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17. ¿Qué le ocurre a la villana?

Ya no me quedan uñas que morder y no he dejado de darle vueltas a aquella última conversación que tuve con Taehyung. ¿Qué ha querido decir? ¿Qué es lo que he querido decir yo? ¿Por qué estoy cambiando tan de repente? ¿Tiene algo que ver el hecho de que comparta cuerpo con Eunha? Es como si ya no me reconociera; he perdido muchas partes de mí, incluida la más importante.

Miro hacia abajo, echo de menos a mi dragón, pero mientras más pasa el tiempo, más voy sintiéndome cómodo en este cuerpo; por ejemplo; me he acostumbrado a dormir bocabajo, ¡antes no podía! Los senos me molestaban, sobre todo me dolían los pezones cuando Mari ajustaba el corsé demasiado, ¿o quizás es porque he ganado peso? Debería dejar de comer tanto. Últimamente, como demasiado, ¡me he vuelto adicto a la bollería!

Mi misión en este mundo era hacerme bollera, no adicto a la harina refinada. El día en que deje de tratarme a mí mismo en masculino, habré perdido.

Hay muchas cosas de las que tengo que preocuparme; perder todo lo que me hace hombre es una de ellas. A veces me molesta este pensamiento; en el mundo moderno de donde provengo, nunca me ha molestado la gente de cierta comunidad. En la universidad tenía compañeros homosexuales y en redes sociales seguía a gente que había transicionado a mujer u hombre. ¡Pero yo no escogí esto! ¡Va en contra de mi naturaleza y de mis deseos! Además, nunca me había planteado ser bisexual, pero, ¿y si me gustan los hombres y las mujeres por igual? Toda esta situación me recuerda a mis días escolares.

En mis épocas de estudiante de primaria y secundaria, asistí a un colegio solo para hombres. Al lado había un colegio mixto y solía coquetear con las chicas y todo iba bien, hasta que descubrí que un compañero de mi clase estaba enamorado de mí. Le atribuyo al tiempo que ha pasado desde entonces que no recuerde el nombre de ese muchacho, pero se sintió violento saber que le gustaba a alguien de mi mismo sexo.

Suspiro.

¿Quizás es mi karma por romper su corazón? Honestamente, no era mi intención, pero me avergüenza recordar que nunca lo defendí por ello y, simplemente, dejé que el acoso escolar hacia él incrementara.

Él se fue antes de que nos graduáramos. En el último momento, decidí ser amable con él y ocurrieron un par de cosas que no recuerdo, pero sí tengo esa ligera sensación de que me atraía de alguna forma. Siempre encontré bonita su manera de redactar y acepté todas sus cartas de amor porque me sentía culpable de todo lo que le pasaba en clase.

— ¿Cómo se llamaba? — me pregunto a mí mismo en voz alta. Trato de recordar su nombre, pero no puedo — Su apellido era Kim, pero, ¿y su nombre?

— ¿Eunha? — la voz del Duque me desconcentra. ¡Oh! ¡He levantado la cabeza cuando me llamó así! ¡Estoy respondiendo a ese nombre cuando antes me parecía extraño!

— ¿Qué? ¿Qué pasó?

— ¿Por qué no comes?

Miro hacia el plato, apenas he tocado la carne. En realidad, no tengo hambre.

— No tengo apetito, hermano. Creo que he desayunado muy pesado.

— No es así; en el desayuno tampoco has tocado la comida.

Es verdad, tampoco desayuné hoy. Eso no es normal en mí y lo hice inconscientemente.

— Bueno, anoche... — Mentira, anoche me salté la cena — No se preocupe, hermano, comeré. Solo estoy distraída.

— Por favor, hazlo. Me siento tan feliz de que ahora comas más que antes.

Sonrío, pero no es una sonrisa auténtica. En realidad, estoy preocupado; si en verdad me gustaran los hombres, habría sentido atracción por alguien más, pero solamente me pasa con Taehyung. Desde el primer día, aunque quiera negarlo.

Corto la carne y mastico un par de bocados, pero siento un terrible dolor en el estómago enseguida. Me levanto de la mesa con urgencia y corro hacia mi habitación. ¡Siento como si hubiera un agujero!

— ¡Eunha! — exclama el Duque, ¡pero no puedo quedarme, siento que voy a vomitar!

No obstante, ni siquiera alcanzo a llegar a mi habitación y vomito a medio camino en las escaleras. No hay comida en el vómito, todo es bilis, pero... ¿Aquello rojo es sangre? ¡Dios mío! ¡No puedo dejar que lo vea! ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué debería hacer?!

Rápidamente, limpio el vómito con la falda del vestido lo mejor que puedo. Las escaleras no son blancas, por lo tanto la sangre se ha vuelto invisible cuando lo limpié; pero debo tener sangre en los labios también. Antes de que el Duque llegue, debo limpiarme la boca.

— ¡Eunha! — se detiene a mi lado y me observa confundido. Supongo que limpiar vómitos con la falda no es algo propio de una princesa — ¿Estás bien? ¿Qué tienes?

— Lo siento, hermano. Debo cambiarme... Comeré en la cena.

Mi cuerpo tiembla mientras voy subiendo las escaleras. El Duque Jeon llama a Mari a gritos y ella se acerca corriendo; alcanzo a oír que le ha pedido que llame al médico familiar. Esto no es bueno.

«¿Qué está sucediendo? ¿Ocurre algo así en la novela original? No... A Eunha nunca le ha pasado algo como esto... Pero...»

A llegar al último escalón, me volteo y miro al Duque por encima del hombro.

«A él sí».

— Señorita... ¿Cómo se encuentra? — me pregunta Mari mientras comprueba la temperatura del agua.

Estoy desnudo, esperando poder meterme a la bañera. El espejo que hay delante de mí me recuerda las cicatrices, pero solo suspiro y cierro los ojos.

Mari me enjabona, talla mi piel con una esponja y lava mi cabello. Me hace sentir inútil. Antes lo disfrutaba, pero ahora no. ¿Es por el hecho de que sigo temblando tras ver sangre o es porque me asusta que Taehyung vea las cicatrices en nuestra noche de bodas?

«¡Jungkook! ¡No seas estúpido! Sabes perfectamente que no habrá ninguna noche de bodas».

— Mari, ¿sabes? Desde que desperté tras el accidente con el caballo, he perdido algunos recuerdos.

Ella me mira preocupada y sorprendida.

— ¡Señorita! ¡Pero eso es muy grave!

— Mari, quiero que me recuerdes por qué tengo la espalda llena de cicatrices — la miro enseriado, ella aparta la mirada asustada — ¿Tiene el Duque alco que ver con esto?

Ella niega exageradamente, como si le estuviera acusando de algún crimen.

— ¡Por supuesto que no, señorita! ¡¿Cómo cree?!

— ¿Entonces? ¿Por qué la princesa del ducado de Kandel tiene unas marcas tan horribles en el cuerpo?

Mari vacila; es como si estuviera luchando consigo misma para decirme lo que ocurre. Pero, su lealtad hacia Eunha debe ser mayor.

— Señorita, le he servido desde que tengo diez años; prácticamente, he crecido con usted... Pero, los antiguos Duques, aunque leales al Imperio, no eran buenos padres.

Aparto la mirada. Recuerdo que murieron en extrañas circunstancias. Los sirvientes de los duques anteriores a los padres de Eunha, fueron acusados y ejecutados por traición porque se especulaba que los habían matado como venganza por sus antiguos amos.

— ¿Mis padres me hicieron esto? ¿Tanto me odiaban? ¿Soy una hija ilegítima o algo así y nadie me lo ha dicho?

— ¡No, señorita! ¿Cómo cree? Usted y el Duque Jeon son hermanos de sangre. Él se preocupa mucho por usted.

— ¿Y qué ha hecho todo el tiempo en el que esta mujer fue maltratada? — replico con enfado y me levanto de la bañera — Puedes marcharte, Mari, ya me visto sola.

Mari, avergonzada, se inclina hacia mí, pero antes de salir del cuarto de baño, se voltea y me dice:

— Por favor, no piense mal del Duque, él podría arriesgar todo lo que haga falta por usted, mi señorita.

No respondo, solo dejo que se vaya porque ahora hay algo peor que me carcome la conciencia. ¿Qué le ha pasado a Eunha realmente? ¡Esta historia de personaje nunca la han contado! Siempre la han querido mostrar como a un personaje plano a la que solo la mueven los celos y la venganza, sin embargo, la realidad es otra.

Alguien toca la puerta.

Estoy vestido con la ropa de cama, secando mi cabello con una toalla y sentado frente al tocador.

— Mari, he dicho que estoy bien. Aún no es la hora de la cena.

— Eunha, soy yo — es la voz del Duque. Mi corazón late con mucha fuerza, pero tengo miedo, ¡eso es siempre lo que me hace sentir cuando está a mi alrededor! —. El médico está aquí, ábrenos para que pueda examinarte.

Me muerdo el labio y me acerco a la puerta con cuidado. Al abrirla, el médico me saluda, pero el Duque vuelve a dirigirme la palabra:

— Esta carta es para ti, ha llegado desde el Castillo Imperial.

Mi mirada se ilumina, mis latidos se vuelven más fuertes y siento como su un huracán pasara por mis tripas. Aparto de un empujón al médico y le arrebato aquella carta al Duque Jeon.

«¡¿Es Taehyung?!»

Es lo único que pienso.

Tiene su sello y también la letra del remitente es suya. Me siento agitado, ¡quiero gritar, quiero saltar y quiero correr! ¡¿Por qué me siento tan eufórico con esta tontería?! ¡Ni siquiera sé si es una carta personal o un documento oficial!

— A simple vista, la señorita parece bien — dice el médico.

— ¡¡Shhh!! — los mando a callar — Necesito leer esto en silencio y a solas.

Buenas bebés!!! Aquí estoy nuevamente con otro capítulo. He visto que hay dos nuevas lectoras que me dejan comentarios!! MUCHÍSIMAS GRACIAS, HERMOSAS!!! GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR! 😭😭💖👏

Ahora, nuestro heterogay ya se está planteando su nueva sexualidad 🫢🫢🫢🫢🫢🫢🫢🫢🫢🫢🫢 no q muy hetero? Pero, el pasado con aquel compañero de clase parece más importante de lo que aparenta, CHAN-CHAN-CHAN!!!

Qué dirá esa carta que le mandó Taehyung?

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