dos
JungKook era alguien activo por naturaleza, no nervioso sin embargo. Desde pequeño había demostrado un gran interés en los deportes, y su madre claro que cumplió cada uno de los sueños de su hijo desde pequeñito.
El chico había pasado por clubs de atletismo, baloncesto, volleyball e incluso patinaje; pero al llegar al primer año de instituto no pudo evitar fijarse en club de taekwondo. En seguida quiso apuntarse, y eso hizo. Desde entonces habían pasado seis años, y allí seguía, aunque este fuera a ser su último.
Tenía el cinturón rojo, el último antes de el negro. Estaba contento y este deporte le hacía inmensamente feliz, así que pensar que cada día de ese año sería el último que pasaría allí, lo ponía algo melancólico. Ese 28 de septiembre sería el último, no habría otro allí, no habrá otro 15 de enero u otro 04 de marzo.
Sumido en esos pensamientos recibió una suave patada que le hizo volver a la realidad. -- ¡JungKook-ah! ¡Despierta! -- Exigió su maestro, luego revolviéndole su oscuro cabello con cariño.
-- Perdón, perdón. -- Medió rió sobándose el hombro donde había recibido la patada ajena. Aún le quedaban unos minutos de entreno, debía de aprovecharlos hasta el final, porque como él mismo decía, estos no se volverían a repetir y no habría manera de recuperarlos.
Jeon se colocó la cinta de su cabello de forma correcta para quitar su flequillo del rostro, colocándose en posición para seguir con los ejercicios frente al saco. Patadas, puñetazos y saltos a su alrededor hasta que el silbato del maestro sonó.
Todos los alumnos del club le hicieron una reverencia, y entonces el mayor les dio el permiso para poder ir a ducharse al vestuario. JungKook podía decir sin titubear que esas horas de entreno eran sus favoritas en el día.
Su instituto ofrecía a los alumnos variados clubes de actividades extraescolares, en primer año ya podías escoger en cual meterte, y por supuesto que al año siguiente si querías podías cambiar. Desde luego él no se arrepentía de haber dedicado todos los años al mismo, a pesar de que la gran mayoría de sus amigos se encontrasen en el de baile.
Estar en un club te hacía tener un mejor expediente académico, y a la hora de querer ingresar a una universidad podía ayudarte, así que prácticamente todos los alumnos estaban en uno.
Con tranquilidad Kook se permitió ducharse, disfrutando de como el agua destensaba sus músculos mientras sus compañeros reían por alguna chorrada a la que él no le estaba echando cuenta, por lo menos hasta que se volvieron demasiado escandalosos.
-- Desde aquí se puede ver un poco, mira, mira ¿No está preciosa HyeSun? Las vacaciones le sentaron a gloria. -- Elogió uno de ellos mirando a través de la ventana alta que había en las duchas.
-- ¡SeongWu, mi espalda duele! -- Se quejó el chico que estaba abajo suyo, con las manos y rodillas apoyadas en el suelo para que su compañero estuviera encima suyo, la única forma en la que podrían llegar a ver por esa ventana.
-- ¿Tan desesperados estáis por ver a chicas desnudas que tenéis que espiarlas sin su consentimientos? -- Dijo JungKook mientras se aclaraba el shampoo de su cabello, con sus ojos cerrados, pero aún así haciendo que sus compañeros se asustasen ante su voz.
Todos sabían que Jeon nunca tendría alguna pelea con otra persona; sin embargo les tenían bastante respeto, porque si se daba el caso de que el chico explotase seguramente ibas a ser tú el perdedor en una sola patada. -- P-perdón. -- Se disculpó el que estaba subido para seguir duchándose, cosa que Yonghwa (el que lo sujetaba) agradeció.
Este mismo habló una vez que se puso de pie correctamente. -- ¿Sigues sintiendo cosas por HyeSun, JungKook-ah? -- Inquirió bastante curioso.
La chica era su expareja, terminaron la relación de la mejor forma posible. Se conocían desde primer curso, cuando ambos habían entrado al club de taekwondo. En un momento del curso pasado decidieron salir, y largos meses después decidieron terminar. Desde eso ya hacía tres meses. -- No, ninguno de los dos los tiene ese tipo de sentimientos por el otro. Sin embargo es mi amiga, y aunque no lo fuera, no podéis ir detrás de ella siendo unos cerdos. --
-- ¿¡Pero viste su cuerpo?! Si quiera parece coreana, las chicas de mi aula están todas plan- -- Antes de terminar la frase, Jeon lo calló chistando la lengua contra su paladar.
-- Yonghwa, tu miembro en erección mide nueve centímetros, cállate, no estás para juzgarlas precisamente. -- Respondió serio JungKook, aunque todos los chicos que estaban en las duchas rieron haciendo que el susodicho tapase su intimidad con ambas manos.
Sin querer prestarles más atención el azabache salió de allí envolviéndose la toalla en su cintura, había quedado en verse con YuGyeom para acompañarlo a no sabía donde, así que no podía perder mucho más tiempo en vestirse.
Se colocó un pantalón deportivo negro holgado y un camiseta del mismo color oversize; muy colorido por su parte (nótese la ironía). Para cuando JungKook salió de su vestuario, casi que chocó con el cuerpo de una muchacha que salía del suyo, teniendo que sujetar su mochila del entreno para que esta no cayera de su hombro. -- Hye. -- Saludó el chico con una pequeña sonrisa, recibiendo otra de su parte y un corto abrazo.
-- ¿Vas a casa? Mi madre va a pasar a buscarme en auto, podríamos llevarte. -- Sugirió ella metiendo sus manos en los bolsillos de su polerón, a lo que Kook negó con su cabeza.
-- YuGyeom tiene una asignatura pendiente del año anterior y tiene que ir a hablar con el profesor para ver qué hacer para recuperarla, le prometí acompañarlo porque según él los profesores siempre estarán a mi favor. -- Explicó haciéndole reír; y dándole la razón a YuGyeom además. -- Oye, deberíais de cerrar la ventana alta de las duchas... los chicos os miran por allí, o lo intentan mejor dicho. --
La chica de cabello corto paró incluso de andar para mirarle con una de sus cejas alzadas. -- ¿En serio? Dais asco. --
-- Te diría que no, pero la gran mayoría de chicos en pleno ajetreo hormonal damos vergüenza. -- Admitió encogiéndose de hombros. Él nunca fue así, pero solo le hacía falta echar un vistazo alrededor para ver como la gran mayoría si lo eran. Tal vez era la sociedad en su país que les permitían ser así, o tal vez simplemente es que tenían un respeto nulo.
Él se había criado con dos mujeres, por suerte esos valores les fueron fáciles de adquirir. Respeto, simplemente eso.
Ambos decidieron cambiar el tema, ahora hablando sobre los próximos campeonatos que se les avecinaban. HyeSun también tenía cinturón rojo, ella era muy buena, podía decirse que sobre técnica incluso era un poco mejor que JungKook. Los dos disfrutaban al máximo ese deporte, así que iban emocionados conversando sobre él de camino a la puerta de la universidad, viniendo desde el gimnasio.
-- ¡JunG- Oh, HyeSun-ah, hola. -- Saludó YuGyeom al darse cuenta de que su mejor amigo no había llegado solo.
La chica le saludó de vuelta con su mano y una sonrisa, y su corazón se derritió inevitablemente. HyeSun era la chica más bonita que había conocido jamás, y no solo hablaba de su físico. Ella era una buen apersona, excelente, y además tenía un físico envidiable gracias a lo tanto que lo trabajaba y además... era la chica que había salido con su amigo durante mucho tiempo.
Así que no, él no tenía oportunidad con ella. En serio pensaba que salir con JungKook y después salir con él solo era ir cuesta abajo. -- Bueno tengo que irme, mamá me espera. -- Dijo ella apuntando con su dedo hacia el auto estacionado en la puerta. -- Hasta mañana, chicos. -- Se despidió chocando su puño con ambos.
Los ojos de Kim se quedaron perdidos en la muchacha hasta que se metió en el auto, pronto quejándose ante el inesperado tirón de orejas que Kook le estaba dando. -- Tierra llamando a Kim YuGyeom ¿Qué tanto miras? ¿También vas a hacer un comentario sexual de Hye? --
No, él no sería capaz de hacer ese tipo de comentarios de la chica que le gustaba en serio desde hacía tanto tiempo. Sin embargo tenía que disimularlo, como siempre. -- Le ha crecido el cul- ¡Ouch, ouch, ouch! ¡JungKook! ¡Duele, duele, duele! -- Se quejó al sentir como el nombrado tiraba más de aquella parte.
Bueno, JungKook se había convencido de que si estaba divagando por los pasillos del instituto a las casi ocho pm era porque su mejor amigo se lo había pedido y él por supuesto le ayudaría con lo que fuera, pero... su corazón estaba emocionado e ilusionado por poder encontrarse con cierto hombre que le robó el corazón sin aviso.
Quería verle, saludarle y poder recibir una de sus bonitas sonrisas. Solo de imaginarlo sonrió.
-- ¿En qué piensas tan- Ooooh ¿Podrá ser en el señor Kim? -- Se corrigió rápidamente YuGyeom, y claro que acertó, siendo las mejillas coloreadas del azabache las que lo delatasen rápidamente. -- ¡Ash, que lindo que eres, JungKookie! --
-- Idiota... no digas eso, no es lindo tener un crush por un profesor, y no hables tan alto, nos pueden escuchar. -- Murmuró arrugando su nariz, soportando como el contrario había rodeado sus hombros con su brazo derecho para pellizcarle su mejilla con la mano libre.
La situación al castaño le hacía especial gracia, nunca pensando que sería algo serio, aunque para JungKook desde luego que lo era. -- Estás deseando verle ¿Verdad? Mañana tenemos clase con él, no te desesperes. Si no es hoy, será mañana. --
Y sabía que su amigo tenía razón, pero él quería disfrutar de su perfume también hoy si era posible aunque fueran unos tontos segundos, pensó con su belfo inferior abultado bastante disconforme.
Al llegar a la sala de profesores, fue YuGyeom quien llamó a la puerta, asomando su cabecita para luego recibir el permiso para entrar. Muchos profesores se encontraban allí trabajando. Algunos haciendo cosas en el ordenador, otros mirando papeles.
-- ¿A quién buscáis, chicos? -- Preguntó alguien a sus espaldas.
JungKook había entrado con la cabeza agachada sumido en sus propios pensamientos, pero esa voz le haría levantar el rostro en cualquier situación. Su más preciado ser de luz. Se veía tan lindo con su camisa celeste pastel y pantalones marrones. JungKook quería lloriquear de los precioso que le parecía ese hombre, deberían de nominarlo al rostro más bello del mundo. -- Hola, TaeHyung-Nim. -- Saludó YuGyeom para que a su amigo le diera tiempo de que sus neuronas volvieran a funcionar. -- Buscaba al profesor Kim SeokJin-Nim. --
-- Oh, él creo que fue al baño, tiene que estar casi al llegar. -- Aseguró removiendo con delicadeza el café que tenía en sus manos. >>Dios, sus manos...<< Resonó dentro de la cabeza de Jeon. -- ¿Tú buscabas a alguien, JungKook-ssi? -- >> A ti. <<
-- No, TaeHyung-Nim. Solo venía a acompañar al tonto que suspendió el año anterior lengua coreana. -- El susodicho le miró ofendido con cara de "ya me exhibiste". Recibir esa mirada de falsa ofensa mereció la pena completamente al obtener una risita de parte del mayor.
-- Suerte y ánimo, YuGyeom-ssi, SeokJin sunbae es alguien que no se dejará ganar por unos ojos bonitos y brillantes. --
-- Bueno, tampoco es como si YuGyeom los tuviera, así que... -- Bromeó Jeon, ya recibiendo un suave golpe de su parte en el hombro.
El castaño en serio sabía que todo lo que su mejor amigo decía era broma, pero lo estaba avergonzado delante del profesor que lo tenía ensimismado, así que mejor que no se pasase, si no iba a ser él quien lo dejase avergonzado. -- JungKook-ah, no me tires de la lengua. -- Advirtió dándole un pellizco en el brazo entre risas.
-- Mira a quien tenemos aquí, si es Kim YuGyeom. --
Ambos alumnos se dieron la vuelta a la vez, viendo como SeokJin entraba en la sala de profesores con una sonrisa divertida. Sabía que el chico no era un mal estudiante, pero era una realidad que tenía una falta de concentración enorme; y que tampoco es que se esforzase demasiado en su casa, y eso es lo que buscaba en sus alumnos, esfuerzo y constancia. -- Hola, queridísimo y amable SeokJin-Nim. -- Saludó el castaño con una enorme sonrisa exagerada.
TaeHyung tuvo que tapar su boca para ocultar su sonrisa, debía de mantener su postura como profesor e intentar ser serio.
-- ¿De qué es el café? -- Preguntó en voz baja JungKook provocando que los ojos del profesor de historia se posasen sobre él. La conversación entre los otros dos dejó de tener importancia.
-- Avellanas ¿Huele bien? -- Dijo en el mismo tono de voz con la sonrisita que lo caracterizaba, recibiendo un asentimiento de parte de Jeon.
Hacía una semana apenas que había podido reconocer a quien había sido su alumno hacía muchos años, recordar como entró ese chico al instituto, siendo delgado y más bajo que él le parecía sorprendente, puesto que ahora era más alto y con sus músculos definidos (nada exagerado, pero si notables). Todo un muchacho apuesto y joven antes de entrar en la universidad.
Qué tan rápido había crecido era lo único que Kim podía pensar, nada raro o indecente rondaba por su mente, solo pensamientos nostálgicos de recordar a un pequeño JungKook que lo seguía cada vez que llegaba a clase. Sin duda había sido de sus mejor alumnos, y este mismo año le estaba demostrando que no había cambiado en nada por dentro.
-- ¿TaeHyung-Nim? -- Llamó Jeon al haber estado con la mirada de su profesor encima suyo durante demasiados segundos.
El nombrado se sintió nervioso, sus mejillas enseguida coloreándose ante la vergüenza. No podía ser real, si alguno de sus compañeros de trabajo le hubieran visto seguro que se habrían imaginado algo extraño al haberse quedado demasiado tiempo mirando sonriente a un chico joven que siquiera le estaba hablando.
Y peor aún, seguro que había hecho sentirse incómodo a su alumno. >> Mira que eres torpe. << Se regañó a si mismo.
-- Disculpa, tengo que seguir preparando las clases de mañana así que... -- TaeHyung le estaba hablando sin mirarle; si bien el hombre era tímido, no llegaba nunca a ese punto en el que no miraba a los ojos, así que Kook se extraño. -- Iré a mi asiento. --
El castaño estuvo a punto de hacer lo anteriormente anunciando, siento detenido por la mano del joven que se posó con cuidado sobre su hombro. -- TaeHyung-Nim, mis compañeros me preguntaron el otro día si usted sabía cuándo volvería HoSeok-Nim, nuestro tutor... --
A pesar de que JungKook preguntó aquello con la total intención de poder disfrutar un poco más de la compañía del de piel canela, se arrepintió en el mismo instante en el que vio como el rostro ajeno se llenaba de desilusión. -- A tu clase parezco no gustarle demasiado. -- Rió con suavidad, siendo la risa menos alegre que Kook presenció. -- Tardará un mes y medio en volver si todo va bien por su baja por paternidad, JungKook. --
-- Ellos son muy inmaduros aún, tampoco deberías de sentirte mal por su criterio. -- Dijo con seguridad el azabache, mordiendo sus mejillas interiores al sentirse mal, había hecho que el ánimo de TaeHyung definitivamente bajase. -- Aún así, mis ojos siempre van a estar en usted, TaeHyung-Nim. --
Los orbes avellanados del castaño se abrieron ante la sorpresa, incluso apretando un poco la taza humeante de café ¿Qué acababa de decir su alumno? No podía buscar alguna respuesta lógica a ese enunciado acompañado de esa sonrisa que derrochaba seguridad en si mismo que portaba. -- G-Gracias, supongo... -- Murmuró confuso, sonriendo un poco. >> Definitivamente no, Jeon JungKook no había cambiado en nada desde que era más joven. <<
-- Jeon ¿Ayudarás a YuGyeom a recuperar la signatura del año anterior? Te subiré por supuesto tu calificación de este año si lo haces por el esfuerzo. -- La voz de SeokJin fue lo que hizo que ellos dejasen de tener sus miradas conectadas.
-- Claro, no puedo permitir que este bobo no se gradúe conmigo dentro de unos meses. --
-- Gracias, gracias, gracias. -- Exclamó entre falsos sollozos YuGyeom, colgándose del brazo de su mejor amigo, quien lo acababa de salvar en sus estudios una vez más.
TaeHyung; de forma inevitable, se quedó de nuevo mirándole, esta vez eso si de forma más disimulada. La familia de JungKook debería de estar infinitamente feliz de haber podido criar a un chico como él. -- Confío en ti entonces, Jeon. Ahora idse, es tarde y mañana tenéis clase. --
-- Hasta mañana, gran señor Kim SeokJin. -- Se despidió el joven castaño aún endulzando los oídos de su profesor.
-- Hasta mañana. -- Dijo también JungKook refiriéndose a los dos mayores, pero con su expresión sonriente sin ser apartada ni un solo instante del hombre que le daba clases de historia, cosa que notó el mismo.
>> ¿En qué estará pensando este niño? << Fue lo único que se pudo preguntar el tierno hombre con sus gorditos labios fruncidos "Mis ojos siempre van a estar en usted" Le había dicho, y por alguna razón, Tae sabía que ese chico no estaba mintiendo.
¡Hola, angelitos! Es el segundo capítulo de la historia así que puedo comprender que os aburra aún, porque las cosas deben de desarrollarse poquito a poquito... aunque JungKook no sea precisamente paciente o vergonzoso jsjsjs.
Me gusta que mis obras tengan un toque de realidad dentro de lo que cabe, así que nada pasa de la noche a la mañana.
Las imágenes de HyeSun estarán ya en la ficha de personajes.
Gracias por leer. Cuidadse mucho, os quiero. Kissuuu~~
280921.
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