Amarillo
-¿Lees cosas de gente que ya murió? -la miré con una mueca de horror. Sus carcajadas resonaron por toda la estancia. -Algún día también lo harás -fue lo que dijo, antes de volver a enfrascarse en su lectura. Porque al parecer se percató de que no la escucharía más. Enojado por sus palabras, me levanté de la cama y, frunciendo el ceño, le dije antes de salir de la habitación:-Nunca leeré algo que escribió alguien que murió, ¿me oíste? ¡Nunca!Su risa se oyó en todo el primer piso.Cuento cortito.1327 palabras.…