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Tacones (parte única)

Aomine siempre había mirado a Kise con otros ojos, por ello, no fue sorpresa para ninguno de la generación de los milagros cuando ambos les comunicaron que eran pareja, como tampoco fue una sorpresa que ambos decidieran comenzar a vivir juntos.

El rubio adoraba con todo su ser a su moreno amante, cada parte de él, por ello, no podía evitar querer cumplir cada capricho del moreno, por muy extraño que esto pareciera.

Pero había notado algo curioso al ver que este estaba viéndole de manera extraña.

-¿Q-qué pasa?- Kise estaba de pie, apoyado en la mesa de la cocina mientras veía que Aomine tenía una rara expresión en su rostro

-Kise... te ves...- antes de decir algo más, Aomine se acercó lo suficiente como para que sus cuerpos estuviesen apenas rozándose, poniendo una de sus piernas entre las del rubio sin apartar la mirada de este- increíble...

-tú me pediste que vistiera así...- susurró el rubio levantando una de sus piernas para ponerla alrededor del cuerpo del moreno.

-y ha sido la mejor decisión de mi vida...- rápidamente Aomine comenzó a pasar sus manos por las piernas del rubio, y es que siempre las había amado, pero ahora al verlo de esa manera sentía un escalofrió recorrer todo su cuerpo de pensar en lo que le haría.

-Ao... minecchi...- jadeo al sentir como el moreno apretaba sus largas piernas enfundadas en aquella delgada tela.

Aomine estaba idiotizado con el cuerpo del rubio, amaba cada parte de él, pero tenía una especial fascinación por sus piernas, y más aún, con verlas con aquel tipo de calzado por lo que en el momento que lo vio vestido de esa manera, su miembro se puso erecto de inmediato.

Ahora, sentía como el tacón del rubio tocaba la parte de atrás de sus piernas, aun estando ambos de pie, y no podía dejar de pensar en cómo sería tener embestir al rubio mientras sus piernas se envolvían en su cuerpo.

-aahh...- jadeo nuevamente el rubio al sentir como el moreno acercaba su mano a su retaguardia.

Aomine no dudo en pasar sus manos por los muslos de Kise para que este abrazar a su cuerpo con sus piernas, quedando el rubio trepando en su cuerpo, a lo que Aomine lo sentó en la mesa para no perder tiempo.

Al estar tan cerca, Kise pudo sentir claramente la gran erección de Aomine siendo frotada contra él.

-alguien está ansioso~ hablo el rubio mientras se movía para frotarse con su amado.

-no me tientes... Kise...- Aomine susurro en el oído del rubio provocando un gran escalofrío en este por el tono de voz usado.

Nuevamente las manos del moreno comenzaron a recorrer el cuerpo de su amante, Aomine nunca se había sentido tan ansioso como en aquel momento y es que su rubio sabía que era lo que él amaba y no dudaba en dárselo cuando él quería.

-mm... quizá deba comenzar a quitarme esto...- susurro el rubio mientras sus manos movían hacia abajo aquellas medias, pero no pudo hacer lo que planeaba debido a que una mano le detuvo.

-no lo hagas... así está bien...- los ojos de Aomine expresaban lujuria mientras mordía su labio para resistir el tirarse sobre el rubio para comenzar a devorar su cuerpo.

Kise tenía claro que su amado adoraba verle así, pero no sabía hasta qué punto Aomine deseaba tenerlo bajo el, vestido con aquel liguero, medias y aquellos tacones, que a decir verdad, no eran para nada cómodos.

-¿A-Aominecchi?- Kise sentía a su amor recorrer su cuerpo con sus manos y labios, a lo que el poco y nada podía hacer.

No hubo respuesta, pero sintió claramente como algo era frotado contra él, miro el rostro de su amor y vio que se encontraba perdido en la lujuria, logrando que el rubio se estremeciera.

-no sabes cómo me provocas, Kise, te lo hare durante toda la noche, hasta el punto que rogaras por venirte- aquello excito demasiado al rubio, por lo que tomo a Aomine por las mejillas y comenzó un beso apasionado.

Aomine no dudo en comenzar a deslizar sus manos por la cadera del rubio, lentamente comenzó a bajar por sus costados hasta llegar a aquellas preciosos y perfectos glúteos que tanto amaba.

-aah... a la cama...- gimió el rubio separándose del beso, pero no fue escuchado, lo único que el moreno hizo fue comenzar a masajear la retaguardia de Kise mientras lo acercaba a él para comenzar a mover sus caderas.

Aomine sentía que su erección dolía al estar atrapada en sus pantalones, tener a Kise frente a él, algo tenía el rubio aquel día que Aomine no era capaz de controlarse.

Sin poder resistir mucho más, Aomine comenzó a embestir a Kise por sobre la tela, Kise comenzó a jadear en su oído mientras clavaba las uñas en la espalda del moreno.

-E-Espera...- Gimió mientras comenzaba a liberar de la prisión de tela, la erección que poseía su amado.

Aomine repartía besos por el hombro del rubio, sintiendo como aquellos dedos se deslizaban por su hombría logrando un escalofrió en su espalda.

-lámelos- tres dedos se encontraban frente al rostro del moreno que con picardía comenzó a ensalivar aquellos dígitos.

Kise retiro su mano para dirigirla a su entrada, corrió su diminuta ropa interior e introdujo uno de sus dedos. Aomine se mordía el labio mientras una de sus manos comenzaba a acariciar su miembro.

El rubio mecía sus caderas a medida que se preparaba para su amado, sus dedos entraban y salían cada vez más rápido, estaba impaciente y por la expresión de Aomine, sabía que también el moreno lo estaba.

Comenzó sacar sus dedos lentamente para luego sentarse a la orilla de la mesa, estiro su pierna para tocar el torso de Aomine, que se había alejado un poco, y hablo con una voz sexy.

-ven aquí, grandulón- Aomine tomo la pierna del rubio y debo una mordida en ella antes de pegar su cuerpo al del rubio.

-quiero que sepas... que aunque te arrepientas, no me detendré- susurro el moreno en su oído antes de dejar un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja.

-¡Ah!- un gran grito salió de los labios del rubio cuando su amado comenzó a entrar.

Kise sabía que Aomine era... grande... pero, hoy especialmente, sentía que estaba estirando aún más su interior.

Aomine sujeto los muslos de Kise para comenzar a moverse, las uñas del rubio eran clavadas en el hombro de su novio mientras mordía su hombro intentando reprimir todos los sonidos que querían salir de sus labios.

-eres... delicioso...- Aomine tomo una de las piernas del rubio para comenzar a besarlas, Kise se recostó en la mesa y dejo que Aomine hiciera lo que quisiera con su cuerpo.

Las embestidas del moreno eran cada vez más rápidas, Kise gemía su nombre sin reparos, logrando que Aomine soltara gruñidos y jadeos por la excitación.

-¡¡D-Daiki!!- sin siquiera tocarse, Kise se vino manchando su abdomen.

Su interior se apretó al sentir el orgasmo, logrando que Aomine se viniera en su interior, gritando su nombre.

Ambos intentaban recuperarse, pero Kise fue más rápido.

Se puso de pie y guio al moreno al sofá, se paró frente a él con una sonrisa traviesa.

-Daiki...- la voz del rubio estaba llena de picardía- ¿quieres esto?- el rubio levantó una de sus piernas y la puso entre las piernas del moreno.

-Ryouta...- Aomine contenía sus ganas de tirarse sobre el rubio.

-¿Qué tal esto?- movió la misma pierna para ponerla en el torso del moreno, a lo que Aomine gruño- ¿te gusta?- Aomine asintió mientras se mordía el labio.

-¡AH!- jadeo el moreno cuando el rubio piso un poco su entrepierna- R-Ryouta...

Kise comenzó a frotar y una gran sonrisa se puso en su rostro al notar como su novio comenzaba a ponerse duro de nuevo.

Estuvo moviendo su pierna durante algunos segundos hasta que la imagen frente a él fue demasiada. Ignorando toda su vergüenza, se puso de rodillas dándole la espalda a su novio, bajo su torso hasta el suelo meciendo sus caderas.

-Daiki... házmelo...- hablo comenzando a correr su ropa interior y tocándose.

El moreno no dudo un segundo para comenzar a obedecer a su novio, Kise ya estaba húmedo, por lo que no fue necesario prepararle.

Aomine hace mucho tiempo había perdido el control, por lo que se movía rápido y sin medir su fuerza, aunque a Kise pareció no molestarle, ya que, también estaba perdido en las sensaciones que llenaban su cuerpo.

-D-Daiki... aahhh... no creo... no creo que dure... ¡Aah!- los gemidos de Kise eran cada vez más altos, su voz se oía cada vez más entrecortada pero a Aomine aquello no le importaba, solo seguía entrando y saliendo del cuerpo del rubio, hasta que llego con un gran grito- ¡Daiki!

Las piernas del rubio cedieron y quedo tendido en el suelo, intentando regular su respiración, pero Aomine no le permitió aquel descanso.

Junto las piernas de Kise y se sentó sobre él, miro detenidamente el cuerpo del rubio, bajo la ropa interior de este y entro sin esperar más.

Kise gemía e intentaba hacer que Aomine parara, pero no había manera de que el moreno hiciera aquello.

Aomine estaba un poco inclinado y tomaba las piernas del rubio, pasando sus dedos hasta llegar a sus tobillos.

Sin duda verle con tacones le excitaba, más aun cuando el rubio le había pisado.

-No... no más... mm... no puedo... ¡ah! Aaahh...- Kise apretaba sus manos, quedando blancas por la fuerza ejercida mientras Aomine comenzaba a moverse más rápido.

El moreno se acercó a su hombro con la intención de marcar aún más la perlada piel del rubio, a lo que Kise se levantó un poco.

-eres tan jodidamente sexy... Ryouta...- La voz de Aomine estaba cargada de deseo, lujuria y pasión.

El rubio sintió un escalofrió recorrer su cuerpo al oírle.

-¡Ryouta!- Aomine pego su cuerpo al del rubio para dejar salir todo dentro de él, Kise tembló apoyando su rostro en el suelo mientras Aomine se desplomaba sobre él.

Pero Kise no quería acabar ahí, menos Aomine.

Cuando el rubio se vio libre de la prisión en la cual el moreno le tenía, obligo a su novio a sentarse y cruzar sus piernas, Kise se puso de pie y retiro la diminuta ropa interior que tenía puesta, que a esas alturas estaba completamente empapada y pegajosa, para sentarse sobre Aomine.

Puso una de sus piernas en el hombro del moreno y este comprendió de inmediato sus intenciones.

Con dificultas, el rubio subió su otra pierna, quedando sus glúteos sobre la erección creciente de Aomine.

-me encantas...- el moreno comenzó a besar las piernas del rubio mientras este bajaba lentamente su cuerpo para que el miembro de Aomine entrara en su cuerpo, otra vez.

Kise vio a su novio y sonrió, sin duda amaba ver el rostro de Aomine cuando cumplía con sus peticiones.

Estuvieron en la sala hasta que sus cuerpos no dieron más, Kise, fue cargado hacia el baño, donde nuevamente comenzaron a besarse hasta que sus cuerpos pidieron más atención.

Esa noche, no se separaron por nada del mundo, Aomine tenía su brazo alrededor de la cintura del rubio apretándole para que no se apartara por ningún motivo.

Días más tarde, Aomine se encontraba jugando un videojuego en la cama, mientras Kise salía de la ducha con solo una gran camisa puesta.

-Aominecchi, ¿recuerdas donde deje el secador de pelo?- el moreno le ignoro al estar completamente sumergido en la consola.

Kise le miro y vio que tenía aquellos lentes de descanso puestos, sin dudar comenzó a acercarse hasta quedar sentado en el regazo del rubio.

-hey, Aominecchi... no traigo ropa interior...- susurro sobre el oído del moreno que subió la mirada de inmediato.

-¿ah, sí?- el moreno aparto la consola y puso una de sus manos en los muslos del rubio para comenzar a acercarse- y... ¿Qué quieres que haga?

Kise soltó una pequeña risa mientras el moreno le besaba.

-lo que tú quieras... Aominecchi...- Aomine tuvo la intención de quitarse los lentes pero Kise le detuvo- no, quédatelos.

El moreno sonrió y comenzó a besar a su rubio novio.

Sin duda ambos eran el uno para el otro.

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Este One-shot está dedicado al mes Aokise, para las chicas que administran la página Aokilovers en Facebook.

Un abrazo enorme y muchas gracias por leer

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