20. La villana que codicia la espada del héroe.
Una vez leí que, cuando te amputan una pierna, a veces puedes sentir que la mueves, que te duele o que te pica; incluso, puedes olvidar que eres tullido.
Supongo que eso es lo que me está pasando en este momento... Siento que se me endurece el sable de carne, el pepino, la berenjena, la salchicha, ¿de qué otra manera puedo censurar a mi superamigo? Diría que mi Dragón es hembra, porque sus tetillas están llenas de leche que tiene que descargar. Siento cómo mis bolinguis, mis esferas del dragón, mis balones de fútbol, mis bolas de bolos se vuelven inquietas. ¡Joder! ¡¿Quién encendió el calentamiento global?! ¿O por qué es que hace tanto calor cuando Taehyung se aferra a ese látigo con fuerza y las venas de sus manos se vuelven tan notorias?
«¿Qué otra cosa dura y venosa...?»
De repente, me doy cuenta de todo lo que he estado pensando. La calentura me domina todo el cuerpo, pero mi rostro se enrojece considerablemente debido a la vergüenza. ¡¿Pero qué me pasa?! ¡¿Por qué pienso en estas cosas?!
Rápidamente, me cubro la erección con las manos, pero cuando toco mi entrepierna, allí no hay nada. ¡Pero esa sensación no se detiene! El roce de mis manos con la entrepierna de Eunha me sonsaca un gemido. Ya veo, aquella zona también está sensible; no se trataba de mi Dragón feroz despertándose, ¡sino de la orquídea floreciendo!
«¡Estoy agotando todos los eufemismos que se me ocurren!»
Me cubro la boca y miro a Taehyung. ¡Ese demonio súcubo! Espera, ¿los súcubos son femeninos o masculinos? ¡Joder! ¡¿Y eso qué importa ahora?! ¡Maldito engendro sexual!
Pero, él me mira como si no comprendiera lo que me pasa. Me mira confundido y me ofrece su ayuda, pero la rechazo en cuanto decide acercarse y comienzo a gritar en silencio.
— ¿Eunha?
— ¡Aléjate, Satanás! — chillo y corro. Corro como un orangután porque la sensación en mis partecitas es incómoda.
Busco desesperadamente algo que me baje la calentura. Antes, habría pedido ver a un hombre desnudo para que me aburriera, ¡pero si pienso en hombres desnudos, de alguna manera, Kim Taehyung aparece en mis pensamientos! (Y ni siquiera tiene que estar completamente desnudo para hacerme perder la cabeza).
Me había cambiado antes de comenzar el entrenamiento. Como no había ropa adecuada para mí, tuve que ponerme la ropa de equitación femenina de las princesas. ¡Dios mío, espero que me perdonen por lo que voy a hacer!
— ¡Señorita! Pero, ¿qué hace? — exclama una doncella cuando le arrebato el cubo de agua y lo descargo sobre mi cabeza.
Es agua de pozo y está fría. Se me corta la respiración un poco, pero consigo frenar esa sensación de calentura en todo mi cuerpo. Sonrío aliviado. El susto ha hecho que la sensación en la entrepierna se fuera desvaneciendo.
— Ah... Mucho mejor — suspiro.
Al bajar la mirada, veo que los pezones se me marcan demasiado. No me atrevo a tocarlos porque son los senos de Eunha, pero ni siquiera hace falta que lo haga para saber que también están sensibles.
— ¿Eunha? — la voz de Taehyung me provoca un escalofrío. Me volteo como si hubiera cometido la peor travesura del mundo, aunque no me atrevo a mirarlo — Pero... Tú... — cuando lo miro disimuladamente, veo que cruza los brazos y sella sus labios con sus propios dedos. Él también se ha quedado sin palabras.
— Soy un hombre despreciable y lujurioso que merece castigo divino — murmuro para mí mismo. Es un pensamiento en voz alta del que no me percato hasta que Taehyung sonríe por lo que he dicho.
Estoy empapado. La ropa se me ha ceñido más al cuerpo porque he vertido ese cubo de agua deliberadamente sobre mi cabeza. Todo el mundo me observa y puedo sentir cómo se ríen sobre la situación, pero lejos de enojarme con todo el mundo como Eunha lo habría hecho, simplemente, suspiro y sonrío.
— ¿No tenemos una clase de esgrima pendiente? — ignoro todo lo que sucede a mi alrededor, es la única manera de evitar humillaciones. Aparto a Taehyung de mi camino y vuelvo a la arena.
— Eres tan extraña, Eunha.
Lo observo por encima del hombro.
— Ya te he dicho que no soy ella.
— Recuérdame quién eres, por favor — me dice al colocarse enfrente de mí y lanzarme una espada de madera.
— Jeon Jungkook, Majestad.
Taehyung sonríe de nuevo y suspira ligeramente. Su rostro se embellece de repente y sus ojos brillan como nunca antes los había visto brillar.
— Entonces, Jeon Jungkook, ¿vienes de un mundo diferente a este? — me pregunta mientras me ayuda con la postura que debo adoptar con la espada. Sus manos son cálidas y grandes sobre este cuerpo femenino y pequeño.
— Así es.
— Cuéntame sobre ese mundo con más detalle.
Lo miro con sospecha. ¿Por qué de repente se siente tan interesado si ni siquiera cree en lo que le digo? Es un patán embustero pretendiendo que tiene interés en mí.
«Está bien, no pierdo nada diciéndole cómo es Corea del sur en el siglo XXI».
— En mi mundo no existe la monarquía. Bueno, existió alguna vez en diferentes períodos dinásticos, el último fue la Dinastía Joseon, pero durante la ocupación japonesa, la monarquía perdió autoridad y en la guerra de independencia, pasó a convertirse en una República.
— ¿Qué significa "República"?
— Es una organización de Estado en el que la cual la máxima autoridad gobernante es elegida por los ciudadanos o por el parlamento... Un parlamento es como... Una corte real, pero también se renueva cada cierto tiempo.
— Entonces, ¿el poder del Gobierno no es hereditario?
— No.
— ¡Qué desastre! — suspira — Pero, también resulta interesante. Cuéntame más.
— La Nobleza no existe, o bien... Ya no tienen un poder social relevante. No obstante, la sociedad no es diferente; quien tenga poder sobre otro, tiene más oportunidades. Lo más cercano con la misma autoridad que un Noble en mi mundo que hay aquí, sería un aristócrata.
— ¿Un plebeyo con poder? Sorprendente — sin previo aviso, se lanza hacia mí, pero reacciono rápidamente. Cuando era adolescente, tenía un amigo que practicaba Kendo y solía ir a verlo entrenar. Finalmente, esa pérdida de tiempo me ha servido para algo... ¡Oh! Y las películas sobre samuráis y los dramas históricos también, si repito los movimientos que sé, ¿podría tomar ventaja? Realmente, su esgrima es muy europeo.
— El dinero mueve el mundo. Eso no es diferente aquí ni en mi mundo.
— En eso llevas razón, Bambi — me sorprendo cuando me llama eso y bajo la guardia, permitiéndole que me dé un golpe en el hombro; aunque no lo suficientemente fuerte para que me doliera, sí me sorprendió —. Dijiste eso una vez, ¿qué es?
— Ah... — me avergüenza recordar el momento en que dije eso — Es un personaje de ficción. Se trata de un cervatillo bastante inocente que no tiene padres.
— Oh... — baja la espada de madera mientras me ofrece aquella mirada de lástima. ¡Mierda! ¡Seguramente cree que lo dije porque Eunha no tiene padres! ¡Otra vez metí la pata! — No recuerdo haber leído un libro similar.
— Es un cuento infantil de mi mundo. ¡Pero, no lo dije porque comparta esa similitud con Bambi, eh! — exclamo nervioso, ¡no me gusta que me mire así! — Lo dije porque me temblaban las piernas en ese momento, ¡como si fuera un cervatillo recién nacido!
Taehyung se ríe por mi comentario. ¡Es mi oportunidad de regresarle la estocada! Me acerco hacia él sosteniendo la espada con ambas manos y trato de darle, pero él esquiva mi golpe con facilidad y me mata al tocarme con la punta de su espada de madera en la espalda.
— Estás muerta de nuevo.
Me seco el sudor del rostro. El maquillaje se está corriendo, menos mal le he dicho a Mari que no lo hiciera tan cargado por si esto llegara a ocurrir. Mi respiración se acelera y ya me encuentro agotado, ¡pero no puedo parar! Siento una adrenalina que recorre mi cuerpo. ¿Es así como se siente cuando quieres medírtela con otro hombre?
No estoy seguro, pero creo que si dejo que este demonio sexual, que me provoca pensamientos horribles y pecaminosos, me gane, nunca más podré volver a ser un hombre.
Atraigo la espada de madera hacia mis labios y la beso delicadamente, como si fuera una moneda que estoy a punto de lanzar al aire y deseo que caiga en "cruz" para ganar. Eso es... Deposito toda mi fe, mi suerte y mi confianza en una espada de juguete porque mi pene imaginario ahora se siente amenazado. Mi hombría tiembla como nunca antes había temblado (y es que las hermosas doncellas del palacio nos están observando). ¡Debo ganar, por ellas y por mí!
— Esto va por ti, mi Dragón... Donde quiera que te encuentre, voy a vengar tu muerte — murmuro con los ojos cerrados. Taehyung me observa sin saber qué es lo que estoy haciendo, pero supongo que le parece divertido.
Oigo la voz de Mari de repente. Grita mi nombre como si alentara a su equipo de fútbol favorito. Le agradezco por ello, pero a su grito de aliento se juntan las voces de las demás mujeres como si fuera un coro. ¡Dios mío! ¡¿Acaso estoy en el cielo?!
— Pareces inspirada, princesa — comenta Taehyung, pues a él comienzan a apoyarlos los caballeros y los demás criados hombres. Sus voces coreando el nombre de este esperpento se oyen más fuerte que las voces de mis hermosas chicas, ¿es así como se siente ser pisoteada por el patriarcado?
Sacudo la espada hacia un lado y sonrío con confianza.
— ¡Ja! No hay mejor manera que dar ánimos a un hombre que recibir vítores de hermosas mujeres — respondo. En realidad, el entrenamiento ha durado demasiado tiempo y ya casi oscurece. En todo este tiempo, aunque me ha estado matando más veces de las que he intentado matarlo a él, he mejorado un poco y me he acostumbrado a sus movimientos.
— ¡Ah, claro! Olvidaba que eres un hombre atrapado en el cuerpo de mi prometida — me sigue la corriente. Por supuesto, no me cree, pero sé que sabe que Eunha nunca sería capaz de hacer lo que pretendo hacer a continuación.
— Parece que vas comprendiendo.
— Es una pena que esto acabe ya, me estaba divirtiendo.
— Cierra la boca y ataca, machito.
— ¿Machito? — por su expresión, siento que nunca había escuchado esa palabra dirigida hacia él. Aunque, no parece importarle demasiado; supongo que ya se ha acostumbrado un poco a todas las cosas que salen de mi boca.
Entre los gritos que claman mi nombre y los que claman el suyo, comenzamos la última ronda. Mi cuerpo se mueve con mayor dificultad, pero él tampoco es tan rápido como antes. Blande su espada de manera ofensiva, pero consigo detener algunos golpes y se sorprende por la velocidad de mi reacción.
Esquivo sus golpes, pero cada vez más mi cuerpo reacciona una fracción de segundo más lenta que antes. Al separarnos un poco para conseguir tomar aire, sonrío y le pregunto:
— Si esta fuera una guerra de verdad, ¿cualquier jugada contaría, no?
— No importa lo que trames, no podrás conmigo.
Mis ojos se desvían hacia Yoongi, que está observándonos desde la lejanía. No parece interesado en quién saldrá ganador, pero bajo la guardia, sonrío ampliamente y le saludo con entusiasmo.
— ¡Oh, Min Yoongi! ¡Mi hermoso, amado y adorado Min Yoongi! — chillo como una cría y Taehyung se desconcentra. Observa rápidamente hacia atrás y ve el rostro de Yoongi, completamente desencajado y avergonzado por cómo he llamado su atención.
«¡Idiota, nunca le des la espalda a tu rival!»
Le doy un golpe a Taehyung que apenas puede detener. No importa, cuán rápido sea reaccionando, la patada en las pelotas no se lo esperaba. Un silencio repentino nace cuando Taehyung grita de dolor.
— ¡Ja! ¡En tu cara, idiota! ¡He ganado, he ganado! — doy saltos de felicidad, ¡estoy tan feliz de haber ganado! Ojalá se me hubiera ocurrido apostar algo.
Todas las personas que estaban apoyándonos, salieron corriendo como si el Diablo hubiera abierto la tierra y hubiera salido desde las profundidades del Infierno.
— ¡¡Jeon... Eunha!! — la voz de Taehyung me provoca un escalofrío y me giro para verlo aún en el suelo, con las manos sobre su entrepierna y con una mirada asesina que únicamente me dedica a mí — Tú...
Con una sonrisa nerviosa que pareciera producto de una inyección de botox, le doy la espalda y salgo huyendo con las piernas temblándome como si fuera un cervatillo recién nacido. ¡Dios mío! ¡¿Pero en qué estaba pensando?! ¿Acaso ser hombre requiere ser estúpido? ¡¿Por qué nunca pienso en las posibles consecuencias de mis actos antes de cometerlos?!
Y así, seguramente, es como he adelantado la fecha de mi ejecución. Moriré antes de casarme con el hombre al que he dejado estéril de por vida.
Holiiiii, bellas mías!! Cómo estááán?? 🥰 Espero que muy bien. Terminé este capítulo ayer, pero ya se me hizo muy tarde para actualizar.
¿Será que Jungkook dejará de meter la pata alguna vez? A parte de buscar situaciones desfavorecedoras para él como si fuera deporte olímpico, ahora mismo ha atentado contra la línea de sucesión de La Corona, JAJAJAJAJAJA.
Veremos cómo sale de esta situación en los siguientes capítulos, ¿Será que Taehyung cambiará su forma de ser con él por este incidente? CHAN, CHAN, CHAN... Los preparativos de la fiesta de compromiso comienzan en el siguiente capítulo, ¡cada vez más cerca del capítulo uno de la novela! 🤪
P.D: lamento las connotaciones sexuales de la historia, es con el único propósito de hacer comedia. Si a alguien le ofende que el personaje de Jungkook tenga tantos pensamientos lascivos, le pido disculpas. Ante todo, quiero asegurarme de que no ofendo a nadie, por supuesto, no pretendo hacer comedia únicamente con los chistes sexuales, pero por la personalidad que le he dado al protagonista, es lo que hay.
CHÍN. 👏🥺 Nos leemos en el siguiente capítulo.
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