La habitación era bastante iluminada, con muebles muy finos y lujosos y las paredes estaban decoradas con algunas pinturas. Jimin se encontraba sentado en un mueble frente a Jungkook, nervioso e impaciente mientras este último solo lo observaba sin decir nada.

—Entonces, ¿nos presentamos? —habló finalmente el pelinegro—. Mi nombre es Jeon Jung Kook, alfa, tengo 29 años. ¿Y vos?

—Park Ji Min, omega, 26 años. Es… es un placer conocerlo.

—Lo mismo digo. Jimin, me gusta ir directo al grano, ¿estás aquí porque buscas un compañero, no es así?

—Sí pero…

—Yo igual busco a uno —interrumpió—. Y al sentir tus feromonas creo que eres la persona correcta para mí.

—¿Cómo?

—Verás, en lo personal no me considero mala persona, seré bastante atento y cariñoso contigo, cualquier cosa que necesites y esté en mis manos te ayudaré sin problemas y además, poco a poco podemos ir conociéndonos y…

—Espere, espere, espere —Jimin se puso de pie—, antes de que siga hablando déjeme aclararle algo.

—Adelante, soy to…

Las palabras a Jungkook se le quedaron a medias y su cuerpo se dobló hacia adelante, colocó una mano en su abdomen y gruñó adolorido. Jimin fue hacia él alarmado.

—¿Oye, te pasa algo?

—Apresúrate —dijo con dificultad—, libera tus feromonas lo más que puedas.

—¿Que libere mis feromonas? ¡¿Estás en celo?!

—No joder —gruñó—, no es eso. Mi aroma… —Una fuerte punzada le atacó y su cuerpo fue directo al suelo—. Mi aroma es… —no pudo continuar, otra punzada le hizo doblegarse de dolor— ¡mierda!

—¡¿Qué tu aroma es mierda?! Por la diosa luna, ¿qué brujería te echaron?

—Maldita sea niño —gruñó con voz muy queda.

—¡Jungkook! —la voz alarmada de Yoongi se escuchó en la habitación—. ¡Oye niño, rápido, libera tus feromonas! —corrió hacia su amigo— ¡Apresúrate carajo! ¿Quieres que nos violen y nos maten a los dos?

—¿Qué cosa? —escuchar aquello asustó más a Jimin que terminó obedeciendo.

Un fuerte olor a lavanda inundó la habitación, los ojos de Yoongi brillaron como turquesas y los de Jungkook eran tan amarillos como el oro. Yoongi intentaba controlarse para no hacerle daño a Jimin, su aroma de omega dominante lo estaba afectando, mientras sujetaba con fuerza a su amigo, que gruñía como perro rabioso y miraba a Jimin con tanto deseo como si quisiera devorarlo de todas las formas posibles.

—Quiero irme a mi casa, esto de venir aquí fue muy mala idea —dijo nervioso, sin apartar la vista de Jungkook—, creo que prefiero ver a Taehyung incendiando mi casa a que este animal me entierre los colmillos.

—Oye, eso es algo ofensivo de tu parte, ¿no crees? —dijo Yoongi, mirándolo directo a los ojos.

Jimin por un breve instante se perdió en el color de aquellos ojos, tan llamativos y brillantes, era como ver el mar azul iluminado por la luz de la luna y le fascinaron; pero su breve momento de admiración se fue al traste cuando Jungkook casi se zafa del agarre de Yoongi y le va encima. Pudo ser retenido a tiempo, sin embargo el pelirrojo se dio cuenta de que las feromonas de Jimin, aunque eran potentes, no eran suficientes para controlar a su amigo.

—¿Jimin, no puedes liberar más de tu aroma? No está funcionando mucho.

—Esto es lo más que puedo, lo siento —dijo juntando sus manos a la altura de su pecho, temeroso.

—Necesitamos un aroma más potente que el tuyo, pero en este bar además de ti no hay nadie que pueda ayudarnos.

—Pues, la verdad, conozco a alguien que sí puede. —Yoongi lo miró con algo de alivio—. Taehyung, mi amigo, su aroma es más potente que el mío.

Jimin sacó su celular para marcarle a Taehyung, cuando otro aroma empezaba a mezclarse en el ambiente y una corriente electrizante le recorrió el cuerpo al pelirrubio.

—¿Qué es… ese olor?

—¡Corre, llama a tu amigo, ya aguantó bastante! —gritó Yoongi—. ¡Y que venga rápido Jimin, o todos aquí vamos a terminar muy mal!