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Neptunio

(N/A: Para entender este fic deben haber leído mi fic llamado "Neón").

Kohaku se despertó tosiendo, llevando su mano a su vientre mientras se incorporaba lentamente en su cama.

De repente escuchaba mucho movimiento fuera del refugio... cosa bastante extraña en ese lugar normalmente tan silencioso.

Se dio una ducha rápida, tomó una lata de carne enlatada con frijoles y salió fuera comiendo con una cuchara, buscando a Senku entre los árboles que rodeaban el refugio.

Los últimos días él había estado trabajando mucho en crear un área segura para ella en los alrededores del refugio, cubriendo la zona con una especie de cúpula de cristal y llenándola de árboles y un ambiente con un oxigeno más limpio, pero Kohaku ahora notaba un olor raro en el aire, más parecido al que se sentía fuera del refugio, entre las calles llenas de niebla y luces de neón... ¿habría alguna grieta en la cúpula?

Volvió a toser, frunciendo el ceño al no poder reconocer todo el ruido que repentinamente se escuchaba, y que parecía ser dentro del mismo refugio. Senku había estado trabajando mucho los últimos días, lo cual involucraba herramientas ruidosas muchas veces, pero este ruido no sonaba como sus herramientas... sonaba como... ¿pasos? ¿Murmullos?

Decidió seguir caminando, pasando la barrera de árboles, y fue entonces, al mirar a los alrededores, que su buena vista captó la fuente del ruido: personas.

Había gente, seres humanos, cubiertos de pies a cabezas en trajes extraños que le recordaban un poco a los trajes de seguridad cuando fue astronauta, marchando en dos filas, una fila que entraba al refugio arrastrando con dificultad barriles metálicos grandes, y otra fila que marchaba fuera del refugio.

La puerta estaba abierta... lo cual explicaba el aroma raro que sentía y sus repentinas ansias por toser.

—Kohaku. —En ese momento, Senku llegó, haciéndola saltar un poco en su sitio—. No pensé que estarías despierta aún, no es seguro que estés aquí, te recomendaría volver al refugio, el aire debería estar lo suficientemente limpio para ti allí con todos esos árboles.

—¿Pero qué está pasando? ¿De dónde salieron todos estos? ¿Qué hacen?

—Son... de ciudades vecinas, gente a la que le pagó por hacer un trabajo necesario para conseguir energía y así poder volver a casa, a nuestro tiempo original donde por fin no podrán molestarnos.

—Pero ¿de dónde salieron? Nunca antes vi gente por aquí... Hasta pensé que las ciudades estaban todas desiertas...

—No es que estén desiertas, la gente simplemente sale poco de sus casas y... suelen ser silenciosos, pero hay mucha gente, aunque en esta ciudad en particular... muchos prefieren estar... digamos, "sumergidos" en las computadoras.

—¿Ya existían las computadoras aquí en este año? —Ladeó la cabeza.

—Eh... claro. En fin, estamos trabajando en una planta nuclear abandonada, estoy minando materiales necesarios para obtener la energía necesaria para la máquina del tiempo.

—¿Planta nu... qué? Oh, espera, habían estado haciendo algo así en Tokio ¿no? Antes de que nos perdiéramos en el tiempo. —Terminó el último bocado de su lata.

—Ah, claro, una planta nuclear es muy importante, sí. —Rascó su oído con cansancio—. La planta nuclear de esta ciudad está abandonada, pero quedaron los residuos tóxicos guardados. Lo que yo busco aquí es el neptunio.

—¿Neptuno? —Ladeó la cabeza, recordando una de las enseñanzas de Suika—. Oh, es un planeta de nuestro sistema solar, ¿no? El bonito planeta de color azul oscuro.

—En realidad es un azul más pálido... Pero no, no me refiero al planeta. El elemento obtuvo su nombre por el planeta, sí, ya que antes tenían una especie de tradición de nombrar elementos como planetas, como el plutonio por Plutón... que luego dejo de ser planeta...

—Senku, ya me estoy mareando. —Lo miró con sequedad.

Él rio.

—Bueno, eso puede ser porque te estoy dando demasiada información o porque el aire aquí no es muy sano, te llevaré a la casa. —Se acercó a ella, rodeó su cintura con una mano y comenzaron a caminar—. En fin, el neptunio es un elemento quimico, un elemento transuránico, el número 93 en la tabla periódica, algo debiste haber oído de ella, ¿no?

—Sí, algo me enseñó Suika... pero muchas veces olvido sus lecciones. —Rio.

—El neptunio es un elemento muy escaso. Se encuentra mayormente como un subproducto nuclear por la irradiación de neutrones de uranio en reactores nucleares, y planeo utilizarlo para formar plutonio-238, lo cual será nuestra fuente de energía principal para volver a nuestro tiempo... y para otros usos sin mucha importancia.

—Oh... ¿Y no puedo ayudar? —preguntó, ya que los últimos días de haber estado tan encerrada fueron bastante aburridos.

—Temo que no, mis empleados se enfrentan a condiciones muy toxicas en ese reactor nuclear y con el aire contaminado de afuera, por eso usan esos trajes, y además es un trabajo bastante pesado, ¿no querrás arriesgar a nuestra hija, verdad?

—No... claro que no. —Suspiró.

Al llegar al refugio, Senku tomó su barbilla, haciéndola voltear a verlo a los ojos.

—Hago todo esto por nuestro bien, ¿sabes eso, no? —Ella asintió sin mucho entusiasmo, y él sonrió y se inclinó para juntar su boca con la suya.

El beso la relajó un poco, porque pudo sentir en su beso sus sentimientos, el genuino cariño que sentía hacia ella...

A veces se preocupaba, dudaba de sus palabras, se preguntaba por qué a veces hacía o decía cosas raras o que no terminaban de tener sentido para ella, pero al ver sus ojos, al sentir sus besos, podía sentir que él la quería sinceramente... y eso la tranquilizaba sin fallo.

Sonrió sinceramente y pudo ver el gesto de Senku relajarse.

—Pronto volveré, tengo que trabajar en ese neptunio. —Tomó su mano y besó cariñosamente el dorso—. Y te prometo que es todo para poder vivir tranquilos juntos como familia... sin que ya nadie pueda molestarnos.

—Te entiendo, Senku, solo me gustaría poder ayudar... pero tendré paciencia. —Besó su mejilla, antes de entrar al refugio, aliviada de ya no sentir el aroma desagradable y tóxico que hacía picar su garganta fuera.

A pesar de la difícil situación en la que estaban, aún confiaba con su vida en Senku, y sabía que él hacía todo por una razón.

.

Senku y Lyon seguían en el castillo de los alquimistas, con Senku interrogando a todos esos precursores de la ciencia mientras Lyon examinaba las máquinas del Senku criminal.

—Esto es bastante rudimentario... Hecho a propósito, sin duda, es más difícil de rastrear. —Lyon se pasó una mano por el cabello, bufando.

—¡¿Y entonces qué se supone que haremos?! —gruñó Senku, molesto porque estos alquimistas hablaban de la relación de ese Senku bastardo y su Kohaku como un "matrimonio", aunque a uno se le salió el comentario de que dormían en habitaciones separadas, lo que lo aliviaba un poco, pero no demasiado, porque a otro se le escapó decir que se besaban todo el tiempo.

—Ya comunique al Cuartel la situación, cuando se fueron lanzaron un destello de energía, podemos rastrear ese destello, pero tomará tiempo y... bueno, ya sabes que él pudo haberla llevado a un lugar donde el tiempo pase diferente y eso podría ser muy malo para ti. —Suspiró, comenzando a rearmar las máquinas que había desmantelado—. Cielo santo, ¿por qué tiene tantas piezas? Esto crea un completo desorden...

Senku apenas lo escuchó, más concentrado en interrogar a todos y cada uno de esos alquimistas que habían capturado envolviéndoles en unas redes raras que brillaban y que le daban mucha curiosidad respecto al material del que podrían estar hechas, pero no tenía tiempo para pensar en nada de las cosas geniales que lo rodeaban por haber creado una exitosa máquina del tiempo, porque todo salió mal y ahora podría no volver a ver a Kohaku.

Y lo último que ella le dijo fue... que no creía en sus "sucias mentiras"...

"Probablemente me lo merezco... No, definitivamente es diez billones por ciento seguro de que me lo merezco", pensó con amargura. "Después de todo, le mentí cuando le dije que no me importo la noche que pasamos juntos... Estaba cansado y enfadado... y ahora podría perderlo todo..."

Se sorprendió a sí mismo cuando sintió sus ojos escocer levemente de repente, pero se tragó el nudo en su garganta y continuó con su interrogatorio, esperando recibir pronto noticias del Cuartel.

—Ok... —De repente, sintió la mano de Lyon en su hombro—. Esto podría tomar una hora o dos, mientras tanto intentemos entrenarte un poco más en el uso de estas armas... sobre todo las armas de captura.

—¿Armas de captura? ¿Hablas de las redes que usamos en los alquimistas?

—Ajá, pero hay más, aunque no tuve tiempo de enseñarte... pero ahora vamos a aprovechar el momento para enseñarte a tener más herramientas y... que puedas ser más útil para atrapar a tu versión malvada. —Pasó una mano por su cabello, y por primera vez le dio la impresión de estar un poco preocupado, aunque...

—¿Me estás diciendo inútil? —Su ceja tembló con molestia.

—Tranquilo, bisabuelito, de una forma u otra mi misión es ayudarte y capturar a ese Senku, pero... umm... solo no quisiera que... que pase lo que ya le pasó a otro sobrino que intentó ayudar a otro Senku en una situación parecida...

—¿De qué estás hablando? Explícame. —Lo miró seriamente, con un mal presentimiento.

—Bueno... pero lo haremos mientras practicamos. —Lo jaló del cuello de su bata para acercarse al bosque.

Le dio un arma diferente a las que le había mostrado antes y le enseñó el funcionamiento, cómo disparar y como controlarla y como pararse bien para que la fuerza del disparo no lo desestabilizara.

—¿Tan fuerte dispara?...

—Ja, pues no tanto, pero mi abuela hablaba de ti como una frágil ramita que podía ser derribada por la más débil brisa incluso de joven, así que...

—Sí, sí, sí, ya entendí. —Rascó su oído con irritación.

¿Qué clase de hija hablaba así de su propio padre?

Agh, y pensar que ya iba a ser papá, se aseguraría de recuperar a su Kohaku y criar bien a su bebé que muy probablemente era una niña.

Algo era seguro, él no sería el tipo de padre que malcriaría sus mocosos, claro que no.

Empezó a practicar, jalando el gatillo raro del arma y viéndola expulsar un liquido que pareció ir cada vez más rápido, hasta que impactó contra el árbol y le pegó con tal fuerza que empujó hacia atrás e hizo que sus raíces sobresalieran levemente desde el suelo.

La sacudida hacia atrás de Senku fue considerable, pero no tanta como para justificar eso.

—Wow... —Miró a su bisnieto con ojos brillantes—. Necesitas explicarme cómo funciona esto. ¿Cómo logra esta arma acelerar el líquido sin romper las leyes de la conservación de la energía o generar un retroceso proporcionalmente destructivo? ¿Utiliza alguna forma de energía que no conozco, como un campo gravitacional artificial o manipulación de la inercia? —Sonrió enormemente, inclinándose hacia su bisnieto, aunque el mocoso era mucho más alto que él, pero estaba hincado para sacar más armas.

Lyon rio entre dientes.

—Vaya, me recuerdas a cuando tenía cinco años y te hacía preguntas similares, qué tiempos aquellos. —Rio mientras se ponía de pie con otra arma en mano.

—¿Me hacías preguntas así a los cinco años?...

¿Qué clase de engendros superdotados formaban su descendencia?

—Sep, mi padre también, tú debes ser uno de los pocos abuelos o padres en la historia que no se hartaba de que sus hijos o nietos constantemente le pregunten "¿por qué esto? ¿por qué aquello?" todo el tiempo. —Rio entre dientes, con una mirada nostálgica—. Es una lástima que apenas recuerde esas épocas, falleciste poco después de que naciera mi hermanita menor.

Senku ladeó la cabeza.

—Bueno, honestamente me sorprende haber vivido lo suficiente para conocer a mis bisnietos en alguna realidad alterna, así que no me quejo. —Rio entre dientes—. Respecto al arma... —quiso volver a ese tema, pero Lyon lo interrumpió riendo más fuerte.

—No debería sorprenderte, evidentemente la calidad de vida mejora conforme la ciencia avanza, y Whyman también fue una parte importante de eso, nadie estuvo sorprendido de que duraras tantos años, aunque... muchos si estuvieron sorprendidos de que la bisabuelita Kohaku no duró mucho más que tú...

—¿Eh? —Senku lo miró sorprendido.

Lyon sonrió con tristeza.

—Mi abuela dice... que su madre ya no pudo esperar más... que ella anhelaba ir al otro lado... contigo. —Tomó aire, alzando su mirada extrañamente seria hacia el cielo—. Aún se veía bastante joven, aún era tan activa, tan fuerte... tenía más vida que todos allí. —Rio dolorosamente—. Nos cuidó a todos después de que tú nos dejarás, nos consoló a todos, siempre hablaba del legado de la ciencia, cómo se transmitía de generación en generación, que nosotros éramos el futuro... Parecía eterna, nuestro ángel guardián, pero... poco más de un año después de que nos dejarás ella... simplemente... —Su voz tembló— se fue...

Senku lo miró en silencio mientras Lyon contemplaba el cielo azul.

—Estábamos todos juntos, ese día... ella estaba muy feliz, se sentó a vernos y... yo... pensé que se había quedado dormida. —Se llevó una mano a cubrir sus ojos, riendo suavemente—. Todos creímos que iba a vivir mucho más, pero... supongo que no puedes separar por mucho tiempo a dos personas que se eligieron para ser compañeros de vida. —Tomó aire y finalmente descubrió sus ojos y lo miró con una sonrisa confiada—. No te preocupes, no dejaré que te separen de tu Kohaku, así que... mejor seguir practicando.

Senku no dijo nada y simplemente asintió, pero su mente estaba más llena de determinación que nunca.

No podía perder a Kohaku, no lo permitiría.

Ella lo escogió, tal como dijo en la boda de Chrome y Ruri, y él no volvería a cometer el error de dudar en escogerla, la elegía ahora, la eligió siempre sin querer admitirlo, y quería que ella le diera la oportunidad de escogerla de nuevo cada día de sus vidas.

Tenía que recuperarla... antes de que fuera demasiado tarde.

.

Kohaku tosió un poco, levantándose con dificultad por la gran barriga de siete meses con la canasta llena de vegetales bajo un brazo, mirando ceñuda a los locales en trajes anti-radiación marchando por todo el refugio llevando esos tanques llenos de neptunio o como le llamaran.

Habían logrado cultivar en ese lugar antes desprovisto de vida, logro que la tenía muy orgullosa, y sentía el aire más limpio, pero cada vez que Senku traía a esos sujetos siempre sentía una molestia en la garganta que la hacía preocuparse por la salud de su bebé.

Cuando le comentó de eso a Senku, él solo dijo que petrificarla y despetrificarla arreglaría todo, así que no debía preocuparse porque tenía una medusa con él.

A veces le disgustaba su actitud, parecía más concentrado en su gran proyecto con el neptunio que en que pronto serían padres... y eso que a veces acariciaba su vientre y parecía emocionado, pero otras veces... parecía no prestarle atención en lo absoluto, era otra vez como esos días en los que solo le interesaba su ciencia y ella se iba al segundo plano.

"Y él me había prometido que desde ahora yo sería su prioridad... Supongo que debí esperar que eso no duraría... Así es Senku, después de todo".

Y hablando de Senku, siempre que aparecían sus empleados últimamente él desaparecía, así que ella decidió regresar a la casa para dejar los vegetales, los cocinó junto con la carne que él de alguna forma siempre le conseguía y lo llamó para almorzar, sin sorprenderse cuando no apareció.

Mientras terminaba de comer, sintió las pataditas de su bebé y sonrió emocionada.

—Demonios... le dije a Senku que lo llamaría cuando volviera a patear. —Él no había tenido la oportunidad de sentir las pataditas aún.

Se colocó un cubrebocas y decidió salir a buscarlo por el jardín, sin éxito alguno.

Decidió acercarse a las dos filas de uniformados que marchaban saliendo del refugio una fila y entrando con los contenedores de neptunio la otra fila.

Aunque... nunca había visto de dónde salían...

—¡Disculpen! —exclamó, acercándose más—. ¿Han visto a Senku?

Ninguno le contestó, todos siguieron marchando de forma casi robótica... De hecho, de no ser porque todos tenían contexturas diferentes y se notaba que algunos eran mujeres, algunos eran más bajos, más gordos o más altos, ella casi habría pensado que en serio eran robots.

Decidió simplemente ir caminando en la misma dirección a la que iban los que entraban, dirección contraria a la salida, curiosa de ver a dónde llevaban las latas gigantes.

Caminó unos buenos diez minutos, dándose cuenta solo entonces de lo grande que era el refugio, y que nunca lo había explorado del todo porque Senku siempre le dijo que se quedara cerca de la casa.

Finalmente, llegó al lugar donde los uniformados llevaban las latas.

Su mandíbula cayó, viendo un laboratorio enorme y de apariencia muy futurista... como en esas películas de ciencia ficción que estaban comenzando a surgir en su época de origen.

¿Senku tenía toda esa tecnología disponible?... ¿Siempre la tuvo, o la estuvo construyendo a lo largo de las últimas semanas?...

Una vez más, unas cuantas dudas la invadieron, pero no podía dudar de Senku... él había sido maravilloso los últimos meses, incluso aunque ahora no estuvieran en su mejor momento, ella le perdonaría todo, lo comprendería y lo apoyaría en todo, porque lo amaba más que a nada ni nadie, y quería ser feliz a su lado, pero...

"¡Kohaku, él es un farsante! ¡Yo soy quien siempre estuvo contigo, yo soy el culpable de todo esto, y yo soy el padre de ese bebé!"

Aún recordaba las palabras de ese Senku falso, aún recordaba la profundidad y complejidad de sentimientos nadando en sus ojos, aún recordaba lo sincero que le pareció...

Pero... claro que todo eran solo mentiras, no podían ser más que mentiras...

Se llevó una mano al vientre, retrocediendo unos pasos, con una parte de ella exigiéndole ir a ese laboratorio y buscar respuestas, pero otra parte de ella... no quería ni preguntar...

Tragó saliva, mirando a un costado, indecisa de qué hacer, pero entonces con su buena vista captó algo que la dejó pálida y boquiabierta.

Sin pensarlo dos veces, cambió de rumbo y se dirigió a la colina cercana, caminando rápidamente, sin poder creer lo que cada vez distinguía con más y más claridad.

Allí en esa colina, se encontró con una tumba.

Al acercarse lo suficiente, pudo leer claramente el nombre que la adornaba... su nombre... "Kohaku"...

Palideció, cayendo de rodillas ya frente a la tumba, sin entender nada.

En ese momento, escuchó pasos y volteó, viendo a Senku justo detrás de ella, su mirada oscurecida, sus ojos rojos gélidos, desprovistos de cualquier emoción.

—Oh, Kohaku... esperaba que nunca vieras este lugar... —susurró, su voz baja y amenazante.

Y Kohaku, por primera vez en su vida, tuvo miedo de Senku.

Fin.

¿O no?

Holaaaaaaaaaa :D

Muchas gracias a mi querida Alejandra por patrocinar esta continuación de Neón! :'D

Y disculpa la tardanza TwT He estado super ocupada QwQ

Pero espero q te haya gustado! :3 espero q a todos les haya gustado!

Gracias por su apoyo!~

A esta historia le queda su última parte final owo Veré en qué otro elemento lo incluiré para no romper la costumbre xD

Me despido! Besitos!~

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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