve, pues también es la primera vez que alguien se pone del lado de Eunha.

Yoongi se marcha y Taehyung me entrega toda su atención. Me observa y me toca como si fuera frágil, yo ni siquiera puedo mirarle a la cara debido a la vergüenza. Debería haberme ido para que no me viera de esta manera. No estoy seguro de lo que piensa sobre mí en este momento, ¿y si me cuestiona? No creo que podría soportar que dudase de mi inocencia.

Taehyung toma mis manos. Siempre que lo hace, me llevo una sorpresa porque las manos de Eunha son pequeñas y delgadas en comparación con las suyas. Suelo olvidarme que este no es mi cuerpo y me desanimo, sin embargo, sus actos me reconfortan inesperadamente; lleva mis nudillos hacia su frente y después besa mi piel manchada de vino y de comida.

— Perdóname — susurra —. Tenías razón todo este tiempo, pero no te creí. Es mi culpa que te hayan hecho esto... ¿Es por esto que no te separabas de mí?

— Te has dado cuenta — respondo sintiendo lástima de Eunha.

— No merezco que me perdones, pero, me arrepentiré de no haberte creído toda mi vida.

— No es culpa tuya. En ese momento, no la querías — vuelvo a responder, pero me doy cuenta de mi fallo al hablar en tercera persona y niego con la cabeza antes de corregirme —. Quiero decir...

— Te equivocas, lo es. Yo permití que todo esto pasara con mi indiferencia. Te rompí el corazón; te decía, cada vez que nos veíamos, que despreciaba tu insistencia, que me asfixiaba que estuvieras a mi alrededor todo el tiempo y te odiaba por obligarme a comprometerme contigo, pero... Cuando tú comenzaste a evitarme, a actuar como si me despreciaras y a decir que deberíamos romper el compromiso, me sentí tan confundido — levanta su mirada y mira mi expresión sorprendida por sus palabras —. Comencé a necesitarte y sentir tu presencia en mi corazón aun si no estuvieras a mi lado.

«Estoy seguro de que Eunha le perdonaría después de oír todo esto, sin pensarlo, pero yo no... Si no supiera que no es culpa suya que la odiara, no lo haría... Pero, no importa cuánto se arrepienta, probablemente, se olvide de esto cuando la historia comience...»

— Está bien... — seco con delicadeza las lágrimas que brotan de sus ojos sinceros. Observo como si no quisiera olvidarme de él, su expresión preocupada, culpable y triste que me pide misericordia, aunque yo no sea ningún Dios digno de dársela — Eso ya no importa ahora.

Aunque sus ojos parecen seguir sintiendo arrepentimiento y tristeza, intento hacerle saber que puede estar tranquilo.

Despejo su rostro de los mechones de su pelo. Nunca me había fijado en lo largo que es su cabello en comparación con los demás caballeros que he visto en el campo de entrenamiento y tambiéne doy cuenta del brillo que tiene sus ojos. Me siento confundido... Jamás había pensado antes que un hombre pudiera verse tan hermoso llorando.

«¿Por qué llora? ¿Es por mí? ¿Es porque no se ha dado cuenta antes de que Eunha no era la mala persona que él creía? No quiero que llore, mi corazón me duele más cuando oigo sus sollozos».

Con un suave pañuelo, Taehyung limpia mis labios. Los restos de comida, de salsa y de glaseado que se habían quedado en mi piel y tan pronto como aparta la mano de mis labios, se aproxima hacia mí sin despegar su mirada de mi boca.

Mi corazón se acelera. Siento que mi cuerpo se imbuye en calor y suspiro en silencio esperando que suceda lo que deba suceder. No obstante, de repente me ataca ese mismo dolor insoportable en el estómago.

«¡Joder, qué oportuno!»

Es una maldición desesperada disfrazada de sarcasmo. ¡Por una vez en mi vida que no quiero apartarme, tengo que hacerlo! Siento que voy a vomitar. Me cubro la boca con la mano y mi cuerpo se retuerce cuando siento las náuseas.

«¡Maldita sea, va a pensar que me da asco! ¡No, Taehyung! ¡No puedes pensar eso que me muero!»

— Últimamente, pareces aborrecer que te toque.

«¡Es completamente al revés!»

— Lo entiendo — responde con la expresión serena —. Es lo que debo recibir tras mi indiferencia. Lo siento mucho.

«Menudo malentendido... Pero, ¿debería dejarlo así? Es tan lindo cuando se martiriza... ¡¿Eh?! ¡Jungkook! ¡¿Por qué piensas así?! ¡Eso es de mala gente! ¡Basta, regresa en tus sentidos!»

Golpeo mis mejillas con ambas manos, como si tratara de despertarme. Mi piel se queda rojiza y Taehyung me observa confundido.

— ¡V-voy a tomar un baño! — le hago saber, aunque me cuesta mirarle a la cara debido a la vergüenza.

— Le pediré a una doncella que te prepare un baño caliente.

— ¡¡No!! — lo detengo al levantar la mano — Agua fría está bien para que se me vaya la tontería. ¡Creo que tengo fiebre o algo así! Me siento muy raro cuando estoy contigo... ¡Deberías irte, quizás es contagioso!

Cuando le doy la espalda, trato de aflojar el corsé. Llevo las manos hacia mi espalda, ¡pero no consigo tomar el cordón! ¡Maldita sea, Mari! ¿Por qué tienes que ser tan buena ajustando esta máquina de tortura?

Sin darme cuenta, he comenzado a soltar sonidos extraños por la frustración que me causa no poder hacer eso por mí mismo. De repente, oigo la voz de Taehyung. ¡Creía que se había marchado!

Se ríe, pero no se trata de una risa extendida, ni una carcajada; simplemente, es un suspiro con una sonrisa. Trago saliva sintiéndome ridículo, hasta que siento sus manos detrás de mí y poco a poco, siento que el corsé va aflojándose.

— Gracias — susurro. Mi rostro arde de la vergüenza.

Taehyung me ayuda con la falda, con los zapatos, las medias y la crinolina. Pero, antes de que continúe ayudándome, recuerdo mis cicatrices. ¡Taehyung no puede verlas! ¡No sabría explicárselo!

— ¡Tae...!

— ¿Quién? — su mirada cambia repentinamente. Me toma de la muñeca, pero, aunque trato de soltarme sintiéndome desconcertado por la crueldad de su expresión, me doy cuenta de que había apartado el largo cabello de Eunha hacia el hombro derecho y vio las cicatrices — ¿Quién te ha tocado?

No he corregido el capítulo  así que posiblemente haya errores 😔👎 y dirán "no tardaste como 105 años en actualizar? Tuviste tiempo". Sí, lo tuve, pero lo que no tuve fue ganas ajsjsjsjajajajajjaajajajajajajajajajajajajaj.

Gracias por leer esta historia. Ya casi finaliza la primera parte, estoy muy emocionada 💖 no creía poder llegar tan lejos sin ustedes. Muchísimas gracias, en serio. ~