🍵 ‐VII- 🍪
Una pierna, luego la otra, despaciiito, despacito. Así andaba Taehyung por toda la casa de Jimin. Odiaba estar acostado todo el día, estar quieto le daba ansiedad, necesitaba hacer algo para sentirse tranquilo.
Un par de horas habían pasado después de su encuentro con Jungkook.
—¿Y tú qué haces? —preguntó Jimin a sus espaldas, al verlo caminar como robot defectuoso.
Pero Taehyung no sabía que Jimin se encontraría en casa y el susto lo hizo perder el equilibrio; tuvo que hacer un movimiento brusco para no caerse y terminó apoyando su cuerpo contra la pared de la que se apoyaba para caminar.
—¡Ay, ay, ay, ay! ¡Alfa mal parío, mira cómo me has dejado! —maldijo por lo alto, aun cuando Jungkook no se encontraba allí.
—¿Duele mucho?
—¿Jimin, no ves que no puedo ni caminar? Y bueno, ¿qué haces aquí, no trabajas hoy?
—He pedido el día. Hoy te mudas, así que quiero estar presente. Ya he arreglado todo con Jungkook.
—¿De verdad me estás echando?
Jimin se acercó a él, le colocó un brazo sobre sus hombros y lo sostuvo por las caderas para llevarlo hasta los muebles de la sala.
—Tae, te quiero, pero debes cambiar amigo. Es que todavía no tomas conciencia de todo el desastre que has hecho en mi casa, no puedo seguir así —le dijo, mientras lo ayudaba a sentarse en uno de los muebles de la sala.
—Ya lo sé —rompió a llorar, sorprendiendo a Jimin—, reconozco que soy una mala persona y un pésimo amigo. No me merezco nada.
—No, no —lo abrazó—, no digas eso Tae. Te mereces todo lo bueno en esta vida. Y no llores por favor, que te me pones feo.
—Hasta para llorar soy un desastre, ¿no?
Una pequeña risita se le escapó a ambos, Taehyung rodeó con sus brazos a Jimin y escondió su rostro contra el pecho de este.
—Tae, le he pedido ayuda a Namjoon, ¿te acuerdas de él? Es el esposo de mi amigo Jin. —Taehyung solo asintió—. Namjoon es oficial militar y su jefe, que si mal no recuerdo su nombre es Hoseok, le tiene un especial cariño y respeto, aunque sea su subordinado.
—¿Por qué me hablas de ellos? —preguntó alzando la cabeza para mirar a su amigo.
—Bueno, les he pedido ayuda y, he investigado a Jungkook.
—Oh.
—Es un mafioso muy peligroso que finge ser buena persona y tener problemas hormonales para buscar a omegas así lindos como tú y prostituirlos después de cogérselos.
—¡¿Eeeeeeeeh?! —Taehyung se separó de Jimin sumamente sorprendido, pero otro movimiento brusco le pasó factura—. ¡Ay, ay, ay! Mi trasero. —Se acomodó un poco, para no sentir tanto dolor, luego miró a su amigo—. ¿Cómo que mafioso? ¿Me estás jodiendo? ¿Cómo que mafioso?
Jimin no aguantó, hizo el esfuerzo pero la cara de Taehyung era un poema y estalló en carcajadas. Su cuerpo se volvió merengue y fue a parar al piso, sin poder detener las risotadas. Hasta un par de lágrimas se le salieron. Taehyung le lanzó una mirada asesina.
—Jimin por favor, que me duele el chiquito y ¿tú me sales con esa broma de mal gusto?
—Lo siento Tae, ja, ja, ja, ja. Pero es que si hubieras visto tu cara —otra vez las risotadas de Jimin inundaron la casa.
—Bueno ya, ya. Ahora dime la verdad, qué realmente te dijeron sobre Jungkook.
—Es un hombre intachable —dijo sentándose en el suelo—, es el CEO de una empresa de inversión extranjera, así que por ahí ya puedes imaginarte que está forradísimo. ¿Sabías que es dueño de KarmaSutra? Es un bar que fundó para que las personas encontraran pareja.
»Sus vecinos y trabajadores lo adoran, lo respetan y lo admiran. Cuando se trata de trabajo es un hombre diferente, con las injusticias no tiene contemplaciones. Le gusta mucho compartir con sus amigos y compañeros de trabajo. Es una gran persona como ya ves. Su único defecto... bueno, ja, ja, ya lo conoces de primera mano.
—Wow, ¿me gané la lotería?
—Pues sí amigo, todo gracias a mí. Y luego dices que no te quiero —hizo un puchero y Taehyung sonrió.
—Lo reconozco, para ser la primera vez que me buscas un novio, encontraste a alguien estupendo.
—Sí eh.
De repente, tres toques a la puerta los sorprendieron. Jimin se levantó del suelo y fue hasta la puerta, observó por la mirilla y vio dos personas afuera, uno era Jungkook y el otro Yoongi.
—TaeTae, tu dueño está aquí. Y vino con grata compañía —mencionó y abrió la puerta.
—Buenos días —saludó Jimin.
Ambos hombres le devolvieron el saludo y luego, tras una ademán del rubio de que podían entrar a su casa, lo hicieron, otéandolo todo, hasta que los ojos de Jungkook conectaron con los de Taehyung.
—Hola hermoso —le dijo y fue hasta donde estaba sentado, agachándose frente a él—. ¿Cómo te sientes?
—¿Cómo me siento? —soltó la pregunta con ironía—. ¡Ja! Jimin, búscame el bate de béisbol que le quiero demostrar a este alfa cómo me siento.
—Ja, ja —Jungkook se echó a reír, después de todo le divertían las ocurrencias de ese bonito omega—, ¿me vas a golpear con eso?
—No, para nada. Si solo voy a utilizar la punta del bate, ya sabes, la más bola y gorda. ¡Para que la sientas!
Las risas de los cuatro resonaron por toda la casa, porque sí, incluso el propio Taehyung tuvo que reírse de lo que había dicho.
—Bueno —habló Jungkook, incorporándose—, obviando el chiste... ¿Bebé, ya estás listo? Vine a buscarte.
—Acabo de saberlo —Taehyung negó con la cabeza—, así que no he recogido nada.
—¿Quieres que te ayude?
—Si no te molesta.
—Entonces vamos —se acercó más a Taehyung y lo cargó en brazos—. Indícame a dónde debo ir.
Taehyung lo observó un instante, analizando si era real que se estaba mudando con un completo desconocido con el cual había tenido sexo el día anterior. No sabía qué sucedería de ahí en lo adelante pero quería arriesgarse. Además ya no tenía nada que perder y Jimin lo había investigado; Jungkook era buena persona. ¿Qué podría pasar mal?
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