En su fin de semana, Jimin no descansó, se pasó la mayor parte del tiempo en internet, instalando aplicaciones para citas y así encontrarle un novio a su amigo; pero ninguno de los chicos que vía le gustaban. Quería deshacerse de Taehyung, pero nunca le buscaría a alguien inadecuado de pareja y que sufriera a causa de este. Incluso se reunió con algunos de esos chicos y nada, ninguno era el adecuado. Entonces, tuvo la idea de asistir a bares gays, allí de seguro encontraría a alguien decente, ya que muchos acuden a esos lugares en busca de pareja, incluso su compañero de trabajo Seokjin encontró en uno de esos bares a quien es ahora su esposo: Kim Namjoon. Seguramente allí encontraría la persona ideal para su amigo. 

El domingo entero estuvo de bar en bar, y tampoco, nadie especial aparecía, ya hasta había oscurecido y solo le quedaba un bar por visitar, el “KarmaSutra”. Bar de nombre curioso, sentía que estaba leyendo el invento de un fundashi desempleado y sin novio, tal así como su mejor amigo. Entró al sitio y muchos ojos se posaron en él de inmediato, todo los bellos del cuerpo se le pusieron de punta pero él era un omega fuerte, no podía sentirse intimidado por unos cuantos alfas y betas que allí se encontraban. Incluso algunos omegas lo miraron con recelo, como si él fuera una amenaza.

Se acercó a la barra firme y decidido, el barman, un hombre de ojos gatunos y cabello rojo como el de su amigo, lo saludó con cortesía y Jimin se sintió aliviado, era la única persona que no lo estaba mirando raro.

—Buenas noches —saludó Jimin—, ando buscando a alguien, ¿me puedes ayudar?

—Estoy a tu servicio encanto. ¿Buscas novio? Aquí casi todo el mundo viene a eso más que a beber.

—Ciertamente busco un novio, pero no para mí, sino para mi amigo.

—¿Y dónde está él? —preguntó mirando por sobre los hombros de Jimin pero no vio que alguien más lo acompañara.

—No ha venido conmigo, porque si lo dejo hacer esto solo… —suspiró— mejor ni pienso en lo que podría pasar.

—Vale, y qué tipo de persona buscas.

—Mnnn —Jimin lo pensó un instante—, alguien ordenado, de carácter fuerte, dominante, atractivo no está de más decirlo, con un trabajo estable y que sea muy atento. ¿Hay alguien que conozcas con esas cualidades?

El chico de ojos gatunos sonrió y se dedicó a preparar una piña malteada para Jimin, en tanto este creía haber sido completamente ignorado.

—Parece que no —dijo luego de un rato.

—Al contrario —respondió el barman colocando una copa con la bebida en la barra, frente a Jimin—, conozco a una persona que encaja perfectamente con tus descripciones. Solo que, él tiene un “pequeñísimo defecto”.

—¿Y cuál es ese “pequeñísimo defecto”?

—¿Eres alérgico a la piña? —preguntó de repente.

—No.

—Entonces invita la casa —le señaló la piña malteada—, no tiene alcohol. Adelante, disfrútala.

—¿Coqueteas conmigo mientras te hago preguntas?

—Tal vez —dijo y sonrió, enseñando las encías y unos dientes diminutos que parecían de porcelana—. Me llamo Yoongi, ¿y vos?

—Jimin —dijo y dio un sorbo a la bebida—. Está divino esto.

—Gracias, si vienes a menudo prometo prepararte más.

—Lo pensaré. Ahora, ¿podrías responder mi pregunta por favor?

—¿Y por qué no mejor le preguntas tú mismo? Por ahí viene.

Jimin se giró y observó como a ellos se acercaba un hombre alto, de cabello tan negro como el azabache, unos ojos color ámbar bellísimos, se le veía bastante atlético y vestía una ropa muy elegante como si fuera un empresario.

—Buenas noches —ante el saludo de la persona frente él, Jimin se estremeció entero, la voz de esa persona lo hizo temblar que un poco de sus feromonas inundaron el sitio, llamando la atención de todos.

—Hueles a delicia pequeño —mencionó Yoongi, para luego posar su vista en la otra persona—. Jungkook, este bonito niño quiere conocerte.

—Y yo a él. Pequeño —se aproximó otro poco, Jimin aunque quiso retroceder su cuerpo no movió ni un músculo—, creo que tú eres la persona que siempre estuve buscando.