uno
Creo que si todos estamos de acuerdo en algo es: lo tedioso que llega a ser despertar temprano para el primer día de clases. Que sí, JungKook era un chico que sabía divertirse, que JungKook hablaba con todo el mundo y tenía muchos amigos, que JungKook solía tener una buena relación con sus profesores debido a sus buenas calificaciones; pero no le apetecía en absoluto el ir a ese maldito lugar.
¿Dónde quedarían las noches de videojuegos con sus amigos hasta el amanecer? ¿Las fiestas locas? ¿Y el poder dormir hasta que su hermana lo despertase para comer? No, definitivamente no estaba preparado en lo más mínimo.
Aún así, en cuanto su alarma sonó, no tuvo otra que despertarse; un día pesado no podía comenzar llegando tarde.
Todo hay que decirlo, necesitó varios minutos -mirando a la nada- antes de ponerse en pie. -- Allá vamos... -- Murmuró para dirigirse a su armario que estaba frente a la cama; su habitación no era para nada grande, vivía en un humilde apartamento. Muy, muy humilde.
Después de meses de vacaciones se estaba volviendo a colocar ese uniforme que consistía en una camisa, ahora de mangas cortas puesto que en Seoul aún era final de verano -septiembre- y hacía calor, junto unos pantalón rectos color negro; su corbata siendo del mismo tono.
Procuró no tardar demasiado en entrar en el único baño de su hogar; lo último que quería es discutir con su hermana por ver quien se arreglaba antes, por suerte, al parecer la chica siquiera estaba despierta. Frente al espejo se peinó con sus dedos de manera algo desordenada, no le importaba en realidad, lavó sus dientes y salió se dirigió a la cocina.
<< Buenos días, mi amor. Suerte a los dos en vuestro primer día de clases del curso, siento no poder estar ahí... ¡haceos una foto, por favor! Quisiera veros. No os vayáis sin tomar el desayuno y recuerda, besa muchas veces la cabeza de tu hermana... sabes lo que le cuesta volver a esta rutina.
Te amo, JungKookie, gracias por ser el hijo que cualquier mamá o papá desearía. >>
JungKook miró la pequeña nota que descansaba en la encimera con una pequeña sonrisa, nadie lo tenía fácil en la vida, pero la verdad es que el destino podría haber sido un poco más simpático con su madre.
El fruto de su primera pareja fue él mismo, y no salió bien, para nada bien. El padre de JungKook acabó abandonándolos a ambos cuando él tenía tres años, así que no es como si tuviera demasiados recuerdos de aquel hombre.
Al poco tiempo, Jeon HyeRin tuvo otra pareja. El hombre parecía alguien bastante decente, incluso se hizo cargo de Kook considerándose su padre. La relación de la pareja duró dos cortos años llenos de amor de donde salió MiSuk; su hermana menor.
Todo parecía ir bien, pero murió; justo cuando JungKook fue feliz por tener un padre, la vida de ese hombre acabó. Es algo que ya superó, pero ahí estaban. Su madre, hermana y él contra el mismísimo mundo.
Como HyeRin trabajaba tantas horas como podía para mantenerles, él era quien cuidaba mayoritariamente de MiSuk. Él había tenido que madurar rápido para poder ser un apoyo en la familia, y estaba bien con eso aunque obviamente no es lo que hubiera deseado.
Estaba haciendo el desayuno; algunas tostadas con mermelada y queso cuando escuchó el agua de la ducha desde allí, su hermana ya había despertado y era un alivio, despertar a la chica era casi acción de riesgo para tu integridad física.
Colocó el zumo sobre la mesa, el plato con el pan tostado y el bote de mermelada junto al de queso; estaba tomando una manzana para meterla en su maleta cuando la joven entró. -- Buenos días, cabeza de chorlito. -- Murmuró pasando por detrás de su hermano, dándole dos suaves toques en su hombro como saludo.
-- Buenos días a ti también, chica bestia. ¿Preparada para hoy? --
La adolescente de catorce años le miró con una expresión que hizo que las palabras siquiera hicieran falta. -- No, estaba muy bien sin ver a los gilipollas de mi salón, algún día os llamarán del instituto y será porque he asesinado a alguien. --
-- MiSuk... -- Advirtió el mayor sentándose frente a ella, tomando una de las tostadas y preparándola para su hermana. -- Muéleles a golpes si eso hará que paren, que no te digan lo contario. El acoso no está justificado; y si tú no puedes, dímelo a mi, yo los usaré como muñeco de práctica para el taekwondo. No te dejes vencer.--
-- Como si fuera tan fácil... -- Bufó haciendo un puchero, tomando la tostada una vez que el contrario la había terminado de preparar. -- Odio Corea, quiero salir de aquí, vivir en un lugar donde ser como soy no sea un puto drama... --
Jeon miró a su hermana con una pequeña sonrisa y lástima, porque en realidad se compadecía mucho por ella. La sociedad del país era de lo más exigentes, sobre todo para las mujeres. Habían avances obviamente, pero seguían habiendo pensamientos retrógados y machistas.
MiSuk tenía su cabello corto, como el que normalmente un chico de allí llevaría. Sus orejas estaban llenas de piercings y llevaba peleando con su instituto desde que entró el año anterior para poder usar pantalones en su uniforme en vez de falda. -- Bueno, eres mi chica bestia, estoy seguro que les patearás si lo ves necesario. --
Ella simplemente se encogió de hombros dando el primer bocado... no quería seguir hablando realmente, así que desayunaron con un vídeo de fondo en el teléfono del mayor de los hermanos.
Ambos llegaron a ese enorme edificio donde estaban obligados a ir, su madre se tomaba muy en serio su educación, quería que el día de mañana su dos hijos tuvieran salidas laborales eficientes y no que llevasen su vida llena de diferentes trabajos para poder tener un nivel de vida mínimo.
Este era el último que estarían juntos allí, puesto que JungKook para el siguiente -si todo seguía igual de bien con sus calificaciones- empezaría la universidad. -- Nos vemos en casa más tarde, llámame si pasa cualquier cosa ¿Vale? --
-- Sí, sí; cuidado con las fans locas. -- Advirtió bromeando su hermana, a pesar de que su rostro estaba completamente serio.
-- No tengo fans... no seas boba. -- Dijo antes de pellizcar el hombro de la joven y entrar en la institución.
Ahora tenía diecisiete años recién cumplidos, y había entrado allí con trece, eran demasiados años. Conocía ese lugar a la perfección, a muchos profesores igual y por supuesto a sus compañeros, los cuales en cuanto entró en el salón le saludaron con bastantes ánimo. -- ¡Jeon! ¿¡Qué tal!? -- Inquirió JaeHyun con una enorme sonrisa.
-- Bien, Jae, pero muerto de sueño para no mentirte... -- Dijo, estando a punto de sentarse en la segunda fila, justo al lado del chico que le había hablado. Fueron unas manos femeninas quienes lo detuvieron.
-- ¡JungKookie! Casi no te vimos estas vacaciones, estuvimos por ahí de viaje ¿Qué hiciste? -- Se quejaron dos chicas, SaeRom y ChaeWon, quienes estaban abrazando cada una uno de los brazos del chico.
-- Estuve... bueno, disfrutando como un chico de clase media podría. ¿Dónde fuisteis? -- No es como si a Kook le importase demasiado, pero solía ser educado con todo el mundo, así que preguntó por cortesía.
Ambas chicas, por suerte y desconocimiento del muchacho, le soltaron para que se pudiera sentar; aprovechando el asiento que estaba delante de él para ocuparlo, de esa forma podrían hablar con Jungkook durante el curso bastante a menudo.
A Cancún, habían ido a jodido Cancún. JungKook tendría que ofrecer su alma al diablo para poder visitar aquel precioso lugar de gente agradable y paisajes impresionantes. -- Entonces a Chae se le quitó la parte de arriba del bañador y- --
-- ¡No cuentes eso, SaeRom! -- Se quejó la susodicha con sus mejillas sonrojadas; aquella no era una buena anécdota para que el chico de sus sueños -y el de muchas- se fijase en ella como una mujer femenina y delicada, justo lo que la sociedad coreana quería.
-- Bueno... parece que os divertisteis. -- Medio rió el de cabellos azabaches, llevando sus ojos hacia la puerta cuando notó a alguien entrar. -- ¡YuGyeom! -- Exclamó alzando su brazo cuando vio que se trataba de su mejor amigo.
No hacía ni dos días que no lo veía, pero ya tenía ganas de tenerle al lado. -- Llegó por quien llorabais, nenas. -- Bromeó el joven dejando su mochila en la mesa que estaba pegada a la de Kook.
Las dos chicas rodaron los ojos con cierto disgusto, aunque adoraban a JungKook; no soportaban a su amigo y compañero. Kim YuGyeom era el típico chico que ellas consideraban tonto, torpe, sin demasiados buenos atributos y encima desesperado por dejar de ser virgen.
Y no, ellas querían un chico con experiencia.
No es como si se supiera demasiado de la vida privada de Jeon, puesto que no se trataba de alguien que la contase a los cuatro vientos, pero si se sabía que había tenido varias novias; por lo que intuían en que el chico no era virgen, y por supuesto que acertaban en ello.
-- Estábamos hablando con JungKookie, idiota. -- Dijo de mala gana una de ellas, cruzándose de brazos por debajo de su pecho.
Para YuGyeom fue imposible no fijarse ¿Le habían crecido a SaeRom en los meses de vacaciones? Oh Dios, eso no era normal. -- Una lástima, señoritas, aquí hay prioridades ¿Verdad, JungKookie? -- Dijo canturreando con obvia sorna.
-- Yah, YuGy, no las molestes... --
Ahora que Kim estaba allí para interrumpir sus planes de conquistas, ambas decidieron darse la vuelta y mirar hacia delante mientras su tutor nuevo venía y les daba el horario, realmente JungKook agradeció eso, porque estaba seguro de que si escuchaba una anécdota más de como le rebotaba el culo a ChaeWon intentando bailar al ritmo latino, iba a tirarse por la ventana del salón.
El aula se fue llenando, todos saludándose entre ellos y contándose que habían hecho en ese tiempo en el que no habían estado juntos la gran mayoría. Así fue por lo menos hasta que la puerta de la habitación se abrió por última vez, dejándose ver la cabecita de un joven hombre. -- ¿Ustedes sois el último curso? -- Preguntó un poquito desorientado.
Los ojos de JungKook brillaron al instante reconociéndole ¡Era el profesor que tuvo en su primer año de instituto! Kim TaeHyung, su primer crush de la adolescencia. Solo pudo tenerlo ese año en historia, todos los demás se saludaban en los pasillos cuando se cruzaban. Jeon no podía creerlo, había deseado más de mil veces poder volver a tener clases con él; y ahí estaba en su último año.
-- Así es, TaeHyung-nim. -- Contestó rápidamente, su mejor amigo dándole un golpe por debajo de la mesa puesto que se había visto tontamente entusiasmado; y YuGyeom sabía perfectamente el por qué, después de todo es el que llevaba comiéndose cada uno de los momentos fanboys de JungKook cada vez que se encontraban con ese hombre en los pasillos.
-- Ash... que alivio, siento llegar tarde. -- Dijo el hombre con una sonrisa entrando y cerrando detrás suyo la puerta. Tae se dirigía hacia el escritorio del profesor, el cual se encontraba sobre la tarima. Por un momento por culpa de sus tontos nervios -y torpeza- se le olvidó la existencia de esta, dando un torpe tropezón que por suerte no le hizo caer, pero si hacer el ridículo. Pronto todo el aula se inundó de risas de todos los alumnos, de todos menos de JungKook claro está. -- U-uh, lo siento. -- Se disculpó el profesor acariciándose la nuca sintiéndose avergonzado.
-- ¿Tú eres nuestro tutor de este año? -- Fue la pregunta que un chico, YooJung, formuló.
Todos esperaban la respuesta esperanzados, si Kim TaeHyung era su tutor en el último año sabían que iban a pasarlo bastante bien a costa de él; y además, iban a poder aprovecharse de su manera de ser en cuanto a cosas académicas. Iba a ser una maravilla.
-- No, seré vuestro profesor de historia, solo eso. -- Contestó el de piel canela dejando su maletín sobre el escritorio para después abrirlo y sacar una carpeta donde tenía cosas que entregar. -- Vuestro tutor será Jung HoSeok, profesor de literatura universal. Su mujer se puso de parto hoy así que tuve que sustituirle. -- Explicó. -- T-tardará en reincorporase unas semanas, así que si necesitáis algo, podéis acudir a mi ¿Bien? Seré vuestro tutor de pega hasta entonces. -- Y tras esas palabras todos bufaron a la vez.
No les iba a dar tiempo a aprovecharse de él y encima iban a aburrirse en las charlas que les fuera a dar.
Jeon no entendía por qué sus compañeros eran así, odiaba como querían pasar por encima de alguien tan bueno como TaeHyung, era -ante sus ojos- un ser de luz. Podía recordar a la perfección cuando en su primer año se apuntó a un concurso de poesía. Ver a ese hombre al final del salón de actos aplaudiendo para él por sus tontas palabras que siquiera rimaban le llenó el corazón de alguna forma.
Así que desde entonces se encontraba embelesado por su profesor de historia. Al principio sin siquiera ser consciente de lo atractivo que era, y ahora a sus diecisiete no pudiendo apartar sus ojos de aquellos belfos gorditos y suaves que parecía poseer.
-- Os daré vuestro horario ¿si? -- Dijo TaeHyung, obviando totalmente aquel bufido que le hizo daño al corazón.
El de piel canela sacó los folios donde tenía impreso el horario de los alumnos, fue repartiéndolo por las mesas; y menos mal que JungKook se dio cuenta cuando uno de sus compañeros cercanos sacó su pie por debajo del pupitre para hacerle caer, porque pudo gruñirle y hacerle rectificar.
Los que le escucharon llegaron a la conclusión de que era porque Kook era un alumno ejemplar, educado con profesores y todos en general. Lo último que podían concluir que se trataba de un enamoramiento desde hacía años.
-- ¡¿Historia los viernes a última hora?! -- Exclamó horrorizada SaeRom al revisar la hoja. -- ¿Cómo vamos a aguantar esa horrible y tediosa asignatura cuando estamos cansados por toda la semana? --
El profesor Kim rió un poco una vez que llegó a su escritorio, esta vez sin tropezarse. -- Os prometo que haré que la asignatura sea agradable para ustedes, chicos. --
-- Ni tú te la crees, TaeHyung-nim. --
-- Pues yo creo que el profesor hará un gran trabajo. -- Dijo sin titubeos, sorprendiendo a todos los de su alrededor, pero consiguiendo algo de lo que sentirse orgulloso, sacarle una sonrisa al mayor.
-- Espera ¿Tú eres Jeon JungKook? ¡Creciste mucho! --
Vale, su profesor llevaba saludándole todos los años cada vez que lo encontraba por pura inercia, pero no le había reconocido hasta ahora. Bueno, le perdonaba, TaeHyung era muy despistado, estaba seguro de que además le sonreía a todos porque él era así de precioso... pero era imposible sentirse desilusionado, acababa de recordarle.
Sus mejillas de forma incontrolable se sonrojaron y su corazón pareció iniciar una maratón. -- Sí, TaeHyung-nim, es un placer tenerle de nuevo como profesor. -- Contestó sonriéndole ligeramente, tan feliz que incluso ignoró como su mejor amigo se burlaba de él en voz baja.
-- Yah, JungKook-ah es el chico bueno de la clase, no le haga mucho caso, profesor. --
-- Es bueno saber que un buen alumno lo sigue siendo y no ha terminado desviánd- --
-- ¿Podemos irnos ya entonces, TaeHyung-nim? -- Preguntó interrumpiéndole esta vez ChaeWon bastante aburrida, con su cabeza apoyada en su propia mano. -- Ya nos diste los horarios y nos conocemos de otro años, y el primer día es de presentación, así que hemos terminado ¿no? --
Tae abrió sus ojos con sorpresa, juntando sus manos delante después de colocarse sus gafas de forma correcta con su dedo índice. -- B-bueno, había pensado que podríamos hablar sobre que hicisteis en las vacaciones... tal vez compartir cuales fueron vuestros mejores momentos este verano o- -- Le volvieron a interrumpir.
-- Vamos, que nos podemos ir ya. -- Acabó por adjudicar uno de los alumnos, siendo el primero en levantarse de su asiento y siguiéndole todos los demás.
-- S-sí, claro... os podéis ir ya. --
TaeHyung no quería retener a esos chicos, tampoco es como si fuera completamente necesario y ellos tampoco parecían ser los más entusiasmados en quedarse. Así que lo mejor, suponía, era dejarlos volar y así podrían llegar a verle como un profesor enrollado ¿Le mirarían con mejores ojos si se los permitía? Esperaba que sí.
Todos entre risas, iban saliendo del aula con sus mochilas colgadas del hombro, siendo despedidos por un sonriente profesor que movía su mano de lado a lado con suavidad.
-- TaeHyung-nim. -- Llamó el último chico que estaba por salir, haciéndole sonreír aún más en seguida al ver que se trataba del alumno agradable.
-- Dime, Jeon. --
-- Mi verano fue divertido, trabajé para poder ganar un poco de dinero, pero me divertí mucho con mis amigos. -- Le contó, con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón de uniforme.
Sabía que ese joven era alguien con un alma bonita, pero no esperaba esa situación ni por asomo, así que le hizo reír tontamente. -- Gracias, JungKook-ssi. Me alegro mucho de que tu verano haya sido así, eres un buen chico. --
<< Eres un buen chico.>> Era algo que mucha gente solía decirle, pero escucharlo provenir de la boca de su profesor era el triple de satisfactorio.
-- Gracias, yo- --
-- ¡JungKookie! ¡Vamos a tomar cerveza a la orilla del río, vamos! -- Escuchó como una de sus compañeras le llamaba desde el marco de la puerta, acompañada por un YuGyeom de sonrisa divertida.
Mierda, él quería seguir allí, disfrutando de como TaeHyung le prestaba atención mientras él hablaba. -- Ve, JungKook-ssi; y tened cuidado... sois menores de edad, no deberíais de estar bebiendo alcohol. Haré como que no escuché nada. --
-- Gracias, profesor... -- Murmuró, posiblemente atontado una vez más ante la preciosa piel bronceada ajena y sus graciosos lunaritos. -- Hasta mañana. --
Se despidió dirigiéndose hacia los dos compañeros que les habían estado esperando en la puerta. Antes de terminar de irse, Jeon se permitió girar su rostro hacia detrás para admirar a TaeHyung por última vez.
Kim había suspirado a la par que se sentaba en la silla del escritorio, revolviendo sus cabellos color chocolate.
Definitivamente a JungKook le hubiera gustado quedarse allí haciéndole compañía a su profesor durante más tiempo.
Hola, angelitos míos;
Espero que el primer capítulo os haya convencido y gustado. Tengo muchas cosas pensadas para esta historia, así que en serio espero que le deis una oportunidad.
Una vez más gracias por estar aquí.
Os quiero, cuidadse, por fi. Kissu~~.
200921.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro