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siete


JungKook se encontraba sonriendo por inercia, pero no es como si se sintiera especialmente feliz. Todo el bullicio que las demás personas hacían a su alrededor incluso parecía no existir. Se encontraba solo entre la multitud de la gente, de familias. 

Su mirada disminuyó para poder mirar la medalla de color de oro que colgaba de su cuello, había ganado una vez más, pero no había con quien celebrarlo, así que solo ansiaba irse a casa en este instante. Y con "nadie" no se refería a amigos, YuGyeom se encontraba allí en las gradas y HyeSun también estaba presente, pero igual compitiendo. 

De hecho aún le quedaba tiempo a la categoría femenina, así que con suerte podría ir a las gradas con YuGy y apoyarle desde allí. 

Dejando salir de sus labios un suspiro que llevaba el mayor de los deseos de ver a su madre o TaeHyung allí, comenzó a andar, iría a sentarse con su mejor amigo. Para su suerte el momento de las fotos, el pódium y las felicitaciones ya habían terminado, era cuando peor lo pasaba porque extrañaba ver los rostros orgullosos de sus progenitores. Era complicado ser un adulto cuando no te tocaba. 

A veces a él también le gustaba poder comportarse como un idiota infantil y hacer berrinche, pero siquiera pensaba que se le estuviera permitido. Tenía que hacerlo todo perfecto, era la única forma de ayudar a su madre y hacerla sentir orgullosa. 

-- ¡Dios mío, Jk! Fue alucinante ¡Esa última patada! Será mejor que nadie se meta contigo. -- Bromeó su mejor amigo una vez que lo vio llegar y sentarse a su lado. --Le hiciste morder el polvo... bien hecho. -- 

Jeon sonrió con suavidad; al final YuGyeom era también alguien demasiado importante para él, tenía que apreciar que estuviera ahí para verle y apoyarle. -- Gracias Gyeomie, estuve entrenando duro para esto, así que me alegra que haya salido bien. -- 

-- ¡Mira, HyeSun está saliendo al área de combate! -- Dijo alegre el castaño. 

Bueno, JungKook no entendía qué era lo que tenía tan contento a su amigo en este momento, pero le sirvió para hacer lo que llevaba deseando desde hace rato. 

Sacó su teléfono del bolsillo de su hoodie; el cual tenía su nombre y el nombre de la institución en la espalda, y además era un conjunto con sus pantalones deportivos. Rápidamente buscó el contacto de su querido profesor, lo había conseguido, el día anterior en el supermercado pudo sonsacar el número telefónico del hombre más precioso del mundo. 

Tan solo con ver su nombre, su corazón parecía ir de manera desenfrenada, cuanto ansiaba verle de nuevo, contarle lo mucho que le había ayudado pensar en él para ganar. Comprobando que YuGyeom estuviera distraído; aún no entendía en qué, se hizo un selfie sonriendo y mostrando su medalla. >> Gané ¿puedo pedir algo como recompensa? << Le envió en un mensaje. 

No esperó recibir una inmediata respuesta. Una imagen había llegado de vuelta. Se veía a la pequeña chiquitina que había conocido ayer, estaba sentada en un pupitre infantil, hecho a su medida, el comprobar que se encontraba coloreando aquel libro de princesas que le había comprado ayer le hizo estirar las comisuras de sus labios, era tan linda. 

<< Había pensado en llevar a SooYunie a almorzar a algún lado... tal vez algún chico que ha sido campeón hoy quiera venir... >> Bueno, los ojos del azabache brillaron más que cualquier noche de lluvia de estrellas ¿De verdad esto estaba siendo real? 

>> Sí, sí, sí, sí este campeón adoraría comer con vosotros, hyung. << Siquiera le estaba dando vergüenza hablar de si mismo en tercera persona, mucho más allá de eso le derretía el corazón que TaeHyung le estuviera tratando de esta forma tan... dulce. 

<< Te recojo en 10 minutos. Piensa en qué quieres de recompensa. >> 

Espera, espera ¿El día acaso podía ir mejor? Su animo había cambiado completamente en apenas dos minutos con un par de mensajes. ¿Esto era estar profundamente enamorado? -- ¡Me voy! -- Exclamó Jeon poniéndose de pie de manera abrupta, incluso asustando en el proceso a YuGy. 

-- ¿D-dónde vas? ¿No te quedarás a ver como compite HyeSun? Quiero decir es tu ex, y muy buena amiga... -- Comentó bastante confundido.

-- Tengo algo que hacer, te prometo que mañana hacemos videollamada y te lo cuento. Te amo YuGy. -- Con prisa el de cabellos oscuros dejó un besito en la cabeza de su amigo para luego salir entre toda la multitud de gente. 

Su emoción era difícil de describir, no sabía como lo había conseguido, pero TaeHyung parecía estar dispuesto a tener sus ojitos castaños hoy en él, e iba a disfrutar de aquello hasta el último segundo que estuvieran juntos en el día de hoy. 

En ningún momento de los minutos anteriores hubiera imaginado que su día iba a dar tal cambio de rumbo, pero agradecía a cualquier ser superior que lo estuviera cuidando, esto le había hecho inmensamente feliz. 

Con una sonrisa que le delataba por completo fue que llegó hasta la puerta de la institución, donde tenía que esperar a que Tae apareciera. Era la primera vez que se montaría en el auto de su profesor, otras veces lo había visto conduciendo, después de todo llevaba años mirándole a lo lejos y disfrutando de cuando sus miradas chocaban por casualidad. Ahora iba a saber qué perfume usaba Tae para el vehículo. 

-- Ash, debo de parecer idiota ahora miso... -- Susurró para si mismo, sintiendo como una oleada de maripositas invadían su estómago, unas que se convirtieron mínimo en elefantes al ver ese auto color color rojo. Un Mini Cooper 3 color rojo en concreto. 

JungKook alzó su mano para que el de cabellos castaños no se despistase y pasase por delante sin darse cuenta, definitivamente sería algo que podría sucederle a TaeHyung perfectamente. El vehículo se estacionó frente a él, y siquiera dudó un instante en abrir la puerta del copiloto. 

Su mundo se puso patas arriba cuando al sentarse y mirar hacia el asiento del piloto vio a TaeHyung sonriendo con dulzura y labios cerrados, ese hombre le iba a derretir. -- Felicidades, Jk. Conseguiste la medalla de oro. -- Felicitó sin soltar el volante con ninguna de sus manos, aunque tuviera el ligero deseo de acariciar los cabellos ajenos con cariño. 

-- Gracias, TaeHyung hyung. Hola, SooYunie. -- Saludó ahora mirando hacia detrás, recibiendo lo que creyó que era un chillido emocionado de parte de la pequeña. 

En cuanto aquella cosa redonda y brillante que colgaba del cuello de Jeon fue vista por ella, no tardó un solo segundo en estirar sus manitas intentando llegar hasta esta, pero siendo complicado con el cinturón de seguridad. 

Aún así, para su suerte, el joven entendió su deseo. Así que acabó por sacar la medalla de su cuello para dársela. -- Yunie ten cuidado con eso ¿Si? Es de JungKookie, no la puedes romper.-- Advirtió con voz melosa el más mayor, no sonando para nada como una amenaza o riña, solo como un recordatorio. 

La chica asintió con su cabeza, colocándose el medallón para después quedarse totalmente absorta mirándolo mientras lo acariciaba. En serio le gustaba que fuera tan brillante y dorado. 

-- ¿Dónde iremos a almorzar? No he traído mucho dinero así q- -- Antes de que pudiera terminar la frase el de lentes le cortó, a la par que comenzaba a manejar de nuevo. 

-- No seas bobo, JungKookie, te voy a invitar al almuerzo. ¿Te gusta la carne? -- Dijo el mayor sin apartar la vista de la carretera, pero aún así sonriendo. 

No es como si lo pudiera ver directamente, pero sentía esa mirada de adoración de nuevo sobre él, JungKook siempre solía mirarle con esos ojitos brillantes de Bambie que tenía. -- Sí, me gusta mucho lar carne... -- 

-- Perfecto, sé donde podemos ir.-- 


No fue demasiado tiempo de trayecto, pero JungKook lo disfrutó de sobremanera. Para muchos posiblemente fuera algo común pero poder ir en "familia" le llenaba el corazón... aunque esta no fuera la suya propia. 

Tae estacionó el auto frente al restaurante mirando a su alumno con una sonrisa, la cual fue perdiéndose al darse cuenta de un pequeño factor que a lo mejor podría traerles un problemilla. -- U-uhm JungKookie... ¿Tienes más ropa aquí? Llevas el uniforme deportivo del instituto así que a lo mejor... nos miran mucho y- -- 

-- No tienes que preocuparte, hyung. Tengo ropa en mi maleta. -- Respondió apuntando hacia esta, la cual descansaba sobre sus muslos. A pesar de que la respuesta debería de haber sido satisfactoria para el mas mayor, Jeon interpretó por su expresión que aún seguía insatisfecho. -- ¿Quieres que me cambie antes de entrar ala restaurante? -- 

-- ¡B-bueno! Eso sería fantástico, ya sabes... podemos meternos en un problem- ¡JungKook! -- Exclamó, sintiendo como toda la sangre de un momento a otro se concentraba en sus mejillas. 

El estudiante no había dejado ni si quiera que él terminase la frase, antes de esto ya se había quitado el cinturón de seguridad y se había deshecho su polera, dejando al descubierto su torso; del cual se sentía orgulloso. No habían demasiado chicos de su edad con su cuerpo, después de todo era la gran recompensa por hacer ejercicio desde que tenía memoria. 

Escuchar a TaeHyung titubear alterado; sumándole la carcajada del más joven, hizo que la pequeña que aún se encontraba atrás con la medalla en las manos se deshiciera en risas. -- Así que ¿A ti también te hace gracia ver a tu tío perder los nervios, chiquitina? -- Inquirió JungKook mirando hacia detrás. 

-- Y-ya basta, colócate la ropa, por favor. -- Dijo el castaño, quien se había apartado las gafas para poder taparse os ojos, no podía mirar, simplemente no quería morir de un infarto. Y mucho peor, no podía con la idea de ver a un alumno medio desnudo. 

A pesar de que la situación le divertía en demasía, tenía demasiada hambre como para seguir allí dentro dela auto molestando al amor de su vida, por eso se colocó la polera que había traído de recambio; así pudiendo ir hacia el restaurante. 

Aún no podía creer que se encontrase allí junto a TaeHyung; y por supuesto su sobrina. 

Si bien el lugar estaba lleno de familias almorzando, el servicio fue rápido, en menos de dos minutos ellos ya se encontraron sentados en una mesa de la segunda planta, donde solían colocarse las personas que venían con pequeños, puesto que había un apartado de juegos para ellos. 

-- ¿Soléis venir mucho por aquí? -- 

-- A veces, en ocasiones especiales ella y yo venimos aquí. -- Contestó Kim, alargando la mano para poder acariciar los cabellos de su familiar, quien sonrió en grande hacia su tío sin decir una sola palabra. -- SooYuunie ama la carne, y a pesar de que a mi me gusta más el pescado, siempre es un placer traerla aquí. -- 

Aunque los ojos del hombre ahora no se encontraban sobre su persona, JungKook amaba la situación en este momento. Sabía que Tae estaba derritiéndose de amor en su interior por culpa de la chica, lo sabía, esa mirada de ojos brillantes y esas delicadas caricias no se le daban a cualquiera. -- Entonces la chiquitina tiene los mejores gustos del mundo, princesas Disney y carne; sí, sí. Ella es una niña guapa e inteligente. -- 

La pequeña aplaudió riendo, y esta vez fue el turno de Jk de caer rendido hacia sus pies. -- S-sobre eso, gracias por lo del cuaderno, de colorear Gguk-ah... A ella le ha gustado mucho, pero no hacía falta, ya te dije que ella tiene muchas cosas y hay que enseñarle a no ser caprichosa. -- Agradeció el más mayor, entrelazando sus propias manos sobre la mesa. 

-- Ella lo quería mucho, está bien para mi, nunca pude regalarle algo a mi hermana sobre las princesas Disney porque no le gustaron; y sabes, yo las adoro, cuando era pequeño quería casarme con todas ellas. -- Rió recordando su obsesión con las princesas cuando era un infante. -- Especialmente Rapunzel, vivía enamorado de ella. -- 

-- Realmente... creo que si fueras un príncipe serías Eugene; sois iguales. -- Genuinamente lindos, pensó el mayor. 

A JungKook se le escapó una de sus sonrisitas infantiles, esas en las que sus incisivos salían a la luz y sus ojitos se arrugaban. -- Para empezar, hyung; Eugene no era un príncipe, y para finalizar; gracias. -- Contestó, moviendo su pie hasta poder alcanzar el de su profesor por debajo de la mesa. --  Él es todo un galán y caza fortunas, y yo voy detrás del tesoro más grande... --  

Los ojitos avellanas que siempre se escondían detrás de las grandes gafas se abrieron en sorpresa; ahí estaba de nuevo, su rostro encendido cuando no debería. -- B-bueno. -- Carraspeó el de piel canela, ese había el sido piropo más tierno que nunca antes le habían dedicado. -- Deberíamos de mirar la carta, debes de tener hambre, vienes de una competición deportiva. -- 

-- ¿Puedo pedir cerveza? -- Inquirió el jovencito, mirándole con una expresión suplicante, en serio en estos momentos se le apetecía una. 

-- Obvio que no. -- Respondió seguro el más mayor, mirándole con unas de sus cejas enarcadas. -- Gguk-ah; aún eres menor, no deberías de tomar bebidas alcóholicas. -- 

-- Ash, hyung, parece que naciste siendo adulto... apenas faltan meses para mi mayoría de edad además. -- Le recordó, guiñándole uno de sus ojos de la manera más descarada ¿Este niño no tiene vergüenza acaso? Fue lo último que Tae pudo preguntarse antes de ordenar y poder disfrutar de la comida con los otros dos. 

JungKook les había estado contado sobre la competición, explicándolo todo de manera tan fantástica e infantil que hacía que SooYun riera; siendo las únicas veces que lograba escucharla, una vez más. A veces Tae tenía que ayudarle a comer, algo que llamaba la atención de Kook, no recordaba que su hermana a esa edad necesitase esa ayuda intensa. 

Ahora mismo se encontraba en uno de sus mejores sueños, estaba almorzando en familia en un restaurante. Alguien le había llevado a celebrar su victoria, alguien le estaba prestando atención de de la forma más dulce posible, sin dobles intenciones o esperando algo a cambio. 

Ellos dos parecían complementarse bastante, Kook era tan charlatán y poco avergonzado que nunca dejaba que un silencio incómodo se instalase, y Tae lo disfrutaba, le divertía escucharle hablar y además casi de forma inconsciente se alegraba de poder estar conociéndole más allá de "Jeon JungKook, alumno del último año" 

SooYun estaba callada, moviendo sus pies con nerviosismo con sus ojitos puestos en la sección de juegos, algo que Tae supo detectar. -- ¿Quieres ir allí Yunie? Puedes ir a jugar si quieres, cariño. -- Ofreció su tío apuntando hacia el lugar, y ella no dudó en dar un saltito de su asiento y correr hacia allí, claro que quería. 

-- Hyung, puede que sea una pregunta tonta... -- 

-- Ninguna de tus preguntas son tontas, y sé de lo que hablo, eres mi alumno. -- Aseguró el castaño mientras bebía de su vaso de agua, con sus orbes puestos en el cuerpecito de su pequeña. 

El "halago" le pilló de sorpresa, haciéndole sonreír como un idiota adolescente; aunque eso mismo era al final. -- ¿Tiene SooYun algún tipo de problema en sus cuerdas vocales o...? Sé que no es sorda, ella nos atiende y escucha siempre, incluso ríe de nuestras bromas así que... -- 

-- Ella, bueno; ella tiene discapacidad intelectual. Nunca nadie consiguió que hable, sin embargo como has dicho, es capaz de atender y comprender lo que se le dice. Además, por lo que nos dijeron ella siempre será más infantil de lo que se estima en alguien de su edad. -- Explicó Kim en un tono de voz suave, no se veía nada afectado por ello. 

No era la primera vez que conocía una familia con alguien con diversidad, pero si era la primera vez que hablaba con el familiar de dicha persona y este no parecía hundido en lástima o tristeza. JungKook no paraba de admirar a ese hombre, aunque ahora mismo simplemente estuviera haciendo lo mínimo y lo que debería de ser habitual. 

-- Sus padres deben de ser personas muy atentas con ella, ni siquiera lo había notado, seguro que trabajan mucho con ella para estimular su desarrollo. -- Opinó el de cabellos azabaches; no pudiendo estar más equivocado. 

-- De hecho no, ella ...  ella no tiene los mejores referentes como padres; por llamarles de alguna manera.  -- 

Tae omitió bastante de la historia, como el dato de que ambos estaban muertos por sus propias estupideces. Él simplemente estaba jugueteando con la servilleta de papel, haciendo papiroflexia mientras hablaba, no quería pensar demasiado sobre este tema. -- ¿T-tú... no tenías una buena relación con tu hermano mayor? -- Preguntó a media voz JungKook, sabiendo que tal vez estaba preguntando de más cuando Tae le miró con la nariz arrugada. 

-- No tengo una buena relación con mi familia en general. -- Contestó, viendo como los labios de su alumno se volvían a abrir para seguramente hacerle otra pregunta comprometedora. -- Demasiada información personal por hoy, JungKook; no más preguntas sobre eso. -- 

-- Oh vamos, quiero conocer a mi futuro marido, estoy impaciente por ello. -- Dijo serio, jugando con el historiador y su pobre corazón. 

Justo cuando aquella frase fue dicha es cuando había terminado de hacer su flor de papel, tirándosela al rostro al jovencito ante su abrupto ataque de timidez. -- N-no digas algo como eso de la nada; además ¿En qué momento te dije que me gustaban los hombres, jovencito? -- 

-- Bueno, hyung; si no te gustan mejor para mi, menos gente a la que tengo que declararle la guerra para conseguir tu amor. -- Con simpleza alzó sus hombros, echándose hacia delante para poder crear un ambiente apenas más íntimo entre ellos dos. -- Realmente, pensar en pasar la vida a tu lado me hace querer ser la mejor versión de mi mismo. -- 

Y si JungKook tan solo supiera lo que esas palabras significaban, si tan solo supiera cuantas veces TaeHyung había escuchado a lo largo de su vida que era algo extraño e incluso una desgracia, si tan solo él tuviera ese mínimo conocimiento, podría ser consciente de como el corazón del profesor se había estrujado dentro suyo. 

Si quiera las palabras salían, él solo se había quedado perplejo, su mirada totalmente perdida en el rostro del contrario; buscando tal vez algún gesto que le hiciera detectar que su alumno estaba jugando y solo era una broma, pero obvio que no lo encontraría,  porque no se trataba de nada de eso.

Jeon estiró su brazo esta vez, pudiendo apartar las gafas del castaño para dejarla sobre sus cabellos. -- Eres precioso, las gafas te hacen ver tierno, pero amo tus ojos, así que a veces solo quiero apartarlas, como ahora mismo. -- Murmuró, habiendo creado una burbuja en la que él se sentía tan ensimismado como TaeHyung. 

-- Son deformes, uno tiene doble párpado y el otro no. -- La respuesta salió de los abultados labios del hombre en el mismo tono usado por el otro.  

-- Lo sé, te he contemplado la suficientes veces como para haberme dado cuenta, me he deleitado con cada uno de tus rasgos infinitas veces, tantos como para idolatrarte como si fueras lo más afín a Afrodita en la Tierra, ella misma se encargó de hacer que cayera rendido ante ti. Culpa a la diosa del amor y belleza, no a mi -- 

Dios, Tae apenas era un joven adulto que comenzó a estudiar historia por el amor que le tenía a la literatura griega y a sus pensadores. Este chico no podía estar allí intentándole conquistar con palabras idealistas que le hacían soñar más de lo debido. 

-- Oye... a parte de guapo e inteligente soy muy, muy ambicioso. Amé este almuerzo, pero quiero algo más como recompensa por haber ganado el primer lugar, la medalla de oro. -- TaeHyung se sentía como si estuviera hablando con la serpiente malvada que incitó a Eva hacia el pecado; sentir como el chico le colocaba unos mechones detrás de su oreja no ayudó en absoluto. 

-- ¿Qué quieres? ¿Qué estás esperando de mi, Gguk-ah? --

Casi que por primera vez de forma inconsciente el nombrado bajó su mirada hacia los labios ajenos, nadie más que él mismo sabía cuantas ganas tenía de probar de la manera adecuada esos belfos . -- Que me dejes de ver como un crío, quiero que me veas como un adulto. Quiero que si me rechazas sea porque yo no te gusto, no porque sea más joven que tú. -- 

Para cuando su mirada volvió a los ojos avellanas, se vio sorprendido. Ese par de orbes no le miraban a él, sino que estaban centrados en sus labios. JungKook podía jurar que si no fuera por el factor de que se encontraban en un sitio público; lo hubiera intentado en ese mismo instante. 

Y tuvo que esperar por la respuesta de su persona favorita, pero esta pareció nunca tener la oportunidad de llegar. El llanto de una cría les alertó a ambos, y aunque a TaeHyung casi se le sale el corazón por la boca al detectar que la que estaba llorando era su sobrina, no fue el primero en salir disparado hacia la zona de juegos. 

Jeon se había levantado casi de un salto para dirigirse hacia ella, agachándose a su altura para atenderla y ver qué estaba pasando. 

Aquella escena hizo que el castaño se sentase de nuevo anonadado. En su campo de visión se encontraba su alumno limpiando las lágrimas de su familiar con sus pulgares, y aunque Tae no podía escuchar las palabras que él le estaría diciendo, sabía; estaba seguro, que le estaba hablando de la manera más tierna y consoladora que existía en ese horrible mundo. 

Llevaba todo el día con el corazón acelerado por culpa de las acciones y palabras de ese joven con pequeñas pausas que le hacían entrar en calma, pero nada se había sentido como esto. Nada le había hecho sentir lo mismo que ver como SooYun se abrazaba al cuello de JungKook en busca de alentar su frustración. 

Estoy en problemas; en grandes apuros. 

18122022. Kisssuu~. 

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