cinco
El receso de ese día fue esperado con más intensidad de lo normal, estaban entrando en época de algunos exámenes, por lo que el estrés ya se estaba palpando, sobre todo para los del último curso, después de todo sus calificaciones eran de suma importancia si querían después acceder a la carrera deseada.
Siendo la misma rutina de siempre, YuGyeom y JungKook fueron a la cafetería, una vez allí ya veían con quien sentarse. Curiosamente aquella pareja de amigos eran queridos por muchos, así que al final eran colegas de media institución. Pero ellos dos sin duda eran los mejores para el otro.
Por pedido del más alto; hoy habían decidido ir a una mesa que estuviera libre, cada vez quedaba menos para su examen con Kim SeokJin, y en serio temía no pasarlo. JungKook juraba nunca haber visto a su mejor amigo tan concentrado en algo; y se alegraba, porque lo que más quería era que se graduasen juntos, disfrutar cada uno de sus recuerdos junto a la persona que siempre estuvo con él. -- YuGy ¿Quieres que te ayude? Tal vez... ¿quieres que te pregunte el temario? -- Se ofreció, a lo que el otro negó con su cabeza.
-- Odio sentirme dependiente de ti en los estudios, me hace sentir estúpido. Ya me ayudaste bastante los otros días, tengo que ser capaz de hacerlo por mi cuenta... -- Murmuró sentándose en el banco, dejando su bandeja con el desayuno.
-- No digas eso. -- Pidió con voz suave sintiéndose culpable, no quería siquiera pensar que había sido culpa de alguno de sus tontos comentarios el hecho de que su amigo pensase así. -- Cada uno tenemos nuestros fuertes; el mío son los estudios y el ejercicio, y los tuyos son el arte y también el ejercicio... cada uno con lo suyo, Gyeom. --
El castaño asintió a media voz, llevándose la manzana que había pedido para darle un mordisco; si bien se encontraba decaído su rostro se vio iluminado en un solo instante. Y antes de que a Kook le diera tiempo a preguntar sobre el por qué, una voz femenina hizo acto de presencia a su lado. -- ¿Qué hacen los reyes sociales alejados de todos? -- Inquirió la chica de cabello corto, hoy recogido en dos moños que le hacían ver preciosa.
>> Dios, es la persona más bella que vi jamás. << Pensó Kim, perdiéndose en el rostro de ella, quien estaba ocupada mirando a JungKook esperando respuesta.
-- Queríamos un poco de paz, pero ha venido una niña fea a molestar ¿Te lo puedes creer? -- Bromeó Gguk haciendo que ella estallase en una carcajada; al ser su expareja sabía perfectamente que él solo bromeaba, lo último que haría es sentirse ofendida. -- ¿Os molesta si la niña fea se queda? --
-- ¡Q-quédate, claro! -- Exclamó YuGyeom sorprendiendo a los otros dos, que estaban sentados frente a él. Su subconsciente le acababa de jugar una mala pasada al parecer.
-- Gracias, YuGyeom-ah. -- Le contestó con una de sus habituales sonrisas. -- Iré a por mi desayuno y en seguida vuelvo, no tardo. -- Dijo mientras se levantaba e iba hacia donde la comida era servida.
Bien, el castaño era muy consciente de la mirada que su mejor amigo le estaba echando, en el rostro de Jeon había escrito un "sé que me estás ocultando algo"; pero estaría feo confesarle que llevaba años enamorado de la ex de él. Incluso cuando JungKook y HyeSun salían, él ya estaba completamente coladito por la azabache.
¿Que si había sido duro? Lo inimaginable, pero por lo menos estaba tranquilo de que su amigo la trataba de la manera correcta; si es que aquello era consuelo para un corazón no correspondido...
-- Oye, el otro día me dijiste que diste un pasito nuevo con nuestro querido profesor... ¿Hiciste algo más aparte estos días? -- Preguntó en voz baja, sacando tema de conversación antes de que el otro le preguntase sobre lo que acababa de pasar.
Una risa de enamorado se escapó entonces de los labios de Jeon. -- Él es tan lindo... el otro día le dejé caer que me gustaba, aunque no fue una confesión seria como tal, creo que lo captó a pesar de ser despistado. Ahora cada vez que me mira está sonrojado... dime que no es tierno. --
Para el más alto era imposible de entenderle, es decir, un hombre de veintimuchos años no le parecería "tierno" precisamente; tampoco es como si le gustasen los chicos, así que era aún más complicado. -- Si tú lo dices, hermano. -- Dijo encogiéndose de hombros. -- Me alegro de que por lo menos haya un mínimo avance, los días de las otras semanas que no interctuasteis creía que te me ibas a matar, eras una alma en pena. -- Bromeó ofreciéndole de su sandwich a JungKook, quien aceptó dándole un mordisco.
Para no gastar dinero Kook desayunaba antes de salir de su hogar, y sabía que lo ideal sería volver a comer algo a media mañana como todos hacían, pero simplemente no quería pedirle dinero a su madre; podía perfectamente esperar a la hora del almuerzo. Por suerte, YuGyeom siempre estaba ahí para ofrecerle; a pesar de que le decía que si no compraba nada era por falta de hambre, su amigo siempre acababa insistiéndole.
HyeSun llegó justo después de esa pequeña charla, volviéndose a sentar al lado de su ex y además amigo. -- JungKook-ah ¿Estás nervioso con por la competición? Será en muy poco. -- Dijo ella hablando sobre el taekwondo, el club que compartía con él. -- ¿Y tú YuGyeom-ah irás a vernos? --
La invitación le tomó de sorpresa, pero una que le calentó el corazón completamente. -- Depende, HyeSun. Si no fuera porque la acabas de mencionar, yo no tendría idea de que pronto competís, así que creo que iré a verte a ti pero no a mi mejor amigo el cual ni me avisó. -- Bromeó reprochándole al azabache.
Era consciente de que no tenía padre y su madre estaba muy ocupada como para ir a cualquier lugar, a todo el mundo le gustaría ir a ese tipo de eventos acompañado, sintiéndote apoyado por las personas que te quieren. Por eso a YuGyeom le daba coraje que su amigo no fuera capaz de pedírselo, porque él quería apoyarle. -- Perdóooon, se me paso, mi vida. -- Volvió a bromear JungKook, aunque lo que en realidad pasaba es que no quería "molestar" a nadie. -- Ven a vernos pero a mi grítame más, que HyeSun tiene hasta club de fans. --
-- ¿¡Y tú no?! -- Dijeron al unísono la chica y su conquistado.
-- Bueno ¡pero quiero que YuGy me anime a mi! -- Exclamó robándole de su bandeja a Sun una mandarina en un berrinche infantil, uno que acabo en carcajadas por parte de los tres y un ameno desayuno.
Por fin había llegado la última hora, mientras algunos celebraban que en nada podrían ir a sus casas, JungKook celebraba que iba a ver al hombre que le hacía perder la cabeza. Como si fuera un tonto niño de primer curso se estaba entreteniendo en dibujar sus dos iniciales en su libreta. "T + J" estaban dentro de un corazón en la esquina de la hoja; por suerte sus compañeros estando tan entretenidos charlando que ni cuenta se daban.
Menos JaeHyun, él simplemente estaba chateando con Dios sabía quien por kakaotalk a su lado.
-- ¿Imaginas que Tae no llegue hoy? Sería lo mejor del mundo, tan tranquilizante no escuchar su voz y sus tontas explicaciones... -- Habló la chica de delante suyo, ChaeWon.
-- No lo digas, lo vas a invocar, pasó lo mismo el primer día de clases. -- Contestó alguno de los chicos de alrededor como si fuera algo divertido, porque la gran mayoría rieron; recibiendo miradas acusatorias de parte de JungKook, quien jamás había escondido el desagrado que le daba aquella actitud de mierda contra TaeHyung.
-- Yah, delegado, no te molestes. Sabemos que tú eres muy educado con los profesores y todo eso, pero es que él es muy aburrido y su asignatura también. Aunque no me quejaría si me dieras historia tú, así que... ¿Por qué no vienes a mi casa hoy para explicarme el último tema? -- Pidió ella apoyando sus brazos en la mesa de Jeon, batiendo sus pestañas de forma coqueta.
>> Mantén la calma, mantén la calma, no la puedes mandar al carajo solo porque esté hablando mal de tu profesor de historia... Espera ¿Por qué no? << JungKook abrió sus labios para responder, pero YugYeom, quien estaba a su izquierda, le abrazó sobre sus hombros para detener la discusión que se avecinaba. -- ¡Bueno! Por lo menos el profesor Kim no es malhumorado. -- Intentó suavizar el ambiente.
Y aunque sonase algo sin sentido para cualquiera, que Tae entrase por la puerta del aula alegró más al chico castaño que al propio JungKook, puesto que sabía que en cuanto su mejor amigo le viera su atención iba a estar dirigida solamente a él.
-- ¡B-buenos días! Siento haber tardado... otra vez... -- Dijo el hombre con la respiración agitada; no es como la puntualidad fuera su fuerte, siempre le pasaban cosas por el camino al aula correspondiente.
A veces se daba cuenta de que se había olvidado el maletín en su despacho o en la sala de profesores, otras se le volaban los folios en mitad del pasillo, alumnos le paraban para saber sus calificaciones de algún examen... o para molestarle.
-- No pasa nada, TaeHyung-ssi, puedes llegar las veces que quieras tarde, casi que nos haces un favor. --
Aquella frase hubiera molestado de sobremanera a cierto chico de cabellos oscuros, pero es que todos sus sentidos se vieron interrumpidos por un pequeño detalle, uno que en concreto siquiera notaría alguien más que él. Algo en la vestimenta de Tae no estaba bien, no cuadraba.
El hombre de adorable sonrisa siempre vestía prendas de su talla, no es como si siguiera una moda oversize ni mucho menos, entonces... ¿Por qué la camisa de hoy era notablemente mucho más grande de lo común? Se notaba a leguas que no era siquiera una escogido por el elegante profesor; a quien le gustaba vestir con chalecos, chaquetas, camisas con detalles... no esa simple de un triste color gris.
Además... ¿no había visto esa prenda en otro lugar? ¿O solo se lo parecía?
De cualquier manera, un día más como era común en esta asignatura -y mucho más cuando les tocaba a última hora- cada uno de los alumnos parecía en su mundo. Y hoy por alguna razón a los ojos de Kook, su profesor favorito parecía más exhausto de lo común.
El de piel canela explicaba parte de la segunda guerra mundial, recorriendo el aula con sus ojitos y comprobando de esa manera que ninguno de sus alumnos estaba poniendo casi atención; todo cambió cuando llegó al delegado.
JungKook tenía su codo apoyado en su mesa, y su barbilla posada en la palma de su mano; sus ojos le transmitían cuan interesado estaba en lo que contaba con ayuda de un mapa colgado de la pizarra. Sin poder evitarlo, TaeHyung se sintió tonto, en cuanto sus miradas habían chocado se trabó al hablar, recibiendo una sonrisa coqueta de su parte. >> Te pongo nervioso, lo sé. << Le decía a través de sus brillantes orbes.
Pero el castañito tenía que ser profesional, así que él y sus sonrojadas mejillas siguieron con la explicación; por lo menos hasta que llegó el momento de hacer actividades, entonces simplemente repartió una ficha con cuestiones que ellos tenía que realizar y el podría sentarse un segundo, por fin.
Cuando su espalda hizo contacto con el respaldo del sillón cerró los ojos, buscando su paz interior. Tuvo que dejar salir un suspiro y quitarse las gafas para colocarlas sobre su cabeza, así pudiendo frotar un poco sus ojos; asustándose después cuando al abrirlos JungKook se encontró ahí frente a él, detrás de su escritorio.
-- Hola, TaeHyung-ah. -- Saludó con una sonrisa divertida.
-- No me llames así... no estaría bien que tus compañeros te escuchasen ¿Qué haces aquí? -- Dijo con su suavidad característica, así dejándose ver que no era algún tipo de reproche, solo curiosidad.
Algo que hizo automáticamente feliz al más joven fue el ausente titubeo del contrario en la frase ¿podría conseguir que el de piel canela se encontrase totalmente cómodo a su lado? -- ¿Crees que acaso ellos nos están poniendo atención? Están charlando a voces. Y yo venía porque no entiendo estas preguntas y me encantaría que mi fantástico y precioso profesor de historias me las explicase. -- Pidió con un infantil y falso puchero en sus labios, el cual posiblemente le hubiera hecho estallar en una carcajada a Tae si no fuera porque el cumplido "precioso" le hubiera puesto de los nervios.
-- Jeon, t-tú y yo sabemos que eres muuuuy inteligente y que lo más seguro es que lo hayas entendido todo perfectamente, no necesitas mi ayuda. -- Dijo mientras ambos compartían cómplices miradas.
-- Me pillaste, TaeHyung-ah~ -- Canturreó encogiéndose de hombros. -- Solo vengo aquí porque quiero pasar tiempo contigo. -- Dijo arrastrando una silla hasta quedar al lado del profesor.
Aquello dejó al mayor sin palabras en el momento ¿Cómo así? ¿Por qué alguien más, y en concreto un chico joven querría pasar tiempo con él?
Para cuando quiso darse cuenta su alumno ya se encontraba compartiendo escritorio con él, el menor estando recostado sobre este mismo con la cabeza hacia un lado, mirándole sonriente. Nunca podría cansarse de estudiar sus facciones. -- J-Jeon, para d- --
-- ¿Por qué ahora me llamas por mi apellido? No intentes separarnos, hyung... llámame por mi nombre; hace unos pocos días incluso me llamabas Jk. --
-- P-pero era una broma... -- Se excusó el de sonrisa geométrica poniéndose nervioso ante la atenta mirada que el otro le regalaba. Al tenerle allí cerca con su rostro totalmente expuesto, pudo ver detalles a los que antes siquiera le había prestado atención.
Su alumno tenía lunares ciertamente lindos, uno lo compartían en la nariz, y además tenía otro más debajo de su labio. Un momento ¿Qué hacía mirándole los labios al chico? Rápidamente y no pudiendo ocultar sus nervios se colocó de nuevo las gafas sobre su nariz para ponerse a leer folios que contenían actividades de otro salón.
Y a JungKook no le importó que no quisiera "prestarle atención", él se conformaba con mirarle con adoración mientras esperaba al momento perfecto para poder conversar con él.
El cual llegó tan pronto como el timbre sonó, los alumnos casi vitoreando por poder ser libres de una vez. Todos los jóvenes fueron salieron del aula despidiéndose con cariño hacia JungKook, hasta que los que fueron a irse eran JaeHyun, YuGyeom y un par de chicas. -- ¿No vienes con nosotros, Jk? -- Inquirió el primero.
-- No, tengo cosas que hablar con el profesor TaeHyung-ssi; mierdas de delegado, ya sabéis. -- Dijo con una sonrisa pequeña, moviendo su mano de lado a lado como despedida.
>> Sí, mierdas de delegado, seguro. << Pensó con gracia YuGyeom, despidiéndose de él enviándole un besito volador antes de salir.
Y entonces, por fin, el aula quedó en silencio, con tan solo ellos dos dentro y la puerta cerrada.
-- Ya ha t-tocado el timbre, deberías de irte a casa. -- Murmuró Tae con unos sentimientos dentro suyo los cuales conseguían alterarle. No saber qué pasaría en ese instante le hacía estar ansioso; y peor aún, disfrutar de la compañía del más joven le parecía tan inmoral que se detestaba.
-- La camisa que llevas puesta ¿Es nueva? -- Preguntó el pelinegro obviando lo anterior dicho, por primera vez Kim se sentía ignorado por su alumno ejemplar.
-- No... no exactamente, es de NamJoon hyung. --
-- Así que lleva la camisa de nuestro profesor de física ¿Sería muy entrometido preguntarte por qué? -- Inquirió esta vez sentándose erguido, más cerca de lo que Kim hubiera pensado; aunque no era nuevo después de lo del otro día en el despacho, pasó algo similar.
JungKook había querido sonar pacífico, lo juraba; pero su voz y el intento de atravesar su mejilla interna con su lengua, delataban su inconfundible disconformidad, algo a lo que por cierto el hombre le estaba buscando lógica ¿Por qué ese jovencito se fijaba tantísimo en él.
-- Los del curso menor bromearon tirándome un cubo de harina por encima, eso es todo. -- Contó en voz baja, porque su realidad era que le avergonzaba el hecho de que incluso los alumnos le vieran como alguien débil, le recordaba a sus propios... padres. -- Es por eso que NamJoonie hyung me prestó una de sus camisas de repuesto. --
Ya llevaba viéndole desde hacía semanas siendo unido a su profesor de física, de hecho días atrás los pilló yéndose juntos en el mismo auto y además NamJoon le había nombrado como "Tete" ¿Qué clase de apodo era ese? ¿Y por qué no podía ser él el que llamase al mayor con un apodo bonito? -- Yo también podría haberte prestado una mía... -- Murmuró en respuesta, ahora mucho más tranquilo, por sentir lástima ante lo sucedido... además de ganas de darles una buena patada de Taekwondo a esos pubertos.
-- Pero JungKook, es- --
-- Mi camisa de uniforme es mucho más bonita que esa del profesor Kim, yo podría haber usado mi uniforme de deporte sin problemas. -- Le interrumpió, sin perder la tranquilidad o alzar la voz. Simplemente sentía impotencia, querría haber sido de ayuda para el castaño.
Tae no daba crédito a lo que estaba escuchando ¿Qué clase de conversación era esa? No debía de sentirse cálido ¡Tendría que estar molesto porque el chico pensase que tenía alguna autoridad sobre él!
Pero era tan complicado, demasiado cuando él le miraba con esa preocupación y cariño.
-- ¿Por alguna casualidad te gusta el profesor NamJoon? Os he visto regularmente juntos, también he sido consciente varias veces de como os sonreís, el otro día os fuisteis juntos en auto y supongo que lo haréis a menudo... --
-- Escúchame, JungK- --
Una vez más el impaciente jovencito no le estaba dejando terminar. Con rapidez las manos de piel canela fueron tomadas por las contrarias, apretándolas con toda la delicadeza del mundo, para luego intentar entrelazar los dedos de ambos. -- Ya te lo dije el otro día en el departamento de historia, los jóvenes también somos capaces de enamorarnos profundamente de las personas; y yo quiero estar para ti de cualquier manera, da igual lo que necesites, quiero ayudarte, complacerte.
A estas alturas TaeHyung siquiera sabía qué hacer para disimular su sonrojo y corazón desbocado. No recordaba alguna sola vez que alguien le hubiera dicho algo como aquello, mucho menos acariciando sus manos o mirándole a los ojos con esa sinceridad. No sabía qué decir o pensar.
Kim NamJoon era parte de su familia, en concreto era su primo mayor. Claro que se sonreían y se ayudaban en lo que podían, era prácticamente la única familia en la que él podía apoyarse un poco.
-- Jeon... -- Llamó a media voz el historiador, buscando las palabras correctas, pero se encontraba igual o peor perdido que cuando en su juventud le obligaban a dar matemáticas.
-- Hyung, ya te dije antes que me llamases por mi nombre ¿O acaso voy a tener que hacer que te lo aprendas? Puedo conseguir que lo grites si quieres. --
La sonrisa coqueta que ahora adornaba los labios del azabache es lo que le indicó a Tae que aquello anteriormente dicho había sido una propuesta indecente, porque si no el siquiera lo hubiera pillado. Sus ojos se habían abierto de par en par, todo sus rostro y orejas sintiéndose hormiguear debido a la vergüenza; cosa que le hizo apartar sus manos con cuidado.
-- N-no sigas por ahí, está mal que tú- que yo- ¡O sea! nosotros no- --
-- Ah... Era una broma, TaeHyung-ah. -- Rió enternecido revolviendo un poco sus propios cabellos. -- Pero es que te ves tan jodidamente lindo que en este instante solo puedo pensar en una cosa y es besarte ¿Por qué nadie se percata de lo bonito que eres? -- Soltó como si no tuviera vergüenza; que en realidad era así. -- Aunque me gusta así.
Carcajeó en un tono de voz ronco, acercando con lentitud su rostro al ajeno para intentar no asustarle y que este mismo pudiera separarse si quisiera. La fragancia de su profesor era tan dulce y fresca que sentía que podría quedarse dormido a su ladito como cuando era un bebé sin preocupaciones.
-- Ya... JungKook, n-no sé en qué estás pensando, pero sea lo que sea frénalo. -- Susurró empuñando sus manos con nervios, sintiendo entonces como las manos de su alumno se apoyaban en sus rodillas para menguar la distancia entre sus caras aún más.
Sus narices se rozaban y el aire se mezclaba, haciendo que inevitablemente los vellos del mayor se erizasen en el proceso. -- Yo creo que sí sé ahora mismo qué es lo que estás pensando. --Le contestó en ese tono de voz bajo ya usado antes, como si fuera alguien a escucharles aunque se encontrasen a solas.
Por muchas ganas que tuviera de besarle, de tomar esos belfos gorditos y de apariencia suave y gustosa; no quería dar un paso en falso con TaeHyung, temía hacer algo que destruyese el camino construido.
El de cabellos chocolates tragó saliva al sentir como los labios de su alumno se pasearon por su mandíbula, dejando un beso finalmente en su mejilla, dejando además su boca un par de segundos pegada a esa calentita piel que besaría todos los días si tuviera oportunidad.
Y aunque Tae se estuviera regañando a si mismo por no moverse, otra parte de él lo único que hacía era implorarse quedarse allí, dejando que ese chico le robase el aire y lo llenase sensaciones bonitas.
Al no tener alguna respuesta negativa hacia sus acciones JungKook decidió dar un pasito más, ir un poco más allá. Sin perder la sensibilidad y cortesía en sus movimientos, el azabache alzó una de sus manos para quitarles las gafas que suponían que podían ser algo molestas para besarle.
De esa manera, aquel accesorio fue siendo colocado sobre sus cabellos castaños mientras sus labios ya se estaban rozando, Tae sujetando con fuerza la mano libre del alumno dejándole ver lo nervioso que se encontraba en aquella situación donde se estaba dejando llevar por completo, sintiendo los labios del joven acariciar los suyos a punto de ser capturados.
No pudiendo ser tras un golpe de realidad inesperado.
La puerta del aula fue abierta, y para la suerte de ambos, esta solía trabarse, así que a la persona que intentó entrar le costó dos intentos el abrirla. Fue el tiempo justo y preciso para que TaeHyung separase de manera abrupta, empujando al chico poniendo las manos en su duro pecho.
-- ¡Bebé! Llevo ya esperándo- Oh, JungKook-ssi; buenas tardes ¿Os interrumpo en una reunión? --
Preguntó de la manera más inocente NamJoon, quien sabía que ese chico tan aplicado era el delegado de su aula; y TaeHyung era temporalmente el tutor de esta misma hasta que a HoSeok se le acabase la baja por paternidad. Así que lo más lógico en su cabeza era que aquellos dos estuvieran conversando sobre algún problema de la clase.
-- N-no, estaba corrigiéndole unos ejercicios a JungKook-ssi. E-e-en seguida voy al auto, espérame fuera, por favor, NamJoonie, no tardo nada. --
-- Bien, te creeré, Tete. Te espero. -- Dijo finalmente con una sonrisa que mostraba sus preciosos hoyuelos, cerrando la puerta para irse hacia el estacionamiento.
La tensión que dejó el profesor de física al irse se acabó en cuanto el menor abrió la boca. -- ¿Bebé? ¿Tete? Casi que se me han quitado hasta las ganas del beso. -- Se quejó a punto de lloriquear. -- Debería de irme ya... y tú también "Tete"; "NamJoonie" se enojará sino. --
Estaba siendo un inmaduro de cojones y seguramente cuando le contase todo esto a YuGyeom le echaría la bronca del siglo, pero es que le ardía el corazón de pensar en los otros dos hombres haciendo cosas de... adultos.
Joder, él se iba en su motocicleta y el puñetero NamJoon en su auto enorme.
Ahí estaba de nuevo la lengua del azabache empujando su mejilla interior mientras se levantaba para ir a por sus cosa a su asiento.
TaeHyung simplemente no salía de su asombro aún, llevando una de sus manos hacia sus belfos para acariciarlos >> no se siente siquiera la mitad de bien que sus labios. << Pensó con un nudo en la garganta. ¿Por qué ahora no quería dejar ir al joven? Quería quedarse allí más tiempo con él, escucharle hablar, conversar de cualquier cosa, dejarle que le acaricie el cabello.
Puede que estuviera demasiado falto de cariño, o que simplemente el chico había sabido como atraparle poco a poco.
-- JungKook-ah... -- Le llamó antes de que saliera por la puerta, quedándose de pie en el umbral de esta. -- N-no te enfades, gracias por... por este ratito. --
-- Ah... Dime quien cojones tendría huevos a enfadarse contigo, TaeHyung. Es simplemente impotencia, no enfado... no tienes culpa de nada... -- Murmuró apretando el asa de la mochila que colgaba en su hombro.
-- Cuida el vocabulario, Jk. -- Dijo, dejando salir una pequeña risa. -- Cuidado al volver a casa ¿Si? --
Le pidió, además deleitándole con una de esas etéreas sonrisas geométricas.
>> Hoy no pude, pero en serio la próxima vez te conseguiré besar esa jodida sonrisa y todas las preocupaciones que pareces esconder en ella. <<
¡Hola, angelitos mío! Aquí os traigo otro capítulo de esta historia, espero que os haya gustado.
Muchas gracias a todos los que la votáis y comentáis en ella, me hacéis tremendamente feliz. No entiendo por qué en mi perfil las obras "Kookv" no tienen mucho apoyo; pero el que me dais ustedes es más que suficiente para sentirme muy agradecida.
Os quiero mucho mucho, cuidadse ¿okay? Kisssuuu~~ 280322.
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